Cuando hace unos meses Microsoft puso a disposición de los usuarios las primeras demos del XNA en el bazar de Xbox Live, rápidamente fuimos a probarlas para comprobar hasta dónde llegaba la habilidad de los usuarios. Había juegos simples, pero otros nos dejaron ciertamente sorprendidos por su capacidad gráfica, por su motor físico o, en el caso de Dishwasher, por su irrechazable atractivo no sólo visual sino también jugable. Poco después nos enteramos de que aquel título había ganado el concurso Dream-Build-Play, lo que aseguraba su distribución a posteriori en el Xbox Live Arcade.
Ampliar
James Silva, su creador, puede presumir de haber sacado adelante por si mismo un juego realmente sólido, capaz de rivalizar con producciones de gran presupuesto. Irónicamente la idea de realizarlo le vino de la nada más absoluta. Según parece, Silva tuvo un trabajo temporal como lavaplatos, y tras darse cuenta de que lo mismo le pasó a Bruce Lee en su momento, le vino a la cabeza la idea de hacer un juego protagonizado por un lavaplatos que repartía candela a demonios y criaturillas del averno. En su cabeza se fraguó de varias formas, desde un shooter 3D hasta convertirse en lo que el pasado miércoles llegó al bazar al precio de 800 Microsoft Points.
Ampliar
The Dishwasher: Dead Samurai nos ofrece algo que llevamos años ansiando los más nostálgicos del mundillo, un arcade de avance lateral en la línea de los Beat'Em Ups que llenaban los salones recreativos; una reinvención de Final Fight, adaptada a los tiempos modernos no sólo en lo técnico sino además en lo jugable. Ya pudimos encontrar un título así en el arcade, concretamente el año pasado con el excepcional Castle Crashers (que levante la mano quien se lo compró tras acabar la demo), y ahora la creación de Silva se une al grupo, eso sí, en una posición inferior, menos privilegiada, pero igualmente meritoria. Recordad: un único programador lo ha hecho en solitario. Nada menos.
Ampliar
Antes de pasar a hablar de lleno del sistema de juego, habría que hacer una pequeña parada en el guión. Básicamente se nos introduce en una historia en la que el lavaplatos que da nombre al juego, que resulta ser además un samurai fallecido, debe moverse por venganza y acabar con un grupo de cyborgs extraños. Todo está presentado mediante cuadros de texto que simulan las viñetas de un cómic, narrado a dos tiempos, tanto la historia como el pensamiento del protagonista, con dibujos bastante decentes aunque tampoco excepcionales.
Ampliar
Jugabilidad Bien, ahora sí. Dishwasher presenta un sistema de juego puramente clásico, en el que vamos avanzando por un total de trece fases mientras derrotamos a enemigos y acabamos con un jefe al final del nivel. Para ello podemos hacer uso de las múltiples habilidades del protagonista, generadas en base a las armas disponibles, que van desde una katana hasta unos cuchillos de carnicero, una motosierra e incluso un combo de ametralladora y escopeta. Cada arma tiene sus propios combos, tanto las físicas como las de fuego, algo que ayuda a que la acción no se haga reiterativa demasiado rápido.
Ampliar
Además de estas armas, que funcionan al modo clásico -un botón para golpe fuerte y otro para débil, es decir, katanazo leve o potente-, disponemos de un botón de agarre que nos permite acercarnos al enemigo y hacerle una presa, pudiendo enlazar varios para aumentar nuestro contador de impactos. Sobra decir que todo es rápido y que funciona a las mil maravillas, puesto que el sistema no se queda en la superficie y va más allá, añadiendo combos de presionar botones durante equis tiempo o ir enlazándolos para dar cuenta de los numerosos enemigos. Como en casi todos los juegos recientes del género, podemos también mejorar tanto las armas como propiedades como la vida o la energía, todo ello a cambio de diferentes potenciadores que vamos obteniendo al vencer rivales.
Ampliar
Además de los golpes físicos, el protagonista es capaz de realizar ataques mágicos una vez que hayamos reunido suficiente energía, liberando el daño al presionar el botón LB. Y además, se ha incluido en varios niveles la posibilidad de realizar un divertido minijuego en el que tocamos una guitarra rítmicamente, presionando los botones concretos a medida que aparecen en pantalla. Lo que en principio es sencillo poco a poco se complica, hasta el punto de que es posible conectar la guitarra de Guitar Hero o Rock Band para superarlos.
Ampliar
Es en el desarrollo del juego en donde encontramos una de las principales novedades de Dishwasher con respecto a sus compañeros de género. Poniendo como ejemplo Castle Crashers, ahí avanzábamos por el mapeado sin más, yendo hacia delante sin mayor problema. En Dishwasher, sin embargo, hay varios caminos que pueden llevarnos a obtener premios tras superar oleadas de enemigos, haciendo que recorrernos el mapa de un lado a otros será algo más que necesario para obtener todas las bonificaciones posibles. Para ello contamos con la habilidad de teletransportarnos siempre y cuando llevemos encima la katana y hayamos derrotado al primer jefe.
Ampliar
Otro elemento que aleja a Dishwasher de los Beat'Em Ups genéricos y que lo hace algo más 'actual' es la implementación de los Quick Time Events, comandos que debemos realizar en algunas ocasiones tras aturdir a un enemigo. Por ejemplo, si golpeamos a un robot y sale encima de él el botón 'Y', deberemos pulsarlo para realizar un golpe final. Se añade otra novedad más: si en lugar de ése presionamos otro botón, lo mataremos igualmente, pero no obtendremos bonificación, obteniendo lo denominado una 'muerte sucia' en lugar de la 'limpia'. En este último caso, si pulsamos el botón correcto, obtendremos por lo general orbes de vitalidad.
Ampliar
Con respecto a esto último, Dishwasher presenta una galería de enemigos finales realmente fantástica, que mezcla ese universo oscuro y decadente con la tecnología punta, dando lugar a jinetes del averno o robots gigantes, por poner dos ejemplos de las criaturas a las que nos enfrentaremos. Sus patrones de ataque sin igualmente notables, aunque no muy complejos de memorizar. Pese a todo, suponen un verdadero reto, no son simples pegotes al final para que el avance por los escenarios no sea demasiado rápido.
Ampliar
Es más, Dishwasher es un juego con una dificultad respetable incluso en el nivel más bajo de todos. Olvidaos de acabar con todos los enemigos de un golpe o llegar al final de las fases con toda la barra de vitalidad al máximo: sudaréis la gota gorda en los niveles más complicados. Y para redondear, la posibilidad de subir nuestras puntuaciones a los rankings de Xbox Live nos harán intentar superar nuestras marcas, picándonos a reinventar las frases una y otra vez para hacer una mejor puntuación. Todo esto, por supuesto, refiriéndonos al modo principal.
Ampliar
Además de éste, Dishwasher ofrece la opción de jugar una especie de escaramuza con 50 fases, un modo supervivencia en el que tendremos unas armas concretas y nuestro objetivo será derrotar a todos los enemigos de cada fase con una única barra de vida. Complicado a rabiar a partir de cierto punto, es un verdadero reto que más vale afrontar en compañía para que no se convierta en algo frustrante. Por que sí: el juego también incluye un modo multijugador -local u Online- que nos permite tanto disputar encuentros de este tipo como jugar la propia historia.
Ampliar
Técnicamente Dishwasher es un juego oscuro, pero bien acabado. Fondos sencillos, pero bien diseñados, un diseño de enemigos inspirado pero algo reiterativo por momentos -a excepción de los jefes- y sobretodo unos efectos de luz fantásticos. Todo junto resuena como una mezcla fantástica, pero que desde luego se aleja de la excelencia lograda por The Behemoth en Castle Crashers, por ejemplo. Lo mismo sucede con los aspectos sonoros, que no destacan pese a ser bastante correctos.
Ampliar