Tras los pasos de Rikimaru

Tras un primeras impresiones en el que comenzamos a desgranar los defectos y virtudes de la nueva aventura de Goh el Cuervo, llega el veredicto final. Es hora de que el orden se imponga al caos; es momento de que la justicia impere sobre la infamia. Es la hora del ninja…

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Entre luces y sombras

Para todos aquellos que no hayan oído hablar de Shinobido, no está de más recordar que nos encontramos ante la entrega para PSP de una serie de nuevo cuño que debutó en PlayStation 2 unos nueve meses atrás con una clara intención: convertirse en el referente para las consolas PlayStation en lo relativo a juegos de infiltración protagonizados por los legendarios y sombríos guerreros del Japón feudal conocidos como ninjas. Para lograr alcanzar tal meta, Sony ha apostado por la desarrolladora Acquire Corporation, creadora de la saga Tenchu en los ya lejanos tiempos de la primera PlayStation.

Pocas veces la impresión inicial producida por un título al cargarlo por primera vez en nuestra consola puede ser más clarificadora. Nada de introducciones generadas por ordenador o un mínimo de ingenio al presentar el nombre o el menú de juego. Así, la conformidad y austeridad de la que hemos hablado unas líneas más arriba se nos presenta desde el mismo inicio del programa. Al menos, nuestro recorrido por las opciones de Shinobido estará amenizado por una bella melodía de corte oriental poseedora de una calidad que, desgraciadamente, no ha sido igualada por el resto de la banda sonora.

Los modos de juego ascienden a tres: Historia, Misión individual y Multijugador. El modo Misión individual nos permite jugar a niveles creados con el editor de misiones del Shinobido de PS2 (esta versión para PSP carece de él, por desgracia), previamente descargados en la Memory Stick. En cuanto al multijugador, permite la participación de cuatro usuarios simultáneos de manera cooperativa.

A la hora de construir la columna vertebral del título (su modo historia), Acquire ha optado por la típica fórmula de consola portátil: misiones cortas, diseñadas de modo que puedan ser completadas en unos cuantos minutos. Esto no repercute de manera negativa en la duración del juego, ya que el número de niveles es lo bastante elevado como para brindarnos una cantidad aceptable de horas de entretenimiento. Además, la longevidad de este Shinobido para PSP aumenta exponencialmente gracias a su alta dosis de rejugabilidad, aunque en esto ya entraremos más adelante.

Las misiones se nos ofrecerán por medio de un mapa dividido en diferentes caminos y bifurcaciones, con lo que a medida que avanzamos tendremos la posibilidad de seleccionar entre varios niveles e incluso saltarnos algunos de ellos si así lo deseamos. De todas maneras, lo aconsejable es completarlos todos, dado que es esencial ganar puntos de experiencia para aumentar el nivel de nuestro personaje con el objetivo de otorgarle más salud y potencia de ataque, lo cual nos vendrá de perlas para afrontar las misiones más difíciles. 

Desgraciadamente, conforme completamos objetivos se nos va acrecentando cada vez más la sensación de que las misiones no tienen conexión alguna entre ellas. Es como si un grupo de usuarios hubiera usado el editor de escenarios incluido en el Shinobido de PS2 para, tras crear ochenta niveles con él, introducirlos en un UMD sin orden ni concierto. Lo único semejante a un hilo argumental que encontraremos serán una serie de prólogos que se presentarán al seleccionar un determinado tipo de niveles. La austeridad es nota predominante en este aspecto, ya que no existen voces o videos que nos pongan en antecedentes, sólo textos. Éstos también dan la sensación de estar cogidos con pinzas, por lo que acaban fracasando en su cometido de tratar de otorgar al título de un guión mínimamente coherente. Así que sólo nos queda aceptar el juego como lo que es: una serie de cortas misiones basadas en la franquicia Shinobido sin una buena historia que las entrelace. 

Los objetivos de cada nivel son bastante variados tanto en su planteamiento como en su desarrollo, siendo este uno de los puntos fuertes del juego: eliminar a un determinado personaje, robar un objeto, secuestrar a algún alto cargo, proteger a un importante señor feudal de un feroz asalto por parte de toda una banda de asesinos…

Pero la variedad no reside sólo en el planteamiento de las misiones de este Shinobido para PSP. A medida que superamos niveles, nuestro plantel de personajes seleccionables aumentará hasta acabar alcanzando la nada desdeñable cifra de treinta y seis distintos. Hay de todo: desde silenciosos ninjas expertos en matar sin ser vistos u oídos hasta experimentados espadachines capaces de enfrentarse a media docena de samuráis casi sin despeinarse, pasando por arqueros, luchadores de sumo que arrasan con todo lo que se les pone por delante e incluso un oso tamaño XXL. El juego nos otorga total libertad a la hora de seleccionar a cualquier personaje para afrontar cualquier misión, aunque cada fase se nos hará más o menos difícil dependiendo de nuestra elección.

Sirva esta reseña como ejemplo: uno de los niveles trascurre en un campo abierto repleto de enemigos, sin lugar alguno donde ocultarse para acechar a nuestras presas y así poder eliminarlas una a una. Obviamente, lo más aconsejable en este caso será seleccionar un personaje que, aunque sea un negado en el arte del sigilo, se muestre capaz de encararse con un buen número de enemigos de manera simultanea sin llevar las de perder en un enfrentamiento de tal magnitud.

El control responde a nuestras órdenes con rápida eficacia, algo muy de agradecer en un juego de estas características. Acechar a nuestras presas es bien sencillo, sobre todo debido a que la IA de la que hacen gala es de las más simples vistas últimamente. En las rutas de guardia de los enemigos no suele existir el más mínimo atisbo de improvisación, por lo que podremos trazar nuestro plan de ataque sin temor a ser sorprendidos. Incluso algunos de nuestros adversarios permanecerán completamente inmóviles en un mismo lugar, con la vista fija en el frente, ajenos a todo lo que les rodea. 

Eso sí, si llegamos a ser vistos (lo cual muchas veces sucederá cuando un enemigo nos sorprenda mientras estamos acechando a otro) comenzarán los problemas, ya que todos los adversarios que se encuentren en las cercanías entrarán en estado de alerta e irán a por nosotros a todo correr. Si la especialidad del personaje que controlamos es el combate directo, entonces no tendremos necesidad de huir para salvar la vida. Eso sí, nuestro mayor enemigo será entonces la cámara, la cual danzará y saltará a nuestro alrededor como si estuviera siendo controlada por un chimpancé beodo en pleno ataque de epilepsia. Si además nos vemos obligados a combatir en un espacio cerrado, entonces la norma será que tanto nuestro personaje como los enemigos comiencen a aparecer y desaparecer de manera continuada mientras la cámara busca los ángulos más extraños y ajenos a la acción imaginables, todo con la firme intención de no dejarnos ver nada de lo que está pasando. 

En lo que a gráficos se refiere, la nota negativa se la llevan los escenarios, construidos con un número de polígonos a todas luces inferior a lo que suele ser habitual en un juego para PSP. Además, los decorados se muestran bastante parcos en detalles, e incluso muchos de sus elementos ni siquiera serían dignos de ser incluidos en un juego destinado a la primera PlayStation. El mejor ejemplo de esto son los arbustos, plasmados en la forma de extrañas cúpulas de color verdoso que a lo que menos se asemejan es a aquello que intentan emular. Afortunadamente, la distancia de dibujado es lo suficientemente lejana como para no repercutir en la jugabilidad; aunque debería haber sido mucho mayor, más aún teniendo en cuenta el bajo número de elementos que forman el entorno que rodea al jugador.

Por el contrario, los personajes que pueblan el juego han salido mejor parados, ya que cuentan con un diseño notable y un número de polígonos bastante aceptable, además de unas texturas de calidad que permiten que sus rasgos y detalles permanezcan definidos incluso en los primeros planos. Sus animaciones muestran la calidad que puede esperarse en un juego de este tipo, por lo que el título al menos cumple con nota en este aspecto.