Vuelta a las andadas...

aquí. resultó ser un título con una calidad muy inferior a la esperada. Su principal fallo fue la puesta en escena de una idea que, aunque prometedora, acabó superando al propio concepto de juego y terminó por no satisfacer en ningún apartado pese a contar en su haber con dos compañías tan importantes como Konami y Hudson, y el diseñador Jun Suemi.

Para esta segunda parte (está en desarrollo una versión paralela que saldrá en Playstation 3), las compañías responsables han intentado pulir todos aquellos aspectos que no gustaron en absoluto, dejando intactos el sistema de juego, la ambientación e incluso las grandes posibilidades de personalización del personaje principal, un A.D.A.M., un curioso ciberrobot que protagoniza una historia casi apocalíptica ambientada en un futuro irreal.

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La tierra es pasto de las llamas de la guerra. La humanidad se enfrenta a una amenaza de primer orden, su propia extinción, y por ello los científicos  desarrollan un modelo de androide capaz de acabar con cualquier atisbo guerrero de la faz de la tierra. El invento es tan bueno que los androides tienen un éxito descomunal y los humanos, por pura diversión, los encierran a todos en torres selladas con el fin de ver cómo los robots luchan entre ellos. El jugador tomará el rol de uno de los A.D.A.M., el cual lucha para intentar salir de allí.

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El argumento bien podría pasar por el de una predecible cuarta parte de Robocop. En realidad el A.D.A.M. a controlar tiene un pasado humano, una serie de recuerdos que le llevan a querer saber más y más y un científico que le va a ayudar a conocer su anterior "vida". En esta ocasión la lucha del robot es contra los de su misma especie, pero la mecánica de juego será la misma.

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El desarrollo del juego podría ser catalogado como de "action-rpg". Las opciones de personalización pasan por poder cambiar de arma y protección corporal, romper cajas, descubrir y romper ítems y tratar de llegar a diferentes "metas" de forma bastante lineal. La historia promete, a pesar de los tópicos puede llegar a ser interesante por los descubrimientos del pasado del robot, pero la mecánica del juego desdibuja un título que sigue sin estar bien refinado y sigue sin ofrecer su verdadero potencial.

Técnica decepcionante

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Gráficamente Rengoku 2 no viste mal. No es el modelo de juego en 3D a seguir por los títulos de PSP pero sí posee al menos un entorno que se mueve a una velocidad más que aceptable. Para esta segunda parte se ha añadido una cierta variedad de enemigos que sigue siendo insuficiente y, lo peor de todo, aburrida.

Para imaginar un poco su estilo, Rengoku puede ser comparado con los combates de Zelda: Ocarina of time o Wind Waker. Un personaje controlable (el robot) visto desde detrás en tercera persona, que va avanzando por mazmorras y enfrentándose a enemigos de forma que cuando estos se aproximan el robot se encara a ellos para iniciar el combate. Otros ejemplos igualmente válidos podrían ser los movimientos del Phantasy Star Online.

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La preocupación del jugador es la de mantener un cierto toque estratégico en las armas y escudos a emplear. Su uso continuo provoca sobrecalentamiento y pérdida de eficacia, así que habrá que tener en cuenta este factor. Así mismo los componentes van adquiriendo puntos, a veces un material "experto" es más práctico que una novedosa arma potente, puesto que se le ha rebajado su nivel de sobrecalentamiento y su fiablidad aumenta; de igual forma, un arma "joven" tiene muchas más posibilidades de crecer en atributos, pero para ello es necesario darle cierta experiencia.

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Este es el factor definitivo, porque en realidad no hay otra que conseguir poco a poco mejorar cada una de las partes provistas en cada robot y alcanzar el objetivo final de salir de la torre. No se puede morir, la energía vital se recupera poco a poco en los momentos en los que el robot permanece quieto. Y ni llegando esta a cero se acaba la partida puesto que existen varias posibilidades que van desde la regeneración parcial hasta la vuelta a empezar, pero nunca la muerte.

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El sistema de combate se basa por ello en dar vueltas alrededor de los enemigos y atacar en el momento preciso. Continuamente se repite la estrategia hasta que se da con el punto vulnerable y se termina la pelea. Después, sólo hay que esperar un poco y la "vida" de cada parte vuelve a estar regenerada. Es un mecanismo que para los habituados a este tipo de controles la expresión "dash and z-target" puede resumir un poco la jugabilidad de Rengoku 2. Sólo la posibilidad de que las armas se desgasten definitivamente y haya que luchar cuerpo a cuerpo pueden modificar esta manera de progresar.

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El juego es difícil. Lo que en principio puede parecer un camino de rosas se complica cuando los enemigos son difíciles de batir y nuestro A.D.A.M. pierde las armas y se abre paso a brazo partido (puñetazos y patadas). Es en estos momentos cuando se maldice al diseñador de un juego que podría otorgar horas de diversión y acaba ofreciendo horas de retorcimiento y alegrías aleatorias, porque avanzar puede ser tan controlable como tener suerte.

El sistema de cámaras es más o menos el adecuado. Los otros juegos citados se controlan de forma similar y en todo caso si la vista no siempre es adecuada parece más un problema global al género que puntual a este título. La variedad de los enemigos, si bien ha aumentado y se ha hecho un esfuerzo en los decorados para que parezcan diferentes, no es muy satisfactoria. Técnicamente se ha mejorado el motor, pero no es en absoluto ninguna maravilla.

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Todo lo que parecía un buen planteamiento se traduce en un tedio casi absoluto. Al final todo es avanzar, sin alicientes, sin novedades, con armas cada vez más potentes y enemigos igualmente más duros. Sistemas de mejora, posibilidad de aumentar el equipamiento del A.D.A.M. y prolongar su aguante, dificultad poco ajustada, cinemáticas con calidad desigual y tendencia de los jefes de sección a soltar monólogos cada vez que ocurre un enfrentamiento hacen que al final dé la impresión de que Rengoku 2 es un juego inacabado en el plano del diseño de las mazmorras. Esto se nota porque la idea no era mala y sin embargo problemas que hubiesen sido corregidos con un "testing" más exhaustivo arruinan la diversión.

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Mucho tendrá que mejorar la licencia si el próximo proyecto, ya para Playstation 3, consigue acaparar la atención del público. Un apartado técnico y sonoro simplemente correcto, una historia mejorable y una jugabilidad con grandes lagunas no son suficientes para convertirse en una saga consagrada.