Spaceball Revolution
- PlataformaWii7
- GéneroPuzle
- DesarrolladorVirtual Toys
- Lanzamiento11/09/2009
- TextoEspañol
- VocesEspañol
- EditorVirtual Toys
Revolución Espacial
El concepto tradicional del puzle no está inventado. No sería posible por cuestión de concepto: Virtual Toys da una nueva vuelta de tuerca al género aprovechando las posibilidades del wiimote en un título de fácil acceso, destinado a todos los miembros de la familia, que a buen seguro sabrá hacerse un hueco en el catálogo de WiiWare. Una producción patria acuñada en la Comunidad valenciana que tuvimos ocasión de conocer hace largo tiempo en Frankfurt y que finalmente aparece en la Tienda Virtual de Nintendo.
La industria patria poco a poco recobra las fuerzas del pasado, vuelve al lugar que le otorgó cierta popularidad a mediados de los 90, así como a finales de los 80 con obras icónicas que todavía cuentan con una férrea comunidad de aficionados a sus espaldas. No hace falta mencionar a las principales compañías que se han dedicado a labrarse un futuro en los últimos tiempos, ya que de sobra son conocidas por los lectores. La prensa especializada española no deja de recordar ni de apoyar a estos títulos que por sus características necesitan un empujón para no pasar sin pena ni gloria por el mercado.
Virtual Toys se ha convertido por méritos propios en un estudio tan conocido como reputado, si bien su trabajo no había despegado en consolas de sobremesa hasta la fecha. El lanzamiento de Spaceball Revolutions marca un antes y un después en el devenir de la compañía, como bien aseguraba el encargado de presentar el título ante el gran público meses atrás en el tiempo. Nintendo Europa, en un intento por promocionar los títulos de WiiWare, celebraba un evento que se centraba exclusivamente en esta vertiente; en él tuvimos ocasión de conocer el catálogo que a lo largo de los meses hemos ido desgranando.
Curiosamente, una de las producciones que teóricamente estaban a punto de ver la luz se retrasaba para caer en el último trimestre del año. Desde la compañía se han mantenido firmes en su apuesta por dar a conocer el producto a cualquier precio, conscientes de que manejan un título con un nivel de calidad notable que por su propia concepción se aleja del público mayoritario. Su propuesta nos lleva a conocer el futuro del juego de puzles que alejándose de propuestas más específicas como el Profesor Layton (que nada tiene que ver con el concepto del título que hoy presentamos) busca retar al jugador en tres dimensiones.
Los primeros paneles no proponen ningún reto en especial. Poco a poco conocemos las fórmulas que podemos poner en práctica para sacar adelante cada escenario: podemos lanzar la bola directamente hacia la casilla que nos interesa apuntando con el wiimote (la única herramienta que necesitamos para la ocasión) o bien haciendo que ésta rebote en alguno de los laterales, única vía para evitar los objetos que más adelante serán puestos en escena para complicarnos la vida. Hemos de afrontar dos problemas bastante bien definidos, siendo el primero acceder a nuestro objetivo, mientras que el segundo recae en camino que utilicemos para alcanzar nuestro propósito.
A medida que avanzamos este reto comienza a hacerse cada vez más complicado. Ya no sólo por los objetos que se cruzan entre nuestra posición y el panel (en forma de ventilador, barrera móvil, escudo protector ), sino también por las figuras que hemos de componer a cada nueva ocasión. Si somos duchos en esto de apuntar y tener precisión en pantalla no nos costará vencer los primeros escenarios, elaborados específicamente para los jugadores a los que les cuesta más llevar a buen puerto su objetivo. Para fomentar la competitividad, Virtual Toys ha desarrollado varios escenarios, a cada cual más complejo, en el que debemos buscarnos literalmente la vida para conseguir que la bola llegue en todo momento a su destino.
Pese a su concepto como juego de puzles (porque, después de todo, el ingenio es el que decide la velocidad y agilidad para superar cada escenario), la compañía valenciana ha querido fomentar el uso de una curva de dificultad bastante asequible independientemente de la pericia de los jugadores, insistiendo en que la práctica lleva a la perfección. Dependiendo del rendimiento que hayamos aplicado a la hora de solucionar un panel específico obtenemos una puntuación final basada en el tiempo que hayamos utilizado durante la partida, lo que a la larga nos garantiza un nuevo reto para superar las puntuaciones que conseguimos durante la primera toma de contacto.
La experiencia es, efectivamente, un grado. Aprendemos a manejar el sencillo sistema de control a medida que jugamos. De este modo entendemos que al golpear un panel justo donde se interceptan dos cuadrados podemos encender a los colindantes, reduciendo considerablemente el tiempo que tomamos para finalizar cada escenario. Son pequeñas variantes que pese a su aparente inocencia acaban por otorgar sentido pleno a las acciones que realizamos durante las partidas, por no hablar del nivel de dificultad que conlleva atinar al máximo la puntería cuando el tiempo aprieta. Además de la modalidad principal podemos disfrutar de distintas variantes de juego, a cada cual más elaborada, que se basan en el mismo concepto.
De nuevo hay que hacer alusión a las imágenes, que hablan de forma elocuente de lo expuesto hasta el momento. Cada vez hemos de tener más cuidado con los objetos que se ponen expresamente en los laterales para frenar el recorrido de la bola o para cambiar su rumbo, lo que a la larga aumenta la complejidad del paquete. Cuando conocíamos el título por primera vez en Frankfurt esta fue una de las características en las que más se insistió; el juego está probado por gente experta en la materia que ha tratado de elevar el reto hasta límites insospechados, por suerte para los que busquen un reto en el género. Con todo, no podemos olvidar la posibilidad de disputar partidas con un amigo que así lo desee y competir con él en vez de hacerlo con la máquina.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.