R.A.W. - Realms of Ancient War
- PlataformaPC4
- GéneroRPG, Acción
- DesarrolladorWizarbox
- Lanzamiento10/10/2012
- TextoAlemán, Español, Francés, Inglés, Italiano
- VocesInglés
- EditorFocus Home Interactive
R.A.W. - Realms of Ancient War
Llega R.A.W. - Realms of Ancient War, un 'hack & slash' de la vieja escuela ambientado en un mundo de fantasía heroica. Un juego orientado completamente a la acción, sin muchas más pretensiones, y que busca entretener a los amantes del género. Si estás dispuesto a enfrentarte a hordas de enemigos, y tu idea es salir victorioso de la contienda, será mejor que no te pierdas nuestro análisis para conocer todos los detalles del título.
La compañía francesa Wizarbox, desarrolladora de software en general y también videojuegos, no es precisamente uno de los nombres que suenen habitualmente en los círculos de jugadores. Sin embargo, se halla entre los responsables de algunas adaptaciones de juegos de PC a videoconsolas, como atestiguan títulos como Arx Fatalis o Panzer Elite Action: Fields of Glory. También es el grupo detrás de juegos como la aventura gráfica Gray Matter, y su primer producción enteramente propia: So Blonde. Ahora llegan a nuestros ordenadores y consolas con R.A.W. - Realms of Ancient War, un juego de fantasía heroica en un mundo habitado por hombres, elfos, enanos... y monstruos que aniquilar. Un título lanzado en PC, Xbox Live Arcade y PlayStation Network, pensado para los que buscan acción desenfrenada sin muchos más quebraderos de cabeza. Combates y más combates, dejando de lado el exceso de equipaje.
La historia nos traslada a un mundo que fuese devastado por una guerra a gran escala, acontecida 10 años antes del inicio de nuestra partida. Los reinos de los hombres, elfos y enanos, han sido reducidos a la más mísera de las ruinas, y el caos se alza en cada rincón de la tierra. Para echar más leña al fuego, todo apunta a que una nueva amenaza, temible y desconocida, está a punto de aparecer. Todos aquellos que han iniciado la búsqueda de la naturaleza de este peligro, han desaparecido de la faz del mundo. Pero tres futuros heroes por casualidad, con la mala suerte de estar en el lugar equivocado y en el momento incorrecto, tendrán en sus manos el futuro del mundo de R.A.W. - Realms of Ancient War. Se trata de tres de los arquetipos más comunes en cualquier juego de acción y rol: el guerrero, el mago y la pícara. Elección simple y tradicional, pero demostrada efectiva en repetidas ocasiones.
El valiente guerrero se basa en la potencia de sus ataques, blandiendo un arma en cada mano y cargando contra sus enemigos. Además, si su salud llega a niveles bajos, es capaz de entrar en furia asesina para dar muerte a todo lo que se mueva a su alrededor. Ya sea con sus golpes directos, o mediante el uso de ataques de área, el guerrero es capaz de dar cuenta de varios enemigos de forma simultánea. Es el mejor personaje en el cuerpo a cuerpo, aunque sus posibilidades mágicas y recarga de maná son las más limitadas del elenco de protagonistas. Su historia comienza con la búsqueda de una patrulla de la guarnición local, desaparecida mientras exploraba los exteriores de su aldea. Allí, es emboscado por las criaturas responsables de la masacre de sus paisanos, y en clara inferioridad numérica no tiene otra opción que huir por un portal misteriosamente aparecido a su lado.
El mago es capaz de manejar las corrientes mágicas a su favor, controlando los elementos. Entre sus habilidades encontramos la posibilidad de lanzar bolas de fuego, invocar tornados, nubes tóxicas, rayos y hasta olas de energía pura. Es el personaje más efectivo a largas distancias, y cuenta con la reserva de magia más importante del elenco de R.A.W. - Realms of Ancient War, aunque su aguante ante las embestidas enemigas es recíprocamente limitado. Su historia da comienzo mientras busca un importante artefacto en un cementerio, explorando las criptas allí ubicadas. Tras enfrentarse a varios esqueletos re-animados y poderosos liches. Nada que el mago no pueda manejar... hasta que aparecen unas extrañas criaturas y en un número más que excesivo. Cuando presentar combate ya no es una opción viable, el mago utiliza un portal misteriosamente aparecido en las cercanías para poner tierra de por medio.
La pícara, tercera y última opción, es la elección más polivalente de las tres. Se defiende tanto a media distancia como en el combate cuerpo a cuerpo, gracias a su dominio magistral del arco de caza y de las dagas. A pesar de que su defensa no es tan buena como la del guerrero, es capaz de hacer frente a grupos limitados de enemigos sin despeinarse. Como experta en la caza, es capaz de usar todo tipo de trampas y artimañas contra las horas enemigas. Su aventura comenzará con el rastreo de una manada de lobos que atemorizan la zona donde habita. Una vez más, al igual que sucede con el resto de protagonistas, de la nada aparecerán unas extrañas criaturas... y en gran número. A pesar de sus habilidades en el combate, los enemigos superan a la pícara en elevada proporción, y no tendrá otra salida que huir a través de... ¿Lo sabéis? Exacto, un misterioso portal aparecido justo a su lado.
Los personaje se definen únicamente por un conjunto de habilidades a utilizar. No podremos controlar las puntuaciones de características, salvo cambiando los objetos de nuestro inventario. A la hora de avanzar un nivel, obtendremos un punto de habilidad para gastar en alguna de las opciones disponibles, algunas de ellas bloqueadas hasta que alcancemos cierto grado de experiencia. Cada capacidad cuenta con tres grados de desarrollo, mejorando distintos aspectos de su utilización con cada progresión. De esta manera, las bolas de fuego del mago son más efectivas y dañinas con cada avance, y lo mismo se aplicaría a las habilidades de sus compañeros. No tendremos más opciones para desarrollar a nuestros personajes en R.A.W., ni para personalizarlos. Esto limita mucho nuestra forma de juego, ya que las únicas posibilidades para definir nuestras preferencias se limitan al arquetipo elegido.
Pero la habilidad más original de todas, y especialmente útil cuando los oponentes son demasiados en número y entre ellos se encuentra uno sumamente poderoso, es la de 'encarnarse' en uno de ellos. Así, podremos poseer el cuerpo del enemigo más fuerte para dar buena cuenta de sus compañeros menos poderosos y mucho menos afortunados. Una vez despejada la zona, recuperamos nuestro cuerpo original y nos lanzamos contra el gran enemigo, sin ser estorbados por una multitud rondando a nuestro alrededor. Los adversarios más poderosos son de lo mas variopinto: hombres-árbol, grandes demonios, trolls, ... y no cabe duda de que sus golpes devastarán las filas enemigas de una forma mucho más efectiva. Desgraciadamente, la habilidad solamente puede usarse en ciertos espacios concretos definidos en el escenario, y no contra cualquiera de los enemigos que nos encontremos, al estilo Prototype.
En lo que a manejo se refiere, R.A.W. - Realms of Ancient War es extremadamente sencillo. En PC, simplemente manejaremos con el conjunto ratón y teclado, haciendo clic en el lugar al que queremos dirigirnos. Las distintas habilidades se activan desde los botones izquierdo y derecho del ratón, junto con las teclas 1 y 2. De esta forma, solamente podemos tener acceso rápido a un conjunto de 4 capacidades no pasivas, aunque las asignaciones pueden configurarse fácilmente desde la pantalla de habilidades. De igual manera, contamos con un panel de inventario en el que alternar nuestro equipo y armas, así como un listado de misiones activas. De nuevo, el juego hace gala de su minimalismo al no añadir ninguna ventana adicional, puesto que todas las opciones están cubiertas al completo con las pantallas disponibles. Por último, las pociones de salud y maná se activan con las teclas 3 y 4, respectivamente.
Existe la posibilidad de cooperativo con otro jugador, y el punto a favor es que no es necesario inicial la partida de esta manera. En cualquier instante, un amigo puede unirse a nuestro juego, seleccionando uno de los personajes que han quedado libres y colaborando con nosotros. El juego nos recomienda, sabiamente, que los usuarios se repartan eficientemente el trabajo. Es absurdo lanzar a dos heroes con la horda en el cuerpo a cuerpo, mientras que lo mejor es aprovechar las capacidades en distancias cortas y largas de cada uno, manteniendo un frente de vanguardia y otro de retaguardia. Dado que R.A.W. - Realms of Ancient War se basa en la aparición en pantalla de cantidades ingentes del enemigos, la táctica importa más de lo que pueda pensarse en primera instancia. De igual manera, si nuestro amigo tiene que irse, pero nosotros queremos seguir jugando, no tendremos problema alguno para hacerlo.
Sobre el comportamiento de la inteligencia artificial es bastante limitado. Su rango de visión es ciertamente corto, y en el caso de los ataques a distancia podremos sacar buen provecho antes de que lleguen a nuestra posición. A la hora de encontrar rutas, los enemigos se chocan contra cualquier pared que pongamos por medio, lo que siempre nos dará ventaja. Lamentablemente, los mismos algoritmos también nos afectarán a nosotros, y siendo un juego en el que el movimiento se realiza mediante 'point & click', el inconveniente es enorme. Si hacemos clic detrás de una valla, es posible que intentemos derribarla a cabezazos sin éxito. Lamentablemente, el único reto de los enemigos consiste en su elevado número. Esto puede ser muy apropiado en un juego de zombis, pero en un título de fantasía heroica no queda demasiado bien. Wizarbox ha trabajado más bien poco en este aspecto, y afecta muy negativamente.
Si morimos, cosa que sucederá en unas cuantas ocasiones porque los enemigos no parecen acabarse nunca, no tendremos problemas mientras nos queda alguna Piedra de Resurrección. Pero, pobres de nosotros si nos hemos quedado sin estas rocas en nuestro inventario, porque tendremos que volver al principio del nivel. Y esto conlleva perder cualquier avance realizado hasta el momento... Lamentablemente, lo limitado de las opciones de juego no nos deja otra alternativa que luchar, luchar y, si acaso, seguir luchando. La muerte es algo bastante más frecuente en R.A.W. que en otros juegos de acción, y sus perjuicios mucho mayores que en gran parte de los representantes del género. Un equilibrio entre jugabilidad y dificultad puede volver atractivo a un juego, pero cuando se aplica un exceso o defecto de alguna de las dos, el resultado puede ser desastroso. Aquí ocurre algo parecido.
Por si esto fuera poco, el desarrollo de la partida omite todo tipo de misiones secundarias y conversaciones complicadas, y con esto ya podemos hacernos a la idea de cómo será el rumbo de la partida: pasillo y matar. Es evidente que R.A.W. - Realms of Ancient War es un juego orientado a la acción, pero eso no significa que se tenga que dejar de lado todo lo demás. Existen suficientes alternativas dentro de los juegos de acción y rol que han sabido combinar eficientemente un altísimo grado de combate con una historia y desarrollo más que apetecibles. Es extraño que Wizarbox, que tiene mucha más experiencia en aventuras gráficas que en juegos de acción, no haya querido poblar un poco más el mundo de R.A.W. para convertirlo en una opción más atractiva para los jugadores. Sin embargo, el título da la impresión de que no se hayan querido implementar más opciones por dejadez, más que por filosofía.
A nivel técnico, los gráficos son bastante mediocres. No existe posibilidad alguna de modificar el acercamiento o ángulo de la cámara en su isométrica visualización, en un primer beneficio para los modelados y texturas, que pueden engañarnos con su aspecto como ocurre en la oscuridad de algunas discotecas. Pero tarde o temprano, uno se da cuenta de que la calidad visual no está a la altura. El sonido cuenta con una cantidad limitada de voces dobladas, aunque al no haber demasiados textos ni historia tampoco es necesario tener más. La cantidad de animaciones es tan limitada como el resto de opciones del juego, con una por tipo de ataque y muy parecidas entre sí. Incluso si las multiplicamos por 3, al ser la cantidad de personajes, la variación de las mismas es absurdamente baja. De nuevo, la impresión de R.A.W. - Realms of Ancient War en el apartado técnico es la de un producto realizado con poco interés y sin buscarse complicaciones
O puede que nos hallemos ante un puro ejercicio de humildad, con Wizarbox empeñada en no engañar a los usuarios con unos gráficos y sonido espectaculares, mientras que el contenido del juego es francamente limitado. Y si es así, es de agradecer el poco interés de la compañía francesa en sacarnos los cuartos. El juego transcurre por la inercia que encadena los combates, no tiene ninguna forma más de llamar nuestra atención. En la época actual, tendría mucho más sentido su existencia en dispositivos más limitados que en PC o consolas, e incluso en las plataformas más humildes podría plantearse la duda de si vale la pena, o no, hacerse con el juego. A estas alturas, es difícil discernir si el juego estaba realmente planteado de esta manera, o se ha ido reduciendo poco a poco hasta consumirse, con tal de terminar un producto de cualquier manera y lanzarlo al mercado.
Mediocre
Podía ser pero no ha sido y tras pasar unos breves minutos con él quedará archivado en la estantería para no jugarlo nunca más. No lo compres, no digas que no te lo advertimos.