El escenario está preparado

La Segunda Guerra Mundial es un tema muy manido y recurrido en la historia de los videojuegos, y cualquier excusa parece buena para volver a sumergirnos en un conflicto armado que marcó el destino de la humanidad hasta límites insospechados. Lejos de mostrar agotamiento, y aún cuando otras sagas clásicas como Call of Duty han abandonado esa ambientación, parece como si los alemanes y los aliados jamás perdiesen el interés por el enfrentamiento.

Sin embargo, Theatre of War nos ofrece una nueva cara de la guerra en esta fusión de géneros llevada a cabo por dos compañías bastante diferenciadas, 1C y Battlefront; una puso su experiencia con la estrategia en tiempo real, la otra su buen hacer y conocimientos en el terreno bélico. El resultado es bastante atractivo, y consigue transmitir y meter de lleno al jugador en la piel de un gran general.

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Poco vamos a descubrir a día de hoy de cómo ocurrió este conflicto y de los sucesos que tuvieron lugar, pero cabe destacar que Theatre of War se mantiene fiel al rigor histórico y ofrece una de las visiones más completas al respecto de esta Segunda Gran Guerra. Un realismo que no sólo afecta al hilo argumental, sino también a todo lo que se representa en pantalla, desde escenarios hasta personajes.

De este modo, a la hora de preparar los ataques y de llevar a cabo las tácticas que ideamos, deberemos tener en cuenta todos y cada uno de los aspectos del escenario. Es muy importante el hecho de que los soldados tendrán un rango de visión realista, y podrán ver todo lo que su campo visual les permita; de este modo, será importante aprovechar el terreno para ocultarnos tras árboles y elevaciones, evitando que nos vean a campo abierto.

Los mapas son, por lo general, de dimensiones considerables, permitiendo desarrollar bastante bien nuestras tácticas sin demasiados impedimentos. No obstante, las misiones acaban reduciéndose bastante, más de los que nos gustaría al menos, a repetir de forma insistente las mimas estrategias para conseguir la victoria sin excesivos problemas.

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Aunque hay misiones de defensa, y no sólo se trata de atacar sin más, estas a fin de cuentas pueden resolverse con la misma táctica. De este modo, se cae inevitablemente en una cierta repetición que juega bastante en contra. Aunque eso sí, siempre deberemos ajustar los pequeños flecos según la gran cantidad de variantes que pueden darse, dadas las habilidades diversas que pueden tener nuestros soldados y los del enemigo.

Las reacciones se hacen por tanto impredecibles, ya que la variedad de habilidad, y la posibilidad de mejorarlas entre batallas, añaden un importante grado de variedad y, lo que es más importante, personalización, de llegar a hacer nuestros a los soldados. En definitiva, Theatre of War cuenta con elementos que ofrecen una variedad importante a la hora de preparar los combates, pero eso no impide que llegue a caer en una cierta repetición y que todos los enfrentamientos acaben siendo iguales.

Las únicas variaciones que veremos del mismo terreno serán distintas y pequeños cambios climáticos tales como nieve, pero nada realmente importante que evite el cansancio de visitar siempre parajes similares. Aunque esto se compensa en parte gracias a la gran representación del cielo, de la buena atmósfera que envuelve todo y también a unos efectos de luz bastante logrados.

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Los soldados y los vehículos, por su parte, cuentan con un nivel de detalle importante, y cuando la cámara se encuentra muy próxima a ellos resulta abrumador el realismo alcanzado. No obstante, esa visión no se puede mantener casi nunca, ya que para seguir bien la acción, la cámara estará muy elevada y nuestras tropas parecerán apenas pequeñas hormigas lejanas en las que no se puede apreciar ningún detalle.

Otro punto en el que se ha optado por el realismo y se ha plasmado con acierto es en lo que respecta a la balística; todas las armas están perfectamente representadas, tanto en lo que respecta a su aspecto físico como en términos de potencia, longitud de disparo y demás. Esto será muy importante a la hora de preparar un ataque o una defensa, y conocer bien nuestras armas será un paso importante en pos de la victoria.

En el apartado sonoro no desentona, aunque tampoco destaca demasiado. Sin llegar a unos niveles de calidad muy elevados, cumple con su cometido sin mayores pretensiones. En cuanto a la jugabilidad, el ratón sigue siendo idóneo para el género y responde a la perfección, permitiéndonos realizar todas las acciones que deseemos sin muchos problemas.

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Theatre of War resulta bastante largo y con su interesante multijugador la experiencia se amplía todavía más. Por si fuera poco, para los aficionados a crear sus propias campañas y mapas, el juego viene con dos editores muy potentes para plasmar nuestras ideas. En este aspecto, el título consigue ofrecer una alternativa completa para los que quieran profundizar más.

Hay una cosa a destacar en el apartado técnico de Theatre of War, y es que está mal optimizado. Incluso en un ordenador potente y corriendo bajo Vista, pega muchos tirones y el framerate resulta bastante inestable, de modo que no consigue mantener el ritmo fluido necesario para un juego de estrategia en tiempo real. Esto se arregla bajando el rendimiento, pero esto empeora en parte la experiencia realista que ofrece.

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