Navegadores de mentes

El juego es un plataformas tridimensional con la inconfundible marca de Tim Schafer, creador de algunos titulos como  Grim Fandango, Full Throttle o Day of Tentacle. Su toque es inconfundible. La dirección artística tiene un aire un tanto macabro, como si el juego hubiese sido sacado de la última película de Tim Burton, lo que lo convierte en un título muy interesante.

Psychonauts no reinventa el género de las plataformas aunque el apartado de poderes psíquicos aporta un poco de aire fresco Además el resultado es excelente, prácticamente sin errores. En las consolas se trata del icono que marcara el punto y aparte generacional en el género. Y, a buen seguro, tardará en ser superado.

Pero el camino para hilvanar tan fino no ha sido fácil. Psychonauts ha tenido cuatro años de desarrollo y ha pasado por las manos de dos distribuidoras. Añádasele a esto casi otro año hasta que el juego ha visto la luz en las tiendas europeas. Un retraso totalmente innecesario, y que aparentemente sólo ha servido para ponernos los dientes largos con las opiniones que han aparecido en los distintos medios del otro lado del charco.

Analicemos en profundidad por qué un plataformas aparentemente no demasiado original tiene tan buena aceptación en todas partes.

La historia

Todo empieza cuando Raz decide escaparse de casa y colarse en el campamento de verano de entrenamiento para Psychonauts, algo así como agentes psíquicos. Seremos atrapados al poco de comenzar la presentación de los campamentos y los encargados de éste nos dejarán permanecer un día en él, hasta que nuestros padres vengan a buscarnos, todo gracias a nuestra insistencia. Sin embargo, no tardarán tanto en aparecer los problemas.

Los chicos empezaran a tener pesadillas similares.

Este pequeño dialogo, que bien podría pasar a la historia del videojuego, y compañeros de campamento a los que misteriosamente les desaparece el cerebro después de nuestras pesadillas, supondrán el punto de partida para las pesquisas de nuestro alter-ego. Tendremos que empezar a viajar de mente en mente para descubrir el problema.

Detrás de nosotros encontraremos un puñado de personajes muy bien definidos, y con un comportamiento bastante peculiar. El Entrenador Oleander, un tipo belicoso y duro, Milla Vodello una agente Psychonaut con aires de showgirl, el Agente Nein un tipo frío y meticuloso; pasando por todos nuestros compañeros y enemigos.

La jugabilidad

El juego es un típico plataformas tridimensional, al más puro estilo Mario 64, por poner un ejemplo remarcable, donde controlamos a Raz desde una vista en tercera persona.

En todos los niveles estaremos un buen rato haciendo las cosas habituales del género. Es decir: saltar de plataforma a plataforma, usar el doble salto, andar por la cuerda floja y realizar todo tipo de malabarismos, donde seguro que el pasado circense de Raz ayuda. Hay que decir que en estos aspectos el juego es bueno. Un control muy ajustado, incluso con teclado y ratón, y una cámara que se comporta perfectamente y en pocas ocasiones supone un problema.

Pero serán los poderes psíquicos los que den un toque especial al juego. Estos los iremos consiguiendo según subamos el rango de Raz recogiendo objetos de nivel en nivel. Algunos de estos poderes son: telekinesis, pyrokinesis, levitación, invisibilidad… como se puede ver todos tienen títulos muy descriptivos. Su aplicación será vital en algunos puntos, y nos ayudarán en las múltiples hilarantes situaciones del juego.

El juego no tiene una curva de dificultad muy elevada. Es bastante intuitivo, y si se ha jugado a algún plataformas, seguramente nos hagamos con el control en el primer momento. De todos modos el tutorial está muy bien engarzado al juego y aprender a utilizar las habilidades de Raz se hace una delicia. Por poner un ejemplo, el tutorial de levitación se lleva a cabo dentro de la mente de la agente Milla Vodello, que nos situará en medio de una fiesta ochentera de lo más movidita. Lo dicho, diversión y puro placer visual.

De todos modos el juego peca de ser un poco de corto. Si vamos directos a finalizar el juego sin deleitarnos con las submisiones u otros elementos del juego, éste nos durará una docena de horas. Sin embargo, si decidimos explorar y disfrutar, el juego se alarga bastante. Conseguir encontrar todos los objetos coleccionables, abrir todas las cajas fuertes y acabar el juego al 100% puede costarnos unas cuantas horas más. Además de permitirnos mejorar a nuestro personaje más rápido.

El juego no es difícil. Quitando un par de situaciones, puzzles o luchas, no nos encontraremos con momentos realmente complicados. Y de todos modos Psychonauts no es un título frustrante que nos haga arrojar el teclado (o pad) contra la pared mientras mentamos a la madre de los desarrolladores. Su atractivo no se basa en una dificultad que nos haga sudar tinta, sino en situaciones impactantes y excéntricas que nos harán soltar más de una carcajada.

Los gráficos

Éste es un apartado un tanto subjetivo. En Psychonauts no encontraremos unos gráficos de última generación que hagan perder peso a nuestra tarjeta gráfica de última generación. Incluso puede haber algunos lugares en que echemos en falta un mayor detalle. O puede que algunos personajes no estén a la altura de detalle de los protagonistas. Pero no nos engañemos, el encanto visual de Psychonauts no se encuentra en el número de polígonos, sino en su dirección artística. Y podemos decir que en esto se merece la matrícula.

Los niveles guardan secretos que más adelante podremos resolver, lo que les da cierto grado de rejugabilidad. Aunque eso sí, los escenarios debido a todos estos detalles no tienen una extensión demasiado amplia y cuentan con numerosos puntos de carga.

El motor del juego funciona suave, sin ralentizaciones, y no requiere un gran equipo para ser jugado, lo que supone otro punto a favor. A fin de cuentas es seguramente, y a día de hoy, uno de los plataformas con mejor aspecto visual que podemos encontrar en el mercado. Como alguien comento cuando salió en EEUU, Psychonauts sería algo así como el cruce no deseado de Tim Burton, y su 'Pesadilla antes de Navidad', con los estudios Pixar.

Sonido

Otro apartado más en el que Psychonauts demuestra no tener rival. Las voces encajan perfectamente con el personaje. Pese a tratarse muchas veces de diálogos absurdos el doblaje es soberbio, uno de los más cuidados que podemos encontrar en la historia del videojuego.

Es una pena que tras las múltiples promesas en las que Majesco (distribuidor a nivel europeo) aseguro que iba a traer el juego traducido esto no haya sido así. Por lo tanto todos estos meses de retraso respecto a otras versiones se nos antojan innecesarios. Una pena que la multinacional no esté pasando sus mejores momentos y no cuide sus grandes títulos como se merecen.

Los efectos por su lado encajan a la perfección, están bien producidos y no se les puede achacar ningún error.

Pero donde más destaca Psychonauts es en la banda sonora. Cada ambiente cuenta con su pista correspondiente. Y hay que decir que encajan a la perfección, nunca están fuera de lugar, y ayudan un poco más a meternos dentro del juego. No acaparan todo el protagonismo y la orquesta meramente acompaña y enfatiza la acción, pero desde luego hay que ver de que manera más soberbia.

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