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The Last Faith

The Last Faith

  • PlataformaPC8NSWPS4XBOPS5XBS
  • GéneroAcción, Plataformas
  • DesarrolladorKumi Souls Games
  • Lanzamiento15/11/2023
  • TextoEspañol
  • VocesInglés
  • EditorPlaystack

Review

Análisis de The Last Faith, metroidvania clásico sin remilgos

Una mirada atrás que termina saliendo bien en un juego clásico que no reniega de sus raíces...ni se inventa nada para olvidarlas

El mundo del metroidvania sigue atascado. Es verdad que es raro el mes que no vemos una nueva entrada ilusionante, pero el flujo de ideas novedosas no va todo lo cargado que nos gustaría y lo cierto es que se percibe un claro estancamiento, que además viene ya durando un tiempo. Algo de todo esto se huele claramente en The Last Faith, un proyecto venido desde Italia que ya lleva varios años preparándose para salir a este mercado abarrotado. Un título que no quiere negar su inspiración en el arte expresionista de Blasphemous, aunque una vez completado – por dos veces, en nuestro caso – nos ha dejado un sabor de boca muy distinto al del gran éxito de la nueva edad dorada del software español. Vamos a dejarlo claro antes de adentrarnos: estamos ante un juego que no gustará por igual a todos los asiduos actuales a este género, pero también es uno que fascinará a los más antiguos.

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Una noche menos sinfónica, pero más violenta

Hay un momento en The Last Faith que me ha transportado como pocas veces a las sensaciones con las que esa gloria eterna que es Castlevania: Symphony of the Night se convirtió en uno de mis favoritos para toda la vida. Poco después de cargarnos al primer boss grande, el mapeado se nos abre dejando un amplio margen para una exploración con pocas cortapisas. Rápidamente nos encontramos dos o tres zonas nuevas y empezamos a ver objetos brillantes que no podemos alcanzar. También nos encontramos con un par de saltos que aún no podemos solventar: de inmediato pensamos en volver cuando tengamos el salto doble. Nada nuevo por ahora, pero el que haya jugado muchos juegos de este estilo ya sabe el terreno que pisa: The Last Faith es puro clasicismo de este género. Quien guste de esas sensaciones las va a encontrar aquí, y es algo que nos ha parecido muy bien llevado a cabo a lo largo de una campaña que dura lo justo.

La otra gran cuestión es que, tras ese primer momento de exploración en libertad vigilada, las zonas por las que nos paseamos están bien diseñadas para que nos vayamos dando cuenta de lo que ocurre en cada una de ellas. Están bien planteadas para que encontremos sin grandes problemas los botones que nos abren aquella puerta cerrada de la esquina, la palanca que nos deja en un atajo miyazakiano o, esto es lo importante, el pulso general de la aventura por un mundo desolado que tiene su atractivo. Aunque justo es reconocer que no se llega a los momentos increíbles en diseño vistos en otros títulos recientes.

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Mucho más Castlevania que Souls

Desde que The Last Faith asomó con su primer tráiler, la comunidad lo ha identificado como un clon descarado de Blasphemous que quiere sumarse a la tendencia de los soulslike tomando préstamos de Bloodborne. Es innegable que algo de eso hay, pero la verdad es que al terminarnos este juego nos plantearemos si no estamos más bien ante un episodio perdido de la propia saga Castlevania. Y es que son muchas referencias: la animación y la propia pinta del personaje, el mundo gótico con escenarios que se parecen mucho a lo ya visto en la saga de Konami y, sobre todo, el combate con sus armas principales y secundarias. En muchos momentos parece que estamos jugando una secuela directa de Castlevania: Dawn of Sorrow para Nintendo DS. Y no podemos negarlo, nos ha parecido una fantástica noticia.

Que nadie se piense que la aventura de Eryk por este nuevo mundo desolado por una plaga es desde ya un juego perfecto venido a cambiar esa tendencia de la que hablamos al comienzo. A nosotros nos ha parecido que va de más a menos, pero es algo tan consistentemente divertido que lo recomendaríamos tanto a los fundamentalistas del género como a los que quieran iniciarse. Utilicemos más o menos los hechizos y armas secundarias, que le dan bastante profundidad de aproximaciones, lo cierto es que el combate nos ha parecido entretenido como para sostener toda la función matando bichos sin parar. Hay bastantes cosas por pulir a nuestro entender, pero sin duda la principal pega viene de la mano del sistema de progresión, una versión aligerada de ideas souls que nos permite subir de nivel muy rápido y – al menos en el estado actual del juego – nos lleva a hacer demasiado daño con algunas de las armas. No estamos ante algo que rompa todo el juego, pero sí desluce el último tramo de la aventura en la que nos hemos paseado por las zonas o destrozado a algunos jefes con demasiada facilidad, simplemente llevando una de las estadísticas más allá del nivel cincuenta.

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Cuando no innovar sale bien

La cuestión central sobre The Last Faith es que en este mundo donde – insistimos – sobran juegos de este tipo, nos parece que el estudio Kumi Souls sale airoso de lo que parecía ser una simple sesión de imitación de Blasphemous. No diríamos que sea algo tan redondo como la espectacular segunda parte de la franquicia sevillana, pero esta apuesta por lo tradicional termina convenciendo precisamente por esas sensaciones familiares de las que hablábamos más arriba. Todo se ve además realzado por un diseño visual muy bien puesto en escena: una vez que vamos abriendo más escenarios y enemigos nos damos cuenta de que tiene más personalidad de lo que parece, con algunas secciones francamente brillantes en las que los escenarios lucen un pixel art de mucha altura. Y, claro está, momentos sonoros muy brillantes de los ya clásicos coros soulslike.

Si hay algo que ha hecho perder el foco últimamente a algunos metroidvania, es la escala de la aventura. The Last Faith es un juego que ha medido con acierto su longitud, sacando provecho del acierto que desprenden bastantes de sus fases, las cuales terminan imponiéndose con claridad a esos desajustes que podamos encontrarle. En nuestra primera partida nos ha resultado muy divertido averiguar las mecánicas de los jefes finales y hemos tenido alguna pérdida que nos ha llevado un par de horas solucionar, pero estas son precisamente las cosas que uno recuerda desde siempre en juegos como este. Con estos mimbres, este recién llegado sin ninguna intención de revolucionar nada ha conseguido hacernos entrar en su propuesta. Siempre logra que intentemos descifrar los acertijos con los que hablan los personajes y su mapa ha entendido perfectamente que menos es más. No se trata aquí de competir con las vacas sagradas, que lo son por algo, pero sí de hacer las cosas bien para llevarnos de vuelta a la mejor época de Koji Igarashi en Castlevania. En definitiva: no es Hollow Knight, ni Ender Lilies ni Ori and the Will of the Wisps…pero divierte, convirtiéndose en cita casi obligada este año para los amantes de lo bidimensional.

Conclusión

The Last Faith no innova y, pese a lo que parece, toma muchísimo más de Castlevania que de los juegos de Hidetaka Miyazaki. No pretende revolucionar el género, pero su duración está muy bien conseguida y las sensaciones clásicas que trabaja con esmero nos llevan directamente a algunos de los mejores momentos de este tipo de juegos. En un panorama abarrotado de metroidvanias con mapeados demasiado ambiciosos, esta apuesta nos ha convencido como para comenzarla desde el principio tras completar el juego por primera vez

Lo mejor

  • Sensaciones de puro metroidvania clásico bien llevado a la pantalla
  • Es muy divertido explorar las zonas y averiguar las mecánicas de los jefes
  • Variedad de armas y enfoques a la hora de combatir

Lo peor

  • No hace nada que no hayamos visto antes
  • Es demasiado fácil subir de nivel, lo que desluce algunos de los últimos niveles y jefes
  • No hemos encontrado motivos reales para usar las armas de fuego
8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.