The Wolf Among Us: Smoke & Mirrors

Dicho eso, una vez arrancado el juego, éste consigue arrastrarnos al oscuro universo de los Fables con la misma facilidad que el primero. Es algo que ya mencionamos con la primera parte, pero no se puede dejar de apreciar el enorme estilo y la magnífica ambientación que han sabido imprimir a esta aventura. Desde la misma introducción, con Bigby paseando por las calles acompañado de otra soberbia composición de Jared Emerson-Johnson, el título marca directamente su territorio, invocando la mejor tradición de las películas y series de detectives, dibujando una ciudad en vivos colores que no disimulan su oscuridad y podredumbre interior. El estilo de Cel-Shaded elegido funciona a la perfección para caracterizar el mundo y a los personajes de la obra de Bill Willingham, dejando un resultado que sigue estando entre lo mejor que ha hecho el estudio en su densa trayectoria.

Para los que estén un poco perdidos sobre el trasfondo del juego, Fables es un cómic de Vertigo que relata la penosa vida de los personajes de cuento exiliados de su tierras mágicas. Personajes de cuentos clásicos como Blancanieves, Caperucita Roja, El Gran Lobo Feroz, La Bella y la Bestia y otros muchos de toda clase de historias se ven obligados a huir a la tierra de los mundanos, a la “realidad”. El choque entre vivir en castillos y bosques encantados a hacerlo en mugrientos pisos de Nueva York es, como se puede esperar, chocante, por no hablar de las muy reales necesidades de dinero y de ganarse la vida. Muchos de estos personajes en sus tierras no tenían más competencia que ser ricos, nobles o príncipes y princesas, así que despojados de todo ello, ¿qué pueden hacer en un mundo que apenas entienden? Especialmente crudo lo tienen aquellos que no son humanos: animales parlantes, criaturas fantásticas y otros seres que no pueden camuflarse entre los humanos normales. Los que se lo pueden permitir, compran “Glamour”, conjuros mágicos con los que aparentar ser humanos, pero es muy caro y muchos son obligado a ir a la “granja”, un lugar apartado supuestamente idílico -supuestamente-. Los demás viven como pueden, algunos con algo más de suerte que otros, y algunos incluso disfrutando de las nuevas circunstancias a su particular manera.

El protagonista de la serie de Telltale es Bigby, el nombre “cariñoso” del El Gran Lobo Feroz de los cuentos, nombrado sheriff de este ghetto por el respeto (y el miedo) que impone en los corazones de los habitantes además de por algunas de sus habilidades naturales como un olfato sobrenatural. Gracias a una daga encantada puede mantener la forma humana necesaria para vivir en esta sociedad, aunque si se altera puede revertir a su forma natural de forma progresiva, aumentando su fuerza y ferocidad. Lobo solitario en un sentido más que figurativo y habituado a la quietud de su gran bosque negro antes de que tuviera que huir, a Bigby le cuesta bastante adaptarse a la sociedad y es visto con recelo por la gran mayoría de Fables, lo que le obliga a mantener un estricto equilibrio entre sus obligaciones y sus instintos. Es un personaje perfecto para un juego de claroscuros en donde nunca se tiene claro cuál es el mejor camino a seguir, o el menos malo al menos.

Centrándonos en el segundo episodio, continuamos con la historia del primero, del que ahorraremos detalles para evitar destripes. Baste decir que Bigby está investigando el asesinato de dos Fables, algo espeluznante y además difícil ya que estas criaturas son difíciles de matar -son casi inmortales y pueden regenerar heridas fatales con facilidad, pero hasta cierto punto-. Smoke & Mirrors, que es el nombre del segundo episodio, tiene mucho que ver con el caso ya que los asesinatos esconden mucho más de lo que aparentan, incluyendo cierta intervención mágica que hace las cosas más difíciles a la hora de buscar la verdad. Dependiendo de algunas de las decisiones que tomamos en el primer episodio, deberemos seguir las pistas y tratar de tirar del hilo para encontrar a la persona implicada, aunque para ello tendremos que adentrarnos en las partes más sombrías y desesperanzadoras de “Fabletown”.

Un aspecto que destaca de The Wolf Among Us y que realmente se ilustra bien en este segundo episodio, es la oscuridad de la trama y del ambiente. Parte del encanto de los cómics es ver a personajes protagonistas de cuentos populares enfrentados a un mundo real y  la simple supervivencia del día a día. Telltale no se está cortando un ápice al presentar la versión más cruda de ese universo y en esta segunda parte exploraremos algunos de los rincones más oscuros de “Fabletown” como parte de nuestra investigación. Aquí descubriremos que aspectos como las drogas o la prostitución también forman parte de este mundo, un lado todavía más siniestro de esta realidad que se basa en el mismo círculo vicioso que atenaza a los Fables: la melancolía por sus tierras perdidas, las frustraciones del mundo mundano, la necesidad de dinero para sobrevivir en él, todo eso conduce a que algunos individuos estén dispuestos a actos de moral dudosa para escapar durante un rato de la realidad, y otros estén lo suficientemente desesperados como para prestarse a ello.

En el segundo grupo, y esto es bastante más grave, hay que decir que Telltale ha patinado un poco a la hora de reflejar bien nuestras decisiones y a la hora de ofrecer elecciones morales. Uno de los motivos por los que su The Walking Dead es tan celebrado es por su capacidad de ponernos decisiones nada apetecibles en las mesa, de esas en las que no se puede dejar contento a todo el mundo -más bien al contrario-, decisiones moralmente “grises” en los que no hay blancos ni negros, sólo decisiones menos malas y peores. En cambio en este Smoke & Mirrors nos encontramos dos caminos bien marcados y demasiado obvios: podemos ser un matón, amenazando, torturando, peleando y destrozando todo a nuestro paso en pos de la verdad; o bien podemos tratar de imponernos sobre la terrible imagen que Fabletown tiene de Bigby y convencer con nuestras palabras, tratando de ser todo lo paciente y empático que se puede ser. Los dos caminos están bien representados y apoyados por una estupenda caracterización de los personajes, pero es un poco decepcionante ver que la capa de ambigüedad de otros juegos del estudio no acaba de estar presente aquí, haciendo que las decisiones sean un poco menos interesantes.