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Quantum Redshift

Quantum Redshift

  • PlataformaXBX7.5
  • GéneroConducción
  • DesarrolladorCurly Monsters
  • Lanzamiento25/10/2002
  • VocesInglés

Diversión terminal

Ya está entre todos nosotros Quantum Redshift, el juego de las competiciones de velocidad del futuro para Xbox. Nos ha costado horrores despegarnos de él por su endiablada adicción, pero por fin tenéis aquí el análisis que estabais esperando...

Ya está entre todos nosotros Quantum Redshift, el juego de las competiciones de velocidad del futuro para Xbox. Nos ha costado horrores despegarnos de él por su endiablada adicción, pero por fin tenéis aquí el análisis que estabais esperando...

Unas referencias de lujo
Las carreras futuristas han sido un campo abierto en el cuál las mentes de muchos creadores de videojuegos han corrido con total libertad. Su meta común, la búsqueda de una idea que les condujera a crear un título novedoso, un juego que fuera capaz de atraer la atención de la totalidad - o como mínimo de una gran parte - de la comunidad de jugadores.

Juegos como los F-Zero de Nintendo, Crash'n'Burn para la ya extinta 3DO, la serie Wipe Out de Psygnosis para las máquinas de Sony o los Extreme G de Acclaim han afianzado uno de los subgéneros de los Racing Games que cuenta con más seguidores. Sin embargo, año tras año, generación de consola tras generación, son muchos los títulos que recogen el guante lanzado por estas ilustres obras e intentan alcanzar la gloria reservada tan sólo para unos pocos.

Quantum Redshift (Xbox)
Quantum Redshift (Xbox)

Quantum Redshift, al contrario que otros muchos juegos para Xbox, ha llegado sin demasiada publicidad. Quizá su concepción, que algunos podrían llegar a considerar como tradicional, le ha privado de la expectación que otros títulos como Blinx The Time Sweeper sí que han traído bajo el brazo. ¿Quiere eso decir que la obra de Curly Monsters es inferior al resto? En absoluto.

Más rápido que  su sombra
Concebido como un juego de carreras en el que la historia de sus protagonistas fuera un elemento fundamental en el desarrollo de las partidas, Quantum Redshift aborda la velocidad desde una perspectiva puramente arcade. Aquí no hay lugar para el cambio de neumáticos, el ajuste de la suspensión o el afinado del motor. Y es que entre las máximas que se pueden aplicar a la jugabilidad de este juego, encontramos una fundamental: el que mantenga durante más tiempo el botón de acelerar apretado, llegará primero a la meta.

Quantum Redshift (Xbox)
Quantum Redshift (Xbox)

¿Quiere decir ésto que no habrá que frenar? En absoluto. En los 16 trazados que podremos recorrer con otros tantos pilotos y sus correspondientes - y futuristas - medios de locomoción tendremos que aprender a controlar con soltura la ingente cantidad de potencia que los engines de los vehículos presentes en este juego son capaces de generar. Y es que entrar a 1500 kilómetros por hora a una curva, por muy abierta que sea ésta, es algo que no creemos que pueda hacer ni Alex Barros con su apurada de frenada in extremis. Bueno, a lo mejor él sí que podría, pero nosotros más bien no...

Quantum Redshift (Xbox)

Es por ello que la sensación de controlar a la perfección nuestra nave no nos abandonará en ningún momento.  Pero no por ello pensaréis que no podéis mejorar vuestra conducción, pues trazar una curva a la máxima velocidad o aprovechar el tiempo-turbo que se nos otorgará cada vez que pasemos por la línea de meta serán dos disciplinas en las que tan sólo con unas cuántas horas de práctica podremos acabar dominando.

g  r  á  f  i  c  o  s
La obra de Curly Monsters presenta un apartado visual muy cuidado, en el que, eso sí, prima el efectismo a la virguería técnica. Así, el diseño de los escenarios es muy acertado y no cuesta encontrar en ellos detalles muy de agradecer que consigan ofrecer unas posibilidades de juego extras. El contrapunto lo encontramos en las texturas no interactivas, como el efecto del agua estancada, la cual, a pesar de presentar un gran aspecto, casi permanecerá impertérrita cuando nuestro vehículo se deslice a toda velocidad por encima de ella. No obstante, las gotas que acabarán "salpicando" nuestro monitor o la forma  conforman un efecto muy conseguido. Una de cal y otra de arena.

Quantum Redshift (Xbox)

Xbox es una máquina ciertamente potente, capaz de orquestar entornos fastuosamente ornamentados y gestionarlos con mayor o menor suavidad. La velocidad endiablada a la que se mueven las naves de Quantum Redshift podía hacernos pensar que quizá las ralentizaciones o los pop ups harían acto de presencia en el juego producido por Microsoft, empañando así un apartado gráfico ciertamente atrayente a primera vista. Por fortuna, no ha sido así.

Puede que el no querer sobrecargar el motor del juego para garantizar el frenetismo en todos y cada uno de los enfrentamientos a altísimas velocidades haya hecho a los programadores de Curly Monsters el desestimar la posibilidad de crear unos efectos de partículas más trabajados y unos escenarios más interactivos. Es de ley, sin embargo, reconocer que el resultado final cumple su cometido a la perfección, que no es otro del presentar un entorno en el que las carreras puedan llevarse a cabos sin otros inconvenientes que los aprietos en los que nos pongan nuestros adversarios.

Quantum Redshift (Xbox)
Quantum Redshift (Xbox)

Los tiempos de carga no son especialmente largos y se producen siempre antes de que comience una carrera. Es quizá la periodicidad, más que su duración, lo que convierte a la carga de nuevos datos en una tediosa tarea a la que nuestra Xbox deberá enfrentarse continuamente. Además, hay que considerar el agravante de la escasa duración de las carreras, pues en menos de 5 minutos ya habréis finalizado cualquier envite. Por fortuna, si no conseguís alzaros con la victoria en el primer intento  y volvéis a tentar vuestra suerte compitiendo de nuevo en la misma carrera, la carga no se producirá de nuevo. Algo es algo.

Quantum Redshift (Xbox)

Para plasmar las rivalidades que sienten todos los personajes con sus Némesis o enemigos jurados - que no son otros que los personajes secretos que podremos desbloquear - se han incluido unas secuencias intermedias que servirán de prólogo para cada envite. En ellas podremos presenciar una breve conversa entre ambos pilotos en la que dejaran latente su gran rivalidad. Estas escenas están realizadas con el mismo motor gráfico que las carreras en sí, lo que se deja notar sobre todo en las animaciones de los personajes, las cuales son de inferior calidad que las que presentan sus propios vehículos.

Quantum Redshift (Xbox)

La mayoría de los niveles contienen elementos cuya función trasciende de ser objetos gráficos púramente decorativos: loopings, rampas y otros accesorios arquitectónicos que los pilotos podrán usar para ganar cierta ventaja momentanea ante sus oponentes. Los decorados también constarán de carteles publicitarios, rótulos de neón y demás ornamentos con los que los grafistas de Quantum Redshift han convertido cada uno de los circuitos en lugares ambientados a la perfección. Mención especial a las construcciones que aparecen en el de Egipto: faraónicamente sublimes.

Quantum Redshift (Xbox)

Además de la gran velocidad y de la consistencia del motor gráfico, otro de los mayores aciertos a nivel visual de este Quantum Redshift es, sin duda, el gran tamaño de las pistas. Y con ésto no nos referimos a su longitud, que también podríamos, sino más bien a lo ancho de algunos tramos de los circuitos, ancho que podremos aprovechar para adelantar a nuestros rivales escogiendo rutas alternativas. Y es que el concepto de atajo cobra una nueva dimensión en Quantum Redshift.  Eso sí, tened cuidado y no os desviéis más de la cuenta, porque sino vuestra nave se materializará de nuevo en medio de la pista y perderéis unos valiosos segundos que podrían ser vitales para alzaros con la victoria final.

Quantum Redshift (Xbox)

En cuanto a la representación gráfica de las armas, escudos y demás no encontramos nada especialmente reseñable. Es más, en los primeros niveles de potencia del arsenal de nuestra nave el rayo que saldrá a través de los cañones será poco más que un haz de luz que presentará más similitudes con el foco de un coche que con el de los lásers de las naves de Star Wars, Star Trek, Star Gate y demás sagas espaciales.

Quantum Redshift (Xbox)

Concluyendo, el apartado gráfico de Quantum Redshift es tan correcto como se le podría exigir a un juego de Xbox, aunque se echan de menos algunas florituras, sobre todo en cuanto a interactividad de los escenarios y sistema de partículas. En cualquier caso, hay que felicitar a los de Curly Monsters por el gran trabajo realizado a nivel visual. Notable.

s  o  n  i  d  o    f  x
Cumplidores, aunque a la vez discretos, los efectos especiales de sonido se encargarán de recoger la práctica totalidad de eventos que sucedan en las carreras de vehículos aeroespaciales, incluyendo disparos, activación de turbo, choques entre naves, deslizamiento por superficies acuosas y un largo etcétera de fx. Como detalle especialmente reseñable y dependiendo del país en el que se encuentre la pista en la que vamos a competir, la tradicional cuenta atrás de 3,2,1 !Ya! se pronunciará en un idioma diferente. El resto de voces estarán en inglés, así como sus correspondientes subtítulos, conformando así otro juego sin traducir. Y ya van...

Quantum Redshift (Xbox)

m  ú  s  i  c  a
La banda sonora está Firmada por Junkie XL, un grupo cuyo remix de la semidesconocida canción de Elvis Presley "A little less conversation", ha supuesto alcanzar las máximas cotas de popularidad de su carrera. De un corte muy electrónico, las canciones que componen la BSO de Quantum Redshift son el complemento perfecto de la acción tan desenfrenada que tendrá lugar en vuestros televisores. A los que no les guste la música de este estilo o simplemente prefieran escuchar sus propias canciones, la obra de Curly Monsters os permite utilizar las canciones que estén grabadas en el disco duro de vuestra consola y tener así un repertorio de melodías totalmente personalizado.

Quantum Redshift (Xbox)

j  u  g  a  b  i  l  i  d  a  d
Fiel a una mecánica arcade que no abandona en casi ningún momento, Quantum Redshift recurre, además de a una férrea jugabilidad, a recursos más propios de un juego de lucha uno contra uno que de los numerosos títulos que pueblan el género de los racing games. La posibilidad de desbloquear personajes, entre otras cosas, a medida que vayamos completando los campeonatos es un ingrediente de una fórmula poca veces vista en un juego de este tipo.

Quantum Redshift (Xbox)
Quantum Redshift (Xbox)

Para dotar de algo de profundidad a las competiciones se han incluido historias mediante las cuales se narra la rivalidad entre cada pareja de pilotos. Así, no habrá personaje que se escape de odiar a alguien tan terriblemente como para encontrar en esa rivalidad la fuerza y el arrojo necesario como para convertirse en el campeón de la competición de Quantum Redshift. Ver perder a un archirival o Némesis les proporciona casi una mayor satisfacción que conseguir la victoria en sí...

Quantum Redshift (Xbox)

La plantilla de personajes, integrada por 8 en un principio, se compone de pilotos con características únicas. Ésto se refleja en sus estilos de conducción, pues cada uno de los personajes presenta unas habilidades de pilotaje diferentes. Unos tendrán una mayor velocidad punta, otros serán capaces de girar más que el resto y también habrá los que presenten un poder de ataque superior a la media. Para encontrar al caracter que más se amolde a vuestro estilo de juego tendréis que probarlos a todos, así que ya sabéis lo que toca...

Quantum Redshift (Xbox)

Cada personaje, a su vez, cuenta con un escenario propio, el cuál está diseñado para explotar al máximo las posibilidades de la nave de la cuál sea el piloto. Así, los participantes más rápidos tendrán circuitos compuestos por largas rectas. En cambio, aquellos que puedan girar con extrema facilidad apadrinarán pistas en las que las enrevesadas curvas sean una constante.

Quantum Redshift (Xbox)

El control es tan fácil e intuitivo que no tardaremos en encontrarnos atrapados en su sencilla mecánica. De lo que se trata es de alcanzar la victoria, por lo que quedar segundo o tercero no nos reportará nada más que un puñado de dinero que deberemos invertir en nuestro vehículo para mejorar sus prestaciones y poder aspirar a quedar los primeros en nuestro próximo intento. Y es que únicamente podremos correr en la siguiente pista en el momento que hayamos conseguido ganar en la que nos encontremos. Los segundones no tienen su sitio en la élite de Quantum Redshift.

Una atractiva combinación
Es precisamente la combinación del control sencillo, el reto de tener que ganar para poder continuar y la posibilidades de mejora de nuestra nave lo que convierte a la obra de Curly Monsters en algo tan adictivo a la vez que divertido. Y es que, aunque no lo parezca en un principio, las posibilidades de juego van más allá de lo que uno podría pensar. El control de la nave, por ejemplo, nos permitirá utilizar las alas de nuestro vehículo para adquirir una posición aerodinámica que nos servirá para alcanzar una mayor altura tras salir despedido de una rampa y alcanzar así power ups, o simplemente conseguir llegar más lejos que nuestros rivales y ganar algo de ventaja.

Quantum Redshift (Xbox)
Quantum Redshift (Xbox)

También deberemos prestar atención a los chivatos de los que están equipados los vehículos. Cuando el indicador de que nos han disparado salte tendremos que activar rápidamente nuestros escudos sino queremos que el ataque de nuestro adversario impacte contra nuestra nave. Además, si vemos que un punto de mira encuadra a un vehículo contrario, será el momento de disparar el arma que hayamos recargado gracias a los power ups que se encuentran diseminados por los escenarios.

Quantum Redshift (Xbox)

Utilizando las armas que vayamos adquiriendo gracias al dinero conseguido ganando carreras, nuestro poder de ataque se irá haciendo más y más grande, hasta que llegará un punto en el que nuestros cañones podrán llegar a acabar con cuantos enemigos se nos pongan a tiro. Eso sí, a más poder de ataque mayor necesidad de recoger los power ups necesarios para recargar las armas de nuestra nave, por lo menos si queréis disparar con toda vuestra artillería.

Quantum Redshift (Xbox)

El principal defecto de este título es, sin duda, su nada equilibrada curva de dificultad. Mientras que en el modo Amateur alzarse con la victoria en cada circuito será una tarea más o menos asequible, en el siguiente nivel de dificultad las cosas ya no pintarán tan bien para vosotros, pues al incremento de velocidad a la que podremos desplazarnos habrá que añadir una mayor agresividad exhibida por nuestros contrarios. Ésta mayor belicosidad de los rivales se traducirá en que, y a diferencia del anterior nivel de dificultad, ahora no todas las naves tendrán garantizado el acabar las carreras, pues la posibilidad de ser borrados del mapa será una constante. Y en el último modo, el Redshift, las cosas ya se tornan poco menos que imposibles...

Quantum Redshift (Xbox)

En cuanto a posibilidades de juego encontramos el Tournament Mode, un modo historia con todas las de la ley, Time Attack, con fantasma activable incorporado y el siempre útil modo Quick Race, en el que podremos seleccionar cualquier circuito de los que ya hayamos desbloqueado. Los amantes de los piques con los amigos también pueden estar tranquilos, porque hasta 4 personas pueden participar simultáneamente en el Multiplayer Mode. La diversión, como veis, está asegurada en Quantum Redshift, un título que viene a demostrar que el buen hacer siempre es de mejor recibo que un juego que nos vendan como número uno y que se desinfle tan pronto como nos pongamos a sus mandos.

c  o  n  c  l  u  s  i  ó  n
Quantum Redshift es un título muy divertido al que no cuesta nada encontrarle la gracia. Y es que la simplicidad de su desarrollo y su práctica puesta en escena puede que no deparen grandes sorpresas al jugador avezado, pero lo cierto es que no se le puede regatear a Curly Monsters su gran trabajo a la hora de recrear uno de los títulos de conducción más adictivos a los que le hemos puesto las manos últimamente.

Tan sólo la calidad técnica y las ganas de innovar separan a este título de los clásicos Wipe Out o F-Zero, pues en cuestiones de diversión poco tiene que envidiar a los últimos episodios de las sagas de Acclaim o de Nintendo. Es por ello que recomendamos este juego sin reservas a aquellos a los que les guste controlar vehículos futuristas armados hasta las bujías y que no estén buscando un título especialmente innovador. Además, la posibilidad de ir desbloqueando nuevos personajes y circuitos consiguen alargar la vida de este juego más allá de unas pocas horas, lo que siempre es de agradecer.

Quantum Redshift (Xbox)

l  o    m  e  j  o  r

  • La adicción en estado puro.
  • Poder jugar a 4 bandas.
  • La opción de mejorar los vehículos.
  • Tiene más jugo del que realmente parece.

l  o    p  e  o  r

  • Las escenas intermedias en las que los personajes conversan entre ellos.
  • Que no os gusten los juegos de carreras.
  • Lo poco ajustada que está la curva de dificultad.
  • Sin traducir ni doblar.
7.5

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.