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ScreamRide

ScreamRide

  • Plataforma360XBO6.8
  • GéneroEstrategia
  • DesarrolladorFrontier Developments
  • Lanzamiento06/03/2015
  • TextoInglés
  • VocesInglés

ScreamRide

ScreamRide, juego de montañas rusas y construcción de niveles que llega a Xbox One y Xbox 360 a cambio de 39,99 euros y 29,99 euros respectivamente. Una experiencia con buenas ideas pero varios frentes abiertos poco pulidos.

ScreamRide pasó de puntillas durante el pasado E3. La presentación de Microsoft destacó por mostrar una buena cantidad de juegos, muchos de ellos sin que tuviéramos conocimiento de que estaban en desarrollo, y entre las nuevas IP se dejó ver un curioso título basado en el mundo de las montañas rusas. Lo que se vio tampoco dio para mucho, pero quedaba claro que para Xbox One había un nuevo exclusivo en camino. Hace un mes pudimos probar una versión avanzada de ScreamRide, juego que hoy ya es una realidad y que se prepara para hacer gritar a los usuarios con sus enormes piruetas y bajadas a toda velocidad. Aunque a veces, la verdad, los gritos tengan más que ver con el resultado final del juego que por el vértigo de sus montañas rusas.

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Detrás de este proyecto está Frontier Development, una compañía que ha desarrollado juegos de diversos géneros y que van desde Zoo Tycoon hasta LostWinds o Kinect Disneyland Adventures. Si bien es cierto que hay pocos elementos en común entre ellos, sí que la compañía tiene cierto interés en los videojuegos que tienen muy marcado el avance y hay ciertos elementos sobre raíles que le encajan perfectamente al concepto de juego sobre montañas rusas. El último proyecto de la compañía es ScreamRide, un título que tiene dos vertientes claras tan punto empezamos con él: la primera, el modo aventura o las misiones, donde tendremos que superar una serie de desafíos y pruebas según tres tipos de mecánicas distintas. El otro, el modo sandbox que nos permite crear nuestras propias construcciones.


  

Las misiones de ScreamRide nos invitan a superar diversas pruebas en varias localizaciones a lo largo y ancho del globo terráqueo. Hay tres tipos de misiones: las de carrera, las de destrucción y las de ingeniería. En el primer caso, tendremos que conducir los vehículos a través de la montaña rusa intentando superar el tiempo que se nos indica en las misiones y superar varios objetivos secundarios si queremos sacar la máxima puntuación posible. Aunque parezca mentira, lo cierto es que es la vertiente que mejor funciona de ScreamRide y a pesar de ser sobre raíles, el control tiene su enjundia. Además de poder acelerar, podremos usar el freno para girar en las curvas más cerradas, levantar algunas de las ruedas de su vía para hacer grindeo con las otras (algo que nos sirve para sumar puntos extra o saltarnos obstáculos) y hacer diversas acciones complementarias.

A medida que vamos avanzando por cada nuevo mundo se añaden nuevas mecánicas. Primero aprenderemos a recargar los turbos, donde tenemos que pulsar el botón X en el momento justo antes de salir de la zona de turbo para cargarlo. Luego, con A, podremos usarlo yendo a una gran velocidad que puede hacerse incontrolable en ciertos momentos. Más adelante conocermos los saltos en los que tenemos que pulsar un botón justo en el momento de aterrizar para no perder velocidad. Y así. vamos añadiendo elementos a la ecuación (como los obstáculos que hay que esquivar moviendo las naves). El resultado general es interesante, ya que superar algunas fases es exigente (sobre todo pasado el tercer mundo) y todavía lo es más conseguir los extras que nos piden.

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Gastar una barra entera de turbo sin parar (algo complejo porque en según qué curvas, acabaremos saliendo de la pantalla con total seguridad), hacer recargas de turbo perfectas, terminar en un tiempo concreto la carrera, sumar puntos extras haciendo grindeo durante largos ratos… la rejugabilidad es una de las marcas de la casa de esta modalidad, ya que muchas de las carreras nos picarán a intentarlo o querer mejorar nuestro tiempo. Además, la sensación de velocidad está muy conseguida y muchas veces veremos como tenemos problemas para controlar las naves cuando cogemos auténticos picos de velocidad.

Las otras dos modalidades ofrecen en general menos diversión que la ya mencionada. Por un lado tenemos la ingeniería, que no es nada más que intentar completar ciertos circuitos de montañas rusas cumpliendo con la petición del encargado de turno. Hacer un salto que acabe con los dummies y las naves volando por los aires, gastar una serie de kilómetros de vías hasta encajar el circuito de manera correcta, intentar superar un obstáculo gigantesco de un salto, etc. Esta parte del modo principal del juego sirve como tutorial, aunque es cierto que es menos  exigente y estaremos más tiempo mirando las pruebas a ver si hemos hecho bien el trabajo que pensando cómo realizar la tarea que se nos exige.

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Por último tenemos el modo destrucción. Si alguien quiere montar un parque de atracciones, primero tiene que destruir todo lo que hay en la zona donde irán las montañas rusas. Con esta absurda premisa nos invitan a jugar a una especie de Angry Birds tridimensionales donde lanzaremos bolas de demolición variadas (algunas explotan, se parten en nuevas piezas) con el objetivo de crear el mayor daño posible en ciertas zonas mientras completamos objetos diversos, como destrozar algunas pantallas concretas, pasar por unos anillos, etc. Puro ensayo error que tiene gracia cuando vemos como se destruyen edificios enteros con lanzamientos certeros pero que ofrece una fórmula que se agota más pronto que rápido, a pesar de añadir diseños variados con objetivos más complejos y nuevas naves con sus particularidades.  Eso sí, entre las tres modalidades, los distintos mundos y sus fases y la rejugabilidad para conseguir la medalla de oro en cada prueba hay entretenimiento para rato. 

Es la hora de crear
El gancho de ScreamRide es su modo sandbox, que nos permite crear todo tipo de pruebas y escenarios para luego compartirlos con la comunidad. Tenemos una gran cantidad de herramientas en nuestras manos, que nos permiten hacer auténticas virguerías con los carriles de las montañas rusas y también generar todo tipo de obstáculos en forma de edificios, propulsores y demás elementos que vamos viendo en el modo aventura. De hecho, es importante ir avanzando en las misiones del juego para poder desbloquear nuevos objetos que luego usaremos en el modo sandbox. Posteriormente, las creaciones las podemos subir a los servidores y otros jugadores las pueden disfrutar. Un editor como este es un elemento con mucho potencial, entre otras cosas porque podemos hacer diseños de niveles que no están presentes en el juego y que salen de nuestra imaginación.

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La verdad es que las opciones que tenemos en este apartado son enormes. Podemos escoger una buena variedad de escenarios según las localizaciones que hemos desbloqueado en el modo single player. Entre ellos, la mayor diferencia es el tamaño de cada escenario que nos permitirá hacer más o menos cosas. Entrando en detalle sobre lo que podemos construir, está disponible todo lo que vimos en la modalidad principal: hacer la montaña rusa, meter todo tipo de edificios, las estructuras para lanzar las bolas de demolición o simplemente generar más "suelo firme" para poder construir encima de él. Una vez nos hemos adentrado a la gran cantidad de objetos y accesorios disponibles tendremos que describir el nivel, darle un nombre, explicar el tipo de experiencia, meter tags para que sea fácil de buscar, meter desafíos y también preparar las cámaras que estarán alrededor del circuito: las fijas, los drones para grabar los momentos de explosiones, etc. Lo cierto es que la cantidad de posibilidades es enorme y la interfaz es sencilla y se adapta bien a las posibilidades del mando, aunque hacer un primer nivel no será tarea sencilla ya que tiene elementos poco accesibles.

Apartado técnico

ScreamRide no es un título que destaque a nivel técnico. El juego tiene varias carencias en este aspecto, y seguramente se salva solo por las físicas que ofrece y el control y reacción de los vehículos cuando conducimos a toda velocidad, que es bastante verosímil. Tanto los personajes como las naves, los edificios o los escenarios son demasiado sosos  y con líneas muy básicas. No hay texturas que valgan la pena y tiene algunos problemas, además de framerate que se tambalea en ciertos momentos, juegos de cámara mal previstos que nos hacen perder la acción de los momentos clave (en saltos, impactos, etc.).  Un trabajo mejorable que debería ser mejor en Xbox One. Junto a ello, una banda sonora que imprime mucho ritmo cuando vamos a toda velocidad gracias a diversas melodías de corte electrónico, aunque no hay una gran variedad. Los efectos especiales en explosiones y derrumbamientos cumplen sin más. El título, además, llega totalmente en inglés. Tanto en textos como en audio.

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6.8

Correcto

No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.