Rumbo al Nuevo Mundo

Cuesta creer que tratándose de una saga poco conocida a nivel general, Shadow Hearts se haya convertido en uno de los referentes a tener en cuenta de cara a valorar el género del Rol dentro de la larga vida de PlayStation 2. La primera entrega, que llegaría pocos meses antes de la salida de Final Fantasy X, obtuvo buenas críticas pese a verse totalmente eclipsada por la décima entrega de la mítica saga de Square. Su continuación correría una suerte totalmente opuesta, convirtiéndose de inmediato en el gran éxito que en cierta medida debió ser su antecesor.

Para ponernos en situación, Covenant se tradujo en un éxito inmediato gracias al apoyo de los magazines especializados y, sobre todo, por el buen recibimiento que obtuvo por parte de los aficionados, elogiando estos la buena inmersión general de la historia y, una vez más, el extraño pero gratificante sistema de juego que nos ofrecía la aventura. Basado en un ‘Anillo de la Fortuna' o Ring of Fate en su versión original, el objetivo de cada combate se centra en pulsar un botón en el momento adecuado para acertar justo en ciertas franjas que luego definirán nuestro ataque.

Es conveniente tener en cuenta esto para poder entender el mecanismo de 'From the New World', que pese a no variar en gran medida de lo que en su día nos ofrecieron sus dos hermanos mayores sí que vuelve a repetir el esquema que tan buenos frutos otorgó a los Nautilus, la compañía al frente de esta interesante serie.

Antes de introducirnos en materia, también es aconsejable no valorar este juego según las alabadas bondades de Covenant. O dicho en otras palabras; no sería justo criticar From the New World simplemente por no variar ciertos aspectos o por no ser lo que el recién mencionado supuso en su día. No todos los meses tenemos la suerte de analizar un título tan divertido y original como este. Tanto es así que, de hecho, si tuviésemos que elegir un adjetivo para describir lo que hemos sentido durante las largas horas de juego sería 'agradable'. Es decir, simpatía, alegría y mucho buen humor en un RPG que vale su peso en oro.

Oda a Fellini
Johnny Garland es un alegre y carismático personaje que, tras perder a su padre y a su hermana en un trágico accidente, se decidió a abrir una agencia de detectives con el fin de ayudar al pópulo en misiones arriesgadas y dignas de película. Sin embargo, Johnny no ha tenido la suerte que esperaba; mientras su despacho permanece vacío la mayor parte del día, los pocos ciudadanos que acuden pidiendo ayuda no ofrecen más que simples tareas como rescatar un gato de un árbol u otros menesteres por el estilo.

Para un chico de 16 años como él, la vida ha perdido parte de sentido al no contar con una meta que le impulse a seguir el día a día, aunque el jóven protagonista de esta historia se las arregla para poner siempre la mejor de sus sonrisas. Este pequeño detalle sirve como prólogo para lo que será la historia de aquí en adelante, cuando un extraño profesor, al parecer desesperado, le hace un simple mandato que en teoría no requerirá emplear mucho tiempo por nuestra parte.

Tras una serie de catastróficos eventos, Johnny conoce a Shania, una impresionante mujer con dos potentes razones para convencer a quien sea de acompañarla en su particular aventura que, casualmente, comparte el mismo objetivo que la nuestra: hallar al estrambótico profesor Gilbert. Como suele ocurrir en estos casos, un simple cometido pasa a ser una misión casi interminable en la que la realidad es bien distinta a la que en un principio parecía ser.

El profesor en cuestión deja de ser un asustado y casi ridículo personaje para convertirse en una mente tétrica y privilegiada que busca un poder oculto en el más allá. Sólo él es capaz de controlar el poder que se esconde en la oscuridad, mientras que nosotros somos los únicos capaces de lidiar contra todo lo que el maldito académico nos echa encima. En este punto topamos con una de las características más notables de Shadow Hearts: From the New World, esto es, la historia, pese a ser ciertamente típica y poco novedosa, se enfoca desde un punto de vista surrealista, idílico y realmente humorista.

¿Rescatar a Al Capone?
Junto a la imponente Shania -de la cual disfrutaremos cada vez que queramos de una transformación en el que destacan sus desproporcionados senos, marca de la casa-, contaremos con un grupo tan o más surrealista si cabe que el guión en sí. Frank, un curioso americano que tras sufrir un accidente de aviación descubre un pueblo de ninjas abandonados, Mao, un enorme gato parlanchín y extremadamente inteligente -maestro en las artes ocultas de Frank- o Hilda, una vampiresa infantil y despiadada que luce un diseño cuanto menos cómico son algunos de los ejemplos que encontraremos durante nuestra epopeya.

Todos ellos cuentan con un trasfondo argumental 'light', si bien a medida que transcurren las horas de juego llegamos a la conclusión de que no interesa tanto su pasado como su perfil psicológico en el momento en el que transcurre la aventura. El sobrenombre del juego habla por sí mismo en este sentido. El Nuevo Mundo servirá como país principal alejándose así de Asia. Recorreremos zonas míticas de Estados Unidos así como otras ciudades como Río de Janeiro, todas ellas inspiradas en la década de los años 30, en plena depresión americana.

Otros personajes característicos de la época hacen acto de aparición en las situaciones más inverosímiles. Al Capone es un buen ejemplo de ello. Lejos de quedarse simplemente en un dato meramente anecdótico, Nautilus se ha decidido finalmente por darles un papel de importancia dentro del guión. No podrán ser controlados no empleados durante el combate, pero su rol será clave a la hora de desplazarnos de un condado a otro o de entablar conversación con los habitantes de una ciudad.

Todos estos elementos se aúnan con el fin de crear una ambiente surrealista, muy divertido como ya comentamos párrafos atrás, con numerosos giros de guión y situaciones cuanto menos absurdas. Es de agradecer que por una vez, el estilo empleado se aleje de los cánones establecidos para ofrecer un producto muy fresco, que no totalmente innovador. Eso sí, la suma de todos los elementos y peculiaridades de este Shadow Hearts difícilmente podrán ser halladas en otros juegos del género.

Aspectos técnicos
Donde la historia y la jugabilidad gozan de un lugar tan privilegiado, el aspecto gráfico es a todas luces el punto menos cuidado dentro del DVD. Desde que da comienzo la aventura, el juego nos regala numerosos CGI's de alta calidad, que sin llegar a la calidad de FFXII sí que son superiores a los que pudimos apreciar en Covenant. En regla general, los personajes gozan de un diseño muy cuidado, con un gran número de gestos y demás animaciones. Los atuendos, transformaciones, ataques etc., todo ha sido cuidado con esmero y mimo.

Los monstruos y enemigos finales no merecen especial atención; en su gran mayoría son personajes simples, regulares. Los jefes de final de fase son otro cantar, pues dado su gran tamaño pondrán en práctica un gran número de acciones y de otros movimientos bien llevados a la práctica. No desentonan, pero tampoco consiguen sorprenden por su status de leve cliché, de esa sensación tan pegajosa en los RPGs de pensar que 'esto ya lo hemos visto antes'.

La música es un poco más de lo mismo. Las melodías que nos acompañan durante la aventura son de corte informal, se desenvuelven bien según el momento del argumento en el que nos hallemos. Las voces, totalmente en inglés, son del mismo palo que en God Hand; a excepción de algunos caracteres, la mayoría hablan de forma linear. Si esto se ha hecho a propósito o no es algo que va más allá de nuestros conocimientos, aunque salta a la vista que encaja de forma excelente con el ambiente que el juego nos propone.

Jugabilidad
Si por su planteamiento Shadow Hearts no puede ser catalogado como 'uno del montón', su jugabilidad no es tan diferente como el resto de aspectos hasta ahora analizados. El sistema de juego es bastante simple, cuenta con un gran número de elementos añadidos para mejorar la jugabilidad y para alargar la vida de la trama principal, además de obligarnos a recorrer todas las ciudades que visitemos para poder continuar con la aventura.

Así, nuestro objetivo al llegar a un nuevo territorio se basa en hablar con todos los transeúntes con el fin de recopilar información a cerca de aquello que estemos buscando, que generalmente será o bien el profesor Gilbert o bien alguno de sus pupilos o lugares en los que posiblemente lo podríamos encontrar. Una vez hecho esto, podremos avanzar hasta el siguiente punto dentro del guión propuesto para cada ciudad, para finalmente acudir a una mazmorra o edificio planificado para tal fin, acabar con el malo final de turno y volver a partir hacia donde el juego nos indique.

Para amenizar el trayecto encontraremos personajes de los más variopintos, ejemplos perfectos para demostrar la comicidad del título. Así pues, en vez de encontrar puestos de ventas ambulantes sin más, dos moteros homosexuales serán los encargados de proporcionarnos todo aquello que deseemos. Su tienda recibe el nombre de 'Just for guys', y la actitud de los mismos es totalmente desenfada con respecto al tema de la homosexualidad explícita. Antes de que pueda salir alguien ofendido, nada más lejos de la realidad, pues en todo momento se busca la punta simpática y vacilona en pos de evitar posibles malentendidos.

Los combates
Como podréis ver, la importancia en este aspecto recae sobre el sistema de combate, uno de los puntos más originales dentro de la estética de los Shadow Hearts. En este sentido, From the New World ofrece algunas novedades con respecto a las dos entregas anteriores que pudimos disfrutar en PS2. El Anillo del Destino sigue siendo el principal protagonista de los combates, nuestro objetivo sigue siendo pulsar en el momento debido el botón correspondiente para acertar en una franja inserta en un anillo.

La explicación no resulta nada sencilla, es más fácil comprobar cualquier imaginar para salir de dudas con respecto a lo anteriormente expuesto. From The New World incluye la posibilidad de realizar combos y ataques dobles que requieren una barra de puntos especiales, obtenidos durante el combate. Si dicha barra llega a cero perderemos el control del personaje, pasando éste a un estado de 'berserk' o locura, que pese a efectuar ataques más dañinos nos priva de poder lanzar ataques mágicos o, lo que es más importante, plantear una táctica para vencer al enemigo.

En el menú del juego se ponen a disposición del jugador múltiples opciones con el fin de ajustar el anillo a nuestro antojo, pudiendo modificar el número de golpes realizados, el tamaño de las franjas en las que hemos de acertar, etc. Cada uno de ellos nos concede una serie de beneficios, aunque al mismo tiempo puede perjudicar al aficionado menos ducho en esta clase de sistemas.

Además de todo esto, se ponen en juego los signos del zodiaco. Cada personaje dispondrá de su propia constelación ajustada de una forma particular. Intercambiable entre los miembros del grupo, cada signo se compone de varias casillas, cada una de ellas destinada a un elemento en concreto con propiedades muy específicas. En la tienda de nuestros dos amigos moteros, tras el desembolso correspondiente, podremos alterar las propiedades de cada casilla para así poder introducir el ataque mágico que deseemos.

Misiones secundarias...
Junto al guión principal, el juego nos ofrece la posibilidad de regresar en determinados momentos a zonas ya visitadas para recolectar ciertos objetos u obtener nuevas habilidades tras completar una serie de requisitos. Este es el único modo de completar el juego al 100%, así como de ver el final 'bueno'. Para completar tan ardua tarea hemos de, por poner un ejemplo, sacar fotos a determinados enemigos para luego intercambiar estas imágenes con un personaje en concreto.

Del mismo modo, y aunque no sean imprescindibles para finalizar el título de forma total, también hallaremos a personajes que nos invitan a jugar a la lotería, otros nos proponen misiones alternativas, e incluso también nos regalarán algunos objetos según las exigencias del guión. Johnny puede husmear por cualquier zona abierta que encontremos en la aventura, incluso por aulas universitarias en las que un profesor imparte una clase. Es una forma de explicar que, después de todo, Shadow Hearts es un RPG clásico, muy al estilo de otros como Grandia o Star Ocean, en los que la historia nos mece de un lado a otro sin perder la fuerza en ningún momento.