Puede parecer redundante, pero de nuevo toca volver a hablar del buen momento por el que pasan los juegos descargables, títulos lanzados a través de canales como Xbox Live, PlayStation Network, WiiWare, el AppleStore o el Steam, entre otros sistemas de distribución, y que en muchos casos cuestan una cuarta parte de lo que se paga por un juego en formato físico, pese a ofrecer mucha más calidad que dichos productos. Basta echar la vista atrás para recordar dos casos concretos y confirmar esta teoría: Braid y World of Goo. Dos juegos descargables, ambos sin apenas promoción, que consiguieron convertirse en estandartes de sus respectivos catálogos. La obra de Jonathan Blow poco o nada tiene que envidiar a los mejores títulos de Xbox 360, sucediendo lo mismo con la fantástica creación de 2D Boys.
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De todos los sistemas descargables, probablemente el Xbox Live de X360, a través del sello Xbox Live Arcade, sea la que más calidad esté ofreciendo desde el momento de su inicio. No ha habido ni un solo año en el que no apareciese algún título digno de ser comprado o, al menos, probado. El catálogo del sistema se cuenta por decenas, habiendo aparecido religiosamente al menos un juego cada miércoles desde el inicio del servicio allá por finales de 2005. Braid, Dishwasher, Castle Crashers, Small Arms, el 'remake' de Castlevania Symphony of the Night o Assault Heroes son algunas de las joyas que nos ofrece la plataforma. Ahora, se suma otra más.
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Splosion Man es otro ejemplo de 'tapado'. Un título que no despertaba ningún interés, si bien los vídeos de gameplay del pasado E3 tampoco estaban del todo mal. De hecho, ha llegado esta semana a la plataforma casi sin avisar, estando confirmado desde hacía semanas el remake del sublime TMNT Turtles in Time, que se ha visto desplazado hasta el próximo 5 de agosto. Así, Microsoft ha querido inaugurar su 'Summer of Arcade' con este Splosion Man, un producto surgido de la mente de un estudio que sorprendió con el divertido The Maw y que ahora, definitivamente, deslumbra.
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No podemos juzgar si Microsoft ha hecho bien en desplazar el clásico de las tortugas ninja. Lo que si podemos hacer es aplaudir tal movimiento, pues lo que nos encontramos ayer miércoles en el Xbox Live es un título llamado a ser, con el tiempo, uno de esos juegos de culto que van revalorizándose. Como Braid, pero sin rozar la perfección de forma tan notable, Splosion Man nos propone una mezcla de plataformas, puzzle y dejes de juego de acción, todo bajo un fantástico apartado técnico que se sitúa a la altura de los mejores productos del Live Arcade.
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Pero ante todo, ¿qué es lo que hace Splosion Man tan especial? La respuesta es complicada. A la vez, presenta una mezcla de géneros que no sólo funciona, sino que es perfecta, pero sin embargo rezuma clasicismo, pudiendo ser un juego de la época de las 16bits por su simplicidad en la puesta en escena. Y como aquellos clásicos, en dominarlo está la complicación. Accesible, pero profundo hasta límites insospechados, algo que se multiplica cuando jugamos con varias personas y tenemos que coordinar todos los poderes. O más bien, el poder. Por que Splosion Man, como indica su nombre, es un monigote de lava cuya particularidad es, precisamente
explotar. ¿Hace algo más? Realmente no. Todos los botones del mando están asignados a la misma acción, quedando relegado el stick izquierdo para mover al personaje. Con la simplicidad por bandera, nuestro objetivo es llegar del punto A al punto B del escenario, ni más ni menos. La clave no es el qué, sino el cómo, y es aquí donde la creación de Twisted Pixel consigue despuntar en una época en la que cada vez son menos los juegos que se preocupan por cuidar los niveles, dedicándose por completo a presentar criaturas gigantescas a las que enfrentarse, sin más. Splosion Man puede presumir de contar de un diseño de niveles sencillamente brillante, algo que comparte con el ya mencionado Braid de Jonathan Blow. No habrá ni una sola fase en la que repitamos un patrón de movimientos hasta llegar al final. Ni una.
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Y tiene mérito cuando son un total de 50 niveles los que encontramos en la modalidad para un jugador del título, repartidos en tres mundos que como es de esperar, presentan una dificultad ascendente a medida que se progresa en la aventura. Este modo de juego presenta una particularidad con respecto al resto, que es presentar unas fases de forma mucho más cinematográfica, haciendo juegos de cámaras como zooms, cambiando el ángulo para mostrar los personajes más de cerca o en diferentes perspectivas, entre otros trucos visuales que hacen del título algo mucho más, digamos, 'épico'.
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Nuestro protagonista puede usar sus explosiones para más de una cosa, como era de esperar. Ser una criatura ígnea tiene sus ventajas, así que además de poder encadenar varios saltos mediante explosiones, podemos acercarnos a un objetivo (científicos, robots, ametralladoras) para hacerles picadillo con nuestros ataques'. Las fases, como ya se ha dicho, reúnen elementos de acción, plataformas y puzzle. Habiendo explicado lo primero, habría que hacer una parada en el segundo género que presenta, el que encumbró en el pasado a Mario o Sonic y que, el año pasado, encontró en Tim un nuevo representante.
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Los saltos tienen su complicación, no consisten simplemente en pulsar un botón y llegar al siguiente punto. Splosion Man debe, por lo general, ir enlazando explosiones y haciendo combos mediante barriles de pólvora u otro tipo de objetos, de forma que así pueda llegar a zonas más lejanas o elevadas. Lo mismo sucede con los dejes de puzzle, o más bien de plafinicación. Podríamos considerar Splosion Man una especie de vástago del grandioso Prince of Persia clásico o de su más reciente sucesor, el no menos fantástico N+. Como éstos, Splosion Man encuentra en la técnica del 'ensayo y error' su principal aliado.
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Ir corriendo no lleva a ninguna parte. Hay que pararse a pensar, analizar la situación, observar cuantos elementos hay en pantalla y la razón por la que han sido dispuestos en la misma. Nada en la creación de Twisted Pixel está puesto ahí por casualidad, pues todo ha de usarse: rebotar en paredes, saltar de una zona a otra utilizando paneles móviles, recorrer el escenario para dar con un camino alternativo hasta dar caza a un científico que está obstruyendo el paso mediante una palanca, sobrevolar una piscina de ácido, huir de camas de pinchos móviles. Para eso nos valemos de una única habilidad, tremendamente versátil eso sí, confiriendo al protagonista del juego una razón de ser y representando en si mismo la más pura esencia de la jugabilidad clásica. Simple y accesible, sin dejar de lado la profundidad para el experto. Como ya se ha comentado, el modo para un jugador es sólo la punta del iceberg. Paralelamente, Splosion Man ofrece la posibilidad de rejugar las mismas fases (sólo las ya completadas) para hacer mejores tiempos y subir nuestras marcas a Xbox Live, através del modo Contrarreloj. ¿Nada más? Evidentemente, no. El mayor logro de Splosion Man, incluso por encima de su fantástico modo historia, es un multijugador rabiosamente divertido y brillantemente diseñado, con soporte para desde dos a cuatro jugadores de forma simultanea. Y olvidad la posibilidad de que Twisted Pixel haya simplificado el sistema de juego para ofrecer soporte cooperativo. Al contrario.
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El modo multijugador de Splosion Man, disponible tanto en una misma consola como a través de Internet, ofrece 50 niveles más totalmente diferentes a los del modo principal, especialmente diseñados para ser disfrutados por varias personas, añadiéndose nuevos retos y más problemas a la hora de encarar las fases. Por ejemplo, aquí puede usarse al compañero para saltar sobre él e impulsarnos, de forma que se fusionen los poderes explosivos de ambos para llegar a zonas lejanas. Deberemos activar interruptores en sitios diferentes, acabar con jefes haciendo uso de inteligentes patrones de ataque (jefes que, eso sí, también aparecen en el modo principal), entre muchas otras cosas.
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Sobra decir que si el modo para un jugador ya es complicado, el cooperativo aumenta (y mucho) su nivel de exigencia. Splosion Man es un título que no da descanso, que obliga a pensarlo todo y a ejecutarlo con cautela. Con una sensacional curva de dificultad, es en el modo multijugador donde verdaderamente puede verse ese fantástico diseño de niveles que mencionábamos al principio del artículo. Por si se necesitaba más, se ofrecen extras a medida que vamos jugando. Twisted Pixel no ha optado por las descargas adicionales a cambio de Microsoft Points: según vayamos jugando, desbloquearemos imágenes de jugador, accesorios para los avatares e incluso un tema personalizado. Y evidentemente, no faltan los logros, también bastante bien pensados: unos sencillitos, y otros dedicados a los que más horas le dediquen al juego. Uno de ellos, de hecho, se consigue completando el modo principal en dificultad difícil. Por que sí, hay una por encima de la básica. Una locura.
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Técnicamente Splosion Man es una auténtica gozada. No puede decirse que su apartado 3D sea el más exquisito del sistema, obviamente se aleja del fotorrealismo de muchos juegos del catálogo disponibles en formato físico. Pero comparando con The Maw, anterior título de la compañía, o en general con lo que ofrece el Xbox Live Arcade, estamos ante uno de los productos más vistosos del sistema, junto a Bionic Commando Rearmed o Castle Crashers, cada uno en su estilo. De este último también toma elementos, principalmente un sentido del humor muy 'cartoon', cercano a los dibujos animados clásicos, más centrado en gestos y acciones que en chistes tradicionales.
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