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Rag Doll Kung Fu: Fists of Plastic

Rag Doll Kung Fu: Fists of Plastic

Muñecos asesinos

Muñecos sacados de los bazares chinos de los años ochenta, batallas a cuatro costados, balón prisionero y el hadou. Rag Doll Kung Fu: Fists of Plastic hace fluir todos estos elementos, y algunos más, en un juego de Tarsier Studios que pretende ofrecer diversión de forma directa y sencilla.

Con una primera parte rondando por el mercado PC desde hace algunos años, Rag Doll hace acto de presencia en Playstation 3 a lo Smash Bros. Pero no tanto. Con toques Little Big Planet. Pero sin honores para ser comparado.  Y con estilo propio. Una lucha sin cuartel entre muñecos articulados para ser el más grande maestro del Kun Fu. Y, porqué no, para ser el más variopinto y fashion del ring.

Rag Doll Kung Fu impacta en un primer momento por su estética. Los protagonistas son marionetas articuladas que deben luchar entre ellas para ganar la guerra. Sus armas son sus puños y patadas, los objetos que van cayendo por el escenario, al más puro estilo Smash Bros, y el chi que los luchadores son capaces de generar. Los escenarios también tienen su parte de relevancia, gracias a los elementos de que se componen o su ubicación.

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La obra de Tarsier Studios está claramente enfocada a las partidas multijugador. Aunque con matices. La posibilidad de jugar a cuatro mandos es la mejor de las ofertas de Rag Doll Kung Fu,  ya que el frenetismo y la sencillez de la mayoría de movimientos convierten el juego en un producto apto para todo el mundo y con el que es fácil familiarizarse en las primeras partidas. Pero esta proyección como juego para disfrutar con otras personas se ve totalmente truncada por la no inclusión de un modo on-line.

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Al otro lado, el modo para un jugador no tiene fuerza suficiente para ser tenido en cuenta. Sin historia aparente, sólo habrá ocho desafíos que son especies de pruebas de habilidad. Después del tutorial, que cuenta como uno de estas misiones, hay distintos objetivos a cumplir con sus respectivos rangos. Desde usar las estrellas ninja para ir acabando con las dianas que aparecen en pantalla, hasta un modo supervivencia, los desafíos tocan cada una de las teclas jugables de Rag Doll Kung Fu. Cada misión se enfoca en alguna de las habilidades disponibles para los personajes, y hay tres medallas que se consiguen según hasta dónde se llegue.

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Ir desbloqueando misiones no es una tarea complicada. La medalla de bronce se consigue sin problemas en la primera partida, pero el verdadero jugo está en las medallas de plata y oro. Ser expertos en una de las pruebas sirve para ir desbloqueando objetos y ropas para los personajes. Su único problema se encuentra en la poca gracia de las misiones, que pueden llegar a aburrir debido a lo concreto de sus objetivos y la repetición mecánica de movimientos. Supone un reto más divertido, aunque lejos del multijugador, crear partidas competitivas contra tres enemigos controlados por la IA. En dónde, al menos, se puede usar el abanico de posibilidades disponible en el campo de batalla.

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El tono desenfadado del juego se encuentra no sólo en los diseños usados y el tipo de ataques, sino también en el envoltorio del producto. Los menús y las cargas a la hora de entrar en misiones o modos de juego están llenos de humor a la hora de explicar cómo se juega o de intentar dar, con un tono hilarante, el pretexto de la misión en cuestión. En este caso se nos presentan también a los archienemigos a los que nos enfrentaremos en cada prueba disponible.

Pelo afro, kimono de karateka y pantalones de campana
El principal motivo para el cual se intentará superar con la mayor puntuación posible en las ocho pruebas disponibles serán los objetos con los que se pueden editar los personajes. En este sentido, y bebiendo un tanto de Little Big Planet, los personajes serán totalmente editables de cabeza a los pies. Hay múltiples combinaciones, aunque se echa en falta más variedad entre los personajes, un total de doce, que se pueden usar de base para configurar como se desee. Por otro lado, hay cinco huecos para guardar los mejores diseños.

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El editor cuenta con siete puntos del muñeco para modificar. El primero es la cabeza, en la que hay personajes muy parecidos, como la mayoría de mujeres, y otros con un estilo muy marcado como el viejo maestro. El torso del personaje se puede vestir de diversas maneras, desde chalecos ninja a otros diseños más clásicos o curiosidades como uniformes policiales. También se pueden poner distintas manos, pantalones de todos los colores, sandalias o calcetines al más puro estilo karateka y otros complementos curiosos, como antifaces para la cara o gorros y peinados.

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Las similitudes con la gran obra de Media Molecule se encuentran en los movimientos de exhibición en las partidas. De igual manera que con los sackboys, los gatillos posteriores sirven para mover los brazos y hacer todo tipo de poses. Esto sirve, además, para sumar puntos en un modo de juego concreto que permite obtener puntuaciones elevadas más rápidamente.

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Apartado técnico
Rag Doll Kung Fu cumple con su aspecto técnico. Los escenarios en 3D son de lo mejor del juego,  con un aspecto que va a medio camino entre un aspecto real y el escenario para muñecos que en realidad es. Los fondos, a pesar de acompañar el resto de conjunto visual, están a una baja resolución que no redondea a los escenarios. El curioso diseño de los personajes hace el resto, dónde no pasan sin pena ni gloria los efectos especiales como los impactos o las ráfagas de energía.

Las físicas y las animaciones de los personajes destacan por su notable nivel. Los saltos, los lanzamientos y cómo rebotan los muñecos con el escenario están muy trabajados bajo el motor havok. Asimismo, las animaciones van en conjunto con el diseño de los personajes: andares estrambóticos, golpes cómicos y una sensación de ver auténticos muñecos de plástico con vida propia muy gratificante.Mención aparte para el apartado sonoro. Las músicas, pocas, monótonas e intrascendentes,  quedan en un segundo plano por el compendio de sonidos de impactos, golpes y gritos de los personajes. Al más puro estilo Bruce Lee, los personajes exteriorizan cada uno de sus movimientos con todo tipo de gritos. Ya sea dando, recibiendo o celebrando la victoria.

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Morir a balonazos
La obra de Trasier Studios cuenta con cuatro modos de juego. El primero de ellos es el clásico partida a muerte. En éste, los rivales se enfrentan entre ellos para sumar el mayor número de muertes posibles, ya sea con límites o dentro de un tiempo determinado. En éste, como en el resto, se pueden hacer equipos para jugar partidas no sólo compitiendo, sino también colaborando con los colegas. O en su defecto, usar también a rivales y compañeros controlados por la IA. Aunque con algunas limitaciones.

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El rey de la colina basa su desarrollo en estar el mayor tiempo posible en una zona concreta sumando puntos, dónde las poses servirán para subir más rápidamente la puntuación. Capturar el pez es una variante un poco extraña del básquet. El objetivo es el de coger un pez que por desgracia cae siempre en el mismo sitio del escenario e intentar meterlo en un cuenco. En este, por ejemplo, no se puede contar con rivales de la IA. Por último, esquiva la pelota es la variante marcial del balón prisionero. Con una pelota se debe dar a los rivales para conseguir puntos.

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Los cuatro modos de juego se pueden desarrollar en ocho escenarios, aunque algunos están limitados y no siempre se puede jugar a capturar el pez, al rey de la colina o a esquivar la pelota en los ocho emplazamientos disponibles. El diseño de éstos diferencia cada mundo el uno del otro, ya que en algunos será básico intentar echar a los rivales del escenario y en otros se debe tener en cuenta zonas en las que agarrarse o elementos de cada escenario, como un gran péndulo que puede llegar a desesperar.

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El poder está en el interior
El control de Rag Doll Kung Fu usa de manera interesante las bondades del sixaxis. Como ya pasa con otros juegos de descarga como Flower, el sensor de movimiento gana protagonismo. Los controles, que se basan en sencillos comandos de puño, patada y agarre, ganan en complejidad con las cargas de chi. Con éstas se podrán lanzar proyectiles de energía, dar golpes en el suelo que acabarán con los rivales de nuestro alrededor o hacer embestidas. El chi, el poder interior de cada personaje, se puede cargar meditando. Éste y los otros movimientos especiales se llevan a cabo con movimientos concretos del mando.

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No se trata de un control muy exigente, aunque tiene suficientes variantes para profundizar en él. Desde los combos en el aire mientras el rival es lanzado por nosotros, al uso de los objetos que van apareciendo por el escenario (palos, jarrones o estrellas), pasando por los ataques especiales, se pueden usar distintas tácticas para intentar ganar las partidas.  Y todas ellas bastante accesibles, excepto los movimientos con sixaxis que precisan de más práctica.

6.5

Correcto

No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.