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SWIV

SWIV

Por tierra, mar y aire...

Una joya de principios de los 90 vuelve para demostrar que Game Boy Color aun puede sorprender al personal con una adaptación digna de elogio que mantiene el mismo sabor retrógado de antaño. Solo que ahora en 56 colores...

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Había visos de cambios. Irem, en 1998, alertó al respetable que con Game Boy Color los matamarcianos podrían volver con más fuerza. Pero tres años después la situación se ha mantenido igual de muerta que antes, sin un solo cartucho que rememore nuestros tiempos perforando cascos alienígenas como si nos fuera la vida en ello.
De modo que, exceptuando el notable Project S-11 de Sunsoft que con un poco de suerte veremos en nuestro país este mismo año, aquel panorama tan esperanzador terminó por convertirse en un espejismo que confirmó el mal estado de salud del género.

Hasta que por fin, alguien se ha dignado a trasladar a la 8 Bits de Nintendo un título que haga honor al ya mitológico shoot 'em up. La desarrolladora británica SCI, más conocidos por el controvertido Carmaggeddon, se ha encargado de recuperar a Swiv, un verdadero clásico que fue editado con la vista puesta en Commodore 64 para, posteriormente, dejar su propia firma en Atari ST, Sinclair, Playstation o en Super Nintendo. Aunque un solo título nunca pueda ocupar el puesto de centenares que llenaron el cupo, en su tiempo, en todas las plataformas de 16 Bits.

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La idea de Swiv nos plantea la posibilidad de pilotar dos vehículo distintos. De hecho, dispondremos de un helicóptero y un tanque que cruzarán por la directa los mismos niveles, solo que cada uno tendrá vicisitudes propias del territorio que tienen a su alcance. De esta forma, por el aire, no podrás chocar contra las tropas terrestres y ni siquiera caer víctima de los pequeños búnkeres de camuflaje que usan algunas de las más mortíferas armas enemigas. Mientras que, en la parte baja, te ahorrarás un montón de problemas intentando abatir las formaciones aéreas de todo tipo de "jumbos", "apaches", y demás surcadores del cielo.

Pero aquí se acaba la inventiva de los desarrolladores. Es, en líneas generales, una traslación idéntica al original, salvando un apartado técnico bastante mejorado respecto al C64, y que a duras penas se defiende cuando ya has tenido la oportunidad de catarlo en Amiga. Los más puristas estarán encantados con una propuesta que nosotros llevábamos tiempo reclamando. Veamos si finalmente tanta espera ha merecido la pena...

  g  r  á  f  i  c  o  s
 
Puedes estar tranquilo. R-Type DX era bastante brusco, Gradius se movía a trompicones y si has jugado a Project S-11, sabrás que a cosa tampoco termina de ir del todo fluida. En Swiv, sin embargo, se dan cita en pantalla hasta cuatro enemigos sin menoscabar ni un instante las imágenes por segundo. Incluso se han permitido el lujo de hacer mover continuamente el rotor del helicóptero que siempre puede ser usado como guía si ves que la situación no va todo lo suave que debería.

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Claro que esto puede ser resultado de escenarios muy poco trabajados. Pero una vez te sumerjas en la primera pantalla te darás cuenta de la labor que hay detrás de cada uno de los decorados que moran los 8 Megas de la producción de The Convenion Company. Atravesarás dunas, bosques, enormes explanadas de cultivo, tierra magmática y hasta barrizales con la estela de tanques mastodónticos que han clavado sus cadenas en la superficie. Y si, has leído bien: Tanques enormes, bombarderos del tamaño de un rascacielos, plataformas que atorarán más de una vez nuestros progresos y Final Bosses que si bien no pueden compararse con el "predecesor", demuestran, una vez más, de lo que es capaz, todavía, esta imperecedera consola.

  m  ú  s  i  c  a

Es posible que el nombre de David Whitaker no te suene mucho (nunca mejor dicho), pero la partitura original la compuso este genial autor que ya ha demostrado sobradamente que aun se encuentra en plena forma. En Nintendo 64 tuvimos la oportunidad de escucharle en The World Is Not Enough, que pecó de no contar con la sintonía original de James Bond, por lo que tuvo que improvisar algún sucedáneo que cuajara perfectamente con la personalidad petulante del espía inglés.

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Dejando de lado su pasado no tan fructuoso como a principios de los 90, la Banda Sonora de Swiv es de lo mejor y más pegadizo que hemos escuchado en Game Boy Color en mucho tiempo. Su corte clásico y directo, la reproducción más que correcta y lo perfectamente bien que acompasan todos nuestros tiroteos lo erigen como el mejor apartado del cartucho. Y desde aquí, te invitamos a que le prestes especial atención a la melodía que acompaña la pantalla de Game Over o a la del primer nivel. Una maravilla, vamos.

  s  o  n  i  d  o   f  x

El fragor de la batalla retumbando los altavoces de la portátil hasta que explote por completo tu vehículo, con los reiterativos bombardeos que efectúas, las represalias de tus adversarios y estallidos constantes y extenuantes de todo lo que te rodea. Una ambientación para salir al paso de quienes una vez se atrevieron a recordar que esta consola no está capacitada para estos menesteres. De acuerdo, no tenemos las voces digitalizadas de Perfect Dark, pero, ¿que más da?. Joanna nunca ha estado tan inmersa en semejante aquelarre en toda su vida.

Te recomendamos fervientemente que utilices auriculares para sentir con mayor atención al detalle cada una de las caídas de tus adversarios.

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  j  u  g  a  b  i  l  i  d  a  d

No vamos a descubrir nada si decimos que es en este aspecto donde se forjan las mejores obras. Tampoco gritaremos "Eureka" al retraer que el apartado gráfico casi siempre ha infligido negativamente este aspecto, sobretodo por culpa de un transcurso de cuadros por segundo que podría convertir una simple partida en todo un reto para los jugadores más avezados. Aunque Swiv es un juego bastante difícil, puesto que solo cuentas con tres vidas para acabarte toda esta travesía por tierra y aire, el apartado técnico es el sustento perfecto para que absolutamente nada entorpezca tu camino hacia la victoria, salvando claro, lo complicado que puede resultar acabar sin el menor rasguño un nivel en el que hordas de kamikazes se abalanzan sobre ti sin ningún tipo de miramiento.

Es decir, el control de la locomoción es suave y preciso, sencillo de realizar, y con la complicación de tener que cambiar de vez en cuando de botón si queremos acceder a nuestra arma secundaria. Un pertrecho que se obtiene al destruir ciertos enemigos y que se van añadiendo a nuestro inventario. En este sentido podremos llegar a cargar con mísiles térmicos, proyectiles que solo se dirigen a una sola dirección y unas pequeñas esferas de fuego que protegen tu posición unos cuantos segundos mientras se expanden y destrozan todo lo que encuentran en su camino. Como otro item destacable, encontrarás una cápsula que te salvaguardará durante unos segundos preciosos que puedes aprovechar para dejar toda tu munición y pilotar de forma temeraria sin temor a recibir impacto alguno.

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Si lo que estás buscando es durabilidad, puede que con Swiv te lleves una pequeña decepción. El juego en sí está compuesto por seis fases. No son muchas, claro, pero el hecho de que contemos con un tanque y un helicóptero hace de ellas una experiencia nueva dependiendo de lo que estés comandando en ese momento. No es que sea algo relevantemente nuevo, pero si que servirá como excusa para alargar en cierta medida la vida de un título que se encoge cuando nos percatamos de que no dispone de un modo para dos jugadores. El Password, por lo menos, servirá para que los aun neófitos en este mundillo encuentren en él algo infinitamente más accesible.

  c  o  n  c  l  u  s  i  ó  n

Tan solo debes ojear el catálogo de esta consola y saber que nos encontramos ante un imprescindible. Es todo un clásico que vuelve al ruedo amén de la consola más vendida de todos los tiempos y que, por supuesto, le hace justicia. Estamos encantados de recibir títulos que nos sorprenden de tal forma que incluso nos atreveríamos a decir que es necesario una colección que disponga de uno de los mejores, sino el mejor cartucho (con permiso de Mario Tennis) que ha recibido Game Boy Color en este último año.

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Aunque suene a tópico, si eres amante de la acción, de los matamarcianos, de la nostalgia, de los buenos recuerdos o de cualquier sinónimo que se te ocurra que tenga algo que ver con el pasado, Swiv es una compra insalvable. De lo contrario, te lo recomendamos aun más, porque a buen seguro que hará las delicias a los jugadores más exigentes.

Larga vida al Shoot'em up.

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8.8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.