Este arcade de naves me suena...

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Star X podrá presumir de muchas cosas, pero desde luego no de originalidad pues está basado en Star Fox, el jugo de naves tridimensional programado para Súper Nintendo hace años. De todos modos, las diferencias con el título de Argonaut son evidentes, aunque no por ellos positivas.

Star Fox, conocido en Europa como Star Wing, era un juego de naves realizado en 3 dimensiones, aunque la libertad que ofrecía no era tanta. El juego solo permitía avanzar hacia delante, por una ruta prefijada. Los enemigos podían salir de cualquier parte, y podían ser eliminados con el punto de mira que se movía por delante de la nave. También había muchos obstáculos que esquivar a medida que se volaba.

Luego salió una versión para Nintendo 64, llamada Star Fox 64 (o Lylat Wars en Europa). Más de lo mismo, pero mejorado gráficamente y con la misma jugabilidad que el título de la 16 bits. Todo más bonito, pero igual de divertido.

Y ahora llega Star X, un juego que se parece hasta en el nombre (Star fo-X), pues todo lo que había en el juego de Súper Nintendo ha sido plasmado en este cartucho de Game Boy Advance. ¿Todo?... bueno, en realidad todo no.

Lo peor de este título es el control de la nave, pues la sensación que da, es que en realidad se controla el punto de mira que va delante, y no la nave en sí. Además, el control que se tiene sobre él es muy impreciso. Puede que los chicos de Graphic State Games hayan conseguido traspasar a las mil maravillas los polígonos de Star Fox, sus gráficos y todo el aspecto visual, pero lo que no han conseguido pasar es la esencia del juego, la suavidad de su control, su adicción, su jugabilidad... en definitiva, aquí está el mismo juego, pero menos brillante.

A medida que se sobrevuelan los diferentes escenarios, naves enemigas de todo tipo intentarán poner fin a la salud del protagonista. Para acabar con ellas, se podrá optar por el cañón láser (infinito), o por las bombas que arrasarán todo lo que haya en pantalla (limitadas). Pero aquí los enemigos no son como en Star Fox. Aquí no tienen estrategias que le compliquen a uno la vida (o la partida), simplemente se pasean por la pantalla un rato hasta que son eliminadas o hasta que se cansan y se van.

Además, en este jugo no es precisamente fácil encañonarlas, ya que el punto de mira es bastante inestable. Y si apuntar es difícil, el número de disparos que hacen falta para destruirlas es lo suficientemente elevado como para que la tarea de acabar con cada nave se vuelva complicado.

De todos modos, esto no hace que el juego se vuelva imposible, pues la cantidad de daño que quitan los disparos enemigos es muy reducida, y salvo los jefes de final de fase, ninguno representa un peligro serio a la hora de acabar las fases.

g r a f i c o s

El aspecto gráfico es la estrella indiscutible del juego. Se podría decir que incluso consiguen superar a los vistos en Star Fox (el de Súper Nintendo). Todos los elementos gráficos están realizados con polígonos, desde la nave protagonista, hasta las estructuras que irán apareciendo por el camino.

Tan solo hay dos cosas que se salen de esta norma. El suelo y el fondo. Estos dos elementos están realizados en 2D mediante una textura que se mueve según la dirección que tome la nave protagonista. El resto está completamente realizado en 3D.

Sin embargo, estas 3D no son tan perfectas como podrían llegar a ser. Todos los polígonos son planos, o lo que es lo mismo, no tienen ninguna textura aplicada sobre ella. Tan solo un color uniforme adornará cada uno de esos polígonos, resaltando claramente los bordes de unión entre ellos. Tampoco hay ningún tipo de efecto de luz sobre los mismos, aunque eso puede que fuera pedir demasiado.

El movimiento, gracias a los mencionados polígonos, es bastante suave. Las naves se mueven muy bien, el escenario se mueve bien, los enemigos se mueven bien... tan solo hay una cosa que no se mueve bien, y es el punto de mira con el que se juega. Y esto afecta mucho a la jugabilidad, y es el motivo que estropea el juego. El movimiento del citado punto de mira es sumamente brusco, y es el causante de que sea tan difícil apuntar a las naves enemigas.

s o n i d o

Las músicas que adornan este juego son relativamente buenas, al menos lo suficiente como para no cansar los oídos a nadie. En general son músicas de corte tranquilo, intentando crear una atmósfera de tensión con ritmos más o menos pausados. En general intentan dar al juego un aire de película de ciencia ficción seria. Y a pesar de que las fases son largas, no se hacen repetitivas.

Los efectos de sonido están algo menos elaborados que las músicas, y la verdad es que no hay muchos. El principal es el sonido del cañón láser al ser disparado, y es que no para de sonar, pues es imprescindible estar disparando durante toda la fase. El resto de los sonidos se limitan a las explosiones, el turbo y el freno de la nave, y algún efecto esporádico más, pero que no resaltan demasiado.

j u g a b i l i d a d

Aquí es donde falla este juego de naves, lo cual es una lástima visto lo visto hasta este punto. La jugabilidad no está nada ajustada por varios motivos. El primero de ellos es el control; pues al contrario que Star Fox, aquí no da la impresión de pilotar una nave, sino tan solo de mover el punto de mira que hay delante de la misma. Este punto de mira se mueve de forma sumamente brusca a cada toque que se realiza en el pad , por lo que situarlo encima de una nave enemiga se vuelve una tarea excesivamente complicada.

Al final se le termina cogiendo el truco, pero a costa de dar golpecitos muy rápidos y muy seguidos sobre el pad de dirección, y por supuesto, a base de pulsar como locos el botón de disparo del láser. Otro punto que no acaba de convencer es la colocación de los botones, que además no puede ser redefinida. Y es que el botón de freno están en el L, mientras que el de turbo está en la B, por lo que cuesta un poco habituarse. Con A se dispara y con R se coloca la nave en posición vertical.

Además, el punto de mira al que se hacía referencia antes, se mueve solo hacia la línea del horizonte, por lo que es imposible fijarlo en un punto concreto, y se vuelve todavía más difícil apuntar. Pero al menos esto puede solucionarse en las opciones del juego, desactivando la de autocentrado.

El último punto negativo de la jugabilidad es la extraña curva de dificultad que tiene el juego. Mientras que las fases resultan sencillas de superar a pesar de lo pesadas que son las naves enemigas; los jefes finales son una auténtica pesadilla. A parte de ser duros como ellos solos, hay que encontrarles el punto débil, cosa que es más fácil decir que hacer.

Por lo demás, en el juego solo hay que ir avanzando y matándolo todo. Ni la historia que se representa ni los escenarios por los que se puede hacer alguna pirueta (como pasar entre algunos obstáculos) consiguen arreglar el desaguisado de la jugabilidad, pobre y escasa en objetivos.

c o n c l u s i ó n

Al final, y tras examinar a fondo este juego, queda un título que no acaba de convencer, pero que conserva algo que no está mal del todo. Puede que sus gráficos, o su comparación con Star Fox lo salven de ser un título mediocre (que no lo es), pero desde luego no llega ni por asomo a ser uno de los imprescindibles de Game Boy Advance.

Es una lástima que algunas compañías no se esfuercen al final en pulir sus productos, que podrían tener un acabado mucho mejor de lo que se ve al poner el cartucho en la consola. Este Star X podría haber sido un muy buen juego, incluso podría haber sido tan bueno como lo fue en su día Star Fox, pero no ha sido así, y es una lástima. En cualquier caso, siempre es recomendable su prueba, pues es un título muy agradable de ver.

 l o   m e j o r

 l o   p e o r