Un día cualquiera en la oficina...

Sin lugar a dudas, uno de los juegos que ha marcado una época ha sido Los Sims. El primer simulador de vida o social consiguió atraer a un importantísimo número de jugadores, incluso gente poco habitual en el mundo de los videojuegos. Su éxito fue tal que fueron inevitables numerosas expansiones y derivados como The Urbz, sin olvidar la reciente segunda parte y sus correspondientes expansiones.

Como no podía ser menos, un éxito de tal magnitud no se iba a quedar sin sus clones, esos juegos que imitan el estilo o la idea del mismo, llegando a ofrecer una experiencia similar. En el caso de los Sims, esos títulos intentaron explotar los matices más escabrosos del recatado juego de Maxis, como es el caso de Singles, que se adentraba en el campo de las relaciones, tan disimulado en el superventas.

Llega a nosotros ahora una nueva propuesta inspirada por el estilo de los Sims. Indie Games nos ofrece la posibilidad de adentrarnos en el mundo laboral con lo que ellos mismos denominaron 'el primer simulador de empresa ‘realista''. ¿Sólo o con leche? es, pues, una interesantísima propuesta que nos mete de lleno en el trabajo de los protagonistas.

Trabajo y diversión

El título original de ¿Solo o con leche? era Camera Cafe, y se trataba ni más ni menos que la conversión a videojuego de una comedia, del mismo nombre, de bastante éxito en países como Francia o Italia. Dicha comedia está ambientada en una empresa, y se basa en las diversas situaciones que se dan entre los trabajadores, al lado de la concurrida máquina de café.

Hay que destacar, antes de nada, el excelente trabajo de adaptación realizado, ya que el desconocimiento de la serie no ha sido importante para que el juego llegue a nuestras manos y podamos disfrutar de él plenamente. Con un original nombre y una excelente domesticación de personajes y conversaciones, se ha conseguido transmitir todo el humor del original a nuestro país.

Los dos protagonistas del juego serán Casimiro Tostón y Nicolás Úbeda. Casimiro es ejecutivo comercial, casado y con tres hijos. Amante de la fiesta, y debido a las constantes discusiones con su mujer (o tal vez, motivadas por ello), se escaquea en cuanto puede al bar o de juerga. Nicolás, por su parte, es responsable de compras. Vive solo desde su divorcio, y es una persona bastante enervante que pone a prueba la paciencia de sus compañeros.

Estos dos curiosos personajes son grandes amigos que trabajan juntos en una gran empresa. Debido a sus enrevesadas personalidades, se verán metidos en líos que ellos mismos se buscan y que deberán solventar. Así, por ejemplo, deberán evitar que una inspección fiscal descubra sus desfalcos, o que un nuevo compañero ligón y pelota les robe su protagonismo.

Sistema conocido

El sistema de juego empleado es un calco del conocido sistema de los Sims, con control directo sobre el personaje que estemos utilizando (Casimiro o Nicolás). En esta ocasión, no serán importantes todos los parámetros de vida, que ni existen, sino cumplir todas las tareas propuestas en el tiempo establecido de una semana, sin olvidarse del trabajo diario que hay que terminar.

Los objetos y las personas reaccionarán del mismo modo que en el juego Los Sims, iluminándose e indicando el nombre de cada persona o cosa, y haciendo click sobre él se desplegará el menú con las opciones a realizar. Si se trata de personas, aparecerá en medio la cabeza de dicha persona. Dichas acciones variarán según la situación, es decir, con una persona en una situación normal, se podrá charlar, pero en momentos puntuales se podrá hablar de cosas concretas para avanzar en la aventura.

El menú de charlar, sin embargo, peca de poca originalidad. Así como la primera vez sorprende por sus opciones (hablar del coche, de la mujer, de los hijos, de la tía buena de la oficina...), a la larga se hace repetitivo, ya que se repite constantemente. Además, cuando se charla con una persona sólo se puede elegir una vez cada opción y habrá que esperar un rato para poder seguir intentando ganar puntos con ella.

Y digo ganar puntos porque, al igual que en Los Sims, será importante llevarse bien con la gente, ya sea para que te hagan favores, como para que te cuenten cosas o incluso ascender en la empresa si te llevas bien con el jefe. No obstante, cada personaje tendrá una diferente barra de amistad, y será mucho más difícil hacerse amigo del jefe que de la recepcionista, por ejemplo.

Aparte de hablando, se podrán ganar puntos de amistad con regalos, tales como cafés (que se consiguen en la máquina, centro de la serie que le da nombre al juego), o en ciertos momentos del argumento, regalando flores y otros objetos. Este detalle queda realista dentro de una oficina, ya que es típico invitar a cafés a los compañeros en casi todos los ámbitos.

También hay que trabajar

Estamos en una empresa, así que hay que cumplir con horarios, trabajos, entregas y demás cuestiones cada día. Al principio de la jornada, se nos informará de los deberes a realizar para ese día, junto con los horarios, en caso de haberlos. Estos trabajos suelen ser realizar cuentas en el ordenador, hacer un cierto número de fotocopias para algún informe, llamar a todos los clientes, etcétera.

El jugador no tiene que preocuparse más que de hacer click sobre el elemento en cuestión (fotocopiadora, ordenador o teléfono) y seleccionar el trabajo a realizar del menú emergente. Junto a cada acción aparece indicado el tiempo necesario para desarrollarlo, generalmente media hora o una hora completa. Los trabajos no pueden dejarse a medias, por lo que si está cerca la hora de salir y no da tiempo, el personaje no realizará ese trabajo.

También puede darse el caso de tener una reunión, por lo que habrá que estar a la hora indicada en la sala de juntas. Y si se estropea el ascensor, habrá que llamar al técnico. Cada día habrá que realizar las tareas pendientes, ya que, de no ser así, por cada una incumplida se recibirá una amonestación, y a las cuatro, el personaje será despedido, lo cual se traduce en que se acabó la partida.

Todas las tareas del trabajo, así como las misiones importantes del argumento principal y la relación con los compañeros de trabajo podrán revisarse en cualquier momento en la agenda electrónica del personaje, que también indicará la hora que es y las tareas que ya se han cumplido, añadiéndose también allí las nuevas misiones que vayan surgiendo según nuestras acciones.

La finalidad

La gracia del juego radica en saber mantener todas las situaciones a la vez, y complementar todas las facetas del juego: cumplir los objetivos de la misión, junto con el trabajo y las relaciones con nuestros compañeros de la oficina. Pese a lo complicado que pueda parecer, sobrevivir a esta semana es bastante más sencillo de lo que parece.

De vernos con problemas de tiempo, siempre se podrá pedir a algún amigo que nos haga tal o cual tarea, mientras nosotros nos concentramos en el objetivo principal de la misión. Para cumplirlo, sin embargo, muchas veces será necesario hacer muchos amigos o acabar ciertas tareas, por lo que acaba siendo todo un círculo en el que todo influye en todo.

Y es primordial controlar el tiempo y tener muy en cuenta los horarios determinados que se nos dan, pues de ellos dependerá gran parte de las situaciones y de los objetivos a cumplir. Por ejemplo, hay que intoxicar a un personaje que siempre pide pizza a las 3 y hay que controlar al repartidor, así que es mejor estar libre a esa hora para poder cumplir la misión. Sólo hay una semana, así que no se pueden perder muchas oportunidades.

Apartado Técnico

Gráficamente, ¿Solo o con leche? no ofrece grandes avances ni mueve polígonos de forma asombrosa. Ofrece un apartado visual modesto y discreto, pero resultón, que sin llegar a impresionar, convence y satisface al jugador, que tampoco necesita mucho más para sumergirse en la historia. En las secuencias con el motor del juego sí que se espera un poco más de lo que ofrece, pero se mantiene el estilo y el humor del título.

En el apartado sonoro sí que está perfectamente trabajado, con unas melodías atractivas que, pese a no ser obras maestras, cumplen su labor con creces. La musiquilla del paso del tiempo, por muchas veces que se repita, es tan divertida que no cansa nunca al jugador oírla una y otra vez, o incluso acabar tatareándola sin darse cuenta cuando uno no está ante el juego.

Destaca muy positivamente en este aspecto el doblaje, que está sólo presente en las escenas pregrabadas, pero muy bien insertado y logrado. Las voces de los actores de doblaje son ideales para los personajes, y le consiguen transmitir esa sensación de humor en sus tonos desenfadados. Además, al igual que en los textos y todos los demás detalles del juego, el trabajo de traducción es impecable, logrando adaptar perfectamente personajes y situaciones al público español.

La jugabilidad también cumple su labor con soltura, aunque es el aspecto más flojo. La cámara puede moverse, pero no consigue llegar a convencer plenamente en ningún momento. Es muy fácil que el ratón se desvíe y acabar en la otra punta de la oficina, perdiendo de vista a nuestro personaje. Al más puro estilo aventura gráfica como Syberia, para movernos a un lugar, con un click irá andando el personaje, y con dos comenzará a correr.

El principal defecto jugable se encuentra a la hora de hablar con los demás personajes, ya que pese a llamar su atención, si no se habla rápidamente con ellos, se irán a hacer sus labores mientras el jugador sigue perdido en el menú, eligiendo la acción a realizar. Esto resulta bastante molesto, ya que supone tener que ir detrás del personaje constantemente, aún cuando se intenta mantener una conversación.

A pesar de todo, el juego cumple a la perfección su labor en el terreno jugable, ofreciendo una experiencia bastante directa, sencilla de hacerse con el control y, ante todo, con un resultado muy divertido. Desgraciadamente, dos misiones por personaje, limitadas a una semana, y la rutina de la oficina suponen que el juego no ofrece demasiada diversión a largo plazo, y puede llegar a aburrir en determinados momentos. Una vez acabadas las misiones, se podrá jugar libremente sin depender de argumento extra, algo que entretiene pero no satisface.