R-Type Tactics
- PlataformaPSP7
- GéneroAcción
- DesarrolladorIrem Software
- Lanzamiento18/09/2008
- TextoEspañol
Acción y estrategia en el espacio
Irem Software expande el universo de R-Type por medio de Command, en el que el usuario se pone en la piel del comandante de una flota con el difícil objetivo de prevenir una invasión alienígena que debería haber sido erradicada muchos años atrás. Una propuesta fresca y original para nuevos tiempos para una consola necesitada de títulos de calidad.
Hace tiempo que R-Type no salta a la palestra en el género por antonomasia que lo ha llevado a convertirse en una franquicia de culto en el mundo de los videojuegos. Muchos aficionados de la serie demandan a gritos una actualización en el género de los shoot em up acorde con la nueva generación de consolas, una actualización que no parece tener vistas a llegar al menos a largo plazo. Irem Software ha preferido expandir el universo de R-Type mediante un juego táctico en 2D con animaciones en tres dimensiones que no ha acabado de convencer en Estados Unidos ni en Japón. Pese a la valoración positiva que recibió el título en Famitsu, con un 31 sobre 40, la tesitura estratégica no ha convencido en absoluto a los seguidores más acérrimos de la franquicia.
En el primer contacto que os ofrecíamos meses atrás enumerábamos algunas cualidades del título, no en vano R-Type Command llega al mercado cargado de buenas ideas para una futra adaptación de peso en el mercado. La edición que recibimos del título no ha variado apenas respecto a la demostración que hay disponible en el bazar americano de PSN desde hace ya meses. La versión definitiva que llega al mercado amplia la oferta de modos de juego, posibilitándonos el acceso a los archivos que narran el argumento, combates entre dos usuarios e por supuesto el modo campaña, el principal del UMD.
El papel de un comandante
La raza alienígena Bydo ha entrado en guerra con la humanidad tras muchos años de expansión y conquista, permitida en gran parte por la prepotencia humana al considerar inofensiva la amenaza de esta especie. La corporación ha llamado a un comandante con experiencia en el campo para tratar de lidiar en la situación, recogiendo así el testigo de otros muchos compañeros que han perecido en el campo batalla. Los Bydo son seres fuertemente armados capaces de contrarrestar el potencial armamentístico del que dispone el ser humano, por lo que es imprescindible tramar una buena estrategia para obtener la victoria en el combate.
La premisa de Command es bastante sencilla, pone sobre la mesa dos posibles combinaciones a la hora de elegir las unidades de combate. En los primeros compases no contamos apenas con recursos para hacer frente a las unidades enemigas, aunque a medida que avanzamos se une a nuestro grupo todo tipo de arsenal que aporta nuevos recursos a la hora de presentar un ataque poderoso contra la embestidas enemigas. Ya se pudo comprobar en la demostración que el nivel de dificultad del título no iba a ser precisamente permisivo con los jugadores noveles, pese a que finalmente no ha sido del todo así.
El planteamiento de Irem Software brilla en muchos aspectos y palidece en tantos otros, algunos de mayor importancia y otros de relativa, aunque todos ellos entorpecen el resultado final de un producto que llama mucho la atención en los primeros compases pero que pierde en profundidad a medida que transcurren las misiones. Nuestro rol como comandantes nos obliga a tener en consideración diversos aspectos antes de elegir la estrategia que vamos a desarrollar durante los conflictos.
Apartados técnicos
La primera toma de contacto que tenemos con el juego es bastante buena. Una introducción muy lograda nos da la bienvenida para posteriormente situarnos en el menú principal del título, con varios dibujos inspirados en la temática del juego y el modo Campaña como el recurso más interesante de cuantos encontramos. Accedemos a él para entrar a elegir los pilotos que asignamos a las naves que tenemos a nuestra disposición. Los pilotos ganan experiencia al sobrevivir en combate, por lo que es importante no desperdiciar unidades de cara a conseguir unidades más sólidas y potentes.
Una vez dentro del combate pasamos a un plano en el que las naves aparecen representadas en 2D, con un interesante fondo que procura dar algo de ambientación al lugar en el que nos encontramos. Ciertamente Irem ha dotado de variedad al juego en este aspecto; podemos recrearnos con diferentes mundos que recorren a grandes rasgos la historia de R-Type, como si de un arcade tradicional se tratase. Dentro de los combates no apreciaremos mucha más variedad de elementos que nuestras naves y el fondo en cuestión. Avanzamos muy lentamente hasta la confrontación con el enemigo, donde a la hora de atacar la acción se representa haciendo acopio de una escena generada por un motor gráfico en 3D.
Interesante por poco tiempo
Las animaciones que trae consigo atacar y contraatacar son variopintas hasta cierto punto, en parte por culpa de la frecuente repetitividad a la hora de tomar decisiones en combate. Con esto queremos decir que la mayoría de las acciones que realizamos son las mismas, una y otra vez, y pese a que prácticamente cada acción se presenta de un modo distinto no tardaremos mucho tiempo en suprimirlas. La calidad de las mismas tampoco ayuda a mantener el interés en ellas, a excepción de algunas explosiones y de ataques de mayor calibre. La variedad de unidades y de otros aspectos como los propios ataques en el modo 2D de lo poco resaltable en este aspecto.
Sin embargo, no se puede negar el atractivo estilo de las primeras fases ante la sorpresa de atender ante un R-Type de estas características. El motor gráfico que genera las imágenes en 3D no nos ha parecido lo suficientemente útil como para basar la práctica totalidad de recursos y efectos especiales en su uso, un aspecto que está por debajo de otros títulos del sector del mismo estilo. Es difícil encontrar títulos estratégicos en 2D semejantes a este, pero no por ello deja de ser una opción sobradamente inútil en el desarrollo de los combates.
De algún modo las carencias del aspecto gráfico pasan un tanto desapercibidas gracias al importante trabajo que se ha realizado con el apartado sonoro, que sin presentar voces o interpretaciones llamativas incluye una selección de melodías muy acordes con la ambientación del juego. No varían dependiendo del ritmo de la partida, pero tanto por la calidad de las mismas como por el número de composiciones presentes en el UMD, lo cierto es que es agradable disputar algunas misiones inmersos en la peculiar ambientación espacial, alejándose de melodías electrónicas.
Jugabilidad
La selección inicial de unidades nos ofrece varios Fighters, A.W.A.C.S de clase Jormungandr que paulatinamente se va ampliando con nuevas unidades anfibias y de otras clases, además de incluir versiones mejoradas de bombarderos y nave nodrizas. El objetivo consiste en conseguir terminar con el buque insignia enemigo, que por supuesto está rodeado de naves que de defensa que tratarán de imposibilitar nuestro trabajo.
Cada unidad dispone de diversos ataques en función de su clase. Cada ataque resta una o múltiples unidades dentro del grupo enemigo al que ataquemos, también dependiendo de la posición que hayamos tomado en el mapa y de la distancia que nos separe de los rivales. La tónica general es bastante repetitiva, y pese a disponer de objetos para reponer munición y de todo tipo de unidades de apoyo o de defensa, la mayor parte del tiempo que pasemos combatiendo lo haremos poniendo en práctica el mismo sistema para atacar y defendernos.
Esto se debe en gran parte a la nula IA de la máquina en la toma de decisiones. Es difícil hacerles frente, pero no contrarrestar la mayoría de sus movimientos anticipándonos y eligiendo correctamente en todo momento el arma con el que deseamos atacar. El modo ad-hoc soluciona gran parte de estos problemas; disputar partidas contra un amigo es muy entretenido y gratificante siempre y cuando el contrario tenga un mínimo de conocimiento de juego.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.