Análisis de Tormented Souls 2, un muy buen juego pensado para la vieja guardia del survival horror

Ya lo dijeron sus creadores hace unos días: “No queremos hacer un juego para todo el mundo, sino ser leales a nuestro público”. Toda una declaración de intenciones que deja claro cuál es el perfil de jugador objetivo al que Dual Effect quiere dirigirse con un Tormented Souls 2 que llega con la intención de hacer bueno todo lo que hizo —que no fue precisamente poco— su predecesor, el primer Tormented Souls, en 2021.

Durante la presentación del título por parte de Meridiem en las oficinas de PlayStation España, tuvimos la oportunidad de adelantaros algunas de las claves del proyecto gracias a las palabras de los hermanos Quijada, fundadores del estudio. Ahora, tras dedicar unos días a explorar sus terroríficos escenarios a los mandos de una Caroline Walker que no gana para disgustos, podemos deciros sin miedo a equivocarnos que estamos ante un firme candidato a mejor survival horror del año.

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Viejas cicatrices, nuevas heridas

Aunque no queremos entrar en demasiados spoilers, os diremos que se trata de una secuela continuista que tiene lugar varios meses después de los hechos acontecidos en el Hospital Wildberger, lugar del que Caroline y su hermana Anna lograron escapar tras vivir un auténtico infierno. En el presente, Caroline está preocupada por la pequeña, ya que lleva un tiempo experimentando todo tipo de perturbadoras visiones que posteriormente decide plasmar en su cuaderno de dibujo.

Caroline decide desconectar de todo y viajar con ella a Villa Hess, un remoto pueblo ubicado en la zona sur de Chile, con la intención de pasar unos días tranquilos en una especie de clínica regentada por monjas. Como podéis imaginar, no van a disfrutar precisamente de unas vacaciones reparadoras... y hasta aquí podemos contaros. Por cierto, a pesar de todo esto que decimos sobre la historia y la conexión con en primer juego, Tormented Souls 2 se puede disfrutar perfectamente de manera independiente, al igual que ocurre con franquicias como Resident Evil y Silent Hill. La historia, aunque no está exenta de tópicos y a veces se antoja un tanto previsible, es bastante retorcida y cuenta con algunos momentos realmente terroríficos.

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Como en los viejos tiempos

Ejecutar el juego y ver un paisaje difuminado con un mensaje que avisa de que estamos a punto de ver contenidos explícitos y violencia gráfica nos hizo viajar de forma inmediata al pasado, aunque no podemos decir que sea algo que nos sorprenda demasiado, ya que el primer Tormented Souls dejó claro que sus creadores sabían perfectamente lo que debían hacer para conquistar a los fans del survival horror en su vertiente más añeja. De nuevo, sin entrar en demasiados spoilers, os diremos que tras una noche movidita, una vez más nos toca ponernos en la piel de Caroline para averiguar dónde está Anna y qué sucede en Villa Hess.

Despertamos de madrugada, nos asustamos al escuchar un grito y nos encaminamos hacia el final de un largo pasillo para ver una escena de lo más reveladora. Una transición da paso a un nuevo escenario en el que estamos atrapados, ya que hay una puerta cerrada con llave. Inspeccionamos la habitación y encontramos un par de documentos de texto, una chincheta y un libro de carácter religioso. Cinco minutos que perfectamente podrían corresponder al de cualquier mito del género, y que dejan muy claro cómo es Tormented Souls 2. La primera sensación que transmite es realmente positiva, aunque se palpa en el ambiente que lo mejor está por llegar.

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La estructura es idéntica a la de cualquier survival horror clásico y en apenas diez minutos nos encontramos con múltiples caminos bloqueados y media docena de objetos que no sabemos dónde —ni para qué— se usan, por lo que nos toca explorar cada rincón del escenario mientras mantenemos los ojos bien abiertos, porque como no podía ser de otra forma, los pasillos de la clínica no son seguros debido a la presencia de diversos monstruos de difícil descripción (son similares a los del primer Tormented Souls). Por cierto, hay varios entornos más allá del inicial y algunos están realmente inspirados, pero no queremos arruinaros la sorpresa.

El diseño de niveles es fantástico, pues los escenarios están muy bien planteados y a menudo nos vemos obligados a consultar el mapa para tratar de hallar la manera de continuar avanzando. Brillan, por supuesto, los rompecabezas, ya que muchos de ellos requieren cierta dedicación y no basta con encontrar un objeto clave y usarlo en un lugar determinado; es necesario saber cómo hacerlo, y para ello hay que seguir pistas visuales ubicadas en zonas diferentes o encontrar información en los documentos de texto que aportan trasfondo a la historia.

El sistema de combate cumple, pero hay un problema: hay ocasiones en las que los enemigos se acumulan en espacios reducidos y eso, sumado a la elevada resistencia que tienen, genera situaciones bastante incómodas que comprometen el ritmo. Creemos que la decisión de que un enemigo básico aguante varios disparos no aporta nada precisamente gratificante. Por contra, nos ha resultado muy acertado el sistema de accesos directos que nos permite alternar entre armas y otros objetos con un simple golpe de stick derecho. Además, las colisiones funcionan mejor que en el primer título y el uso de armas de combate cuerpo a cuerpo es muy útil y satisfactorio. En cualquier caso, a menudo tenemos la posibilidad de huir de las peleas para ahorrar recursos.

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