Race Pro
Simulación profesional
La nueva apuesta exclusiva para la consola de Microsoft pretende ofrecer un simulador de conducción que muestre un realismo hasta ahora inédito en consolas. Race Pro cuenta con posibilidades de personalización que asombran por su número y profundidad. Deja a un lado tu vena arcade, es hora de ponerse serios.
Que la simulación más realista y detallada es coto exclusivo del PC es algo que estamos cansados de escuchar día sí, día también. Ya sea porque el usuario de PC es el más receptivo a la hora de afrontar juegos cuanto más profundos y especializados mejor (un tópico de lo más recurrente), o porque las posibilidades de control que ofrece un pad son infinitamente inferiores a las ofertadas por un ratón y un teclado (a la hora de afrontar según qué géneros, obviamente), el caso es que las compañías, a la hora de desarrollar juegos en consola, acaban haciendo concesiones por doquier al terreno arcade.
En lo que a simuladores de conducción se refiere, los máximos exponentes del género en consola son sin duda Gran Turismo y Forza Motorsport. Aún así, la complejidad y profundidad de la que llegan a hacer gala dichos títulos no puede compararse a la de sus homónimos de PC, tales como la saga GTR. Precisamente son los creadores de dicha franquicia, SimBin, los que ahora afrontan un reto sin duda difícil: trasladar al terreno de las consolas su experiencia y buen hacer a la hora de crear grandes simuladores de conducción.
SimBin, estudio sueco de programación, se ha dedicado, desde su fundación en 2003 hasta la fecha, a desarrollar exclusivamente simuladores de conducción. Así, a ellos les debemos títulos como GTR, GT Legends, RACE o STCC. Dichos juegos (junto a sus respectivas secuelas) son simuladores de la conducción más pura, con la suficiente calidad como para haber convertido a la desarrolladora en toda una institución en la materia. En principio, la intención de SimBin era la de programar una entrega de GTR para Xbox 360, aunque el proyecto acabó cayendo en el olvido y, salvo sorpresa de última hora, puede darse por cancelado. En su lugar contamos con el título que nos ocupa, Race Pro, juego exclusivo de la plataforma de Microsoft que planea convertirse en la referencia para consolas en lo referente a la simulación de conducción más realista.
¿Lo han conseguido? Sí, aunque con reservas ya que, tras profundizar en el juego e ir más allá de sus sobrecogedoras opciones de configuración para nuestro coche, acaban saliendo a la luz defectos y carencias que, bajo nuestro punto de vista, podrían haberse paliado con algún que otro mes extra de desarrollo. Pero vayamos por partes. Es hora de arrancar el motor y echar un vistazo a todo lo que el juego nos ofrece.
En la parrilla de salida
En lo referente a modos de juego, Race Pro parece bien surtido, ya que hace gala de un abanico de ofertas más que reseñable. Eso sí, a la hora de la verdad, dichas ofertas acaban mostrando prácticamente lo mismo, por lo que en cuanto a variedad el juego se queda algo cojo. De inicio, contamos con el modo Carrera Única, en el que competiremos en un circuito a nuestra elección de los 13 que oferta el juego. Por supuesto, tanto los circuitos como los coches de Race Pro se encuentran licenciados; así, a nivel de pistas contamos con nuestro circuito de Valencia, además de Monza, Laguna Seca, Anderstorp En el menú de selección de circuito, se nos ofrecerá una reseña de la pista destacada, así como su historia y algunas curiosidades. Tras ello, será el momento de seleccionar categoría entre 19 diferentes, que van desde la Clase Mini hasta la SRT10 de Viper. Por último, sólo nos quedará elegir coche y saltar a la pista. Como acabamos de mencionar, todos los coches y marcas automovilísticas son reales; además, mientras seleccionamos coche también se nos ofrecerá un breve texto con la historia y curiosidades de la marca que lo ha fabricado.
Tras seleccionar coche y ajustar algunas opciones (en ellas nos detendremos más adelante, pues merecen su propio apartado), aparecerá la pantalla de carga junto a un esquema del circuito en el que hayamos decidido competir. Mientras el juego se toma unos segundos para cargar, podremos leer los consejos que se nos ofrecen tanto de carácter general como sobre las curvas más complicadas de la pista: cómo tomarlas, la marcha más indicada para hacerlo, la posibilidad de adelantar a un rival o ser adelantado al tomarla, etc
El Modo Carrera es, al menos sobre el papel, la opción monojugador estrella de Race Pro. En ella tomamos el rol de un piloto novato que lucha por hacerse un nombre en los circuitos de carreras más famosos del mundo. Así, deberemos firmar contratos con los equipos más afamados de la competición, para luego tratar de cumplir todas las expectativas que hayan depositado en nosotros. Existen 8 grupos de carrera, divididos en un total de 33 contratos. Para unirnos a un equipo contamos con dos vías posibles: pasar una prueba o sufragar al 100 % los costes del contrato. Dicha prueba, que consiste en dar una vuelta a un circuito en un tiempo determinado, nos permitirá librarnos de tener que pagar un notable porcentaje de los créditos (la moneda de cambio en Race Pro) que se nos piden a la hora de ingresar en el equipo.
Una vez firmado el contrato, pasaremos a participar en un número determinado de carreras, con el objetivo de ganarlas bajo ciertas condiciones. Generalmente, con conseguir el bronce habremos completado la carrera aunque, obviamente, si obtenemos la plata o el oro conseguiremos más créditos y puntos. Como ya mencionamos, los créditos nos servirán para obtener nuevos contratos, mientras los puntos serán la vía elegida para desbloquear coches. Existen distintos vehículos a liberar en los contratos de novato, semiprofesional y profesional, invitándonos con ello a superar cada categoría.
Tras finalizar nuestro contrato, todo volverá a empezar: un nuevo equipo, un nuevo contrato, nuevas carreras a superar. Deberemos hacer lo mismo hasta que el Modo Carrera llegue a su fin, por lo que no hay mucho más que decir en dicho sentido. Aquí reside uno de los puntos flacos de Race Pro, dado que habría sido de agradecer un Modo Carrera más variado, con posibilidades a lo largo de su desarrollo que fueran más allá de las anteriormente indicadas, tales como ofrecer distintas vías a la hora de gastar los créditos.
El Modo Multijugador nos permitirá competir contra otros usuarios, bien a través de Live o bien conectando varias consolas en red local. Las opciones para jugar por Internet pasan por una Partida de Jugador, en la que correremos sin que los resultados obtenidos afecten a nuestra clasificación, y una Partida Igualada, en la que trataremos de mejorar dicha clasificación. De nuevo, todo termina aquí, y de nuevo habría sido deseable que se nos ofrecieran más vías a la hora de competir, como torneos o temporadas completas, en lugar de vernos relegados a competir en carreras sueltas.
Las opciones modificables antes de entrar en carrera pasan por cambiar de circuito, coche, fijar el número de vueltas, clima seco o lluvioso, la sensibilidad de nuestro coche al daño, el desgaste tanto de los frenos como de las ruedas (podremos cambiar las ruedas en boxes, si así lo necesitamos), activar la IA (el multijugador permite hasta 12 participantes simultáneos por lo que, con dicha opción activada, será la consola la que se ocupe de controlar a aquellos coches que no cuenten con piloto humano), y elegir si nos interesa o no superar una vuelta previa de calificación.
El Modo Campeonato calmará las ansias de todo aquel que esté cansado de participar en carreras sueltas, anhelando en su lugar correr en una temporada completa. Así, cada clase contará con su propio campeonato, compuesto por un número determinado de carreras a celebrar en distintos circuitos. El ganador de la temporada será, obviamente, el que logre amasar la mayor cantidad de puntos al término del campeonato. El vencedor de cada carrera obtiene 10, mientras los siete siguientes puntúan con 8, 6, 5, 4, 3, 2 y 1 respectivamente.
El Modo Hot Seat trata de paliar la carencia en Race Pro de un buen modo de juego a pantalla partida. Así, podemos formar equipo con un amigo, turnándonos en el control del coche, o competir contra él, por lo que elegiremos coches distintos y nos alternaremos a la hora de pilotarlos. Cuando el compañero se encuentre pilotando su vehículo, la IA se encargará de tomar el control del nuestro para que no perdamos posiciones. El modo Hot Seat es más un parche que otra cosa, ya que lo suyo habría sido contar con la opción de disputar partidas a pantalla dividida. No entendemos cómo SimBin ha acabado por decidir no implementar dicha posibilidad.
Contrarreloj y Entrenamiento Libre serán los últimos modos de juego disponibles, los cuales no necesitan mucha explicación. También contamos con un reproductor de vídeo, mediante el que podremos observar a placer las repeticiones de nuestras partidas previamente guardadas. En último lugar quedan las opciones, protagonistas absolutas del siguiente apartado del análisis, dado que es ahí donde Race Pro muestra todo su potencial como simulador de conducción extremadamente realista y detallado.
Modificación extrema
El principal menú de opciones de Race Pro, que se nos suele mostrar antes de competir en la mayoría de sus modos de juego, es el denominado Ajustes de Carrera, dividido en tres apartados que hacen las veces de niveles de dificultad: Novato, semiprofesional y profesional. Aquí es conveniente reseñar que, aunque desde SimBin se ha buscado en todo momento llevar el realismo y la simulación hasta sus últimas consecuencias, también se ha procurado dar toda clase de facilidades para que hasta el jugador más inexperto pueda disfrutar del título sin problemas, al tiempo que adquiere la experiencia necesaria como para atreverse con un cambio de marchas manual, jugar sin la línea de trazada, etc.
Así, cada uno de los niveles de dificultad anteriormente mencionados poseen un determinado número de opciones secundarias completamente configurables, tales como el grado de sensibilidad de los frenos antibloqueo, el control de tracción (que permite evitar los derrapes al acelerar), la ayuda a la estabilidad (activándola nos será más fácil mantener el control del coche en todo momento), la línea de trazada (una marca en la carretera que indica tanto el trayecto más recomendado a seguir como los puntos en los que es conveniente frenar), transmisión manual o automática (aún con la transmisión automática, podemos cambiar la marcha si así lo creemos conveniente), longitud de la carrera (de una a 75 vueltas), número de rivales IA (de uno a 15), unidades de medida (millas o kilómetros)
Pero será en el apartado de controles donde comenzaremos a sorprendernos. El grado de modificación y personalización que el juego pone en nuestras manos es más que cuantioso, siendo posible graduar la sensibilidad de dirección y los movimientos del stick en tres grados diferentes (dependiendo de si pulsamos el stick de control -o giramos el volante en el caso de poseer uno- ligeramente, moderadamente o por completo), la sensibilidad de los frenos, la zona muerta tanto de dirección como de aceleración (o lo que es lo mismo, determinar la presión que deberemos aplicar al stick izquierdo o el gatillo de aceleración para que el coche comience a reaccionar a nuestras órdenes), el bloqueo global de dirección (o dicho de otro modo, determinar el ángulo máximo de giro de los neumáticos delanteros) Casi todo se gradúa mediante porcentajes, por lo que podemos modificar dichas configuraciones al milímetro.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.