Splatoon 3
Splatoon 3, análisis. Sinónimo de diversión
Analizamos Splatoon 3, la nueva entrega de la franquicia de Nintendo que regresa cinco años después. Se ha convertido en un paquete de experiencias.
Quien cae en la fórmula Splatoon queda atrapado para siempre. Nintendo encontró en los Inklings una nueva imagen de marca con la que demostrar que también pueden ocupar un hueco relevante en el shooter competitivo (especialmente en territorio asiático). Pero no todo pasa por llenar estadios entre los mejores a los mandos; también hay sitio para el gran público que busca la frescura que solo Nintendo sabe impregnar a sus licencias. Y ahí es universal.
Cinco años nos separan de Splatoon 2, quien tomaba la inercia de sus orígenes en Wii U para impulsar el catálogo de Nintendo Switch durante su primer ciclo de vida. Lo que funciona debe permanecer. El rol conservador de la segunda entrega se extiende a su secuela, pero lo hace en base a todo el aprendizaje de estos años atrás. Nos encontramos un Splatoon 3 que reduce trámites, agiliza la experiencia y bebe de los momentos más destacados de anteriores duelos sobre la tinta.
El regreso de los mamiferoides: más que un tutorial
El tópico recurrente del modo campaña a modo tutorial ha sido una constante en la franquicia… hasta la Octoexpansión de Splatoon 2. Su llegada demostró que era posible ofrecer un desafío de calidad alejado del entorno multijugador. Esa línea creativa se ha trasladado al arco argumental de Splatoon 3. El regreso de los mamiferoides nos lleva a través de seis zonas de pequeñas pruebas tan variadas como adictivas.
Los objetivos que nos encontramos son de todo tipo. Algunas nos llevan a superar zonas de obstáculos con la única ayuda de Cenutrín, un inseparable compañero que ocupará el hueco del arma arrojadiza durante buena parte de ella; otras, en cambio, nos llevan a combatir contra otros Inklings controlados por la IA en secuencias más propias de un shooter tradicional que exige afilar los reflejos.
Estas zonas a las que aludimos cumplen la función de mapamundi, es decir, el progreso no es lineal, sino que tú puedes elegir qué camino quieres seguir y aprovechar las oportunidades secundarias que se ofrecen previas a ponerte el mono de trabajo. Al completar pruebas sumaremos una divisa que permite limpiar la influencia de los mamiferoides del escenario, lo que descubre nuevas pruebas, coleccionables y objetos que nos permiten evolucionar a nuestro personaje.
Sí, has leído bien. La evolución de nuestro personaje es clave para alcanzar el éxito contra los jefes finales y las pruebas más desafiantes. Tenemos un árbol de habilidades que nos permite desarrollar rasgos pasivos de todo tipo, desde andar más rápido por la tinta rival hasta poder localizar a los rivales mientras nadamos en forma de calamar. Esto naturalmente es opcional; si quieres, puedes completar la campaña de inicio a fin con las limitaciones del personaje base, pero es un impulso necesario si no quieres pasar demasiadas veces por la pantalla de Game Over.
Olvidad por un momento el manido inventario de armas. En Alterna (la región de la campaña) contaremos únicamente con una pistola de élite que podrá mejorarse como parte de ese árbol de habilidades. Su versatilidad le permite ocupar el hueco de arma base en la mayoría de pruebas, pero siempre encontrarás otras con las que sumar un extra en la divisa. Las opciones están delimitadas según en la que entres, por lo que constantemente tienes que adaptarte a las circunstancias si buscas un extra de dificultad.
Completar la campaña ronda las seis horas, dependiendo del tiempo que pases desbloqueando nuevas zonas o si superas todas las pruebas. Aunque no podemos entrar a señalar cómo son los jefes finales, sí que os podemos decir que están a la altura de lo que hemos encontrado en anteriores aventuras.
Sólido y diverso: Tintelia gana en el cara a cara
Splatoon 3 reafirma una vez más el paquete de experiencias en el que se ha convertido la saga. Va más allá de ser un juego centrado en los Combates Territoriales: Salmon Run, el Combate Caótico, la Lucha Carterritorial, el modo local… Ya quieras enfrentarte a otros jugadores o unir fuerzas con amigos, nos encontramos ante una especie de punto de encuentro interactivo con el que celebrar una fórmula que siete años después está lejos de mostrar signos de fatiga.
La reducción de trámites a la que aludíamos al inicio del texto queda presente desde la primera apertura del inventario multijugador. Es prácticamente instantáneo. Un fundido en negro y ya podemos elegir qué queremos tener equipado y qué configuración de control preferimos. Los tiempos de carga se han reducido en prácticamente todas las transiciones. La experiencia es más fluida. ¿Tienes 10 minutos? En menos de 60 segundos desde que enciendes la consola ya estarás repartiendo tinta.
Es ágil hasta el punto de que las notificaciones de la rotación de mapas se transmiten por radio en tiempo real si estás dentro del juego. Adiós a los cortes para ver la televisión; nada frena tu permanencia en los puntos de encuentro. De hecho, ahora puedes cambiar de equipamiento al terminar una partida sin perder tu lugar en el grupo.
Todos estos cambios forman parte de una renovación necesaria del vestíbulo multijugador. El ascensor hacia las partidas ha dejado de ser una pantalla estática. Ahora tenemos acceso a una especie de gimnasio en el que se ofrecen varias actividades mientras esperamos que el matchmaking haga el resto. Por ejemplo, podemos probar nuestro equipo contra figuras de entrenamiento mientras busca partida, y si queremos seguir con los jugadores de la partida anterior ahora los veremos corretear como hologramas.
Esta entrega es más agradecida con el tiempo que invertimos. Nos referimos sobre todo a Salmon Run, al que puedes entrar en cualquier momento del día sin restricciones. Eso sí, contará con su propia rotación que modificará el mapa (entre los tres disponibles) y las armas a empuñar. La tienda de Don Oso cuenta con su propio punto de encuentro en el que puedes formar grupos privados con amigos. Son partidas algo más intensas que en Splatoon 2; la cooperación es muy necesaria para poder devolver a los alevines a la cesta de cada ronda. Se agradece.
En los modos multijugador tradicionales hay pocas sorpresas. El Combate Territorial es la manera más rápida de acceder a la oferta de Splatoon 3: dos equipos se atizan durante 3 minutos por ver quién ha entintado más porción del mapa que el contrario. Si nos trasladamos a Combate Caótico, que hace las veces de competitivo, permanecen los mismos modos a través de las partidas clasificatorias e informales: Pintazonas, Torre, Pez Dorado y Asalto Almeja. Los cuatro cubren las variantes más generales de lo que da de sí la fórmula.
La sorpresa viene de la mano de la Lucha Carterritorial, un modo uno contra uno donde se dejan de lado las armas para utilizar un mazo de cartas. Las reglas son sencillas: debes rellenar más huecos con el color de tu tinta que el rival a medida que aparecen las cartas que has seleccionado. En la práctica funciona como una especie de Tetris por turnos en el que tú eliges cómo hacer ascender tu zona. Por el momento solo se puede jugar contra la CPU. Se espera la llegada de matchmaking en una futura actualización gratuita.
Entre Cromópolis y Tintelia
De lanzamiento contamos con 12 mapas disponibles en el multijugador, una suma que mezcla escenarios inéditos de Tintelia con otros ya familiares de la anterior región. Entre los mapas que debutan destaca Desfiladero Fumarola, donde en el centro se erige un pilar que funciona como punto de control de toda la zona situada bajo ella. Los duelos por intentar pintar el muro para escalarlo crean un tira y afloja que funciona genial. Callejones Crustáceo es otro de las novedades, un mapa repleto de tres líneas en el que un puente conecta los dos extremos. Las batallas son endiabladas.
Se agradece el regreso de entornos ya conocidos que han probado su calidad en anteriores entregas (Spa Cala Bacalao, qué bueno que viniste), pero se echa en falta algo más de fuerza para los localizados en Tintelia. Solo 5 de los 12 disponibles hacen su debut. Nintendo ha prometido un soporte de actualizaciones gratuitas en los próximos dos años posteriores al lanzamiento, en el que señalan la publicación de un catálogo sin coste adicional con carácter trimestral. En las anteriores ediciones ya ampliaron los mapas con el paso de los meses, pero no deja de sentirse escaso lo que podemos estrenar el primer día.
Lo mismo ocurre con el armamento, amplio por abarcar todas las armas principales de las anteriores entregas, pero escaso en novedades. Arcromatizador triple es el más destacado junto al debut del Azotintador Brisa, el primero actúa como un arco que cambia la dirección de los disparos dependiendo si estás en tierra o en el aire. El segundo, en cambio, lanza golpes secos de tinta más dirigidas que las de las brochas convencionales.
En el lado de las armas especiales hay mucha más chicha. Nuestro favorito es el gancho tentacular, que convierte a tu Inkling en un ninja. Cuando lo activas puedes lanzar un gancho a cualquier parte del escenario durante algunos segundos, incluso hacia las zonas no accesibles de la base rival. Cuando termina el potenciador, vuelves al lugar original donde la activaste. Es perfecto para escaramuzas con armas rápidas, como las brochas. También se han añadido novedades que mejoran tanto tu estado como el de tus compañeros. Nos referimos adispensabebidas, que mejora la velocidad del personaje durante un breve periodo. A ellos se les suman otros debuts como el flotiburón (un misil dirigido en línea recta en forma de tiburón) y el emiteondas (genera ondas de tinta al activarse), entre otros.
Pocas sorpresas a nivel técnico. 60 imágenes por segundo garantizados en todos los modos de juego, tanto en Dock como en portátil. Visualmente se percibe un poco más definido que Splatoon 2, sobre todo por la mejora en el texturizado de la tinta que se deforma de maneras más diversas. Hemos utilizado el modelo OLED de Nintendo Switch, donde el juego vibra en modo portátil y tabletop gracias a la variadísima gama de colores.
Conclusión
Splatoon 3 es sinónimo de diversión. La compañía japonesa consolida una fórmula que ya ocupa un espacio relevante en el catálogo de Nintendo Switch. Se ha convertido en un paquete de experiencias diversas donde todas mantienen el listón de calidad. Su fórmula atrapa desde el primer momento: cada partida es una dosis de adrenalina impulsada no solo por su jugabilidad a prueba de bombas, sino por su excelente dirección visual y sonora. Sigue vigente la frescura desde sus orígenes en Wii U; no hay shooters de calado competitivo que ofrezcan este giro de tuerca junto a la identidad que impregna Nintendo a sus productos. Nos encontramos ante una secuela conservadora, sin duda, que llega para poner en práctica el aprendizaje de todos estos años atrás. Splatoon, Splatoon 2 y su Octo-Expansión; de todos bebe un poco para afrontar esta segunda mitad del ciclo de la consola con fuerza. Sus responsables han prometido un apoyo continuado durante los dos próximos años desde su lanzamiento; está en su mano paliar la escasez de novedades a nivel de escenarios y armamento, lo único que le impide alcanzar el sobresaliente.
Lo mejor
- La reducción de trámites a todos los niveles. Más ágil que nunca.
- Adictivo como siempre. Una fórmula que se sigue percibiendo fresca.
- La identidad jugable de la campaña, mucho más que un tutorial.
- El pequeño salto de dificultad de Salmon Run, ahora jugable en todo momento.
- Un paquete de experiencias diverso, tanto con amigos como con desconocidos.
Lo peor
- Es una apuesta conservadora a todos niveles
- La escasez de novedades a nivel de armamento y mapas
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.