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Undead Knights

Undead Knights

Vástagos no-muertos

La lucha entre la vida y la muerte ha cambiado en el campo de batalla. Fuerzas malignas atrapan las almas de los guerreros que caen en combate, convirtiéndose en sus vasallos, cuerpos sin vida que luchan contra sus antiguos camaradas. Dynasty Warriors se funde con la ambientación más gótica y demencial en la última obra de Tecmo en una frenética muestra de acción y gore por los cuatro costados. Tras un tiempo esperando aterriza en Europa dispuesto a clamar el trono del beat ‘em up exponiendo sus virtudes, lacradas por demasiados hándicaps.

El futuro de PSP queda pendiente de una nueva revisión por parte de Sony. 2009 fue el año en el que la consola recibía más lanzamientos destacados desde su aparición, principalmente en forma de licencias de renombre que en su momento triunfaron en sobremesa.  Los que sigan habitualmente los pormenores de la portátil se podrán hacer una idea de los ejemplos que se mencionan a continuación: Gran Turismo, LittleBigPlanet, Assassin's Creed. Todos han tenido algo que ver en la recuperación de una plataforma de la que se llegaron a hablar auténticas barrabasadas. Muerta y sepultada, la mayoría de compañías vieron en ella un filón que podía volver a la guerra en cualquier momento, más aún con Monster Hunter aupándola hasta lo más alto del ranking de ventas japonés durante varios meses. Los beat ‘em up se coronan en este momento como el género de moda. Muchos se preguntan, ahora que ha pasado el ciclón que prometió la compañía japonesa a principios del año pasado, qué es exactamente lo que esta por llegar en 2010.

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Con este panorama sobre la mesa, nuevas propuestas comenzaron a emerger de las mentes de los creativos de las compañías abanderadas de la industria del país del sol naciente. Así, hubo ocasión de disfrutar de Dynasty Warriors: Strikeforce, el primero de los títulos que llegaban al mercado con la firme propuesta de hacer sombra a la propuesta de Capcom. Al éxito de esta versión (que pese a pasar sin pena ni gloria por Occidente hizo abundante caja en Japón, como por otra parte era de esperar) le siguieron los clásicos clones que tratan de imitar una idea exitosa reinventando la misma fórmula, solo que vista desde otro prisma. Fue entonces cuando a Tecmo se le encendió la bombilla: ¿Dónde quedaría su apuesta por el beat ‘em up desenfrenado, uno de los géneros que mejores resultados ha ofrecido en PSP por tradición?

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La respuesta llega en forma de Undead Knights, un título que toma el estilo de juego de la franquicia de Koei, sólo que con zombies en lugar de terratenientes chinos, amén de las novedades de marras que hacen referencia a la ambientación y a la jugabilidad. La idea toma como base una trágica historia de pasión entre un rey y la misteriosa amante con la que ha decidido casarse. Antes de su llegada se vivían tiempos de paz, de bienestar y alegría general. Su llegada condicionaba tanto a los pueblerinos como a los súbditos del monarca, que se veían desplazados de súbito por una mujer que, casi sin quererlo, les condenaba a la peor de las pesadillas posibles. Nada especialmente insólito si se compara con la realidad, al menos llegados a este punto. Lo que sucede a continuación no es, ni mucho menos, tan agradable como lo que se ha expuesto hasta este momento.

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Tres soldados contra el mundo
Romulus, Remus y Sylvia son los tres protagonistas de esta historia. No cuentan con una trama específica, sencillamente son los únicos personajes que podemos controlar a lo largo de esta aventura, que desde el primer momento deja entrever su apuesta por la sencillez absoluta en lo que se respecta a cualquier aspecto ajeno a la jugabilidad. Dicho en otras palabras: la trama apenas cuenta con una presentación como es debido para que el jugador pueda comprender los motivos por los que está batallando. Las únicas pinceladas a las que tenemos acceso son las que aparecen antes de comenzar una misión, aunque son tan someras como inconclusas para obtener información útil acerca del pasado de la familia a la que representamos o incluso de los tres héroes a los que debemos controlar.

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Lo que sí sabemos a ciencia cierta es que buscan venganza por los actos de la detestable víbora que les ha robado todo lo que otrora las pertenecía. Tecmo se asegura de que este concepto quede bien patente desde el menú principal, en el que tenemos acceso a las opciones de juego. Sólo contamos con tres posibilidades: Juego en Solitario, Multijugador y las Opciones de juego propiamente dichas, desde donde podemos variar el volumen de la BSO y de los efectos especiales. No existe posibilidad de cambiar el idioma de los diálogos, que por defecto están en inglés, como tampoco de los subtítulos. Lo más interesante de este último apartado es la posibilidad de cambiar la disposición de los botones, lo que nos permite adaptar nuestros ataques de la forma que más nos apetezca en cada ocasión. Al margen de esto nos tenemos que conformar con el modo Historia. Del multijugador habrá tiempo de hablar más adelante.

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Después de seleccionar el modo Historia la interfaz nos lleva hasta otro submenú desde el que debemos seleccionar o bien comenzar un capítulo, personalizar a nuestros héroes o echar un vistazo a los logros que hayamos obtenido durante la partida. En esta ocasión se denominan 'Registros de Venganza', alrededor de 50 títulos que se basan en la repetición de un mismo movimiento 100, 300 o 1000 veces (aniquilar enemigos, por ejemplo), o sencillamente en completar la partida por primera vez, entre otros. Aplaudimos la inclusión de este apartado en beneficio de los jugadores que deseen exprimir el título a 100%, ya que de otra manera la vida útil del UMD se limitaría a las seis u ocho horas que nos harán falta para terminar por primera vez la aventura. Por suerte contamos con tres niveles de dificultad (fácil, medio y difícil, este último denominado Infierno), muy bien nivelados y asequibles para toda clase de usuarios.

Antes de poder cumplir nuestros objetivos es necesario escoger a uno de los tres héroes que tenemos a nuestra disposición. Cada uno emplea unas habilidades semejantes; lo que cambia es la forma de llevarlas a escena. Sylvia, la única fémina a la que podemos acceder, es la más rápida de los tres, lo que nos permite encadenar numerosos combos con apenas realizar unos golpes. Romulus es el más grande, fuerte y lento, pero desde luego es el más indicado para terminar la trama sin despeinarnos gracias a la enorme espada de la que hace uso. El tercero en discordia -aunque no por ello menos importante-, maneja dos espadas, es tremendamente rápido y con sus ataques nos hace ver que el punto intermedio es siempre el más adecuado para comenzar a jugar en caso de que no seamos muy duchos en esto de la acción en 3D.

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Independientemente de cuál de los tres seleccionamos, el juego comienza con idéntico argumento y misma puesta en escena. En realidad, lo único que cambia son las sensaciones que transmite la jugabilidad, que varían drásticamente en función de la decisión que hayamos tomado. Para ofrecer algo de variedad en este sentido, Tecmo habilita la compra de nuevas habilidades empleando Almas que debemos adquirir durante los combates. Encontramos dos tipos; las que mejoran los atributos de combate (mejora en ataque, defensa, habilidad para crear vasallos, etcétera) y las que nos ofrecen ventajas tales como aumento automático de HP al comenzar el combate, posibilidad de recuperar la vida en caso de que nuestro medidor de vitalidad toque a cero durante un combate… Las susodichas habilidades sólo se aplican sobre uno de los héroes, y no sobre los tres al unísono, con todo lo que ello conlleva.

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Vasallo, ven a mí
Todo lo descrito hasta el momento atiende a las posibilidades jugables propiamente dichas, pero de momento poco o nada se ha explicado sobre la mecánica a la que nos somete el juego, al menos no más allá de sus similitudes con Dynasty Warriors. Teniendo en cuenta que el sistema de juego es básicamente el mismo (avanzar a medida que destrozamos a todo enemigo que se cruce en nuestro camino), lo que más nos interesa llegados a este punto es la ambientación, una clara apuesta por el gore y la violencia más explícita que se abre paso a golpe de desmembramiento. Dos botones nos sirven como base para realizar los ataques, a la vez que como llave para poner en práctica combinaciones letales para terminar con los soldados que salen a nuestro paso. Asimismo contamos con un medidor especial que al rellenarse nos permite realizar un potente ataque de esos que no dejan títere con cabeza.

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En la práctica (y salvo la opción de saltar y de esquivar un ataque pulsando dos veces la equis) comprender la mecánica no debería suponer un problema para ningún jugador que conozca a grandes rasgos la propuesta que ofrece Tecmo en esta ocasión. El elemento principal que ofrece la jugabilidad es el que hace de este Undead Knights una propuesta especial: la posibilidad de convertir a nuestros enemigos en vasallos no-muertos. Lo que  muchos conocen por zombies se convierten aquí en nuestro mejor aliado. Al debilitar al enemigo éste toma un color levemente rojizo que, presionando el círculo en el momento adecuado, hace aparecer una circunferencia que se va rellenando poco a poco hasta convertir al susodicho en un muerto viviente que acata a raja tabla las órdenes que proponemos. Dependiendo de la unidad enemiga la que intentemos convertir esta acción tardará más o menos tiempo: lo que no cambia es la resistencia del vasallo una vez convertido en zombie.

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La temática de Undead Knights nos lleva al uso de los vasallos como punto esencial en la mecánica. Si bien es cierto que podemos repartir estopa por los cuatro costados con el personaje principal, también lo es que sin los no-muertos es imposible superar los retos a los que nos invita el juego. Desde derribar una torreta repleta de enemigos hasta devorar a un monstruoso jabalí que nos ataque en el momento más inesperado: a ellos les corresponde el dudoso honor de sacrificarse por su amo y señor (en este caso el jugador) para abrir el sendero que debemos recorrer hasta terminar la misión. A medida que avanzamos obtenemos nuevas opciones en lo que se refiere al uso de los zombies. De esta forma es posible agarrar a uno de ellos en volandas y lanzarlo contra un mastodóntico jefe final, imposible de eliminar sin la ayuda de nuestros queridos súbditos.

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El sentido del humor se aplica a las acciones que realizan nuestros compañeros de batalla, tanto en las escenas que se encargan de narrar el guión (desaparecido y secundario en todo momento) como en los Quick Time Events que debemos poner en práctica para conseguir que derriben una torre, o para que ellos mismos formen una pirámide humana que nos permita escalar hasta esa cornisa alejada de nuestras posibilidades. El problema radica en el tamaño de los escenarios, excesivamente pequeño para permitir algo de exploración. Nos limitamos a correr de un lado a otro mientras la sangre inunda la pantalla sin poder, al menos hasta que accedemos a los últimos escenarios, conocer algo realmente impactante a nivel jugable. Es una lástima que no se haya trabajado más el título en este nivel. La impresión que deja tras de sí nada tiene que ver con el nivel del que presumen los gráficos, notables teniendo en cuenta la calidad de PSP. Puede que repetitivos, pero vistosos en cualquier caso.

No se puede decir lo mismo del apartado sonoro, que a base de Metal (más bien hardcore) repetitivo nos obliga a bajar el volumen de la consola para ahorrarnos el mal trago. Tal vez no sea este el punto que más nos preocupe a la hora de disfrutar del juego, especialmente gracias a la inclusión de un modo multijugador en el que podemos competir contra un amigo que esté en las cercanías a través de tres modalidades de juego distintas. Ya sea un combate de zombies, una prueba de supervivencia o un rush para ver quién de los dos alcanza antes la meta, lo cierto es que Tecmo ha acertado en este sentido. Es una buena forma de dar pie a las conclusiones que cierran este análisis, tan simple y sencillo como el título en cuestión que está en nuestro punto de mira durante el día de hoy.

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6.5

Correcto

No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.