Slant Six Games redefine SOCOM

La guerrilla ha invadido un país sudamericano, la contrainsurgencia ha caído y sólo la actuación de los SEALs puede evitar el desastre. En vistas a cumplir tal fin, Sony ha decidido dar otra vuelta de tuerca a la saga SOCOM mediante la elaboración de un juego que rompe por completo con los cánones de la serie para pasar a la estrategia con toques de sigilo. Fruto de ello -y del laborioso trabajo del estudio Slant Six Games- nace Tactical Strike, un título que en honor a su nombre centra toda su atención en la acción mediante comandos y en la cooperación entre cuatro SEALs, dos equipos que actuando en una misma zona se cubren entre sí, abriendo un gran número de posibilidades de cara al jugador.

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La cooperación es primordial en Tactical Strike; actuar inteligentemente para afrontar distintas situaciones que generalmente no van más allá de eliminar a varios miembros de la guerrilla o ir de un punto a otro sin ser detectados. El planteamiento de este nuevo SOCOM nos obliga a ser cautelosos a la hora de tomar una decisión, pues un error implica casi inevitablemente la muerte de alguno de los miembros a nuestro cargo, con el consiguiente implemento de la curva de dificultad inicial para hacernos con los controles del juego.

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Será cuestión de tiempo que nos hagamos con las acciones básicas para manejarnos de aquí hacia allá, agacharnos o escondernos, y de adaptarnos al rústico movimiento de la cámara que los chicos de Slant Six han ideado para la ocasión.  Pero por rústico que sea, deja entrever algunos de los parajes más interesantes y bellos que hayamos visto circular por la portátil de Sony, una demostración más de la capacidad que atesora PSP. En los últimos tiempos nos hemos cansado de repetir que aún quedan muchos juegos capaces de sorprendernos, tanto a nivel técnico como jugable, y este SOCOM podría ser un buen ejemplo de lo primero.

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Gráficos

Sin necesidad de emplear un gran despliegue técnico al uso, Tactical Strike hace gala de un motor gráfico que se mueve de forma fluida, casi sin tirones, repleto de naturaleza y de estructuras complejas; auténticas ratoneras producidas a fin de volver loco al jugador. A primera vista todo lo que rodea la acción luce un aspecto muy detallado, sin vicisitudes para crear más de dos docenas de soldados distintos, con sus movimientos particulares y la correspondiente interactuación con los elementos que nos rodean.

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Al referirnos en el número de soldados distintos que hallamos en el juego hacemos hincapié en uno de los elementos más curiosos que componen el UMD, la posibilidad de elegir desde el comienzo a las fuerzas especiales características de cada país, dobladas al idioma natal de cada uno de ellos, con el respaldo de los subtítulos para hacer comprensible el hilo argumental. Las escasas diferencias en el modelaje de los soldados pasan desapercibidas gracias al arsenal con el que contamos, o mejor dicho con el que cuentan los SEALs dependiendo de su procedencia.

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A estas alturas no podemos exigir menos a un juego de inspiración bélica que entramados tan bien definidos y variados como estos, alternando las zonas a campo abierto con las zonas cerradas, y reproduciendo los momentos -escasos- de acción frenética sin que el juego se resienta en ningún momento. En realidad el único perjudicado es el jugador, pues se ha sacrificado la cámara y la rotación en 3D en pos de evitar ralentizaciones. La cámara se coloca independientemente sobre uno de nuestros SEALs, cerrando el ya de por sí, estrecho campo de visión.

Sólo el sistema de juego puede justificar una decisión similar a esta, ya que a la hora de la verdad nosotros no somos los que tenemos que apuntar al enemigo o correr de una zona a otra sin ser abatidos, sino que son los propios soldados los que se toman la molestia de hacerlo por su propia cuenta, una vez recibida la correspondiente orden. Sin ralentizaciones y con una buena calidad gráfica es la cámara el único elemento que podría oscurecer el brillante esfuerzo de Slant Six en este campo.

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Sonido

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A los numerosos doblajes y comentarios de los soldados, a los que hemos de unir las esporádicas conversaciones radiofónicas que se encargan de narrar la trama y de informarnos del estado de la misión y de los eventos que suceden a nuestro alrededor, hay que incluir una banda sonora adecuada a la altura de las circunstancias, presente durante toda la aventura y con más fuerza en los momentos de acción. Slant Six ha sabido calcular el ‘timming' de este apartado sin abusar de las melodías repetitivas.

Otro apartado más en el que encontramos más bien poca cosa reprochable; los efectos especiales y otros aspectos cotidianos en el género hacen acto de presencia, como de costumbre, fortificando la buena ambientación que ofrece el juego. Siempre y cuando dejemos de lado la historia, claro está.

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Jugabilidad

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Sobre todos los demás apartados del juego, la jugabilidad es la que más ha cambiado de cara al resto de exponentes de la saga. Se han tenido en cuenta los dos elementos fundamentales de los videojuegos hoy en día, el modo single y el multijugador. Tanto uno como otro han sido tomados en consideración casi como facetas totalmente aisladas dentro del juego. En primer lugar, y como ya hemos repetido varias veces a lo largo de este análisis, el cambio más vistoso lo encontraremos en el uso de la estrategia para avanzar por los mapas.

Controlamos a dos equipos SEALs, cada uno con dos miembros en sus haberes. Podemos optar por controlar a cada soldado por separado o individualmente. Los soldados no pueden moverse de modo manual, por lo que requerimos un icono de desplazamiento similar al de cualquier Rainbow Six de antaño, algo pesado de manejar pero suficiente para llevar a cabo múltiples acciones cooperativas entre ambos grupos. Sin embargo sí que lastra la diversión cuando necesitamos tres órdenes para doblar una esquina, bajar unas escaleras y retomar el movimiento.

Nuestra tarea no es otra que la de otorgar comandos a los soldados para efectuar acciones concretas como disparar, agacharnos, desplazarnos hacia algún punto en concreto o incluso eliminar a un enemigo mediante un rifle francotirador. Cubrir al equipo Alpha en control del Bravo, emplear tácticas diversas como confundir al enemigo o distraerlo son sólo algunas de las muchas opciones con las que contamos para resolver las misiones. En realidad son tantas como queramos imaginar, pues el juego no nos obliga a seguir un patrón de acción concreto.

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Sí que estamos obligados a utilizar el icono para especificar a qué enemigo queremos abatir o qué zona queremos defender. El hecho de que los SEALs ataquen de forma automática otorga al juego ciertas posibilidades de optimización al estilo RPG, que básicamente giran en torno al aprendizaje o mejora de habilidades propias de cada soldado. No es fácil dominar la acción si no estamos familiarizados con este sistema, algo a lo que tampoco ayuda la dificultad general del juego, bastante elevada.

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Por desgracia la versión europea de Tactical Strike cuenta con el mismo problema de lag que presentaba la americana, la tardía reacción ante los comandos que ordenamos a los soldados. Ya se hacían eco de este problema algunos medios norteamericanos, bien es verdad que el servicio se ha mejorado con respecto a la versión norteamericana que probamos hace pocos meses.

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