Resident Evil Degeneration
Miedo degenerado
Nokia continúa su apuesta por la adaptación de licencias conocidas en el mundo de los videojuegos a su plataforma para móviles. En este caso le ha tocado el turno a Resident Evil, con un título exclusivo para estos terminales basado en la película de animación que Capcom lanzará en breve para el mercado doméstico.
Resident Evil: Degeneration es una película creada por Sony Pictures Entertainment que ha salido a la venta directamente en DVD, Blu-Ray y UMD, aunque para la llegada a nuestro país aún tendremos que esperar al mes que viene. Se trata de un largometraje de animación ambientado en la saga de terror de Capcom en una ubicación totalmente nueva, un aeropuerto, donde tras el accidente de un avión se ha extendido el Virus-T por el lugar. Los protagonistas son dos míticos en la franquicia, Leon y Claire, que deben hacer frente, una vez más, a la amenaza de Umbrella.
Si hay un estudio experto en trasladar videojuegos a terminales móviles, ése es Ideaworks3D. Estos chicos tienen en su haber adaptado licencias como Tomb Raider, Pandemonium, Need for Speed, Project Gotham Racing, Tony Hawk's o Colin McRae entre otros a teléfonos de diversas compañías como Nokia o Sony Ericsson, en ocasiones convirtiendo un juego ya existente y en otras realizando un desarrollo nuevo. Más recientemente han llevado a N-Gage, plataforma para la que más han trabajado, Metal Gear Solid Mobile o Mile High Pinball, este último proveniente del anterior móvil-consola de Nokia.
Todo esto es gracias a una tecnología llamada Airplay, un SDK que permite desarrollar o portar títulos como los anteriormente mencionados a dispositivos portátiles con gran facilidad e incluso llevar a cabo versiones multiplataforma, como es el caso que nos ocupa hoy, Resident Evil: Degeneration. Aunque en primera instancia ha salido para N-Gage, próximamente hará aparición en otras plataformas, ninguna de ellas en España, todo sea dicho. Por tanto, es una de las opciones favoritas por los editores, ya que por el precio de uno, tienen unos cuantos lanzamientos, algo muy relevante en un mercado tan diversificado y en el que falta unificación, la cual, por cierto, pretende ofrecer N-Gage.
Ésta es la razón de que Capcom eligiera a estos desarrolladores para Resident Evil: Degeneration, lo cual a priori era una magnífica idea, ya que normalmente es garantía de un producto de calidad. Sin embargo, este título no nos ha convencido tanto como nos habría gustado, dado que no sobresale en ninguna de las dos facetas principales que componen un videojuego: la parte técnica y la jugabilidad. La primera, en la que suelen ser especialialistas Ideaworks3D, apenas pasa del aprobado, y en cuanto a lo que tenemos que hacer a los mandos es poco más que un juego de acción genérico sin carisma propio. No obstante, que quede claro, estamos ante un buen título, sólo que mejorable en ciertas cuestiones.
Historia
La historia sigue el hilo del filme en la parte que transcurre en el aeropuerto, compartiendo incluso algunos diálogos. Sin embargo, la trama no es idéntica y han introducido una serie de cambios. El primero de ellos es la reducción de importancia de Claire puesto que ni siquiera es un personaje jugable, todo el protagonismo recae en Leon. Él es el auténtico héroe, quien resuelve todo, y ella apenas aparece unos segundos en la trama. No hubiera estado de más haber incorporado algún capítulo en el que controláramos a Claire incluso aunque no hubiera supuesto ningún cambio en cuanto al manejo y la mecánica hubiera permanecido idéntica. El otro cambio de relevancia es la inclusión de personajes y enemigos que no aparecen en el original cinematográfico.
Para aquellos que aún no han visto la película y ni siquiera el tráiler, un avión lleno de personas infectadas por el Virus-T se estrella en un aeropuerto estadounidense, expandiendo la plaga. Allí es mandado Leon, encargado de rescatar a los supervivientes de este suceso, acaecido siete años después de los hechos ocurridos en Raccoon City, conocidos por todos los seguidores de Resident Evil en sus primeras entregas. Una vez aparece en escena, descubre que el horror va creciendo y existe riesgo de que salga más alla de esas instalaciones, por lo que debe ponerle remedio.
Apartado técnico
Gráficamente es fácil definirlo como simplón. Es cierto que estamos situados en un aeropuerto, pero aun así los escenarios, en general, son demasiado repetitivos, con los mismos elementos tales como cajas o plantas reutilizados una y otra vez, dando igual que estemos en un pasillo o en los subterráneos del complejo. Además, las salas suelen estar bastante vacías, lo que no se termina de entender teniendo en cuenta que la distancia de visión es muy limitada y en cualquier zona mínimamente amplia se ven fondos negros a pocos metros de distancia. No se han trabajado mucho este aspecto.
Partiendo de esto, uno podría pensar que quizás han querido potenciar los modelados de personajes y enemigos, pero estos son ridículamente pobres, tanto de humanos, como de zombies y otros monstruos de mayor tamaño. No convencen nada las gesticulaciones en los diálogos ante caras inmóviles y plagadas de píxeles. Y es que éste es otro problema, las texturas dejan bastante que desear, tanto de cerca como de lejos. Al menos los personajes podrían haber estado más elaborados, visto que todo lo demás no lo está lo suficiente. Quizá el único que se salva de la quema es Leon, algo más cuidado que el resto.
Es, cuanto menos, risible, que unos disparos sobre zombies provoquen algo más parecido a chispas que otra cosa. Sabemos que la potencia de N-Gage apenas puede superar a una PlayStation por lo que nos han ido demostrando los títulos aparecidos en esta plataforma, pero se podría haber logrado más en este juego de lo que nos han presentando finalmente. En el lado positivo, eso sí, se encuentra el motor gráfico se mueve con fluidez, sin petardeos de ningún tipo, que es lo mínimo que se le podría pedir y esto sí lo cumple.
En cuanto al audio, a muchos seguró agradará que retornen los sonidos clásicos de los muertos vivientes de la saga, esa especie de gruñidos tan característicos. La música, del mismo modo, se asemeja a la de los primeros Resident Evil. Melodías de fondo intensas, que si bien no ganarían un Oscar a la mejor banda sonora, encajan perfectamente en un juego de terror en el que te puede salir un bicho en cualquier momento y lugar. Es una pena que luego el sistema de juego no haya favorecido estos elementos y no sintamos auténtico miedo en ningún momento.
Jugabilidad
La mecánica de Degeneration no tiene mucha complicación. Como hemos dicho, en todo momento llevamos a Leon por el aeropuerto y hemos de afrontar diferentes retos que van surgiendo según vamos recopilando más información. La forma de contar la historia no es que esté muy elaborada. Aparte de diálogos insulsos tanto en persona como por el comunicador con Hunnigan, quien nos servirá de apoyo en todo momento, encontramos documentos de todo tipo esparcidos por el suelo de cualquier forma en los que se desvelarán nuevos detalles de la situación en ese lugar, aparte de darnos pistas sobre cómo seguir progresando.
La cámara se sitúa detrás del personaje, a lo Resident Evil 4, ya que además es el mismo protagonista. De hecho, este juego no sólo comparte esta característica con la cuarta entrega de la saga, sino también un planteamiento casi idéntico al de la versión para móviles que tuvo en su momento. Por aquí no es que sea muy conocida, pero baste un vídeo para darse cuenta de las similitudes. Por tanto, han adoptado dicho sistema de juego y han trasladado la ambientación a una nueva localización, en lugar de ese pueblo perdido de España habitado por latinoamericanos (sin querer ofender a nadie, por supuesto). Es más, el motor empleado parece exactamente el mismo, coincidiendo incluso en la barra de carga.
Las misiones que van surgiendo normalmente consisten en abrir nuevas zonas en las que activar o desactivar algún tipo de mecanismo. Tampoco vamos a desvelar mucho porque se destriparía la historia pero se entiende bastante la simplicidad de los puzles, nada de devanarnos los sesos. Un aspecto que nos gusta es que se reutilizan escenarios, continuamente volvemos a recorrer los mismos pasillos y las mismas salas sólo que con objetivos diferentes en cada vuelta y cada vez ampliando más el número de sitios a los que tenemos acceso. Esto le da consistencia al hecho de estar en un recinto de tamaño limitado como es un aeropuerto.
De hecho, hay puestas que sólo se abren desde un lado al estar cerradas por un candado, que podemos volar de un disparo, las cuales posteriormente nos permiten atajar, evitando rodeos. La posibilidad de perderse está ahí, aunque en general el mapa será lo suficientemente claro para ir directos a donde nos interesa, puesto que Hunnigan nos irá marcando el destino a alcanzar en cada momento. Códigos, interruptores y tarjetas que encontraremos o nos darán otros personajes serán nuestras llaves para esos puntos cerrados de partida.
Durante nuestra aventura tendremos de dos tipos de objetos que nos serán de ayuda y que nunca faltan en todo Resident Evil que se precie de serlo. En primer lugar, para curarnos, dispondremos de plantas amarillas, verdes y sprays de salud. El otro grupo de utensilios lo forman las armas y sus respectivas municiones, que comprenden pistolas de diferente calibre, un par de escopetas, un rifle francotirador y una metralleta automática. Su alcance, velocidad de recargar, cadencia de disparo y potencia obviamente varían. Como complemento final, encontramos las granadas, escasas a la par que útiles en los ataques en grupo.
El desarrollo es realmente lineal y no hay desafíos paralelos, pese a poder recorrer los escenarios libremente. La duración es de entre dos y tres horas, aunque invita a rejugarlo para lograr pasarlo sin morir y sin usar objetos de salud. Para favorecer esto, una vez lo terminemos tendremos oportunidad de comenzarlo otra vez con los mismos objetos que traíamos de la primera, de forma que lo acabamos aún más rápido si cabe. Por otro lado, en algunas estancias encontraremos soldados de élite que harán negocio con nosotros vendiéndonos o comprándonos diferentes items.
El control se ha implementado de forma que podamos poner el móvil en horizontal, usando así las dos teclas extra de las que disponen los terminales compatibles con N-Gage. Las movimientos que podemos realizar son sacar el arma y disparar, con el mismo botón, sacar el cuchillo y guardarlo de nuevo, bajar el arma y recargar. El botón del centro también permite ejecutar acciones como abrir una puerta o pulsar un interruptor. Mientras empuñamos el arma no nos podemos desplazar y dirigimos la mirilla mediante la cruceta, ayudados por un ligero sistema de autoapuntado bastante útil.
Aunque el esquema inicial es apto para un teléfono móvil, lo cierto es que resulta lento e incómodo en ocasiones. En juegos así es cuando más se echa en falta no disponer de gatillos para los dedos índice. Es por ello que todos los enemigos van generalmente despacio, ya que en caso contrario sería casi imposible cogerlos. Es más, los perros, los únicos que corren velozmente, nos causarán unos cuantos problemas. Menos mal que han incluido una rutina para que se queden parados ladrándonos unos instantes tras cada embestida que realizan contra nosotros.
Los monstruos a los que tendremos que hacer frente son zombies, incluidos los canes, y varían en la rapidez con la que se mueven, lo protegidos que van (los bomberos, por ejemplo, llevan casco), y si tienen algún ataque especial, como lanzarse a toda prisa sobre nosotros en el último momento o escupir una especie de vómito dañino. Por lo demás, son prácticamente iguales y por tanto a la larga resultan repetitivos. Lo único que rompe la monotonía son los grandes mutantes infectados por el Virus-G, que aparecerán en diferentes momentos como jefes finales, siendo uno de ellos la misma criatura de la película.
Para no hacerlo tan sencillo, han roto una regla básica de los Resident Evil y es que el disparo a la cabeza no es letal. Muchos zombies necesitarán dos o tres tiros para caer. Lo que sí podemos conseguir es aturdirlos para acercarnos y soltarles una patada, cutremente recreada, por cierto. Sin embargo, esto último no es muy recomendable porque la mayoría de veces volverán en sí antes de que nos de tiempo de pulsar el botón adecuado y se lanzarán a nuestro cuello. Apuntar al pie también es una buena idea para retrasarlos en su avance.
Se han añadido secuencias de pulsación de botones, en concreto las flechas de dirección, los conocidos QTE, que aparecerán en ciertos lugares sin avisar previamente. En ellas hemos de apretar la cruceta según se nos indique en pantalla para esquivar algún tipo de evento que está sucediendo y si fallamos hemos de comenzarlas desde el principio. Además, hay una fase contrarreloj y un par de situaciones en las que un individuo está siendo atacado y hemos de liquidar los zombies que a él se aproximan antes de que lo alcancen, o también perdemos.
Finalmente, cuando nos hayamos cansado del modo principal, tendremos ocasión de acceder a uno adicional, denominado Mercenario, en el que hemos de conseguir la mayor matanza que nos dé tiempo en los dos minutos que dura cada intento. Transcurre en dos zonas diferentes del aeropuerto y permite subir nuestras puntuaciones a N-Gage Arena, para compararlas a posteriori con las que consigan otros usuarios. Desde luego es de agradecer su inclusión, dado que alivia en cierto modo la corta duración de la historia.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.