El regreso de Sonic al mundo de los pinball.

La idea de meter a Sonic en una mesa de pinball y hacerlo rodar para conseguir puntos no es nueva. Ahora, la idea ha llegado a GBA cargada de extras para que uno o varios jugadores puedan pasarlo bien a costa del erizo azul.

La gran velocidad de Sonic, y su posibilidad de hacerse una bola, lo hacían ideal para ser el protagonista de un pinball. En algunos juegos del erizo, había minijuegos de pinball con Sonic como protagonista.

Pero la idea se expandió, y apareció algún título como Sonic Spinball exclusivamente dedicado a esa idea. Todos sabemos que una buena mascota, no sólo protagoniza sus aventuras, sino que llega a aparecer en todo género que se precie; desde carreras, hasta tenis, deportes extremos, o incluso un pinball.

Ahora le toca el turno a GBA de disponer de esta peculiar idea, ya usada en otras consolas hace tiempo. Si los juegos de plataformas de Sonic no son suficientes, éste es el juego que necesitas. Un título con sus pros y sus contras, pero que sin duda hace bien una cosa, la más importante: divertir.

Hacer un juego de pinball, es fácil. Lo complicado es hacer que sea divertido. Para ello, debe reunir de manera perfecta realismo y ficción. Si es demasiado real, puede llegar a aburrir a corto plazo, como ocurre con los reales. Si no tiene realismo, no parecerá creíble, y por lo tanto no tendrá gracia para el jugador.

En este título, aun sin ser un imprescindible, coinciden ambos aspectos bastante bien. Es fácil de jugar, como cualquier pinball, pero a la vez tiene algo que engancha. Quizás sean las mesas, que están muy bien construidas, o puede que la inercia con la que se mueve la bola, o incluso los decorados, basados en los mundos de Sonic, Nights y Samba de Amigo… en cualquier caso, es muy agradable de jugar.

El punto fuerte son los modos de juego (hablaremos más adelante de ellos), que son muchos y variados. Por el lado negativo, está el reducido número de mesas disponibles: 2 de entrada, y una tercera desbloqueable (la de Samba de Amigo). Luego, estas mesas tienen variaciones, pero en realidad lo único que cambia es el decorado de fondo, siendo los elementos idénticos en todas las variaciones.

Gráficamente éste es un juego normal, sin grandes alardes, aunque en el fondo no los necesita. Todo está realizado de manera simple pero efectiva. Todo lo que hace falta está ahí, desde rampas, lanzadores, luces, elementos móviles… no falta de nada, y todo con el suficiente detalle para que sea agradable a la vista.

La bola, para variar, no es Sonic, sino que es una bola normal de pinball. Evidentemente no es gran cosa, pero tiene el tamaño justo para que golpearla sea sencillo y divertido. Seguir su recorrido por la mesa no será ningún problema a menos que se tengan problemas de visión, pues es lo suficientemente grande para que no se confunda con los elementos del escenario.

Las 3 mesas son muy diferentes, aunque por desgracia son pocas. Cada mesa, tiene varias decoraciones diferentes para amenizar un poco las partidas, presentadas a modo de fases. Todas son muy coloridas, y con detalles típicos de cada juego. Incluso la presentación de cada una de ellas, antes de comenzar la partida, es un clásico guiño a cada serie.

Poco más se puede añadir, pues en el fondo, un juego de pinball, no tiene su fuerte en el apartado visual. Es de agradecer que esté bien cuidado, incluso se puede decir que en su género no hay nada mejor, aunque eso también es por la ausencia de juegos de pinball.

El apartado musical está muy bien cuidado, con melodías muy acordes con la serie que representa cada mesa. Sin embargo hay dos cosas a tener en cuenta: la primera es que estas melodías no son las mismas de los juegos originales. Podrían serlo, y tienen calidad para ello, pero no lo son. Si se mira por el lado positivo, son melodías nuevas.

El segundo punto a tener en cuenta es que no hay muchas, y todo el rato jugando con la misma, puede hacer pesada la partida. Es cierto que eso es muy difícil, por la alta calidad de las mismas, pero con el tiempo puede ocurrir.

Por lo menos, la música es muy agradable, con ritmos pausados o acelerados, pero bien pensados para que al oirse en ciclo, repetidas veces, no cause sensación de pesadez. Pueden estar sonando largos ratos, que no importa, e incluso se pueden llegar a tararear.

Los efectos de sonido son igualmente buenos, y hay uno para cada elemento que active la bola al chocar. Alarmas, sirenas, golpes de todo tipo contra cada superficie… hay de todo y suena lo suficientemente realista para creérselo.  Un buen acabado.

Llega el momento de ver el apartado clave del juego. Que un pinball sea un éxito o un fracaso depende de muy poco. A fin de cuentas, es un tipo de juego muy esquemático, y muy repetitivo. Pocas opciones, y poca variedad. Así que para que sea divertido, tiene que tener algo.

Al igual que los pinball de verdad, algunos son divertidos y otros no. Lo que ocurre es que los pinball de verdad suelen ser usados para una o dos partidas, lo que representa un tiempo de juego muy corto. Un videojuego no puede permitirse el lujo de divertir por sólo unos minutos, sobre todo teniendo en cuenta lo que cuesta.

Afortunadamente, éste no es el caso, y en este cartucho hay diversión para rato. Y por dos motivos: por el juego en sí, y por los extras. En primer lugar hablaremos del juego principal. No hace falta explicar como se juega, pues tan sólo 3 botones llegan para controlarlo todo: los dos flipers, y otro para agitar la máquina, bajo el riesgo de cometer falta y perder la bola.

Pero todos tienen estos elementos y algunos divierten y otros no. ¿Por qué éste sí? Es una pregunta difícil de constatar, incluso después de estar bastante rato probándolo. Simplemente es divertido. Se deja jugar, y cada pulsación incita a la siguiente, creando una reacción en cadena que hace difícil dejarlo.

Quizás haya que hablar de la excelente disposición de los elementos, o los geniales personajes en los que están basadas las mesas, o la casi perfecta recreación de la inercia de la bola… pero da igual. Echarse una partida es divertido, y punto.

En contra habría que reconocer que quizás no a todo el mundo le gusten los juegos de pinball. No porque sea malo, sino porque en general, no a todo el mundo le gusta eso de darle a una bola que rueda por una mesa. Demasiado simple, quizás.

Pero bueno, este juego guarda algunas sorpresas para alargar la duración. El juego de pinball, aunque es el principal, sólo está disponible en 2 de los modos de juego, el arcade, y el historia. El primero no necesita explicación, y el segundo es básicamente un torneo en el que habrá que superar los puntos de los rivales a medida que ellos nos desafían. Por supuesto, en castellano.

Los otros modos de juego son: Casinópolis, Fiesta, Jardín Tiny Chao, y Tutorial. El primero son los minijuegos extra para un solo jugador. Todos están aderezados con elementos típicos de un casino, como una ruleta, por ejemplo, aunque todos se juegan igual que un pinball. Eso sí, las pantallas (o mesas, según se quieran llamar), son bastante más pequeñas y simples que las del juego original. Por último hay que añadir que al principio sólo habrá uno disponible, y luego se irán añadiendo los demás.

El modo fiesta son una serie de minijuegos para varios jugadores con varias consolas y el cable link correspondiente. Al igual que los minijuegos de Casinópolis, son simples, pero divertidos. El Jardín Tiny Chao propone al jugador cuidar una mascota virtual, uno de los clásicos Chaos de la saga de Sonic. Este modo de juego es compatible con Sonic Adventure DX y Sonic Adventure 2 Battle para Game Cube.

Por último, el tutorial servirá para que los novatos aprendan las acciones básicas, mientras que ayudará a los expertos a realizar múltiples combos, e incluso a tener hasta 3 bolas a la vez sobre la mesa. Imprescindible para sacarle todo el partido al juego.

 c o n c l u s i ó n

Sonic Pinball Party es un juego ideal para quien disfrute con los pinball. Es un juego altamente recomendable para los seguidores incondicionales del erizo. Pero puede ser insuficiente para quien no disfrute golpeando bolas con 2 flipers. Es un buen juego, pero el número de usuarios que realmente aprecian este género es algo escaso. Motivo por el que casi no se realizan juegos.

En cualquier caso, vale la pena probarlo, ya que es muy sencillo de jugar, y desde la primera partida se le puede sacar partido. Aunque sólo los más pacientes que se lean todo el tutorial y que practiquen mucho podrán sacarle todo el jugo. Eso sí, no hay que olvidar que una partida de pinball se puede echar en cualquier sitio, por lo que es un punto a favor para una consola portátil.