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SimAnimals

SimAnimals

Vida animal

Parte de la propuesta de EA para este año pasa por SimAnimals, que de la mano de los creadores de MySims busca abrir paso en Wii y en NDS con una propuesta muy divertida; satisfacer las necesidades de diversas especies animales que buscando algo de paz y tranquilidad han topado con nuestro pequeño habitáculo de tierra. Una adaptación divertida y original de Los Sims dirigida al público general, independientemente de nuestra edad.

Imaginemos por un instante una pradera. La contemplamos desde lejos, desde las alturas. No hay nada que llame nuestra atención, apenas unos cuantos árboles que mecidos por el viento parecen llevar ahí años, unos pequeños arbustos cuyo colorido fruto destaca entre el denso verdor de la hierba..., poco más. Entonces aparece una pequeña criatura, un ratón, un mapache, un gato, cualquier tipo de especie que tenga cabida de un modo u otro en una pradera que nos pertenece. Nuestro único objetivo es cuidarla, mimar a los animales que anidan en ella, después de tanto tiempo vagar sin rumbo, perdidos en la inmensidad del mundo.

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Tenemos total acceso a la orografía, poderes que van más allá de lo humano, y todo a través de una simple mano con la que podemos realizar multitud de funciones relacionadas con la atención y el cuidado de un jardín, bosque, lago, o como quiera cada uno desee considerar los pequeños fragmentos de tierra en los que operamos durante esta singular aventura. Esto es SimAnimals, un título desarrollado por EA Redwood Shores -padres de la adaptación de Los Sims en Nintendo, My Sims- que desde el primer minuto ofrece un planteamiento tan claro como conciso; trabajar en una serie de escenarios cumpliendo diversos objetivos basados en su totalidad en hacer felices a los pequeños animalitos que pueblan nuestro territorio.

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¿Viva SimAnimals?
Hablar de un título de las características de SimAnimals se ha convertido en una tarea ciertamente complicada en Wii. Cualquier juego que asome con el sello casual es rechazado por una multitud de jugadores aún sin conocer exactamente qué son capaces de ofrecer. Si bien es cierto que generalmente estos productos están destinados a un público muy concreto, ajeno por completo al concepto de jugador ‘hardcore', es un error considerar que una franquicia que pretende alcanzar a todos los miembros de la familia independientemente de la edad es incapaz de ofrecer algo más que un mero entretenimiento efímero.

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La única vía para descubrir las intenciones de una compañía respecto a uno de sus productos es jugándolo, ya que de este modo se despeja automáticamente cualquier duda que ronde por nuestra cabeza. SimAnimals es un título que nos ha sorprendido gratamente precisamente por este motivo, ya que tras una apariencia tímida y poco destacada se esconde un simulador con posibilidades reales de cara al jugador, que abarca correctamente todas las convenciones del género sin ofrecer nada nuevo. En los últimos meses se ha venido hablando mucho del título por poner en práctica una propuesta muy similar a la de Viva Piñata, combinada con el sistema de juego de Los Sims y sus múltiples posibilidades.

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Es la mejor forma de describir el título, pues toma elementos de varias franquicias para arrojarlos a su manera, sin lograr destacar en ningún punto en concreto. No obstante es un producto que se deja jugar, que conoce sus posibilidades y las explota hasta el último escenario, con el peso del cuidado de un centenar de criaturas a nuestras espaldas. Por esta razón no se pierde como el resto de adaptaciones baratas, con el logro añadido de ofrecer una doble edición para Wii y Nintendo DS que con pequeñas diferencias (y con la lógica salvedad del aspecto técnico) son prácticamente calcadas entre sí.

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Repoblando el mundo
Una mano nos da la bienvenida. Es la única herramienta para contactar con el mundo que vemos reflejado en pantalla, una extensión de los movimientos que realizamos con el wiimote o el stylus. Desde el momento en el que aparece el primer animal tomamos el control de un guante blanco que cumple las funciones básicas a las que tenemos acceso. Ante nosotros tenemos una cámara en 3D con un estilo muy similar a la de Spore, que podemos controlar empleando diversos estilos. Como de costumbre, es nuestra elección elegir cuál es el que se adapta más a nuestra forma de jugar, que en nuestro caso ha recaído sobre la combinación entre el wiimote y el nunchuk. Este último nos permite rotar la cámara con facilidad mediante el stick analógico y la distancia respecto al suelo con los botones superiores.

Desplazar la cámara y hacernos con los fundamentos básicos es una tarea relativamente sencilla. El único hándicap del control se encuentra precisamente en la precisión de nuestro guante a la hora de recoger determinados objetos, aunque parece más bien un problema relacionado con los ángulos de visión. Aquí los protagonistas son los animales, por lo que contamos con la posibilidad de enfocar la cámara directamente desde el suelo con el fin de observar más de cerca el comportamiento de los divertidos bichos. La vista panorámica ofrece tantos problemas como la más cercana, ya que en ninguno de los dos casos tenemos una visión justa y precisa de lo que ocurre en nuestro bosque.

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La lista de movimientos está directamente relacionada con la cantidad de acciones a las que tenemos acceso durante la partida, por lo que a medida que avanzamos descubrimos nuevos movimientos para realizar con el wiimote. En la práctica se reduce a un esquema predeterminado de ejercicios que sin grandes aspavientos ofrecen algo de uso al pad de la consola. Cada vez que queramos retirar una semilla de un árbol es menester mover el mando rápidamente de izquierda a derecha hasta lograr que se desprenda, lo mismo que para plantarla una vez en está en el suelo. Con NDS sucede exactamente la misma escena aunque por medio del stylus, manejando el mapa a través de los botones o de la cruceta digital.

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Mundo animal
Ya conocemos nuestro objetivo, ahora sólo falta conocer el modo de llevarlo a la práctica. El mundo de SimAnimals se divide en varios escenarios que se plantean como niveles conexos entre sí, cada uno con su determinada variedad de flora y fauna. En el primer nivel, que hace las veces de tutorial, es una ardilla la primera que acude a nuestro pequeño habitáculo. Poco a poco tratamos de que se adapte a nuestra mano, permitiéndole comer desde ella para más tarde premiarla con algunas caricias. Cuando ha terminado de comprobar lo magnífica que es la vida por estos lares, decide instalarse, dando así pie a la primera comunidad animal que formamos.

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Con la llegada de nuevos animales se muestra una barra en la parte superior de la pantalla que nos informa del estado anímico de nuestros residentes, que paulatinamente nos proporciona acciones especiales (generar aire en la partida soplando la NDS) con las que tomar medidas drásticas cuando la situación así lo requiera. Cada vez que un animal se alimenta crece el nivel de felicidad, al igual que cuando procrean o juegan con algún amigo que hayan encontrado, y lógicamente todo lo contrario cuando se asustan ante la presencia de algún depredador o les tratamos violentamente, agarrándolos para luego lanzarlos por el aire hacia el infinito, lo que muchos consideran un divertido pasatiempo. En cualquier caso, lo realmente importante es tener claro que podemos hacer prácticamente lo que nos dé la gana, siempre y cuando cumplamos nuestros objetivos.

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Sentido resultista
Realizar adecuadamente un objetivo nos proporciona una doble recompensa: por un lado un considerable aumento del nivel de felicidad, y por el otro la posibilidad de obtener medallas con las que demostrar que hemos logrado finalizar el escenario en su totalidad. En este sentido el juego toma una perspectiva muy similar a la de Viva Piñata, con la necesidad de cumplir una serie de requisitos para la aparición de un determinado tipo de criatura o de una flor en concreto. La flora tiene un lugar muy importante ya que debemos cuidarla, regarla y mantenerla en todo momento, obteniendo sus frutos para alimentar a los animales o simplemente para plantar la semilla.

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Cumplir con éxito los objetivos es más una cuestión de paciencia y de tiempo que de dificultad, o lo que es lo mismo, terminar el juego no supone en absoluto un reto, más bien requiere pensar apropiadamente los movimientos que vamos a realizar, siempre en función de las necesidades de cada animal. Para hacerse una idea de lo que nos vamos a encontrar basta con echar un vistazo a las imágenes, con la presencia de osos, cisnes, patos, búhos, erizos, zorros, conejos, mapaches y un largo etcétera de criaturas, sin olvidar la fauna, donde encontraremos azaleas, pinos, margaritas, cerezos, nogales, robles, rosales, zarzamoras, altramuces, caléndulas, dientes de león…

Una lista muy variada de elementos que nos permiten disfrutar a lo largo de la aventura de diferentes retos, en los que también será necesario tener el cuenta el tipo de suelo, la alternancia entre el día y la noche, y por supuesto las inclemencias del tiempo con algún que otro rayo poco frecuente que hace arder nuestro esfuerzo en cuestión de minutos. La única forma de apagar el fuego es con agua, otro de los elementos muy presentes el juego, especialmente en la versión de NDS, donde nos veremos en la obligación de reunir agua constantemente para regar las plantas, mientras que en Wii es un proceso automático.

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Sin entrar en detalles

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Resulta evidente que estamos ante un título de unas características muy parecidas a las de Viva Piñata, aunque a poco de comenzar a jugar seremos capaces de percibir algunas diferencias drásticas y muy notadas, que tienen que ver principalmente con los escenarios en los que criamos a los animales. El trabajo de EA parece mucho más enfocado de cara a ofrecer un espacio abierto considerablemente en el que la orografía es fundamental, y donde las relaciones entre los habitantes de nuestro bosque pierden profundidad respecto a las de Viva Piñata. No existe una escena cómica cuando van a procrear, ni la posibilidad de construir casas y albergues más allá de lo que los propios animales son capaces de producir.

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Un castor, por ejemplo, es capaz de construir una presa con el que cambia todo el sentido del escenario en el que nos encontramos, pero no de protagonizar una escena graciosa al encontrarse con alguna hembra que le parezca interesante. En contraposición a este sistema, SimAnimals propone escenarios conectados entre sí, donde un animal del primer nivel puede viajar hasta el cuarto por la simple razón de que ahí encontrará mejores recursos para la vida, algo bastante lógico si hemos descuidado el escenario en el que comienza nuestro viaje.

Ambas versiones se molestan por explotar una pequeña parte de la capacidad técnica de ambas consolas. En Nintendo DS encontramos un motor muy bien realizado y colorido con el que apenas tendremos problemas para navegar o para desplazarnos de  una dirección a otra con considerable rapidez, sin nada especial que le haga destacar por encima del resto de títulos del catálogo de la portátil. El caso de Wii es ligeramente distinto ya que pone en escena un motor muchísimo más elaborado, totalmente tridimensional, en el que prima la posibilidad de observar a las criaturas prácticamente en primera persona.

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Ni los animales ni los escenarios destacan, todo lo contrario; se encuentran en perfecta armonía con el mundo que les rodea, sin desentonar, pero sin ofrecer un aspecto capaz de encandilar a primera vista. Es muy agradable y resulta muy adecuado para las necesidades del jugador, salvo en el caso de tener que realizar algún movimiento veloz. La peor parte le ha tocado al plano de las texturas, ya que su poca definición hace imposible observar correctamente lo que sucede si alejamos la cámara, por no hablar de las ralentizaciones puntuales al presentar los escenarios.

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Técnicamente SimAnimals es un título aceptable, algo que comparte el sistema de juego dada  la escasa preocupación por parte de EA por ofrecer novedades respecto a otros títulos del corte. Tanto en Wii como en NDS deja claras sus intenciones desde el primer minuto, adaptan ambas versiones el mismo estilo, con un resultado que anda a la zaga tanto a nivel gráfico como jugable.

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7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.