PC Building Simulator
- PlataformaPC7.7
- DesarrolladorThe Irregular Corporation
- Lanzamiento29/01/2019
- TextoEspañol
- EditorThe Irregular Corporation
PC Building Simulator, análisis PC: Tan didáctico como ameno
Hay simuladores de todo hoy en día, pero todavía hay formas de rizar el rizo como sucede con este sorprendentemente serio y competente título de montar ordenadores.
Llevamos décadas encarnando otros roles, más o menos alejados de nuestras posibilidades, gracias a los videojuegos. Desde el mismo albor del ocio electrónico los creadores han tratado de hacernos sentir piloto de un caza de combate, de un Formula 1, de una fragata de 44 cañones o un destructor estelar. Nos han puesto en el papel del alcalde de una ciudad, del director de un hospital o de un parque de dinosaurios. En los últimos tiempos nos han permitido encarnar figuras más cercanas, como la de un camionero, un piloto civil o un agricultor a los mandos de su tractor o cosechadora. Y sí, también nos han permitido ser una cabra.
Salvo excepciones muy señaladas, la mayoría de nosotros no ha tenido la oportunidad de ejercer en su vida real lo que estos simuladores ofrecían. Esa circunstancia hace muy discutible cualquiera de nuestras opiniones acerca de si el simulador es bueno o malo; si consigue su objetivo de transmitir al jugador aquellas sensaciones que debería sentir de estar en el pellejo de su “sim”.
Eso es lo primero que nos viene a la cabeza al instalar este PC Building Simulator. Su propuesta es meternos en el papel de un ensamblador de PCs y eso, montar PCs, es algo que hemos hecho tantas veces como para tener un criterio bastante claro de qué supone tal tarea.
Pero empecemos por el principio. PC Building Simulator es un proyecto que, más que “indie”, es casi personal. Claudiu Kiss lo presentó como “Early Access” en Steam llamando inmediatamente la atención por la peculiaridad de su propuesta y que, una vez alcanzada su versión final, se convierte en un producto al que cualquiera que disfrute el mundo del PC debería echar un vistazo.
Su propuesta jugable, porque la hay, aunque no lo parezca, no es la de montar PCs porque sí, sino que lo que nos encarga es tomar el control de un negocio de reparación de ordenadores. Un familiar nos deja a cargo de una empresa en la que los ingresos llegarán gracias a la reparación, mejora y construcción de PCs. Unos ingresos que saldrán casi a la misma velocidad dirigidos a la compra de componentes y el pago de las facturas de mantenimiento del negocio. Así pues, la jugabilidad del título radica en realidad en la gestión del dinero y los distintos encargos gracias a los que lo obtendremos.
Al principio los encargos serán menores, como la limpieza de los PC, la ampliación de su RAM o la substitución de la tarjeta gráfica. La complejidad del trabajo irá aumentando a medida que ganamos prestigio gracias a los comentarios positivos que los clientes hagan de nuestro trabajo en la clásica web de valoraciones.
Tanto los encargos como las valoraciones nos llegan vía email y la lectura de estos mensajes será determinante para salir adelante o arruinar el negocio que nos han confiado. Entre los textos encontraremos los encargos, pero también otra información que nos ayudará a redondear nuestro trabajo. Nos citarán juegos concretos a los que pretende jugar el cliente, preferencias sobre marcas o sobre colores. Afinar el trabajo en esa dirección nos garantiza una mejor valoración y cuanto mejor sea esta, de más entidad serán los encargos que recibamos.
Más adelante los clientes serán menos objetivos con sus necesidades, dejándonos más libertad, lo cual no hace sino complicar el trabajo. Estos encargos estarán sujetos a un presupuesto que, como en la vida real, es nuestro verdadero enemigo ya que la dificultad del desafío pasa por conseguir una configuración que cumpla con los objetivos, pero sin pasarse del presupuesto marcado.
Y hasta ahí la propuesta de este PC Bulding Simulator. Nos pasaremos horas quitando y poniendo cables, limpiando el polvo de los ventiladores, activando el perfil XMP de la RAM, pasando el antivirus y el 3DMark… siempre agobiados por el trabajo que se nos acumula, las facturas que se quedan sin pagar y aquel pelma al que conseguimos montarle una configuración perfecta por cuatro duros, usando alguna que otra pieza usada, eso sí, para que después nos ponga una sola estrella de valoración porque se nos olvidó echar la pasta térmica sobre el micro.
Resulta difícil pensar que alguien quiera dedicar sus horas de ocio a este título en lugar de hacerlo con los cientos de alternativas “más dinámicas” que nos ofrece hoy el ocio electrónico. Pero es que engancha. Vaya si lo hace…
Y es que aunque la propuesta parezca demasiado simple en su superficie, bajo la misma hay un excelente trabajo propio de alguien que ama este mundo del PC y que cualquiera con esta misma afición va a saber apreciar.
Empezamos por el entorno; por nuestra sala de trabajo. Sí, es solo una habitación con tres mesas de trabajo y un recibidor donde se nos acumulan las cajas, pero se muestra muy acogedor desde el primer momento. La luz que entra por la persiana, los posters sobre las paredes y, sobre todo, la música que sintonizaremos a nuestro gusto entre decenas de emisoras de radio de Internet. Realmente apetece ponerse a trabajar.
Pero donde realmente el entorno alcanza la excelencia es en la representación del hardware. Cada caja, cada memoria, disipador, gráfica, ventilador o “sleeving” de los cables… Todo está perfectamente modelado en 3D con un nivel de detalle que permite identificar los componentes de un simple vistazo.
Entre ellos tendremos productos de prácticamente todos los fabricantes del mundillo: Intel, AMD, NVIDIA, Asus, Gigabyte, MSI, EVGA, Corsair, Cooler Master, Razer, NZXT… Toda una plétora de productos recreados a la perfección y con los que podremos jugar, también literalmente, en nuestras configuraciones.
El título no ha dejado de crecer desde su beta incorporando más fabricantes y más productos buscando permitir al jugador aquello que sin duda todos nos proponemos: montar el PC de nuestros sueños, aquel que hoy nos gustaría tener en nuestra habitación. Para hacerlo no hace falta avanzar en “la campaña” hasta que nos lo encarguen ya que el título permite una especie de “modo creativo” en la que todos los componentes están a nuestra disposición, sin coste alguno.
Podremos empezar eligiendo un Core i9… o quizá un Ryzen Threadripper. DDR4 4000MHz, un par de discos M2 y una fuente de alimentación lo suficientemente potente para que no limite nuestra pareja de GeForce RTX 2080 en SLI. Todo ello refrigerado por un sistema líquido “custom” con fluido… ¿rojo? ¿Por qué no?... Ah! Y por supuesto, iluminación LED. Leds por todas partes; en la memoria, en los ventiladores, en la GPU…
Llegados a este punto, el título no tendría sentido si no pudiéramos comprobar cómo se desenvuelve la máquina que hemos creado. Pulsamos el botón de encendido y vemos cómo los ventiladores comienzan a rotar, el líquido refrigerante parte del depósito en su recorrido hacia la CPU, la iluminación LED empieza a cambiar de tonalidad según la hemos programado y, finalmente, en la pantalla aparece nuestro escritorio. Todo funciona a la perfección. Hemos montado un PC completo, eligiendo la caja, cada componente, atornillando cada unidad, conectando cada cable… y funciona.
Y aquí es donde el título toca techo. Para bien y para mal… ¿Cómo funciona realmente nuestra configuración? Para comprobarlo podremos ejecutar varios programas de benchmarking y, sí, los resultados obtenidos serán sensibles a los componentes que hayamos usado. Una mayor frecuencia en la memoria o en el procesador nos permitirá mejores rendimientos. Podremos pasar el 3dMark para comprobar cómo afecta a su rendimiento algo tan obvio como el cambio de tarjeta gráfica, pero también si en sus resultados afectan la velocidad o cantidad de la RAM o el uso de un disco SSD en lugar de uno mecánico.
Finalmente, el simulador ha incluido en su versión final algo que toda la comunidad reclamaba como imprescindible: la posibilidad de actuar sobre la BIOS y hacer overclocking. Como no nos cansamos de repetir, no tiene sentido gastar dinero en una buena refrigeración, una buena placa o una buena fuente de alimentación si luego no le sacamos todo el rendimiento que permiten mediante overclocking. Estas posibilidades aumentan enormemente el sentido de este título y el entretenimiento que es capaz de ofrecer.
Durante el arranque del PC podremos acceder a la BIOS, perfectamente personalizada acorde a la placa que instalemos, y configurar la frecuencia del procesador, de la RAM, sus voltajes... Así que, como en la vida real, es cuestión de empezar a subir frecuencias y voltajes buscando los límites de nuestra configuración, comprobando mientras cómo el overclocking aumenta los resultados de cada benchmark que pasamos y cómo nuestro gran enemigo, la temperatura extra, puede ser contrarrestado mediante un mejor sistema de refrigeración.
Hemos de reconocer que en este punto el dichoso simulador nos tenía con la boca abierta. Sobre la base de un juego de gestión, el simulador de hardware no solo nos permite experimentar con distintas configuraciones reales, su estética, su instalación componente a componente en un perfecto modelado 3D… además nos permite cuantificar cómo afecta a las prestaciones finales el rendimiento de cada uno de esos componentes y, para guinda del pastel, nos permite seguir jugando con la configuración mediante overclocking.
Por si fuera poco, el simulador cuenta también con un fin pedagógico muy de agradecer al explicar de una forma muy accesible la utilidad de cada componente que instalamos y su funcionamiento, además de identificar las especificaciones a las que deberemos atender al elegirlos. Nos enseña cómo afecta cada una de nuestras elecciones al objetivo final que no es otro que tener un PC lo más eficaz posible.
Así, si cometemos un fallo tan tonto como no aplicar pasta térmica al micro, el mismo se sobrecalentará hasta colgarse. Si elegimos refrigeración líquida en lugar de un disipador pasivo, veremos cómo el overclocking puede llegar mucho más algo. ¡Pero si hasta se hace evidente cómo el Sistema Operativo arranca más rápido al cambiar el HD por un SSD!
El simulador se ha cuidado mucho, alcanzando detalles que nos sacarán más de una sonrisa de satisfacción pero ¿hasta qué punto es fiel a la realidad?
Comenzábamos el artículo hablando de que nos enfrentábamos a una simulación de algo que, por una vez, dominábamos, y hemos de escavar entre esos conocimientos para poder sacar pegas a su funcionamiento.
Es cierto que cada cambio en la configuración que hacemos afecta al rendimiento. Se llega hasta al extremo de que la elección de los bancos de memoria ha sido tenida en cuenta a la hora de que el aprovechamiento o no del “dual channel” afectará al rendimiento. Sin embargo es fácil adivinar la capa oculta que sostiene la simulación y en la que hay unos parámetros que se combinan entre sí, al igual que los datos en una hoja de cálculo, ofreciendo un resultado final. Así, cada componente añade sus valores a la ecuación y la substitución de este componente por otro afectará al resultado final según la variación de sus nuevos valores. De este modo, todas las memorias de 8GB DDR4 de 2666MHz rendirán igual. Si las sustituimos por memoria de 2400MHz el rendimiento final se verá ligeramente reducido y si, por el contrario, usamos memoria a 3000MHz la ganancia será la misma, independientemente del módulo concreto que usemos.
Lo mismo ocurre con las placas base. Estas se agrupan por la frecuencia a la que funcionan, siendo idénticas entre sí aquellas con el mismo socket y frecuencia. Siendo puristas advertimos que no se tiene en cuenta el VRM de las placas, cuantas fases tiene, si están disipadas o no… permitiendo el mismo overclocking todas ellas, cuando en la realidad son este tipo de matices son los que definen si la configuración del PC es realmente buena.
Pero, insistimos, hemos de llegar hasta este nivel para desenmascarar los trucos que tan bien usa el simulador para hacernos creer que estamos configurando un PC real.
Conclusión
Partamos de que éste es un producto que únicamente interesará a los aficionados al hardware, a las tripas del PC. Cualquiera que haya montado un ordenador pasará un buen rato trasteando con el modo creativo, instalando esos componentes de los que lee análisis y probando una refrigeración líquida excesiva para su PC real. Dentro de estos aficionados al hardware, los más avezados, aquellos curtidos con los voltajes, los grados centígrados, las frecuencias, pronto perderán el interés porque serán capaces de prever el efecto de cada modificación sobre el hardware en función de sus especificaciones, sin sorpresas, perfectamente escalado. Así que donde mejor encaja este simulador es como puerta de entrada al mundillo del hardware, como herramienta inicial mediante la que dominar los fundamentos que lo rigen. Eso sí, advirtiendo de que la realidad les reserva aún muchos matices a los que un simulador, por muy completo que sea, no puede llegar.
Lo mejor
- Es algo diferente, entretenido, bien planteado y muy educativo.
- El detalle del modelado 3D de cada componente. ¡Una versión VR ya!
- La posibilidad de hacer overclocking, la refrigeración líquida, el control de LEDs RGB...
- Cuenta con una inmensa base de productos reales, de los principales fabricantes, perfectamente recreados.
Lo peor
- Es un producto para un tipo de usuario muy concreto.
- El modo campaña acaba siendo tedioso pronto.
- Los resultados de los Benchmark son escalados en función de determinados parámetros de cada componente.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.