Time Crisis: Razing Storm
- PlataformaPS36
- GéneroAcción
- DesarrolladorBandai Namco Entertainment
- Lanzamiento29/10/2010
- TextoEspañol
- VocesInglés
- EditorBandai Namco Entertainment
¿Dónde están mis raíles?
Time Crisis: Razing Storm llega para apoyar la salida de PlayStation Move y lo hace de la forma más completa posible, incluyendo tres juegos para exprimir el uso del periférico como pistola virtual. Deadstorm Pirates y Time Crisis 4 se suman a la oferta para intentar darnos sesiones de arcade de las de toda la vida. Una lástima que el producto central, Razing Storm, rompa nuestras tardes de diversión con su sistema de control.
Trasladar las versiones de recreativa de juegos como Time Crisis, Virtua Cop o Ghost Squad no suele funcionar bien del todo: necesitas comprar una pistola específica y su duración deja mucho que desear. La llegada del Wiimote y ahora Move ha conseguido paliar el primer problema y la última entrega de Time Crisis pretendía acabar de raíz con el otro. Para ello, Namco ha incluido en un mismo disco tres juegos diferentes: Razing Storm como título central y, trasladados directamente desde su versión arcade, Time Crisis 4 y Deadstorm Pirates como extras. Un tres por uno a priori de lo más atractivo, perfecto para sacar partido a PlayStation Move, cuyo catálogo está aún un tanto escaso. Por desgracia, no es oro todo lo que brilla... aunque no adelantemos acontecimientos.
Razing Storm es, con diferencia, el juego más completo de los tres. Incluye para empezar una versión arcade, en la que nos convertimos en miembros del equipo Alpha y a lo largo de tres niveles (no especialmente largos) nos enfrentamos a milicianos no precisamente listos y engendros mecánicos de diversos tamaños. El desarrollo es muy típico y no da precisamente para mucho. Tenemos siempre una ametralladora que recargamos simplemente pulsando un botón, el cual también sirve para sacar un escudo que nos protege de los disparos y ataques (no hay posiciones donde cubrirse). En momentos puntuales nos permiten emplear otra arma como un fusil de racimo o un lanzacohetes, para acabar con enemigos más pesados, pero todo predeterminado. En definitiva, un Time Crisis más y no precisamente de los mejores, donde lo más destacable son los escenarios destructibles. Cabe mencionar, como es de esperar, que hasta dos jugadores pueden participar y competir entre ellos a ver quién consigue sacar más puntos, con puntos de control en los que se va viendo quién va ganando.
El pilar fundamental, supuestamente, del juego, aquello que lo hace único, es el modo historia. El argumento no es especialmente digna de mención. Un grupo de mercenarios asalta una prisión en Brasil para liberar a su líder, quien declara la guerra, cómo no, a los Estados Unidos de América. Nosotros formamos parte de una unidad de asalto de elite, S.C.A.R, que es enviada a capturar al cerebro que está detrás de este conflicto. No es tarea fácil, no tanto porque cuentan con monstruos mecánicos y exoesqueletos duros de pelar, sino porque el sistema de control es lo más horrible e injugable que hemos probado en mucho tiempo. Al contrario de lo que estamos acostumbrados, el manejo es similar al de un FPS y tanto la cámara como el movimiento del jugador los dirigimos nosotros. Craso error. Básicamente es un juego sobre raíles, totalmente pasillero (no sencillamente lineal, sino que apenas podemos decidir por dónde movernos), en el que nos han permitido ser nosotros los que decidimos dónde mira la cámara en cada momento. Como idea inicial no es muy alentadora, aunque bien llevada puede dar algo de juego, mas no es el caso.
No han tenido mejor idea que hacer que la cámara se gire llevando el puntero del mando al extremo de la pantalla. Cualquiera que haya probado un sistema similar en Wii sabrá que no funciona en absoluto, los giros son muy lentos y no hay fluidez en los movimientos. En definitiva, un juego así se vuelve directamente imposible. Se ve que en Namco se dieron cuenta de ello y optaron por diseñar los niveles de forma que prácticamente todo viene de frente, evitando así voltear la mirada bruscamente porque aparezca alguien por detrá, pero no es suficiente en absoluto. Por eso mismo seguramente consideraron un botón que automáticamente centra la cámara en el enemigo más próximo, facilitando apuntar para disparar. ¿Qué ocurre si tenemos que utilizarlo continuamente? Pues que un juego supuestamente de cámara libre ha pasado a ser sobre raíles. Como veis, un fracaso absoluto.
Si nos olvidamos de ese insignificante detalle y miramos a todo lo demás sin recelos, la cosa no es que mejore mucho. Hoy en día hay una discusión entre los que prefieren una IA como la del Halo, mucho más trabajada y que nos hace sudar la gota gorda, o como la del Call of Duty, guiada por scripts pero que supongan situaciones emocionantes y divertidas. La IA de Razing Storm es sencillamente nula. Los enemigos corren como pollo sin cabeza hacia nosotros e intentan golpearnos en lugar de atacarnos desde la distancia, de forma que en la que nos descuidamos los tenemos encima y lo más que podemos hacer es correr para atrás para ganar ángulo de visión y disparar a lo loco. Los hay, no obstante, que están colocados en ciertos lugares donde, con un poco de suerte, incluso intentan cubrirse (todo esto siempre predefinido).
Es en esos instantes en los que podemos tratar de usar el sistema de cobertura, consistente en acercanos a uno de los puntos designados a tal efecto y marcados con una flecha verde en pantalla. Una vez llegamos allí, levantamos nuestro mando para que deje de mirar a la cámara y... empezamos a llorar de lo mal que funciona todo. Cuando no nos deja vendido el sistema porque el personaje ni se agacha ni se esconde (igual se queda mirando a ver qué bonito es el cielo brasileño mientras lo fríen a tiros), el sitio donde nos estamos cubriendo no sirve de absolutamente nada porque nos pueden seguir alcanzando (y no precisamente porque lo hubiéramos elegido mal, ya que no hay ningún otro en muchos casos). Si lo que buscamos es agilidad, como si estuviéramos pulsando el pedal de la máquina recreativa para salir, pegar dos tiros certeros y volver a esconder la cabeza, olvidaos, no es ni remotamente parecido. Y para que no falte nada, cambiar de arma o utilizar el zoom es de lo más anti-intuitivo.
Razing Storm da algo más de sí con dos modos adicionales. El modo centinela está pensado sobre todo para varios jugadores en una misma casa (tiene poca emoción si jugamos solos), y nos pone en una situación similar a la del prólogo del modo historia: hay una fuga en la cárcel organizada por unos milicianos de la que se están aprovechando el resto de presos. Nosotros hemos de acabar con ambos, evitando a toda costa herir a los policías que están interviniendo. Cada nivel de dificultad supone también un emplazamiento diferente y las partidas se dividen en rondas, donde varía el lugar en el que nos situamos. Nuestra posición es segura y actuamos como si fuéramos francotiradores, disparando a discreción, aunque debemos hacer uso del zoom en primer lugar para que el gatillo esté activo. Al final de cada ronda se cuentan los puntos. No es que sea gran cosa, pero para pasar el rato con los amigos alguna tarde puede valer.
Por último nos encontramos con el modo multijugador, que no se sale de la norma en cuanto a opciones: combates a muerte individuales o por equipo, capturar la bandera y rey de la montaña. Podemos elegir igualmente si queremos partidas de entrenamiento o clasificatorias. La diferencia con el modo historia es que todos los oponentes se encuentran en la misma situación, dado que el control es desastroso para todos y cada uno de ellos, así que se pueden sacar unos buenos ratos si ignoramos la frustración de no saber para dónde miramos. Al menos los mapas son tirando a pequeños (probablemente de manera excesiva), así que no hay lugar a perderse.
Deadstorm Pirates
Los dos acompañantes de Razing Storm son mucho más clásicos en todos sus aspectos, lo cual, visto lo visto, agradecemos enormemente. En Deadstorm Pirates vivimos toda una historia de piratas, yendo en busca del tesoro. Que hay fantasmas con un guión así a estas alturas no sorprende en absoluto, que aparezcan engendros mecánicos quizá un poco más. La parte más positiva de este título es que introduce elementos que añaden variedad a las situaciones en las que nos vemos involucrados, desde tener que agarrar un timón en unos rápidos para evitar chocarnos con las rocas a ponernos a controlar un cañón para disparar a barcos que quieren hundirnos. No es que sea extradamente original, pero al menos se sale algo del avance y disparo de siempre. Las transiciones están hiladas por cinemáticas que, aun con las limitaciones del idioma (las voces están en inglés), nos sacarán alguna sonrisa.
La mecánica está diseñada totalmente para que sean dos jugadores los que tomen los mandos. Si bien uno solo puede pasárselo bien, sin duda, para sacar máximo provecho de diversas características es mejor contar con un compañero. Prueba de ello es el tiro combinado, que se realiza cuando las mirillas de los dos jugadores están bastante próximas, lo que genera una mayor potencia que la simple suma de dos disparos. También habrá enemigos más fuertes que presentarán áreas en las que tendrá que disparar los dos jugadores a la vez para poder hacerle daño. En definitiva un juego clásico del género con alguna idea interesante, una genial ambientación para desarrollar la historia y diversión pura y directa.
Time Crisis 4
No es la primera vez que vemos Time Crisis 4 en PS3, donde también se intentó hacer de la franquicia un FPS. Esta vez, por suerte para nosotros, se trata de una traslación exacta y directa de la versión de recreativas, con lo que perdemos por el camino el modo misiones. No hay mucho que contar, por tanto, que no se sepa ya, y de hecho os invitamos a que os paséis por el análisis de dicha entrega de hace ya algo más de dos años. Siendo un Time Crisis de toda la vida, añade algún elemento único como el cambio de armas manual (automático en el arcade de Razing Storm), y no falla en cuanto a ofrecer un nivel de dificultad endiablado.
Correcto
No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.