Hombres de Dios

Desarrollar videojuegos de calidad en España es posible. Sí. Aquellos que añoren la edad dorada del software español pueden comenzar a observar con entusiasmo cómo la industria nacional se abre poco a poco camino dentro del panorama internacional. Lo hizo Mercury Steam con su Jericho, y ahora es el turno para Alcachofa Soft, un mítico equipo de maestros en el género de la aventura gráfica capitaneado por Emilio de Paz, Santiago Lancha y Daniel Iborra que lanza The Abbey (La Abadía). Esta obra audiovisual nace de las manos de otros muchos artistas digitales y profesionales que han colaborado con la causa, y cuenta con la distribución de Friendware y la edición de la empresa de Alemania Crinsom Cow, que ha apoyado económicamente la producción del proyecto.

Como abiertamente ha reconocido Alcachofa Soft, estas dos influencias se dejan notar durante toda la partida. La veneración al título de culto incluye soberbias referencias y guiños que no pasarán inadvertidas a aquellos usuarios que jugaron al clásico lanzado por Opera Soft en 1987. Durante nuestro caminar por la abadía no habrá rincón que no rezume nostalgia y recuerde a la aventura gráfica de Menéndez, siempre respetando el toque humorístico de la desarrolladora. Un ejemplo de ello lo encontraremos nada más llegar a la abadía, cuando el abad nos reciba en su ostentoso hogar y nos permita librarnos de la asistencia a misa. ¡Qué gran incordio suponía frenar las investigaciones de Guillermo de Occam, nombre del protagonista del original, para presenciar los oficios religiosos!

The Abbey nos traslada a la abadía de Nuestra Señora de la Natividad situada en la época medieval en una zona indeterminada de España. Allí nos pondremos en la piel de Fray Leonardo de Toledo, un consejero real perspicaz, cuyo carácter y sabiduría le convierten en el investigador perfecto. Leonardo contará en todo momento con la compañía del pequeño Bruno, familiar de un aristócrata de la época, candidato a formar parte de la hermandad y aprendiz del investigador. El caminar de Leonardo y de Bruno con destino a la abadía por los riscos lluviosos del valle se verá interrumpido por una inmesa roca arrojada intencionadamente por un misterioso individuo encapuchado que intenta acabar con la vida de ambos.

Está claro que alguien no quiere que Leonardo y su olfato investigador pisen el enclave religioso de Nuestra Señora de la Natividad. La razón la descubrimos nada más avistar la puerta de la abadía, donde somos recibidos por un apático y menudo monje llamado Egidio. Y es que días atrás, uno de los monjes, el hermano Anselmo, fallecía aplastado por un incensario en la iglesia de la abadía ante el estupor del abad y de otros de sus compañeros de oración. Este trágico accidente fue puro azar, según los religiosos del recinto. Sin embargo, no deja de ser sospechoso que toda la abadía al completo esté desconcertada ante lo sucedido, y que cada uno de los hermanos tenga su propia opinión sobre esta caprichosa muerte.

Ante esta sospechosa muerte, Leonardo de Toledo tendrá que agudizar todo su ingenio de la mano del jugador, y recorrer las estancias que conforman la abadía de Nuestra Señora de la Natividad para descubrir los porqués del misterio. Algunos lo relacionan con las fuerzas del mal venidas desde el mismísimo infierno; otros ven sombras humanas con oscuras intenciones dentro de la propia congregación. Tu deber como investigador es averiguar quién o qué se encuentra tras este enigma que entremezcla las artes oscuras y la magia con la perfidia y la codicia más terrenales.

En la travesía estaremos acompañados del joven Bruno, que con apenas 14 años ya aspira a convertirse en un renombrado copista. Este simpático personaje representa el papel de acompañante que interpretaba el novicio de La Abadía del Crimen. Sin embargo, la personalidad de Bruno dista mucho de él. El objetivo de Alcachofa Soft, como bien adelantaron a esta revista en una entrevista, no es más que desarrollar la antítesis de aquel excesivamente puntual infante de Spectrum, es decir, presentar un personaje tonto, torpe, ingenuo y que no sea un incordio para Leonardo. Bruno es eso y mucho más; un personaje iluso e inocente, que no dudará en opinar a viva voz sobre las actuaciones del investigador y en actuar de manera impulsiva. Sus comentarios estúpidos contrastarán con la enorme sapiencia del detective vestido con sotana y provocarán momentos de risa y humor.

Esta inverosímil y soberbia pareja de investigadores no estará sola, pues en la abadía residirán los hermanos de la congregación religiosa de Nuestra Señora de la Natividad. La labor que Alcachofa Soft ha realizado en el proceso de construcción de personajes y guión es admirable y excelente. Cada hermano tendrá su propia labor en la abadía y cumplirá escrupulosamente sus tareas. Del mismo modo, la personalidad de éstos está excepcionalmente trabajada, con actitudes perfectamente reconocibles, que rápidamente nos harán hacernos una idea sobre el personaje que Leonardo tiene delante, sobre su carácter y sobre su posible implicación en los asesinatos. Las conversaciones con estos hombres de bien nos acercarán y a la vez nos alejarán de la resolución del enigma. Y es que con el perfil que tienen, difícilmente podremos discernir rápidamente quién o quiénes son los culpables de la catástrofe de Anselmo. Las reacciones de cada fraile nos invitarán a tanto a sospechar como a liberarle de toda culpa. 

Nuestras pesquisas las llevaremos a cabo en las estancias de la abadía, que está recreada pensando directamente en referencias arquitectónicas de la época medieval. Visitaremos desde la iglesia hasta la cocina, pasando por el establo, por la herrería y por el hospital, sin olvidar la biblioteca, las celdas de los monjes el cementerio y otros emplazamientos ocultos en esta construcción arquitectónica con influencias barrocas y románicas. Cada una de las estancias disfruta de una ambientación propia, de un estilo individual, lo que las diferencia entre sí e incide en la experiencia de juego favorablemente.  

Gráficamente, sólo hay que observar las capturas que acompañan este texto para apreciar la importante labor artística realizada por el equipo de Alcachofa Soft. El motor gráfico del juego mezcla entornos en dos dimensiones a modo de fondos pre-renderizados de estilo clásico con modelados de personajes 3D. Los movimientos de los personajes se integran perfectamente con los entornos, que mantienen en todo momento una robustez admirable y unas perspectivas apropiadas. Y es que esta mezcolanza funciona a las mil maravillas gracias -repetimos- a la excelsa mano de los artistas que se encuentran tras los píxeles de este proyecto.

Desde el punto de vista más técnico, The Abbey funciona adecuadamente en equipos no demasiado actuales, convirtiéndose en un título accesible para prácticamente todos los públicos. Los usuarios que dispongan de un ordenador más actual podrán disfrutar, no obstante, de una mayor resolución en las texturas del juego y la activación de efectos de sombras en tiempo real y de antialias. Gracias a estos efectos y a la suavidad del motor, el aspecto gráfico del juego lo convierte en una verdadera experiencia cinematográfica interactiva.

Recorrer los pasillos de la abadía de Nuestra Señora de la Natividad será posible gracias al ratón y al estilo point & click clásico de las aventuras gráficas. The Abbey no se aleja de los cánones clásicos del género, y presenta una aventura no compatible con el concepto de innovación. Es por ello que con los botones primario y secundario del ratón controlaremos la acción haciendo click sobre los puntos del escenario para conversar, recolectar objetos o interactuar. El inventario de objetos lo desplegaremos acercando el puntero a la zona superior de la pantalla y lo ocultaremos con el movimiento contrario. Aquí podremos seleccionar objetos para utilizarlos en el entorno, combinarlos y escuchar sus descripciones.

Desde el inventario también tendremos libre acceso al cuaderno de bitácora de Fray Leonardo, donde encontraremos notas y comentarios sobre los descubrimientos realizados durante las investigaciones y sobre nuestros objetivos más inmediatos. De igual forma, desde la pantalla principal del juego, y siempre que estemos en una zona exterior de la abadía, podremos acceder al mapa del recinto, con el que podremos viajar de un lugar a otro rápidamente haciendo click sobre el destino.

La mecánica de juego está únicamente basada en la historia principal, que es lineal y, a diferencia de su inspiración digital, no necesitará que estemos continuamente demorando la investigación para cumplir con nuestras obligaciones sacrosantas. El hilo argumental se divide en cuatro actos, cuya duración total dependerá de la perspicacia del jugador y de su agilidad mental a la hora de resolver puzles y situaciones. Para ello, tendremos que conversar con los frailes y atar cabos con sus declaraciones, utilizar ingeniosamente los objetos que encontremos y hasta interactuar con el inoportuno Bruno.

Al despliegue visual  le acompaña una banda sonora de primer nivel. Las melódicas creaciones de Emilio de Paz e interpretadas por la Orquesta Sinfónica de Praga se integran perfectamente con las estancias de la abadía y las situaciones que allí acontecen, ofreciendo una ambientación sonora envidiable para el juego. El oído del jugador se dejará llevar por las melodías que sonarán durante la partida, y vivirá cada paso que dé con entusiasmo desde la majestuosa introducción del juego.

La calidad sonora y orquestal del juego se sitúa al mismo nivel que su espectacular doblaje. The Abbey cuenta con actores de alto rango en el arte de la interpretación, como Ramón Langa (Bruce Willis) en el papel de Leonardo, Nacho Aldeguer como Bruno (Draco de Harry Potter), o Juan Perucho (Los Simpsons, Jefe Wiggum). El equipo de doblaje y Alcachofa Soft han trabajado muy de cerca para imprimir personalidad con cada una de las voces elegidas para interpretar a los frailes de la aventura y esta virtud se aprecia desde el primer instante. 

Otro de los aspectos importantes de la aventura es la utilización del humor y el ingenio para provocar la risa del jugador. Para el equipo de desarrollo es una máxima histórica hacer reír al espectador durante la partida. Así que prepárate para oír comentarios absurdos por parte de Bruno, para observar guiños a la vida de soltería, a la situación de los frailes y al sistema monárquico de la época. Todos los chistes estarán medidos y se insertarán en el momento oportuno de la trama, por lo que siempre sonarán apropiados y no desentonarán con los momentos más serios de la investigación. Bien es cierto que en el panorama internacional muchas de estas referencias humorísticas elaboradas dentro de nuestra cultura hayan pasado desapercibidas, pero esto no quita que en casa podamos reír con ellas. Y de lo lindo además.

Uno de los aspectos más criticados por los usuarios de España es que el juego llegue al mercado nacional meses más tarde que a otros países como Alemania. A sabiendas de este agravio comparativo, Alcachofa Soft ha preparado para sus compatriotas una edición de especial del juego única y exclusiva, que incluye múltiples extras en forma de contenidos sobre el proceso de creación del juego, además de correciones de 'bugs' y cambios en los puzles. La instalación del la versión española de The Abbey acerca a tu disco duro decenas de bocetos de los personajes y diseños de los escenarios (alguno de ellos incluso desechados). Pero sin duda alguna, los extras más destacables son el documental  en vídeo de una hora de duración sobre el making of del juego y la Tira Leica jugable, que es una versión completa del título desarrollada en base a la digitalización de las ilustraciones realizadas para el 'storyboard' del juego.