Estrategia estilo libre

El incesante goteo, cuando no torrente, de juegos basados en la Segunda Guerra Mundial continúa. La ingente cantidad de títulos de esta temática inunda casi todos los géneros, pero a pesar de ello el interés por el conflicto en cuestión no se agota ni un ápice con cada uno de ellos. Incluso, de vez en cuando, llega alguno demostrando que sigue quedando espacio para la innovación. Es el caso que nos presenta Best Way, una pequeña desarrolladora con base en Ucrania que, sin llegar a desatar una revolución, propone con este su Soldiers: Heroes of World War II una acertada mezcla de estrategia y acción.

Y es que Soldiers, aunque es sobre todo un juego de estrategia, ofrece cantidades de acción que, por instantes, lo sitúan al límite entre un género y otro. Como título de estrategia sigue las pautas de sigilo que marcó Commandos, es decir, se nos pone al frente de un reducido grupo de soldados que actúa al amparo del sigilo. Pero si en Comandos debíamos mantenernos en las sombras en todo momento, no dejando ni rastro de nuestro paso, en Soldiers la cosa cambia, y de qué forma.

En éste seremos como el caballo de Atila. Allá por donde pasemos van a quedar huellas, profundas y humeantes, de nuestra visita. Y es que los momentos en los que surge la parte de acción, ésta lo hace sin paliativos. Las muertes sigilosas son posibles si nos acercamos por la espalda de un enemigo y le golpeamos, pero ese enemigo debe estar solo, puesto que los de su alrededor lo notarían de inmediato, y eso ocurre en pocas ocasiones. En definitiva, es más fácil armarla bien gorda, ya que te pones.

De este modo el juego nos obsequia con frecuencia con tiroteos, emboscadas, demoliciones, voladuras, y otras situaciones propias de los juegos de acción. ¿Y dónde está entonces la estrategia? Pues por todos lados, aunque se percibe de forma sutil. La estrategia aquí esta compuesta por elementos tales como por dónde y cómo decides moverte, con cuántos hombres hacerlo, dónde apostarles, cómo llamar la atención de un enemigo para que caiga en tus redes o, tal vez, cómo no ser detectado hasta que ya sea demasiado tarde para él, de dónde obtener armas y munición, cómo proporcionarte refugio, cómo privar al enemigo de él, con qué armas pretendes hacer frente a un posible enfrentamiento, si realmente ese enfrentamiento es necesario en ese momento…, y un inabarcable etcétera.

Es un tipo de estrategia que conduce a la acción, pero estrategia al fin y al cabo y sobre todo. Y para este despliegue estratégico se nos adentra en unos mapas llenos de recursos y que cambian y se transforman en respuesta a nuestras acciones. ¿He leído recursos? Sí, pero no precisamente recursos 'recolectables'. Aquí los recursos a nuestra disposición son trincheras en las que cubrirnos, árboles y matorrales tras los que ocultarnos, casas en las que resguardarnos y desde las que atacar a los del exterior, ametralladoras y cañones en puestos fijos, armas y munición que recuperamos de los enemigos caídos, o incluso vehículos que podemos robarles. Por ejemplo, ser cuidadosos e inutilizar un tanque en vez de destruirlo puede proporcionarnos significativas ventajas, y es que no sólo tendríamos un nuevo carro a nuestra disposición, sino también la ametralladora que monta, perfecta para aniquilar enemigos a puñados, su munición y el combustible que le resta.

Y no estoy exagerando al decir que los mapas se transforman. Cuando empieces una misión échales un vistazo, y haz lo mismo cuando la termines. Te darás cuenta de que a tu paso has abierto unos cuantos boquetes en el suelo, reventado algunos vehículos, sembrado bastantes cadáveres, hecho arder unos cuantos árboles, o derrumbado algún poste de luz, farola o incluso casas.

¿Y por qué es necesaria tanta destrucción? Pues oye, no sé, supongo que a fin de cuentas la guerra es la guerra. Bueno, creo que sí que lo sé: destruir recompensa. Por ejemplo, tienes un francotirador bien apostado tras una ventana que te está dando la lata. Bien, quizá puedas encontrar una buena posición tras la que parapetarte, ser paciente y coserlo a tiros gastando bastante munición. O puede que quizá prefieras acercarte con un tanque, asestarle un cañonazo y derribar entero el inmueble que le cobijaba. Incluso los cráteres abiertos en el suelo a causa de las explosiones que provocamos pueden servirnos de cobertura, así como las piezas de los vehículos enemigos que volamos.

Estos últimos comentarios entroncan con otra de las características definitorias de Soldiers: es pura libertad. Las cosas no se hacen de una sola manera, el camino no está marcado, y son muchas acciones las que pueden ofrecer un resultado similar. Tú decides de qué forma te enfrentas a cada situación y, más aún, si es momento o no de hacerlo, puesto que, como digo, la ruta no está marcada, te puedes mover libremente por el mapa, siendo el verdadero límite saber si estás preparado para ello o prefieres dar un rodeo por otro sitio en busca de ventajas.

Y si de características definitorias hablamos no podemos dejar de citar lo que en Best Way han llamado Direct Control, que no es otra cosa que la posibilidad de encargarnos de dirigir completamente a una unidad. Lo habitual en estrategia es dar una orden a una unidad y que ésta cumpla según un criterio fijo, pero con este Direct Control podemos guiar cada paso y cada disparo de nuestro soldado o vehículo, lo que es especialmente útil en situaciones de combate o, por ejemplo, cuando estamos detectando minas.

Las treinta misiones del juego, los cuatro bandos en las que se encuadran, su atractivo diseño gráfico completamente en 3D, la magnífica recreación de parajes, armamento, vehículos y demás parafernalia soldadesca, la buena conjunción de estrategia y acción, la libertad de movimientos que el programa nos permite y la activa comunidad de aficionados que ha surgido desde el primer momento, son factores que juegan a su favor.

Poco es lo que va en su detrimento, pero es cierto que el juego no produce una sensación de inmersión suficiente, a pesar de la buena ambientación. Las misiones de campaña están conectadas de manera un tanto artificial, entroncando unas con otras no de manera directa sino mediante hechos que se nos narran en la introducción de cada una de ellas, en los que no participamos. Quizá por ello, a pesar de tratarse de un juego con gancho, no podamos calificarlo de ciegamente adictivo. También peca en exceso de la mecánica ensayo-error, y teniendo en cuenta los considerables tiempos de carga que nos hace sufrir, puede llegar a ser una seria molestia tener que cargar varias veces seguidas.

En definitiva, Soldiers: Heroes of World War II es un buen juego de estrategia, que sabe animar la escena con espectaculares y frecuentes momentos de acción, y que por ello se convierte en una opción a tener en cuenta por los aficionados a éste último género que anden en busca de algo nuevo; en un título muy apetecible para estrategas; y yo diría que casi en un must have para los que además sientan pasión por la Segunda Guerra Mundial.

Gráficos y sonido

Técnicamente al juego no se le puede hacer reproche alguno. Sus temas musicales son esos tan típicos de películas bélicas que, sinceramente, no sabría describir, pero seguro que sabéis de qué hablo, pues todos los hemos oído. Las voces son escasas, reducidas a la voz en off del narrador describiéndonos los antecedentes de la misión como introducción a la misma, y algún que otro comentario que dejan escapar nuestros soldados, siempre en inglés, aunque con marcado acento yanqui, ruso o alemán según el caso.

Por lo que se refiere a efectos de sonido, hay que decir que se ha prestado bastante atención al detalle. Así, a los obligados sonidos de disparos, recarga de armas o explosiones, se unen otros como el paso de nuestros soldados por entre las ramas de un arbusto, el canto de los pájaros, el cacareo de las aves de corral, el chirriar de las cadenas de los tanques, las recargas de la artillería, los lejanos bombardeos, y otros muchos que producen una sensación de vida y actividad dentro del escenario, haciéndonos sentir que verdaderamente a nuestro alrededor hay un entorno que bulle.

Gráficamente hay que hablar en términos semejantes, y es que si al referirnos al apartado sonoro hemos mencionado la atención por el detalle de los creadores, esa atención lo ha sido más intensa en el aspecto gráfico. Y es que todo en Soldiers está tratado de manera minuciosa: cada construcción, cada vehículo, cada personaje, cada objeto que puebla el escenario -y son infinidad- está reproducido de manera precisa y, además, otorgando al conjunto un aspecto colorista que resulta enormemente atractivo.

Guión

No hay un único hilo conductor de la historia, más bien cuatro, uno por cada bando -ingleses, rusos, estadounidenses y nazis-, e independientes entre sí. Obviamente, comparten marco histórico, pero poco más. Cada uno de estos cuatro hilos tiene base en sucesos reales, pero no los sigue a pies juntillas, de manera que se ha optado por lo que podríamos denominar como verosimilitud histórica, pero no realidad.

En cualquier caso, como antes hemos dicho, no son ni su argumento ni su narrativa los puntos fuertes de este juego.

Jugabilidad

El juego se desarrolla en entornos tridimensionales, pudiendo acercar o alejar la cámara así como rotarla, como ya he dicho muy ricos en detalles, bastante amplios, por los que nos desplazamos e interactuamos a golpe de ratón, aunque también existen los consabidos atajos de teclado para la mayor parte de las acciones.

La interfaz es bastante clara y cómoda, dejándote ver la mayor parte del escenario sin ocuparlo. Quizá lo peor es el mapa, que aparece cuando lo solicitamos y ocupando una buena parte del lado derecho de la pantalla. Mejor hubiera sido, en mi opinión, dejarlo fijo en una esquina de la pantalla y reduciendo su tamaño algo más.

En cuanto a las órdenes que podemos dar a nuestro soldados y vehículos, son las habituales, es decir, movimiento, disparo, examinar, seguimiento, uso de objetos, y ciertos parámetros de comportamiento, como son que mantengan la posición o se muevan libremente, o que no abran fuego, que lo hagan sólo si el enemigo empieza, o que disparen en cuanto el enemigo esté al alcance. Normalmente lo mejor es darles la orden de que mantengan la posición, pues de lo contrario puede que decidan liarla por su cuenta y, si nos pillan despistados, a buen seguro que lo hacen, y adiós a nuestros propios planes.

El uso de una especie de pausa activa también nos ayudará en momentos comprometidos, puesto que mientras estamos en pausa podemos, detenidamente, asignar órdenes individuales o colectivas a nuestra tropa.

El uso de objetos es bastante variado. Nos encontramos con el obligatorio uso de las armas (pistolas, ametralladoras, fusiles, bazucas, granadas de varios tipos, etc.), pero además existen otros útiles que nos servirán de ayuda, como por ejemplo los detectores de minas, cerillas con las que prender fuego, cajas de herramientas para reparar los tanques, etc.

Precisamente los vehículos blindados serán parte capital en Soldiers. Son toda una veta de jugabilidad, pues no sólo tenemos que estar pendientes de su integridad, sino también de su mantenimiento, debiendo repararlos y surtirlos de combustible, lo cual, a su vez, nos obliga a buscar con qué, y eso pasa por sustraer de la manera más apropiada que encontremos los recursos del enemigo.

Pero si por algo se distingue la jugabilidad de Soldiers es por el grado de libertad que otorga y por la elevada interactividad con el entorno. Como ya dije más arriba, el camino no está marcado: nosotros decidimos por dónde y cómo alcanzamos los objetivos propuestos, sin ningún cauce aparente que nos conduzca.

En cuanto al escenario, cada elemento constituye algo de lo que nos podemos servir. Una esquina o una columna pueden servirnos de parapeto desde el que atacar y defendernos, podemos meternos en las casas y disparar desde las ventanas, usar puestos de artillería del enemigo -previa y convenientemente despejados-, camuflarnos entre los campos de cereales o matorrales, y así con casi cada recoveco, pieza o componente del mapa.

Y para elevar ese índice de interactividad, el escenario cambia con nuestras acciones. Una granada o cañonazo provocará un pequeño incendio si cae en zona boscosa; la explosión de un blindado creará un cráter en el suelo que nos servirá de refugio, como también lo harán las piezas más grandes del desmembrado y desafortunado vehículo; el paso de los tanques puede derribar postes, farolas y vallas; sus disparos derrumbar edificios enteros y, en fin, más cambios que notaremos de forma evidente cuando dejemos atrás el mapa.

Y para finalizar con esta sección, queda hablar del apartado multijugador, con el que me he llevado una sorpresa, no por lo malo o bueno que sea -no he tenido ocasión de probarlo dado que he disfrutado de una versión review antes de la salida comercial del juego-, sino porque en el preview code fechado en abril que Codemasters nos avanzó, los modos incluidos eran cuatro, a saber, cooperativo, combate, asalto y rey de la montaña, mientras que en este review  code, fechado en junio, está sólo el cooperativo. Curioso: casi nadie hace caso al modo cooperativo, y va Soldiers y es el único que lo incluye en solitario. Bueno, como siempre, los reanálisis son perfectos para seguir hablando del multijugador.

Estrategia y Trucos

En Soldiers sobreviviremos y avanzaremos gracias al uso del factor sorpresa. Esto quiere decir que empezar una refriega sin valorar algunos aspectos significa volver a cargar partida. Cuando el enemigo sea escaso en número, lo más importante a tener en cuenta es que de su eliminación no se percaten otras tropas. Sal pitando de la zona para buscar refugio lejos si esto sucede.

Para aprovechar ese factor sorpresa no hay nada como mantener la situación bajo control. Eso significa que deberás ordenar a tus hombres que mantengan la posición en la que les ubiques y que no abran fuego. Cuando creas que ha llegado el momento, abre fuego con Direct Control o pasa a la orden de disparar cuando el enemigo está al alcance.

No hagas grupos de más de dos soldados. Más número no siempre significa mayor eficiencia, pero sí que puede significar mayor descontrol. Busca el medio de que un par de soldados te sean suficientes para solventar una determinada situación, que seguro lo hay.

Haz lo posible por recuperar los blindados enemigos. Es posible que en el intento lo acabes destruyendo por completo, pero merece la pena correr algunos riesgos e incautar al menos uno de ellos. Ten en cuenta que un cañonazo nuestro en su parte trasera probablemente lo fulmine, como puede que también lo haga una granada anticarro, pero si le atinamos en un costado o de frente, podemos provocarle suficientes daños como para dejarlo temporalmente inoperante, su tripulación huirá y ya será nuestro. ¿Problema? Pues que de este modo nos arriesgamos a ser nosotros los aniquilados.

Sírvete bien del enorme manjar de recursos que el escenario ofrece, tanto tácticos como logísticos: busca, porque seguro que encuentras.

Y en definitiva, has de ser calculador y previsor. A veces no es posible prever el resultado de nuestras acciones, surgiendo la ya comentada mecánica de ensayo y error, pero otras sí, y merece la pena mirar más allá.

Comparándolo con…

De los muchos juegos de estrategia basados en la Segunda Guerra Mundial que existen y que están aún por llegar, Commandos es el que ofrece la mejor referencia. Pero ojo, sólo eso, una referencia, porque el punto de contacto entre ambos juegos es más leve de lo que podría pensarse, y las diferencias entre uno y otro son mucho más profundas que sus semejanzas.

En cualquier caso, si te gustó el programa de Pyro, probablemente también lo haga el de Best Way. Lo hará más si esperas buenas dosis de acción, menos si prefieres el sigilo.

Lo que está bien

Lo que no está tan bien

Enlaces

Requerimientos del sistema

Mínimos: procesador a 1 GHz, 256 MB de RAM y una tarjeta gráfica de 32 MB de memoria.

Recomendados: alcanzan un procesador a 2 GHz, y 512 MB de RAM.

Probado en un Athlon XP 2000+, 512 MB de DDRRAM a 333 MHz y una gráfica Radeon 8500 con 64 MB, el juego iba normalmente bien a 1024x768x32 con detalle al máximo y filtrado anisotrópico, pero pegaba tirones considerables cuando nos encontrábamos en un escenario grande y cargado de unidades.

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