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Prince Of Persia 3D

Prince Of Persia 3D

  • PlataformaPC7.6
  • GéneroPlataformas
  • DesarrolladorRed Orb Entertainment
  • Lanzamiento29/03/2000
  • TextoEspañol
  • VocesEspañol

Las mil y una trampas

¿Quién no ha oído hablar de Prince of Persia? Hace ya 11 años que Jordan Mechner nos sorprendió con el primer título de la saga, una apasionante aventura en forma de arcade de plataformas con los movimientos más suaves y reales

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¿Quién no ha oído hablar de Prince of Persia? Hace ya 11 años que Jordan Mechner nos sorprendió con el primer título de la saga, una apasionante aventura en forma de arcade de plataformas con los movimientos más suaves y reales, las trampas y puzzles más retorcidos y la adicción en estado más puro de entre los juegos del género vistos hasta la fecha. Poco tiempo después, en el 93, la segunda parte salía al mercado. 'Shadow of the Flame' se guiaba por una sencilla idea: Poner Prince of Persia al día. Con nuevos y mejorados gráficos, mejores animaciones si cabe y escenarios más grandes y variados, Shadow of the Flame fue apreciado por los jugadores pero recibió una más tibia acogida. Ahora, después de 7 años de espera, Red Orb nos pone de nuevo el turbante: El príncipe de Persia ha vuelto.

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Descripción general:
Este nuevo título sigue fiel a sus predecesores: Se trata de un arcade de plataformas (más plataformas que arcade) con gran componente de aventura en el que deberemos atravesar enormes escenarios de la Persia medieval en busca de nuestra amada esposa. Porque sí, por fin nuestro príncipe se ha casado con su princesa que tantos desvelos le ha provocado; pero, para variar, ha vuelto a ser raptada. Como no podía ser menos (y demostrando que todavía quedan caballeros) en vez de mandar a paseo a tan despistada beldad y dedicarse a la cría de caballos árabes (que a buen seguro le daban menos problemas), nuestro príncipe se lanza de nuevo al rescate. Pero las cosas no están tan fáciles como agarrar nuestra espada y lanzarnos a desfacer entuertos, pues haciendo honor a su título de 'príncipe más gafe del oriente próximo', nuestro héroe ha sido despojado de su armamento y encerrado en el más profundo de los calabozos. Así están las cosas; nuestra princesa encerrada en lo más alto del palacio más alto de la montaña más alta de Persia y nosotros en la más profunda de las celdas de la más profunda caverna. Para colmo, a nadie parece habérsele ocurrido unir ambos puntos con unas cómodas escaleras mecánicas.
Nuestro camino va a estar plagadito de trampas, agujeros, puentes que se deshacen, pinchos, cuchillas, saltos al filo de lo imposible y un sinfín de vicisitudes por el estilo. Para complicar las cosas, los secuaces de Rugnor (el reincidente secuestrador de novias/esposas) son lo que se dice muy poco amigables, y nos demostrarán sus habilidades de esgrima cada vez que nos pongamos a tiro. Frente a los malos, contaremos con varias habilidades y armas para llegar de una pieza a nuestro destino: Una envidiable forma física, digna de un atleta (fruto de reiterados rescates peliagudos) y nuestra inevitable espada. A ésta se le van a unir unos invitados especiales: El arco, el bastón y los cuchillos dobles.
 
A pesar de esto, las cosas no van a ser ni mucho menos fáciles. Los enemigos son más hábiles que nunca con las armas, los saltos son aún más apurados y los laberintos, ahora tridimensionales, más enrevesados todavía. Eso sí, mientras nuestro esforzado muchacho las pasa canutas nosotros disfrutaremos de los escenarios orientales más bellos jamás vistos en un juego de ordenador. El motor de Prince of Persia 3D, orientado a la tercera persona, no es ni mucho menos la panacea; se limita a cumplir. Pero el resultado obtenido por los diseñadores es simplemente alucinante. La arquitectura es sobrecogedora, la ambientación magnífica; el trabajo de texturas recrea con mimo el arte persa del siglo doce (no en vano los muchachos de Red Orb se jactan de un extenso trabajo de documentación sobre el tema) y además, al diseño 3D y de texturas se les unen una música ambiental que no podía ser más apropiada. Bien, bien.
Bueno, no nos emocionemos demasiado pronto, pues Prince of Persia 3D presenta ciertos fallos en el aspecto técnico que deslucen el conjunto: Para empezar, el motor 3D adolece de cierta falta de optimización que lo vuelve demasiado lento, algo que sorprende bastante pues no presenta nada nuevo al mundo (quitando la gloriosa arquitectura que los diseñadores han puesto en él). Además, a nivel sonoro el príncipe resulta bastante austero. El sonido, que se limita a cumplir de milagro, no falla por calidad, sino por cantidad. El príncipe, ejemplo de estoicidad a prueba de bombas, no emite ni un quejido de esfuerzo más que al ser golpeado o caer desde grandes alturas. Las voces, muy escasas, tampoco llaman demasiado la atención, y los sonidos ambientales no arreglan nada el asunto. El silencio, de todos modos, puede ser un importante agente ambientador y parece que Prince of Persia 3D juega con ello, algo que se agradece en algunos momentos (realmente parece que los espacios son más grandes y la arquitectura más majestuosa). De cualquier manera la música ambiental, al más puro estilo las mil y una noches, no nos va a abandonar (aunque no resultará machacona, sino más bien al contrario).
 

El príncipe sigue tan atlético como siempre, se mueve igual de elegantemente que de costumbre y es capaz de las mismas proezas que la última vez que le vimos, aunque ahora puede girar a los lados y esas cosas que pasan en las 3D. El control resultará muy familiar a los viejos conocidos de la saga, pues las teclas son virtualmente las mismas con los añadidos que acompañan a las nuevas características y posibilidades. El ratón y el joystick poco tienen que hacer aquí, cediendo el paso a un teclado algo (demasiado) complicado y enrevesado, de los que no perdonan un desliz. Soltar una tecla demasiado pronto o apretar la equivocada (algo demasiado frecuente) puede llegar a costarnos caro, aunque Prince of Persia 3D no es uno de esos juegos frustrantes. Falla sin embargo en ciertos aspectos de jugabilidad, que se pueden resumir en dos: Poca maniobrabilidad (el giro del príncipe es demasiado amplio, lo que nos impide girar con comodidad en las esquinas durante una persecución) y falta de continuidad en el movimiento, pues a veces nuestro personaje efectuará un parón total en medio de un movimiento antes de pasar al siguiente. Una pena, pues dos bobadas como esta le restan velocidad a un juego ya de por si pausado (que no aburrido, ni mucho menos).
El recorrido del juego nos llevará a través de gran cantidad de niveles distribuidos en cuatro grandes escenarios: La Cárcel, un tenebroso lugar del que deberemos escapar cuanto antes; El Palacio, un suntuoso edificio del que recorreremos desde los más recónditos pasadizos hasta las más seguras habitaciones (como el tesoro o el harén); Las Ruinas Flotantes, una mágica ciudad en ruinas, morada de un mago desequilibrado y los resultados de sus experimentos fallidos y finalmente el Dirigible, una especie de gigantesco palacio volador a varias millas de altura sobre el suelo. Todos ellos escenarios fantásticos de una gran belleza visual y arquitectónica, plagados de peligros y habitados por ciertos elementos nada recomendables, como la viciosa (y no en el sentido que muchos desearíamos) concubina/asesina de Assan. Un primor de muchacha.
 
Como conjunto, Prince of Persia es un juego bello, agradable de jugar y muy recomendable, aunque no apto para los espíritus más aficionados a la acción y a correr como locos por el escenario. Falla en varios aspectos un poco tontos que estropean el conjunto, lo cual es una pena pues el juego tiene un talento raro y precioso que se diluye un tanto por estos detalles. La mecánica de juego viene a ser la del Tomb Raider pero para adultos: Hay que pensar e ir con cuidado, las luchas requieren tanta habilidad como esquivar las trampas o resolver los puzzles y el juego es mucho más rico y complejo que cualquiera de las entregas de la señorita Croft, aunque para hacer una idea al público más neófito que no conozca al Príncipe, la comparación puede valer.
Una obra de arte a la que le ha faltado muy poco para convertirse en un fenómeno a la altura de la leyenda que ya es la primera parte. El listón estaba demasiado alto.
 

Audio/Vídeo:
En el apartado de gráficos, hay que reconocer a POP 3D un aspecto visual único en su género, con entornos preciosistas de perfecto acabado, arquitecturas dignas de los maestros árabes de la época y visuales de gran belleza. Como contrapunto, un motor 3D ya superado por títulos como Unreal o Quake 3 y unos personajes algo faltos de polígonos. Es alucinante lo que los diseñadores han logrado hacer con un motor como el de POP 3D, que a pesar de no ser ni mucho menos malo, no nos sorprende en lo más mínimo.
El sonido tiene sus luces y sus sombras: Luces en la música oriental, que proporciona buena ambientación y atmósfera, sombras en los efectos de sonido, de calidad pero parcos. Poco habladores están los héroes y villanos en esta entrega.

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Los vídeos no son nada del otro mundo; buena calidad pero nada espectacular. Parece que los personajes son los mismos que en el juego pero prerenderizados (se les ha pretendido dar un aspecto original, pero tanto polígono y recta suelta desmerece) y el sonido está al mismo nivel que durante el juego. Eso sí: Aquí si que se les suelta la lengua a los personajes, lo cual es de agradecer (aunque no esperábamos menos).
 
Guión:
El guión de Prince of Persia 3D es bueno e interesante, pero carente de complicaciones. La historia es completamente lineal, casi un adorno para dar algún fin a tanto trepar y trepar, con los elementos clásicos del bueno buenísimo (nosotros) encarnado en un joven y apuesto príncipe que ha de rescatar a su bella, bellísima e indefensa amada, frente a un malvado de esos de los de siempre, retorcido, cruel y, para más narices, deforme.
El resto de los personajes que aparecen no son sin embargo meros extras, sino que tendrán personalidad propia y un rol muy definido, como el rey Assan, padre del príncipe Rugnor, y hasta nos enfrentaremos con ellos en plan 'enemigo de final de fase' como en el caso de la bailarina de la danza de vientre con afición por la cimitarra.

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Se trata, no lo olvidemos, de una historia de las mil y una noches, de bellas princesas y valientes príncipes azules, un cuento de los de toda la vida sin más complicación que unos exóticos escenarios, luchas acero contra acero y magia, en resumen, la eterna lucha del bien contra el mal (qué filosófico que me he puesto, oye).
 
Estrategia y trucos:
Los que hayan jugado algunos de los anteriores títulos ya saben de qué va la historia, aunque siempre es bueno refrescar un poco: Poco a poco, paso a paso. Nunca se debe irrumpir a la carrera en un área que no conozcas (a no ser que tengas una morbosa afición a ser ensartado cual pincho moruno), ni dejarse caer por todo agujero abierto en el suelo sin asomarse antes.
Conviene echar un buen vistazo a todas las áreas que visitemos para no dejarnos nada por descubrir: Algo como un agujero en el techo, una caja que podamos empujar, un objeto medio oculto o una palanca para pulsar.

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Explorar exhaustivamente todos los escenarios nunca hizo mal a nadie: Si acaso, vas a disfrutar en todo su esplendor del trabajo de los muchachos de Red Orb. De paso, te harás una buena idea de por donde tirar después.

En general, no te olvides de que POP 3D es un arcade de plataformas y habilidad, no un clon de Quake: Correr, atacar primero y preguntar después, lanzarse en plancha por cada precipicio que veas y vagar al azar por los escenarios son tácticas que te predisponen a una desagradable muerte en alguno de los retorcidos artilugios diseminados por los escenarios.

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Estos trucos o consejos son los que había disponibles el 15/03/00 Si no encuentras lo que buscas, pasa por la sección de TRUCOS.
 

Jugabilidad:
La jugabilidad de Prince of Persia es elevada, pero de un tipo particular. Se trata de un juego difícil, pero no frustrante, aunque la dificultad venga más veces provocada por ciertas deficiencias de la interfaz que por la complicación del juego en sí. Lo que quiero decir es que muchas veces la complicación no está en realizar una determinada acción o averiguar la solución a un puzzle, sino en hacerlo con el escaso apoyo del teclado y el errático comportamiento de la cámara.
El teclado, por ejemplo, es demasiado complejo. Se tarda mucho en usarlo 'sin pensar', por reflejo, lo que nos impide muchas veces meternos en la historia. Además la respuesta es un tanto más lenta de lo que nos gustaría, costándonos la broma unas cuantas caídas tontas.

La cámara es algo caprichosa, aunque de las más sólidas que he visto en algunos aspectos. Tiene sin embargo propensión a hacer cosas raras en espacios reducidos o adoptar una perspectiva incómoda en ciertos momentos en que necesitamos mayor precisión en el salto o al esquivar algo. El resto del tiempo, nos seguirá sumisa en una perspectiva trasera en tercera persona bastante cómoda, cambiando a perspectivas más alejadas y desde distintos puntos en determinadas zonas del escenario. La cosa se arregla mediante una tecla de 'free look' que nos permitirá, mientras la pulsamos, mover libremente la cámara para echar una ojeada alrededor, aunque a veces alguna pared molesta limitará esa 'libertad'.

Los combates se han resuelto situando la cámara de lateral, un poco en perspectiva de tres cuartos, abarcando tanto al enemigo como a nosotros. Así, quedan nuestros movimientos limitados al deslizamiento lateral, el avance y el retroceso. Esto, además, da lugar en muy contadas ocasiones a desafortunadas maniobras que dejarán a nuestros enemigos completamente fuera de nuestro campo de tiro, mientras que nosotros estamos en posición ventajosa para ellos. Nada grave, sin embargo, aunque emborrona sensiblemente el resultado.
 
El príncipe se mueve igual de elegantemente que siempre, aunque le falta fluidez en las transiciones entre movimientos, como correr después de saltar o agacharse rápidamente. Podríamos decir que con la edad no ha perdido agilidad, pero le fallan los reflejos. Igualmente podemos criticar sus giros demasiado amplios, que nos pondrán en apuros en alguna persecución.
Los combates son brillantes, cada arma con su estilo. Se ha conseguido, además, que sean una continuación del estilo del juego, pues requieren habilidad, reflejos y buen manejo del teclado. La tecla de bloqueo será indispensable, y las armas son muy realistas (quiero decir, un arco nunca fue una ametralladora ni una cimitarra un sable láser).

Mención aparte merece el mecanismo de grabar y recuperar partidas (algo MUY necesario en este juego). La velocidad del sistema es pasmosa, pues a no ser que estemos en niveles diferentes, la carga y grabación son instantáneas. Se agradece y mucho.

El príncipe se deja jugar muy bien y se disfruta a pesar de estos fallos que tan puntillosamente me dedico a sacarle, pero luciría mucho más sin ellos. En conjunto es un buen juego, una pequeña maravilla en su género y algo mucho más artesanal y cuidado de lo que algunos títulos más comerciales presentan con el tirón del marketing. Quizá, su mayor rémora es ser comparado con la leyenda del juego original, que todos recordamos con demasiada nostalgia. No seríamos justos si dijésemos que Prince of Persia no es jugable, porque su particular estilo junto con su larga duración (se trata de un juego MUY extenso) lo hacen una buena incorporación a cualquier juegoteca que se precie de serlo.
 


La belleza visual, los increíbles escenarios, la arquitectura de los niveles, el equilibrio entre acción y habilidad, los puzzles y las trampas, el modo en que están dispuestas: El poder jugar de nuevo con el príncipe en la más pura línea de sus antecesores. Puede que lo de 'El rey' no esté muy claro, pero 'El príncipe' sigue vivo. 
 

Enlaces o Links:
Página oficial de Prince of Persia: http://www.pop3d.com
Demo del programa (versión en inglés): http://www.gigex1.com/M0054100016...
.../pop3d_1/prince_demo.exe

Parche 1.1: http://www.pop3d.com/downloads...
.../patches/POP3Dpatch1_01.exe
 
Equipo necesario:
Necesitaremos como mínimo un Pentium 233 con 64 MB de RAM, Windows 95/98, 300 MB de espacio en disco, una aceleradora 3D compatible al 100% con DirectX y 8MB de RAM y una tarjeta de sonido compatible DirectX.

7.6

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.