Shadow of the Beast
- PlataformaPS47
- GéneroAcción, Aventura
- DesarrolladorHeavy Spectrum
- Lanzamiento17/05/2016
- TextoEspañol
Análisis de Shadow of the Beast
Vuelve un clásico de Amiga, esta vez replanteado con sangre a borbotones, mucha acción y algunas plataformas. Uno de esos descargables que no dejará indiferente a nadie. Para bien o para mal.
Shadow of the Beast es uno de esos juegos que era imposible no mirar con cierto cariño desde que se anunció. El título era un reboot del producto de mismo nombre que apareció a finales de los ochenta en Amiga y que sorprendió por su acabado visual y también por su gran dificultad (a veces alimentada por algunos contratiempos de control). Con esta premisa, Heavy Spectrum Entertainment Labs ha intentado rehacer en forma de juego de plataformas y acción en 2D todo aquello que sorprendió en su momento. El problema es que muchas veces se confunde el homenaje a una fórmula anterior con crear un título excesivamente limitado o simplón en varios momentos. Y el nuevo Shadow of the Beast tiene un poco de todo para lo bueno y para lo malo.
La trama nos ubica en un mundo fantasioso en el que no sabemos exactamente qué sucede. Somos una especie de bestia controlada por un hechicero que nos tiene encadenados mientras vamos matando a todo tipo de humanos que salen a nuestro paso. Pueden ser soldados que nos intentan agreder o ciudadanos de a pie que no nos están haciendo ningún daño más allá de permitirnos avanzar. En un momento del primer nivel conseguiremos destruir las cadenas que nos ligan a dicho hechicero que, herido, intentará escapar. Y aquí empezaremos a controlar libremente a Aarbon mientras persigue al que fuera su amo. La trama, que puede superarse sin entender absolutamente nada, va mucho más allá de esta persecución.
Esta es solo la premisa de un título que se desarrolla en un plano 2D y en el que la acción es lo más importante. Tenemos un botón para saltar, otro para atacar, la posibilidad de bloquear ataques, esquivarlos o lanzar contragolpes. Todo muy básico e intuitivo para acabar con enemigos que siempre vienen desde derecha e izquierda. La agilidad del combate, algo que notamos al principio, es una de sus principales virtudes. Nuestra bestia cuenta con un mayor elenco de movimientos como un ataque que levanta pinchos por toda la pantalla y acaba con todos los enemigos, un modo furia que permite machacar mediante QTE a varios monstruos mientras el timming sea correcto y una especie de agarre que despelleja a los enemigos para sumar más puntos.
El sistema puede parecer algo simple, y de hecho muchos de los ataques especiales quedan relegados a un segundo plano, pero funciona de manera interesante e intensa por dos motivos: los patrones de los enemigos y el ritmo que se nos exige.Hay enemigos de todo tipo: Uno nos obliga a bloquear su ataque -con una bola pesada -para acto seguido machacarlo, otro esquivará el golpe y debemos saber que tendremos que atacarle hacia el lado opuesto. El que tiene el escudo nos exige hacer un amago para buscar su espalda y otro tipo de enemigo hay que aturdirlo (triángulo) para poder matarlo. La sensación es que acabamos en una secuencia donde la coreografía (ahora este ataque, ahora este otro) es básico para aumentar el multiplicador de puntos y no recibir más daño -no es fácil regenerar vida- de la cuenta.
Los enemigos van desfilando en fila de tal manera que haremos la mecánica de cada uno de ellos para ir limpiando la zona. En este sentido es cierto que por desgracia no se nos exige tirar de las habilidades especiales. Sí, puntuar más con el ataque que los despelleja es atractivo, aunque también rompe el ritmo y se hace algo pesado. Lo mismo con el modo furia, que usaremos intentando clavar el timming correcto pero que no es imprescindible ni mucho menos.
Por otro lado tenemos las secciones de plataformas, que son algo duras por el control y la reacción de nuestro personaje y, en cuánto a diseño, no aportan demasiado reto. Por otro, los jefes finales, que tienen patrones excesivamente sencillos y encima el juego se encarga de indicarte lo que tienes que hacer por si no te habías dado cuenta. A cambio, eso sí, tenemos algunos pequeños rompecabezas interesantes. Desde cambiar de planos y activar interruptores para poder avanzar por nuevas zonas hasta usar una mecánica de disparo a distancia para encontrar una salida, no son la quinta esencia de los acertijos pero sí lo suficientemente dinámicos para ofrecer una satisfacción mayor a la que brindan otras acciones como la escalada, algo rígida y desesperante por momentos, que podemos realizar por las paredes.
Shadow of the Beast no es un mal juego ni un título incontrolable, pero la sensación es que las mecánicas jugables que oferta no se explotan como debería. El sistema de combate tiene suficientes herramientas para darnos grandes alegrías, pero no se exige al jugador que realmente lo explore por necesidad. Eso cambia si subimos la dificultad o si queremos conseguir las mejores puntuaciones posibles en cada zona (algo que modifica los finales disponibles), pero que es mejor tener claro de inicio que no pensando en una supuesta rejugabilidad que existe pero que puede no llegar porque no tendremos, a lo largo de las tres horas y pico que dura la aventura, sensación de disfrutar de algo memorable que invite a revisitarlo (salvo para los caza trofeos). Durante nuestro avance encontraremos algunas “sombras” de otros jugadores que podremos despedazar o dejar vivir.
Cuenta, eso sí, con muchos desbloqueables interesantes. Por un lado, el argumento puede ser indescifrable si no compramos los idiomas de las distintas razas que nos encontramos y que permite que entendamos qué nos dicen en cada momento. No es algo vital -el título no tiene demasiadas líneas de diálogo- pero permite acercarnos algo más tanto al motivo de nuestro viaje como a lo que nos encontramos en cada uno de los emplazamientos. También tenemos varias habilidades y potenciadores que mejoran nuestras habilidades, algo necesario sobre todo para las siguientes partidas a la primera si queremos superar los mayores retos. A todo esto se añade la opción de desbloquear otros extras como el Shadow of the Beast original de 1989 o la música de dicho título, además de varias imágenes e ilustraciones de la época.
A nivel visual el título no consigue ser la revolución que fue en su momento para Amiga pero sí que tiene grandes momentos. Es cierto que algunos primeros planos de enemigos y de nuestro protagonista no son lo mejor que hemos visto en un videojuego descargable 2D en estos tiempos, pero se compensa con ciertas localizaciones espectaculares y algunos enemigos de gran envergadura. Todo bien acompañado de una banda sonora que tiene notas lo suficientemente interesantes para que sean protagonistas en los momentos más importantes, como las batallas contra los jefes finales. El juego llega totalmente traducido al castellano en lo que textos se refiere.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.