Titan Souls
- PlataformaPC7.8OSXPS47.8PSV
- GéneroAcción, Aventura
- DesarrolladorAcid Nerve
- Lanzamiento14/04/2015 (PC, OSX)15/04/2015 (PS4, PSV)
- TextoEspañol
Titan Souls
Dark Souls sigue creando escuela en este indie en que la dificultad se convierte en aplastante con su premisa de matar gigantes de un solo disparo y con un solo punto de vida. Titan Souls nos reta tanto como la saga de From Software. ¿Aceptáis su desafío pixelado?
Titanes de Pixeles
Hace una década, Fumito Ueda y su equipo de genios nos regaló una auténtica obra maestra llamada Shadow of the Colossus. Un título con tantísima fuerza visual y jugable que diez años después sigue siendo recordado y solo envejece en su aspecto visual, nunca en el jugable, ya que la fórmula que plantearon fue tan única como personal: Un errante en tierra extraña enfrentándose a una serie de colosos en pos de devolverle la vida a una chica. Para ello contábamos con armas básicas como una espada y un arco con flechas, y nuestra capacidad de analizar cada jefe final, detectar sus patrones y descifrar la manera de hallar sus puntos débiles.
Eso era todo, un personaje contra unos colosos. Y eso es lo que el indie Titan Souls plantea en su premisa: Un personaje contra una serie de Jefes Finales. Sin fases de por medio, sin niveles intermedios de enemigos menores. Solo nosotros y los Final Bosses, ocultos en casas a las que acceder tras deambular por un mapeado isométrico y puro pixel-art. Nacido de una premisa concebida en 72 horas por un trío de amigos para un evento, el Souls de su título lo acerca a la saga de From Software por el hecho de que morir rápido y continuamente es una constante, ya sea nosotros o el enemigo. Porque moriremos muchas veces, aunque también es posible que nos pasemos varios jefes de un tirón en apenas segundos, mostrando los dos extremos a los que Titan Souls puede llegar.
La jugabilidad es tan básica como el tener dos botones, uno para esquivar rodando y correr, y otro para lanzar una flecha que puede volver a nosotros si mantenemos el botón pulsado, lo que brinda en realidad dos tipos de ataque. Y el gameplay es llegar al enemigo, estudiar sus patrones y colocarnos en esa posición idónea que todos los escenarios tienen para dispararle una flecha que lo mate de un solo toque. Porque todo en este juego está reducido a uno: Nos pueden matar de un solo golpe, podemos cargarnos al enemigo de un solo tiro. En ocasiones encontramos algunos titanes que se resisten –el cerebro en la pompa de mocos, ya veréis lo que pasa si fallamos mucho-, y otros que la clave está en el escenario –el de las paredes y el veneno. Pero siempre hay que recordar que tensar el arco nos exige quedarnos quietos, igual que convocar la flecha de vuelta, y eso no es buena idea teniendo en cuenta el continuo patrón de movimientos de cada jefe.
Está claro que la premisa de ‘killshot’ para ambas partes de la ecuación dividirá a los usuarios e impacientará a los que odien morir de un solo golpe, pero lo cierto es que este título puede parecer ser tan difícil como de repente ver por nosotros mismos que es justo lo contrario: Extremadamente fácil. Todo en Titan Souls depende de dos factores: Timing y colocación. Aprender los patrones de los titanes es la primera parte del combate, pero estos solo revelarán su punto débil en apenas una fracción. Si estamos mal colocados no acertaremos y tendremos que seguir rodando, esperando a la ocasión idónea. Si estamos en el sitio correcto y acertamos con el timing exacto, una pelea en la que hemos muerto 30 veces seguidas se convierte en una batalla en la que de un solo golpe matamos gigantes. De hecho a veces puede que sea a los pocos segundos de empezar. Habrá quien sude sangre con unos pocos y de repente se pase varios sin morir, lo que hace que lo extremo de esta propuesta no cree un juego equilibrado. De hecho esa es su gracia y no lo oculta para nada. Titan Souls deja sus cartas bien claras desde el inicio reseñando que aquí hemos venido a jugarnos el tipo en plan extremo hasta que demos con la clave, y de nosotros depende aceptarlas o no seguir. Si nos gustan los retos intensos y desafiantes, este lo es; si lo que queremos es subir de nivel y progresar con una curva estable de una manera equilibrada, mejor buscamos en Steam otra cosa.
Cada combate es un puzle que descifrar sin más, y brinda esa cierta sensación de alivio cuando terminamos con un titán que nos ha puesto las cosas difíciles, viendo cómo debíamos hacerlo. Quizás que el tema de derrotarlos con un solo golpe nos haga pensar más en lo fácil que era, pero teniendo en cuenta la mecánica de poder convocar esa flecha disparada de vuelta hacia nosotros, es un gustazo clavarla a posta en una pared tras el enemigo, situarnos en el punto justo, convocarla y atravesarle el punto débil con ella viendo como cae de forma más elaborada que simplemente disparándole de frente.
Aunque es cierto que a veces podemos ganar la contienda sin saber exactamente cómo le hemos dado, de pura suerte con una flecha en principio desviada y el enemigo yendo hacia donde no debía en ese instante. Un detalle que lo aleja de la grandeza de Shadow es que los escenarios, si bien llenos de detalles, no sirven más que para interconectar los Hubs en que se alojan los enemigos y están muy desaprovechados en ese aspecto. Y aunque los puntos de respawn son inmediatos y suelen estar cerca de las guaridas, otros se encuentran demasiado lejos, por lo que recorrer 20 segundos de camino una y otra vez en un enfrentamiento en que morimos continuamente se hace muy pesado, y no se entiende por qué el respawn no es directamente en la guarida de estos.
En sí Titan Souls no exige que nos carguemos a todos los monstruos, ya que es posible pasarnos el juego derrotando a una cantidad menor de la totalidad. Pero los amantes de sacar todos los secretos seguro que querrán ver a todos los titanes. Esto nos lleva al tema de la rejugabilidad, ya que la experiencia en sí se acaba más o menos a las 4-5 horas –hay un par o tres de enfrentamientos que nos harán querer tirar el mando y que pueden alargarse hasta que demos con su secreto. El juego cuenta con modos extra que lo hacen más difícil, y recompensas si exploramos todos sus mapas, pero lo cierto es que una vez se aprende el truco y se da con la técnica necesaria, donde antes invertimos 4 horas ahora podremos hacer un speed run y terminarlo en 20-30 minutos de un tirón, lo que convierte a Titan Souls en un título que seguro cala en la comunidad de los Speedrunners.
En el plano visual, Titan Souls nos ofrece un aspecto isométrico que parece una deconstrucción en 16 BIT del citado Shadow of the Colossus mezclado con toques Zelda aquí y allá. El mapeado por el que nos movemos tiene variedad –ruinas, zonas nevadas, lava, bosques nocturnos- pero no está tan explotado como podía haberlo estado, quedándose en un mero requisito que atravesar de cara a los enfrentamientos. Los monstruos son bien diferentes, cada uno con su propio aspecto –los hay realmente originales, otros en cambio son puro ‘WTF?’- y patrones de movimiento. Y para los que les guste el estilo Pixelart, el aspecto del juego les resultará más que agradable. A nivel sonoro destaca considerablemente, no solo por un estupendo montaje de efectos de sonido –el instante en que recobramos la flecha-, sino por una BSO que mira a la de Kow Otani de Shadow de reojo e intenta darle su propio toque diferenciador. Desde temas intimistas a cuerda y/o piano, hasta conseguidas pistas de batalla llenas de percusiones e instrumentos simulados para darle un tono intenso orquestal y no electrónico. Una sorpresa de calidad que suena muy bien tanto dentro como fuera del juego.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.