Acción en estado puro

El plan para convertir Ganímedes en una tierra habitable está costando más de lo que esperado. La Grey Directive ha descubierto lecturas de extrañas formas de energía en sus radares. Se espera una incursión alienígena en el sistema solar, y todo apunta a que no vendrán en son de paz.

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A veces uno solo quiere pasar un buen rato, sin complicaciones, directo a la acción y sin rodeos. Sin largos manuales, ni estrategias rebuscadas, donde las partidas sean cortas y rápidas. A veces uno recuerda con añoranza aquellos tiempos de los arcades mata-mata, de darle al clic hasta fundirlo y pasar nivel tras nivel sin mirar atrás. Así, Frozenbyte nos ha querido seguir trayendo al presente estas ideas con Shadowgrounds Survivor, una especie de expansión-secuela del correcto Shadowgrounds.

Machaca a esos aliens

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El juego nos lleva al año 2096, a una colonia de Ganímedes invadida por un ejército de aliens. Solo unos pocos humanos han sobrevivido; uno de ellos es el marine Luke, el primer personaje que controlarás. Olvídate de complicadas combinaciones de botones y largos tutoriales, pues en cuestión de un par de minutos te hallarás arrasando aliens. Disparas con el clic izquierdo, lanzas granadas con la 'g' y te mueves con las clásicas WASD. Mediante la rueda del ratón o los números puedes cambiar entre las escasas pero efectivas armas de las que cuentas, que serán diferentes dependiendo del personaje a controlar. De esta forma Luke posee la pistola, la ametralladora y el lanzamisiles; Bruno el lanzallamas, la escopeta y la minigun; finalmente, Isabel dispone del potente cañón de raíles y la pistola.

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Como decíamos, la acción no tarda en llegar, y es que nos topamos con los primeros seres que vienen directo a hacernos picadillo. Comprobamos que los diseños de los enemigos no son nada del otro mundo, con monstruos que nos sonarán de tantos otros juegos del estilo, pero que cumplen con su labor de hacernos pasar un mal rato. Y para no dejarles volver tan contentos decidimos darle plomo…

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Sangre a borbotones, miembros que se desprenden de sus cuerpos, explosiones y objetos volando por los aires. Suena bien, ¿no? Sigue adelante que te esperan más aliens con los que descargar toda la tensión del día. Ciertamente todo va muy rápido y casi no nos da tiempo a respirar. Recoge la munición que hay en el suelo y los botiquines y sigue adelante. Espera, también hay una especie de círculo luminoso en el suelo; al reunir este tipo de piezas puedes actualizar las armas con nuevas funcionalidades.

Por ejemplo, es posible ampliar la capacidad de los cargadores de la ametralladora, la velocidad de inicio de la minigun, o la cantidad de daño que hace el lanzallamas. Cada una de estas opciones requiere una cantidad específica de piezas. Pero no solo podemos mejorar las armas, sino el propio avatar. Al llenarse la barra de experiencia de la esquina superior izquierda subirás de nivel, adquiriendo puntos que puedes utilizar para adquirir habilidades. Ampliar los puntos de vida, lanzar un ataque de fuego que destruya a todos los enemigos o aplicarse un botiquín automáticamente al bajar de la mitad de la vida son algunas de estas habilidades.

Reminiscencias de los grandes

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Algunos de vosotros ya habréis sacado las similitudes de este título con otros como Diablo o, más recientemente, Titan Quest, diferenciándose en la ambientación. Debemos admitir que estáis en lo cierto, este es un hack and slash donde se cambian las espadas por las automáticas y la mágia por la tecnología futurista. Sin embargo, también comparte con aquellos la adicción que genera y la asombrosa sencillez con la que se juega.

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Además, la aventura va alternando entre los tres personajes cada pocas fases, dándole mayor dinamismo y disminuyendo la posibilidad de aburrirnos, cambiando la forma de enfrentarte a los oponentes. Hay que agregar que el diseño de niveles es más que correcto y variado, pasando de grandes superficies a claustrofóbicos pasillos cerrados. Veremos terrenos rocosos, corredores grises al estilo Doom 3, cientos de objetos (cajas, bidones), árboles, e incluso secciones de alcantarillas.

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La dificultad es razonable en la modalidad normal, siendo hasta fácil por momentos si tenemos buenos reflejos, a excepción de algunas partes donde nos obligan a sobrevivir a un ataque masivo. Aquí se nos cierran las posibles salidas y tenemos que aguantar a toda costa, contando como única ayuda con los ítems que se regeneran pasados unos minutos de haberlos cogido. Y, para alegría de muchos, ¡vuelven los jefes de final de fase con su barra de vida y todo!

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En cuanto a las misiones, no existen como tal, pues el objetivo será siempre ir hacia delante aniquilando la máxima cantidad de bichos como sea posible. En ocasiones tendremos que activar interruptores, abrir puertas, arreglar conexiones, pero son simples excusas para seguir adelante. Casi siempre entraremos en contacto con supervivientes, que nos ayudarán de una forma u otra, o nos darán metas que cumplir. Aquí es donde aparecen los sencillos diálogos, que sirven de conexión entre fase y fase. Asimismo, antes de empezar cada una de estas, el personaje que nos toque contará, como si fuésemos su diario, como va sobrellevando la situación.

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Habrá que ser cautelosos pues, al igual que en el primer Shadowgrounds, no se puede salvar la partida; solo se guarda automáticamente al pasar de fase y tendremos cuatro oportunidades cuando el contador de vida descienda a cero. Igualmente, es algo que no ocurrirá mucho en el modo de dificultad normal. También se mantiene la modalidad cooperativa en el mismo PC, sin ningún tipo de opción online. Adicionalmente, hay 20 secretos escondidos por todas las fases que nos permiten desbloquear opciones como las de jugar al título en blanco y negro, habiendo muchas más.

Para concluir, existe la posibilidad revivir las fases de supervivencia, comentadas más arriba, en el modo Survival, con la diferencia de que aquí podemos elegir con que personaje hacerlas. Además, empezaremos con las estadísticas a cero, pero varios puntos de experiencia para administrar. El objetivo es mantenerse vivo el máximo tiempo posible y superar nuestros propios récords y de nuestros amigos. Una forma entretenida de alargar la vida del juego, que no es muy extensa, aunque en este caso es una virtud, pues con toda seguridad sería algo cansino si durara más. Finalmente, existe la posibilidad de ejecutar una serie de herramientas para crear mods.

Bien vestido

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Los desarrolladores han dotado al juego de una imagen muy decente, que no llega a la de los llamados Triple A, pero que convence, aunque con un toque añejo al basarse en una cámara cenital. Es admirable que en un equipo de gama alta de hace dos años vaya como la seda con todas las opciones gráficas y sonoras a tope, además de filtros como el anisotrópico y antialiasing. También podemos sacar provecho de las tarjetas PhysX y los procesadores de doble núcleo, para ver un sistema de física muy espectacular. Más arriba comentábamos las grandes cantidad de objetos que hay por los escenarios; todos estos reaccionan de forma realista a los disparos, explosiones y empujones.

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Quizá algunas texturas se han descuidado un poco, creándose incongruencias cuando las vemos y comparamos con las demás, pero en reglas generales todo es muy correcto. Las explosiones son especialmente llamativas, así como la iluminación, la sangre y las sombras en tiempo real. Para esto último, prueba a activar la linterna y sacude unos cuantos monstruos. En cambio el modelado de personajes no va muy allá, estando siempre a un nivel de acabado muy sencillo. Por último, no faltarán efectos atmosféricos muy vistosos como la lluvia.

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Por su parte, los efectos de sonido están bien, mientras que la música va y viene dependiendo de la acción. A veces nos acompaña para ir creando tensión gradualmente, otras veces para explotar la adrenalina que llevamos dentro con ritmos electrónicos frenéticos. Las voces son una correcta representación de la personalidad de cada uno de los protagonistas, eso sí, en inglés, al igual que los textos.