Guerrero de casta

Este mes se ha puesto de moda hablar de estudios pequeños que ponen sobre la mesa esfuerzo, lágrimas y sudor para promocionar los desarrollos que han producido con dinero salido de sus propios bolsillos. Puede que Akaoni Studio sea el más representativo gracias a la publicidad obtenido con Zombie Panic in Wonderland, pero no es ni mucho menos el único que debuta con fuerza en el mes de abril. Por el otro lado, el constante flujo de novedades que recibe WiiWare a cada nueva semana que pasa se encarga de confirmar el buen estado que atraviesa este sistema. Lo hace además en todos los sentidos, tanto a nivel técnico como jugable, dos aspectos que pese a las limitaciones del servidor (con un tamaño específico de megas como tope en cada título que se lanza) han ofrecido joyas a la altura de LostWinds o World of Goo, por citar dos ejemplos entre la amplia amalgama que a día de hoy el jugador encuentra nada más conectarse a la Tienda Virtual de Nintendo.

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Una de las promesas más esperadas del momento es precisamente el título que hoy tenemos entre manos, Rage of the Gladiator, que grosso modo sigue las pautas impuestas por el éxito de Punch Out, cuyo revival se ha saldado con notas sobresalientes en la prensa especializada, que elogiaba entre otras cosas lo adictivo del concepto. Cuesta entender que sólo Nintendo haya visto en este género un filón que explotar, especialmente bajo el peculiar sistema de control que ofrece el wiimote, por lo que después de todo no es de extrañar que un grupo de aficionados se lanzase de cabeza a producir el llamado ?sucesor espiritual? de la obra que recibíamos hace aproximadamente un año en el mercado. Hay que tener cuidado con estas palabras porque, si por algo destaca la obra de los chicos de Ghostfire, es por adoptar una mecánica que bebe de las fuentes de la competencia, toda vez que aporta novedades a tener en cuenta.

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El concepto bajo el cual se mueve RotG es básicamente el combate 1 contra 1 asentado bajo los cimientos de la ambientación clásica grecorromana, que hará que el jugador se sienta dentro de un coliseo batallando por su vida frente a temibles criaturas. Atacar, defenderse o esquivar las embestidas enemigas será el principal objetivo del héroe al que controlamos a lo largo de 10 combates sin opción a Online, por más que las nuevas tecnologías hayan abierto la puerta a que se le dé un uso adecuado a la Infraestructura que suele habilitar Nintendo en estos casos. Sea como fuere, la propuesta busca indagar no sólo en los reflejos, en la acción pura, sino también en ciertos toques de rol que permiten mejorar los atributos del héroe con la mirada puesta siempre en perfeccionar su rendimiento.

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Estamos solos en el ring a efectos prácticos, con una multitud que ruge enfebrecida esperando la muerte de uno de los dos contrincantes. La historia queda, por lo tanto, apartada de nuestras miras, por lo que ponemos toda la atención en comprender la mecánica de juego, que como bien comentábamos anteriormente se centra en el sistema de juego de Punch Out, con la necesidad imperiosa de conocer de antemano los movimientos del rival antes de limitarnos a un intercambio de puñetazos. El héroe cuenta con cuatro ataques, dos superiores de izquierda y derecha y otros dos inferiores. Puede esquivar los ataques del enemigo, tomar su escudo para defenderse o saltar para evitar un golpe bajo (un mazazo, por ejemplo) para así ganar algo de ventaja en el contraataque. Una vez debilitamos al enemigo, este pone toda la carne en el asador con sus mejores golpes y filigranas que debemos contestar con una buena defensa.

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Los combates gozan del nivel de adicción de Punch Out, lo que en otras palabras quiere decir  que una vez comenzamos a jugar es difícil terminar hasta el último combate. La vida útil del título se reduce bastante por este hecho pese a contar con la presencia del Challenge Mode, en el que es necesario poner todo de nuestra parte para vencer las complejas estrategias que el rival pone en práctica. Es difícil de comprender por qué Ghostfire no optó por hacer de este modo el principal de la partida, aunque quizás la respuesta se encuentre en el target al que va dirigido el título, que entendemos es el adolescente. La puesta en escena parece querer confirmar este hecho, tanto por el estilo ?cartoon? que se utiliza como por el desenlace de la historia que, repetimos una vez más, tiene muy poco de aprovechable.

Todo lo interesante de RotG se centra por lo tanto en el plano jugable, en el que no sólo debemos tener en cuenta los ataques enemigos, sino también el uso de armas secundarias cuyo uso varía en función de nuestra forma de jugar. La IA de los enemigos es a todas luces uno de los puntos más destacados del título junto a la variedad de ataques de la que hacen gala, lo que en última instancia transmite la sensación de que estar ante un título variado, que no aburre por la monotonía de su sistema jugable. Es todo lo que se le puede pedir a un juego de WiiWare que tiene que objetivo principal divertir a dos jugadores que deseen pasar un buen rato a los mandos de la consola. Llegados a este punto es interesante comentar el uso del mando en posición horizontal, que prácticamente ofrece mejores resultados que el sensor de movimientos del wiimote.

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Si a nivel jugable no desmerece, sucede un cuarto de lo mismo con el técnico. Si bien es cierto que la estética no se ha cuidado tanto como debería (especialmente en lo referente a la presentación), a nivel artístico resulta ser uno de los títulos más destacados del servicio, tanto por la calidad del motor gráfico como por lo atractivo del diseño de los monstruos clásicos a los que se ha de enfrentar el jugador. Los escenarios no ofrecen nada reseñable, quizás sólo el pobre nivel de ambientación que pocas veces hace sentirnos dentro de un combate a vida o muerte. Con un poco de suerte los más pequeños de la casa se sentirán atraídos, como venimos diciendo, por el estilo de dibujo animado que se utiliza durante la presentación de la trama.

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Su propio planteamiento lo convierte en un título extremadamente sencillo a la hora de ser analizado, sin apenas profundidad para pasar varias horas inmersos en las posibilidades que ofrece el martillo mágico del protagonista o su escudo. Lo más probable es que la mayoría de los combates se resuelvan tras varios intentos, lo que a grandes rasgos describe las tendencias de prueba y error de las que se aprovecha este Rage of the Gladiator.

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Es un título interesante este Rage of the Gladiator, muy al contrario de lo que indicaban las primeras tomas de contacto que se publicaron en la prensa internacional. Es la viva prueba del trabajo que ha volcado Ghostfire Games en un videojuego que no esconde sus similitudes con Punch Out, del que copia descaradamente el planteamiento añadiendo alguna que otra novedad, sin llegar a ser por ello una copia exacta de la obra que Nintendo devolvía a la actualidad hace exactamente un año. Hay que tener varios aspectos en cuenta a la hora de valorar este proyecto, en primer lugar por el impresionante resultado obtenido a nivel visual, en segundo por el uso que se le ha dado a una mecánica que todavía parece llamada a seguir evolucionando con el paso de los años.

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No se le puede pedir más a un título a nivel técnico, de esto ningún jugador debe tener la menor duda, más aún si tenemos en cuenta el precio al que se pone a la venta, pese a que tanto las voces como los subtítulos llegan completamente en inglés. No obstante, sí que echamos en falta mayor cantidad de opciones durante la partida, una mecánica que no limite tanto al usuario que está tras los mandos de la consola o que al menos ofrezca un nivel de reto que esté a la altura de los que cuenten con más experiencia en el género. De hecho, este será el principal hándicap para todo aquel que se plantee adquirir el título, dado que se termina tan rápido como se empieza. Sólo el Challenge Mode ofrece algo más de profundidad, aunque no entendemos el porqué de que no se haya incluido desde la primera vez que accedemos al juego (siendo como es más completo que el central).

Al margen de esto hay poco que se pueda criticar, tanto como lo poco que se pueda destacar de un título que sin más expectativas que las de acceder al gran público (preferiblemente el más joven de la casa). La historia es una mera anécdota sin ninguna clase de relevancia en la partida, la cantidad de enemigos a los que nos enfrentamos (así como su diseño) es a todas luces lo más destacado del pack que ofrece Ghostfire Games. Un estudio pequeño que como tantos otros vuelve a poner de manifiesto la calidad que últimamente atesoran la mayoría de los títulos que aparecen en exclusiva para la Tienda Virtual de Nintendo. Los que disfruten de acción en primera persona, de la estrategia de los combates de tú a tú, encontrarán aquí un buen motivo por el que encender la consola para pasar un rato entretenido. Al resto del público le conviene abstenerse, para eso hay mejores propuestas, aunque también exijan un golpe mayor a la cartera. Cuestión de gustos.

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