1,2,3 Fuera!

Durante los últimos años los juegos de lucha libre han tenido en WWE SmackDown vs RAW al auténtico dominador. Pese a ser un mercado que vende bastante mejor en Estados Unidos que en nuestro continente, las ventas del título han sido importantes, copando incluso los primeros puestos de listas de ventas. Ahora, las estrellas de la TNA debutan en consolas con un título que intenta innovar en varios aspectos. Pese a no contar con una licencia tan potente como la de THQ, Midway intenta aprovechar sus recursos en un juego interesante y que probablemente interese a aquellos que busquen nuevas experiencias en el género. Desde luego, TNA las ofrece, pero puede que no tan bien como sería deseable.

Para aquellos que lo desconozcan, la TNA (abreviatura Total Nonstop Action) fue creada en el año 2002 y es una de las varias alternativas a la todopoderosa WWE. Algunas figuras de renombre, como Kurt Angle, pueblan su lista de luchadores, que se enfrentan en rings hexagonales y disponen de su propio y variado catálogo de modos de combate. Pese a ser poco conocida en Europa, dispone de su propio espacio en prime-time en la televisión americana, además de contar con una legión de seguidores. Como comentamos más arriba, es la primera vez que visita el mundo del videojuego, y llega para ofrecer mayor variedad a un género con escasa representación en el mercado internacional.

TNA ¡Impact! luce bien en pantalla, tanto en Xbox 360 como en PlayStation 3. Los luchadores, de gran tamaño y más que correctamente modelados, se asemejan mucho a sus versiones de carne y hueso, resultando una buena copia virtual del original.  La iluminación y texturizado de los modelos es también notable, con algo de exceso en el brillo de ciertos materiales, que tienen un acabado plástico que les resta algo de realismo. La caracterización es un factor importante en el juego, y para ello los desarrolladores nos ofrecen un editor de personajes de uso obligatorio para modelar a nuestro héroe en el modo historia. Sin ser ninguna maravilla, podremos crear personajes bastante diferenciados, gracias al gran número de partes que se pueden modificar de cada luchador. Podremos cambiar distintos complementos de nuestro atuendo, además del estilo de combate,  golpes y llaves, de las que hablaremos posteriormente.

Lo más destacable no es el buen acabado de los modelos, si no su fluidez de animación y la perfecta sincronía entre cambios de movimiento. Podemos ser testigos de varios golpes encadenados y realmente dan la sensación de pertenecer al mismo movimiento, sin un ápice de retraso entre su ejecución en serie. Los contraataques, el máximo exponente de esta fluidez, encajan perfectamente en la secuencia de movimientos del contrario, y en ningún momento suponen un corte brusco para la animación del luchador que la sufre. De esta forma, el ritmo del combate tiende a ser rápido, con intercambios de golpes y presas constantes. En lo malo, hemos visto mas de un agarre impreciso, o presas fallar pese a tener, en teoría, atrapado al enemigo.

Dentro de los escasos nueve escenarios de TNA, encontramos el hexágono y sus alrededores como zonas para combatir. Podemos utilizar el espacio como queramos, saltando de dentro a fuera o viceversa, con el objetivo de golpear a un rival. Echamos de menos más objetos disponibles para atacar, ya que solo se dispone de una silla plegable que aguanta unos pocos impactos justo antes de volatilizarse en el aire. Durante los combates se nos ofrecerán distintos planos de cámara, remarcándose en general el ángulo más espectacular. Esta realización resulta muy eficiente y mantiene el punto de vista en posiciones muy correctas. No es así en las partidas con múltiples jugadores implicados, donde la cámara se aleja y muestra constantemente a todos los luchadores de la contienda. Esto hace que se pierda levemente la referencia de distancias, y dificulta el control en este tipo de combates.

La banda sonora incluida en el juego es contundente y pega fuerte desde el minuto uno. La secuencia introductoria, a ritmo de rock, ya dejas claras las intenciones de un apartado que contiene temas sin vocales y está compuesto tan solo por piezas melódicas de rock duro. Esta música nos acompañará en las secuencias intermedias, así como en los menús, dejando paso al griterío del público y a la voz del narrador cuando llegue la hora de las tortas. Con todo, aquellos que gusten de un apartado musical rápido y agresivo verán sus preferencias satisfechas en ¡Impact!

Por otro lado, el repertorio de sonidos llega encabezado por el doblaje al castellano de las voces del narrador de los combates. Sin llegar a deslumbrar, y repitiendo bastantes frases durante el desarrollo de una pelea, cumple con su labor sin llegar a hacer que lo odiemos. Nos irá cantando los nombres de las técnicas, de forma que tengamos una referencia futura para cuando tengamos puntos suficientes para desbloquear nuevos movimientos. Los ruidos de los puñetazos, patadas y lanzamientos suenan contundentes y no pecan de reiterativos en ningún momento.  Hemos encontrado algunas secuencias de audio sin doblar, aunque han sido casos puntuales y sin mayor importancia. En el caso de los extras, los videos llegan sin comentarios en castellano ni subtítulos.

Con una filosofía de control bastante más sencilla que Smackdown Vs RAW, TNA Impact es fácil de manejar desde los primeros segundos de juego. Las combinaciones de golpes se reducen a mezclar un ataque de puño y otro de pierna con las consabidas presas. Podemos obtener estos ataques en su versión fuerte con un botón que hace las veces de modificador para nuestros movimientos, así como ejecutar golpes en carrera o de forma acrobática. Los tres estilos de personaje, acróbata, peleador o fuerte, nos ofrecen diferentes variaciones de movimientos, estando bastante diferenciados entre ellos. Cuando creamos nuestro luchador debemos elegir su estilo de combate, así como su repertorio de golpes. Si lo hacemos la primera vez que jugamos, tendremos todo el catálogo de movimientos bloqueado, por lo que habrá que conformarse con los ataques básicos.

Con un repertorio de lo más simple en cuanto a ataques, nos lanzaremos al modo historia, en el que encarnamos el rol de un profesional de la lucha libre bajo el seudónimo de Suicidio. Tras rehusar una oferta de combate amañado y proclamarnos campeón de la TNA, nuestro personaje es golpeado hasta la extenuación y dado por muerto. Nos despertamos en México, donde a partir de una nueva identidad, intentaremos escalar de nuevo hasta la cima. A través de todo tipo de combates nos iremos abriendo paso y subiendo en el escalafón de la TNA, hasta llegar al nivel con mas caché, y enfrentándonos a los luchadores de renombre. Esta progresión está bien medida y el nivel de dificulta aumentará progresivamente, hasta llegar a endurecerse bastante en los últimos desafíos del juego.

Los tipos de combate disponibles son variados y mezclan tanto enfrentamientos individuales como por parejas, o incluso dos contra uno. Existe un modo llamado desafío X, en el que los vigorosos combatientes deberán hacerse con una enorme letra x suspendida sobre el hexágono. Este modo aporta alguna mecánica de juego nueva, como la ascensión a las cuerdas que proporcionan acceso a la letra, y el combate en ellas. Sin llegar a ser una maravilla, sirve para romper un poco la tónica habitual en los combates. El título de Midway flojea en varios aspectos, y uno de ellos es no saber encontrar un equilibrio entre el catálogo de movimientos y las posibilidades de su uso. Esencialmente, todos los personajes son idénticos a los de su mismo tipo, contando únicamente con una técnica finalizadora propia, que los identifica del resto. Esta técnica se puede utilizar cuando nuestro medidor IMPACT se rellene, según asestemos golpes al rival, y supone casi la finalización del combate, ya que el adversario quedará bastante dañado.

Según ganemos combates iremos ganando puntos de estilo -si somos variados en nuestro repertorio- que podremos invertir en la compra de agarres y golpes más fuertes. Con todo, ni siquiera las técnicas más poderosas están libres de ser contraatacadas con el botón que el juego dispone a tal efecto. Con el tempo adecuado, podremos escapar de cualquier situación comprometida, asestando de paso un buen golpe al rival. La parte final del modo historia supondrá un auténtico calvario por este motivo, ya que los enemigos son capaces de responder a cualquier ataque que les lancemos, estén en la posición que estén. Del mismo modo, la IA también es capaz de lo peor, especialmente cuando utilizamos un compañero controlado por la máquina para partidas tag.

Algunas de las mecánicas interesantes que ofrece TNA es el uso de un sistema de minijuegos para los agarres definitivos, que consiste en ir pulsando combinaciones de botones más rápido que el rival. Estas presas se consiguen en varias secuencias, en la que cada una que hagamos mejor que el oponente le supondrá daño, y  al final, la pérdida del combate en la mayoría de modos de juego. También contamos la posibilidad de castigar una parte concreta del cuerpo de nuestros adversarios, ya que el juego cuenta con daño separado por zonas, y existe un medidor que nos indica la gravedad del mismo en pantalla, junto a la palabra impact y la barra de cansancio. Esta última barra s irá llenando cuando los enemigos nos castiguen a base de golpes, y si llega a completarse nos dejará indefensos durante unos instantes.

Se abusa en exceso de la rotación de sticks, que vale tanto para salir de la cuenta atrás definitiva como para eliminar el cansancio de nuestra barra. Lo más extraño es que apenas notaremos diferencia de la velocidad a la que desciende, por muy rápido que giremos los analógicos de nuestro mando. Esto puede llegar a frustrar bastante, puesto que perdemos el ritmo de juego gastando energías para no obtener ningún resultado a simple vista. Tampoco convence que tan solo existan cinco huecos para guardar personajes, y que limita demasiado el número de personajes que podemos crear. Las opciones multijugador se limitan a tres tipos de combate, sumisión, parejas y combate X, quedando el modo online bastante descafeinado. Además, no podemos utilizar los personajes que creemos en nuestra consola, limitando la parrilla a los veinticinco luchadores profesionales de la TNA.