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Star Wars The Clone Wars: Héroes de la República

Star Wars The Clone Wars: Héroes de la República

Todavía un joven padawan

Las Guerras Clon vuelven al mundo de los videojuegos, con un capítulo intermedio entre temporadas de la serie de animación. Carisma, personajes clásicos y algunos detalles interesantes que, desgraciadamente, no terminan de explotarse en el cómputo general del juego.

De cuantas licencias hay en el mundo del entretenimiento, en todas sus vertientes posibles, pocas pueden presumir de contar con una longevidad semejante a la de Star Wars. Desde el estreno de la ya mítica película de George Lucas, la leyenda no hizo más que crecer con más filmes, cómics, novelas, series de animación, videojuegos, merchandising… En los últimos años, ha ido cobrando cada vez más fuerza una subsaga del argumento, las llamadas Guerras Clon en las que se basaron las series de animación del mismo nombre, al tiempo que veían la luz las últimas entregas cinematográficas. La aceptación de dicha serie acabó impulsando el estreno de una película de animación por ordenador, y siguiendo la estética de dicha encarnación, nos llega ahora una nueva adaptación jugable.

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Star Wars: The Clone Wars: Héroes de la República no es la primera obra basada en esta sublicencia del universo Star Wars, pero tampoco destaca por haber aprendido de los errores del pasado y ofrecernos la experiencia definitiva de las Guerras Clon. No se le puede negar que tiene virtudes y una cierta capacidad de diversión, pero en Xbox 360 y PlayStation 3 no consigue estar al mínimo indispensable; Krome Studios sigue sufriendo con las consolas de alta definición, tal y como demostraron sus mejorables Viva Piñata: Party Animals y Hellboy: The Science of Evil. Al ser este un título multiplataforma que ve la luz también en PS2, PSP y Wii, el acabado en alta definición deja más sombras que luces, ya que se antoja un título de la generación pasada.

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Una guerra interminable
Las Guerras Clon son uno de los eventos más importantes del universo Star Wars. Con una duración de tres años (desde el año 22 antes de la batalla de Yavin hasta el año 19 antes de la batalla de Yavin), los resultados del conflicto han sido drásticos y conocidos por todos: la fundación del Imperio y la desaparición casi absoluta de los Jedi. En el eje central de todo esto, la figura de Anakin Skywalker, quien se pasa al lado oscuro para convertirse en Darth Vader. Pero todo esto ocurre mucho después de los sucesos que se narran en este juego, ambientado entre la primera y la segunda temporada de la serie de televisión y que, precisamente, nos narran los acontecimientos que faltaban en algunos huecos argumentales de la serie.

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Sin grandes alardes, no obstante, todo se reduce a que intentaremos detener las maquinaciones de un asesino tecnológico, enfrentándonos al cazarrecompensas Cad Bane, a Kul Teska y al mismísimo Conde Dooku. Tendremos abundantes secuencias de vídeo, narrándonos los entresijos de este complot, pero lo cierto es que se antojan un tanto intrascendentales, limitándonos a curiosidades que, al intentar mantenerse siempre dentro del cuadro de las temporadas televisivas, no se arriesga y no va más allá de lo estrictamente necesario para cumplir su papel. En cierto modo, es un regreso a los videojuegos de antaño: un argumento excusa a partir del cual divertirnos enfrentándonos contra todo enemigo que salga en pantalla, atravesando complejas plataformas y procurando llegar con vida al final del nivel.

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Esta teoría, si bien resulta prometedora sobre el papel y durante los primeros momentos de juego creemos que puede llegar a ser así, acaba cayendo un poco en saco roto, dado que el caos provoca que no resulte tan divertido como podría. Héroes de la República está pensado para ser un juego para toda la familia, y eso le hace bastante daño: intenta ser Lego Star Wars, y se queda con una importante pérdida de identidad, a medio camino de ninguna parte. La base del juego es cooperativa, con dos personajes siempre en pantalla, ya sea controlados por dos jugadores o bien uno controlado por la máquina (aunque este bien podría no estar presente, dado que no hace prácticamente nada); en el primer caso, la colaboración para superar los puzzles y combates es muy de agradecer, aunque en el segundo lo haremos todo nosotros mismo y resulta un poco desesperante.

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Siguiendo la ideología Lego, de un capítulo para el siguiente cambiaremos de personajes, según el acontecimiento que se nos narre. Esto en Lego Star Wars funcionaba porque todos conocíamos tan bien el argumento en cuestión que no necesitábamos más para saber qué estábamos presenciando y haciendo; aquí no funciona, porque da una ligera sensación de inconexión entre fases, y dado que hay personajes con distinta jugabilidad, durante casi la mitad del juego nos da la sensación de que estamos ante un tutorial constante, que no parece tener fin. Y es que el bueno de Yoda no se cansa de darnos consejos sobre nuevos movimientos, tácticas de combate, ideas a tener en cuenta en el siguiente tramo de juego; para ello, detiene la acción, en ocasiones cuando estamos en medio de un combate.

En total son algo más de 30 fases, ambientadas en entornos conocidos de la serie de televisión, como Ryloth o grandes naves de guerra de la República. A lo largo de estos niveles, podremos seguir las andanzas de Anakin Skywalker, Obi-Wan Kenobi, Ahsoka Tano, Mace Windu, Kit Fisto, Aayla Secura, Luminara Unduli, Plo Koon, el capitán Rex, el comandante Cody, el comandande Gree, el comandande Bly, Ponds, el sargento Boomer, el Sargento Kano y el soldado Switch. No obstante, también habrá otros personajes importantes que se dejarán ver, como Padme Amidala, Asajj Ventress o el General Grievous. No se puede negar la muy adecuada y precisa recreación de todos estos personajes, de la cual hablaremos en el apartado técnico del juego.

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Según el personaje que controlemos, la jugabilidad será diferente. Los Jedi tienen doble salto (así como movimientos rápidos de esquiva, o para deslizarse por aberturas), ataques con el sable láser y uso de la fuerza. Podrán subirse a droides y controlarlos, un movimiento que requiere una precisión ridícula y que se vuelve prácticamente obligatorio para poder avanzar; a cada poco tendremos que buscar un robot que pueda romper una pared que nos bloquea el paso. La fuerza, por su parte, se limita a activación de palancas, apertura de puertas metálicas y empujones, dejándonos con la sensación de que podría haberse explotado mucho mejor esa habilidad Jedi. En algunas fases, los Jedi pueden montarse en artefactos droides voladores, debiendo jugar como si de un shoot'em up de la vieja escuela se tratase.

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Por su parte, los clones tienen un sistema de juego radicalmente distinto. No saltan, pero pueden rodar para buscar una cobertura, agacharse para disparar, y cuentan con un completo arsenal de armas. Para disparar con el arma básica, podremos utilizar el gatillo o bien el analógico derecho, determinando la dirección concreta en la que queremos disparar. También podremos lanzar granadas, marcando la trayectoria de la misma (bastante imprecisa por lo general, explotando al chocar ante cualquier cosa y siendo sólo efectivas si aciertan de lleno), y con armas adicionales como lanzagranadas; también tendrán niveles a bordo de AT-RT, y tendrán minijuegos a la hora de hackear ordenadores y paneles. Las primeras veces, el cambio radical de ritmo y dinámica de juego resulta demasiado confusa, aunque con el tiempo nos acostumbraremos a todas las variantes.

A fin de cuentas, y pese a la variedad de dinámicas y personajes, los niveles acaban resultando prácticamente siempre iguales, repetitivos y aburridos. Esto se debe a varios factores importantes; en primer lugar, que los enemigos son constantemente los mismos, con una variedad demasiado escasa. Tampoco ayuda el diseño de niveles, demasiado caóticos y confusos, con giros de cámara inesperados y la incógnita en varias ocasiones de si ese camino será el que debemos seguir o no, ya que un giro brusco en el último momento nos indica otra dirección. Por culpa de este diseño, los momentos de plataformas son demasiado imprecisos, con toques de duda ante el qué hacer llegados a un momento determinado.

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La falta de precisión es clave de cara a todo momento en el que intentemos saltar, ya sea a una plataforma, un saliente o bien un droide. Deberemos ser milimétricos en nuestro salto, o fallaremos y caeremos al vacío; o peor aún, en vez de balancearnos por los postes, nos subiremos a ellos, viéndonos avocados a caernos en algún momento al no estar avanzando como se espera que lo hagamos. El hecho de no poder morir nunca convierte el juego en un paseo, ya que al igual que en los Lego volvemos a aparecer al lado de donde perecimos; el único motivo para dejar la partida es el aburrimiento, nunca el quedarse atascados o el encontrarnos con una inexistente pantalla de Game Over. En los niveles deberemos recoger orbes azules que hacen las veces de monedas que luego podremos invertir para comprar mejoras de diverso tipo (combate, manejo de droides, o incluso la adquisición de máscaras para nuestro personaje); destacan los minijuegos que nos encontraremos en el mapa, una competición de puntos entre los personajes que no afecta al avance de la historia.

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Apartado técnico
Visualmente, Héroes de la República es un juego tan simple y básico que le pesan los años; y decir eso de un título recién llegado al mercado no es algo bueno. No se le pueden negar sus virtudes: consigue recrear con mucho acierto y fidelidad a los personajes de la serie y película de animación por ordenador, y nos ofrece entornos coloridos y cargados de efectos de luz. No obstante, como ya hemos dicho antes, Héroes de la República podría haber salido, tal cual, hace un lustro y, aún así, no destacar especialmente. Este apartado gráfico no está al nivel de lo que se debe exigir a las plataformas actuales, y pese a que las escenas de vídeo son satisfactorias, el acabado general deja que desear.

Las animaciones son indignas, y la cámara bastante mala, con la infame costumbre de situarse en el peor ángulo posible para calcular nuestros saltos y comprender hacia dónde debemos avanzar, incluso tapándonos en ocasiones a los enemigos fuera de la pantalla. Afortunadamente, el apartado sonoro sí que está al más alto nivel, como cabría esperar de un título basado en la franquicia Star Wars. Se reutilizan abundantes efectos de sonido y melodías, por lo que en todo momento nos sentimos dentro del universo en el que se ambienta el juego, logrando una gran inmersión. Además, está perfectamente doblado al español, repitiendo las voces de la serie y película que sirven como base a este Héroes de la República. Un gran trabajo de profesionales que se agradece mucho.

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A nivel jugable, pese a que el mando de por sí tiene un tiempo de respuesta adecuado, en pantalla todo resulta caótico e impreciso. Controlando artefactos voladores, nos perderemos constantemente por culpa del pequeño tamaño, la cámara y el constante fluir de enemigos idénticos a nosotros. Los momentos de plataformas están descompensados, con algunas que atraen al personaje como un imán y otras que parecen de acceso imposible; del mismo modo, el control de los droides se antoja innecesario y complejo. Además, la dinámica acaba resultando demasiado repetitiva y acaba aburriendo, sobre todo por el constante cambio de control según los personajes que tengamos a nuestra disposición.

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El juego es relativamente largo, y además cuenta con el juego cooperativo para darle una mayor longevidad; no obstante, tampoco ofrece grandes alternativas más allá del modo de juego básico. Es posible rejugar los niveles, y tenemos los pequeños enfrentamientos en medio de los mismos, así como la mejora de habilidad y el conseguir las mejores puntuaciones; pero no es nada que deje realmente satisfechos.

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5

Mejorable

Puede tener elementos aceptables y entretener, pero en general es una experiencia que no dejará huella. Sólo recomendable en caso de sequía de este género de juegos.