The Dishwasher: Vampire Smile
- Plataforma3608
- GéneroAcción
- DesarrolladorSka Studios
- Lanzamiento06/04/2011
- TextoEspañol
Sucker Punch
El original llegó por sorpresa y esta secuela, para qué negarlo, también. Nadie esperaba mucho de él y se anunció casi de tapadillo, pero Vampire Smile ya es una promesa en firme: supera ampliamente al original y confirma a James Silva como uno de los creativos más talentosos del sector independiente. Te descubrimos porqué deberías sucumbir a la sonrisa de vampiro.
James Silva. Apuntad ese nombre porque corresponde a uno de los creativos con más talentos del panorama del videojuego indie', un afortunado diseñador que tuvo una gran idea hace unos años y que materializó en 2009 en su 'The Dishwasher' (leer análisis), un título que originariamente se creó en el Dream-Build-Play de Microsoft y que debido a su calidad pasó a convertirse en un juego del arcade. Aquella obra era notable, pero inmadura. Faltaba pulirla en todos los aspectos: jugables, visuales, sonoros, incluso conceptuales. Era un fantástico título igualmente, con sus imperfecciones, pero esas pequeñas taras necesitaban ser cortadas de raíz. Vampire Smile, su secuela (de nuevo a cargo de Silva a través de Ska Studios) es la respuesta a esta necesidad. Tiene todo lo que una secuela debe poseer y multiplica por dos, y hasta por tres, las virtudes del sorprendente juego original. Toda una proeza.
¿Su nombre? Yuki. Aunque la conoceremos como 'la prisionera' en la pantalla de selección de personaje. Quien haya jugado al primer juego sabrá quién es y sino lo irá descubriendo poco a poco, porque tiene una historia completamente diferente a la del Lavaplatos aunque, eso sí, ambos recorren los mismos escenarios y se enfrentan a los mismos jefes, de forma que la única diferencia entre el modo historia de uno y de otro es, efectivamente, esto, la trama. No pasa nada porque en el caso de la Prisionera jugar con ella es toda una experiencia digna de disfrutarse. Su aventura se inicia en un psiquiátrico en el que avanzamos lentamente, en escenarios terriblemente tétricos y surrealistas, para posteriormente pasar a una realidad alternativa en la que la joven 'escapa' a su mundo.
Desde el 25 de marzo está en cartelera la película de Zack Snyder 'Sucker Punch'; los paralelismos son tan evidentes que mencionarlos es casi redundante, aunque así todo, sirva como recomendación indirecta: si te gusta la historia de este personaje, te gustará la del film, y viceversa. Lo verdaderamente potente de esta historia es que se alternan esos mundos 'real' y 'fantástico', de forma que tan pronto estamos luchando como volvemos a una sala del psiquiátrico y todo se va narrando de forma orgánica, sin los obligados cuadros de diálogo. La historia de ambos personajes, al contar con el mismo desarrollo, dura exactamente lo mismo: unas 4-5 horas. Nada mal para un arcade de acción que puede disfrutarse en media docena de niveles de dificultad, desde los tradicionales fácil/normal/difícil hasta otros pensados para público menos veterano, u otros para los más hardcore. Vampire Smile es un juego para todo el mundo en este sentido, aunque en otros se crea (sin ningún tipo de pudor) un nicho del que es difícil sacarle: que pueda ser fácil de jugar no implica que sea el título perfecto para los infantes.
La alusión al vampirismo del título ('sonrisa de vampiro') no es fortuita: la sangre mancha la pantalla a cada tajo de katana y considerando que pueden hacerse combos de decenas de impactos queda claro cómo se ha tomado el equipo la concepción del juego. Habrá que hacer frente a todo tipo de enemigos, y es que en esta guerra estamos (salvo en alguna ocasión puntual) completamente solos: hombres trajeados con habilidades eléctricas, soldados de toda índole, muertos vivientes, robots con malas pulgas los obligados jefes son presentados además de forma dramática, con un zoom in sobre sus cuerpos que recuerdan a las memorables presentaciones del Correcaminos y el Coyote en sus cortos de los Looney Tunes, con su 'nombre científico' acompañando a la imagen. Dicho esto, queda claro que a nivel argumental no se ha descuidado el título a pesar de que (por supuesto) no tiene la profundidad que caracteriza a otros géneros.
No es motivo de queja porque el verdadero motor de Vampire Smile es indudablemente su sistema de batalla, tan vibrante como único, si bien puede llevar al equívoco en primera instancia. Los dos personajes que podemos controlar tienen el mismo sistema de control basado en tres botones (Y, X, A) y un cuarto (B) de agarre. Los L/R se utilizan para realizar habilidades avanzadas como técnicas mágicas que limpian la pantalla de enemigos o que permiten recuperar vida, por poner sólo dos ejemplos, dado que hay varias de distinta índole. Este tipo de técnicas requieren de un cargador de magia, por lo que son de uso limitado, al contrario que los ataques básicos. Estos pueden intercalarse entre sí (patadas, puñetazos, etc.) para crear combos de grandes cifras, siendo uno de los alicientes el alcanzar precisamente estos números para obtener más puntuación al final de la fase.
El equívoco surge cuando en algún momento nos encontremos acabando con los enemigos sin saber muy bien cómo. Bueno, sí: machacando botones al tuntún. No es la intención de Ska Games crear un simulador de lucha de armas blancas, pero el frenesí a veces lleva a que la sensación de que podemos pelear de cualquier forma y es cuando amenaza la sombra de la reiteración. Afortunadamente el juego está diseñado para que cuando esto pasa, nos crucemos con algún enemigo de gran tamaño y nos veamos forzados a cambiar de estrategia y pensar mejor las cosas, así que está claro que a nivel de diseño las situaciones han sido planteadas con habilidad e ingenio. Además de los combates, en algunos momentos (como ocurría en el original) podremos realizar un minijuego en el que los protagonistas tocan una melodía con una guitarra eléctrica dispuesta en el escenario mediante la mecánica tradicional de los juegos musicales (presionando ciertos botones en el momento justo), y también encontraremos salas en las que hay un tiempo límite para acabar con las oleadas de enemigos.
Nuestros personajes tendrán varias armas a su disposición, variando en ambos casos. Por ejemplo, La Prisionera podrá obtener casi al principio de la aventura una Espada Nube (un homenaje clarísimo a Cloud Strife de Final Fantasy VII, tanto en la forma como el nombre), haciéndose El Lavaplatos con un martillo pesado que le impide saltar alto. A las armas se le une la posibilidad de ir obteniendo potenciadores y objetos que pueden usarse en cualquier momento desde un rápido inventario que se abre con el botón Back, habiendo mejoras en forma de parches (más daño a zombies, más vida, etc.) como referentes a atributos, que podemos comprar con las monedas que hayamos obtenido. En resumen: es muy difícil aburrirse jugando a Vampire Smile, pues además de ser divertido permite desarrollar al personaje y no se queda anclado en el pasado'. Y todo esto sólo en relación al Modo Historia, puesto que hay más disponibles.
La oferta tampoco es muy numerosa pero desde luego es más que suficiente (no deja de ser curioso que el juego apenas ocupe 150 MB, frente al casi 1GB de muchos arcade recientes que ofrecen una cuarta parte que éste). Al modo historia se le añade un Modo Arcade, en el que hay medio centenar de misiones en las que todo consiste en acabar con oleadas de enemigos en cantidad creciente, algo así como un survival dividido en fases. Al principio es fácil, pero poco a poco la cosa se pone seria, obligando a concentrarse al máximo para poder salir bien parados. También se ha incluido la modalidad Desafío de plato, que es un survival en toda regla, esta vez sí: elige las armas y acaba con tantos enemigos como puedas con sólo una barra de vida. Por último, está el modo Sala de práctica, para liberar tensión probando combos y formas de asesinar poco o nada sutiles. Todo lo anterior correspondía a los modos para un jugador, dado que también se añade el Multijugador (local y online). El primero es similar al Desafío al plato, pero con una segunda persona en pantalla. El online no hemos podido probarlo a fecha de publicación de esta review, pero se espera que sea exactamente lo mismo pero a través de la red, como ocurría en el Dishwasher original.
Los sprites de los personajes son ahora mucho mayores, más detallados y sólidos, y las animaciones son sencillamente espectaculares. No sólo las de ataques normales, sino las de los 'finishers/fatalities' (combos que podemos hacer cerca del enemigo cuando están moribundos y que acaban con ellos de un golpe) e incluso movimientos estándar, como correr o deslizarse rápidamente por paredes o el suelo. Especialmente espectaculares son las escenas mencionadas de la historia de La Prisionera y en concreto niveles como 'El foso', en las que la paleta de colores seleccionada crea mundos oníricos de gran belleza. Esto último tampoco falla: cada personaje, enemigo o cosa está fantásticamente dieñado, con un estilo muy underground pero a la vez, de alguna forma elegante. Un trabajo fantástico que encuentra réplica en el apartado sonoro: no hay melodía que esté fuera de lugar o efecto de sonido que no se corresponda con lo que debería ser. Para una producción independiente es un trabajo soberbio, por decirlo sin dar muchas vueltas.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.