¿Mercader o pirata? Tú decides

Asumámoslo. La inmensa mayoría de jugadores de estrategia se decantarán antes por un juego en el que prime la acción y el combate antes que uno en el que lo fundamental sea la gestión de recursos, la compra y venta o la planificación de rutas comerciales. Esto, por supuesto, no significa que los que prefieran jugar a títulos del segundo grupo sean pocos.

Sin embargo, a más de uno le chocará ver que FX Interactive ha decidido lanzar un juego que difiere mucho de la línea habitual de sus anteriores juegos de ETR, como Submarine Titans, Imperivm, etc. Su intención siempre ha sido llegar al mayor número de público posible ofreciendo juegos muy asequibles tanto en términos económicos como de jugabilidad. Entonces, ¿cómo es que ahora han apostado por un título más centrado en la gestión, si normalmente suelen ser más difíciles y no tan mayoritarios?

Bien, la verdad es que como ya decía, FX ha intentado sacar siempre títulos que pueda jugar todo el mundo y que sean muy entretenidos. Y en contra de lo que muchos puedan pensar, esta filosofía encaja perfectamente con Patrician III: El Imperio de los Mares. Independientemente de su temática, este juego consigue su objetivo principal: hacer que pases horas y horas delante de la pantalla disfrutando de la partida. Es por eso que el título que ahora pasamos a analizar se convierte en un juego muy recomendable para todos los aficionados a la estrategia en general, ya sea para continuar con su afición o bien por probar algo totalmente nuevo que, en el caso de Patrician III, tiene mucho que ofrecer.

Y es que la saga Patrician debe tener algo para que haya conseguido llegar a la friolera cifra de 1 millón de unidades vendidas y haya sido reconocida como máximo exponente de la estrategia comercial, ¿o no? Ciertamente, esta calidad se ha transmitido a la tercera entrega de la saga. Y sí, es una tercera entrega, a pesar de que sea un Patrician II con muchas mejoras. Para evitar confusiones, diré que en el mercado alemán este juego iba mucho más avanzado que aquí.

Posterior al lanzamiento de Patrician II, Ascaron, su compañía desarrolladora, comenzó a sacar mejoras que se implementaban en el juego original. Patricial III recoge todas esas mejoras, pero añade muchas otras que son exclusivas de esta versión. La mayor de ellas es el nuevo engine, denominado PIII, que se ha forjado tras 10 años de trabajo y de experiencia que los chicos de Ascaron han ido acumulando, además de algunas sugerencias remitidas por los propios jugadores.

Ascaron parece decidida a centrarse en la temática del comercio y del combate naval, hecho que le ha hecho ganarse alguna que otra crítica por falta de originalidad y por no innovar prácticamente nada. No voy a entrar en acusaciones y en decidir si son ciertas o no. Lo que sí que diré es que es algo que hacen muy bien, y que en Patrician III han vuelto a demostrar. Dicho esto, veamos ahora las peculiaridades de este juego.

Gráficos y sonido

Si eres uno de los que ya jugó a Patrician II, lo primero que verás cuando pruebes El Imperio de los Mares es la enorme similitud en lo que a gráficos se refiere con su predecesor. Realmente es muy parecido visualmente, y la verdad es que la simpleza no ha mejorado mucho desde entonces. Esto no significa que los gráficos sean malos. Además, ya sabemos que en un juego de este tipo prima mucho más la jugabilidad, y esto es lo que ocurre aquí.

Especialmente destacable es la vida de la que se ha dotado a las ciudades. Sus calles siempre están llenas de todo tipo de gente que va y viene. Los efectos climatológicos, así como las distintas estaciones del año, modifican su aspecto y además, repercute en el desarrollo del juego (por ejemplo, puedes quedarte encallado en el puerto si las aguas se hielan). Hay todo tipo de edificios, y su estructura es bastante similar. Siempre hay un mercado en el centro, y a su alrededor se distribuyen otras construcciones, tales como la iglesia, el ayuntamiento, la casa del prestamista...

Algunas de estas edificaciones irán cambiando su aspecto según el desarrollo de la ciudad. Así, una iglesia que empezará siendo un pequeño templo podría ampliarse hasta llegar a ser una catedral. Por otra parte, las industrias están bien representadas, y siempre podremos ver cómo el herrero trabaja en la fundición, o como el alfarero moldea el barro. Todo esto, junto con los animales que pululan por los escenarios, ayuda a dar más vida a la ciudad.

Los barcos son otro punto en el que los gráficos juegan un papel fundamental. A medida que resulten dañados, ya sea por las tormentas, los largos viajes o los combates navales, podremos ver el deterioro que sufren nuestros navíos, como los fuegos que se producen a bordo, el desgarre de las velas o los daños en el casco.

El apartado de audio cumple muy bien su función en Patrician III. La música que oímos habitualmente es muy parecida, de estilo medieval principalmente, y acompaña bien al juego en todo momento. Está ahí y cumple su función sin destacar especialmente por encima de otros aspectos. Los efectos de sonido son bastante variados y están presentes en todas partes. Podremos oír desde el crujir de las quillas de los barcos hasta el bullicio de las grandes ciudades, pasando por los cañonazos de las batallas navales y el ambiente que se respira en cada edificio. Realmente dan una ambientación al juego bastante buena y es algo que se agradece.

Guión

La historia de Patrician III nos sitúa en algún lugar del norte de la Europa del siglo XIV. En esta época la conocida Liga Hanseática está en pleno apogeo. Esta organización no es más que una asociación de ciudades del norte de Alemania y de comunidades de comerciantes residentes en los Países Bajos, Inglaterra y en la zona del Mar Báltico. Su origen se remonta al siglo XIII, cuando nació para fomentar y proteger los intereses comerciales de sus miembros. Gracias a la Liga se crearon nuevos centros mercantiles, y se desarrolló la agricultura y las técnicas industriales. Además, se perfeccionó un sistema de pesos y medidas y se construyeron canales y carreteras que facilitaron mucho el comercio. La Liga creció tanto y su influencia fue tan grande que muchos monarcas europeos buscaron alianzas con esta organización.

Tú te encuentras en medio de esta situación, empezando una carrera de comerciante como un humilde mercader que poco a poco deberá forjar su destino. Un destino que está en tus manos y que deberás decidir.

Jugabilidad

La gran baza de Patrician III es, sin duda alguna, su gran jugabilidad. Una de sus mayores virtudes es ser un título en el que poder pasar horas y más horas progresando, pero sin que el juego se termine. Siempre hay nuevas metas que alcanzar, y por ende cuesta mucho que se vuelva aburrido. Al principio es muy posible que el jugador medio se vea un poco perdido entre tantas opciones. Y viendo el manual, que es más gordo que de costumbre, este desconcierto puede aumentar aún más.

Sin embargo, hay un modo tutorial que explica de forma clara y concisa todas las bases del juego. Es un poco más largo que el típico tutorial del juego de estrategia estándar, pero también es cierto que Patrician III es más complejo. Posteriormente, aún habiendo jugado el tutorial, es posible que necesites un par de partidas de prueba antes de cogerle el tranquillo al juego. Pero una vez hecho esto, el juego ya no tiene ningún otro secreto y sólo queda disfrutar de lo que viene a partir de ahora.

Para empezar a jugar puedes crear una partida nueva, estableciendo una dificultad, ciudad de origen, etc., o bien puedes empezar una campaña. La diferencia es que en la partida empiezas desde cero, mientras que en la campaña no siempre ha de ser así, además de tener algún objetivo en especial que debas cumplir. Tomando como ejemplo la campaña que da nombre al juego, Imperio de los Mares, tú eres un conocido patricio que ya cuenta con algunos barcos en su poder, una buena reputación y dinero suficiente para poderse permitir ciertas acciones que no serían posibles comenzando desde cero.

A partir de entonces empezarán a suceder acontecimientos que requerirán de tu atención. Deberás estar preparado para ellos y afrontarlos tan bien como puedas. Esta campaña en particular es idónea para empezar a jugar, pero no es la única. Salvando la Introducción a Patrician, que es un tutorial, hay 6 campañas más con objetivos diferentes que perseguir, aparte de las partidas individuales. Vamos, que hay juego para rato.

El objetivo del juego te lo puedes ir marcando tú mismo, independientemente de la partida que hayas escogido. Puedes escoger ser un mercader honrado que se gane la vida comerciando y buscando siempre el mejor precio hasta montar una flota que domine todo el mar. Por el contrario, quizás eres feliz dedicándote al comercio pequeño, o a la producción, sin tener mayores ambiciones. En el caso contrario, la codicia y las ansias de dinero fácil quizás te llevan por la senda de los piratas, y podrás saquear y capturar barcos para ganarte así la vida. O puedes dedicarte a capturar a estos delincuentes si quieres, convirtiéndote en bucanero.

Pero si quieres llegar a lo más alto, sin duda querrás ser gobernador de alguna ciudad. Sea cual sea tu objetivo, las acciones que deberás emprender serán más o menos las mismas. Vas a necesitar comerciar en todos los casos, por poco que sea, y más te valdrá tener una flota bien defendida con las mejores armas que puedas comprar, aunque sea simplemente para defenderte. Todo esto lo podrás hacer en los verdaderos centros neurálgicos del juego: las ciudades. Aquí deberás ganarte a sus gentes, atendiendo a sus necesidades, que dependerán de su clase social, y aumentando tu reputación a base de aprovisionar la ciudad con bienes necesarios (un detalle a tener en cuenta es que la reputación puede bajar si compras los objetos que más escasean). También puedes incrementar tu apoyo celebrando un festival, pero más vale que tengas los almacenes rebosantes de comida si decides montar uno.

Cuando estés en una ciudad tendrás muchas acciones posibles a realizar en los distintos edificios que la componen (a veces puedes hacer más de una cosa en cada uno de ellos). Es fácil aprender cuál es cuál, ya que tampoco son demasiados y además casi todos tienen la misma forma en todas las ciudades (si no la tienen, también son fácilmente reconocibles). Por citar algunos ejemplos, tienes la lonja, donde puedes consultar la productividad y consumo de materias en esa ciudad, lo cual es una gran ayuda a la hora de planificar rutas y abastecimientos.

Por otra parte, en el ayuntamiento siempre habrán misiones que realizar que aumentarán no sólo tus ingresos, sino también tu reputación. La taberna es otro punto clave para reclutar marineros, comprar armas al contrabandista o contratar un pirata o un capitán para cualquiera de tus navíos. Si te quedas sin dinero siempre podrás acudir a la casa del prestamista, aunque si te sobra también puedes ofrecer un préstamo que te será devuelto con sus correspondientes intereses, o de lo contrario embargar las posesiones del acreedor y quedártelas.

Por último, vamos a comentar algunas novedades que aporta Patrician III respecto a sus predecesores. Las nuevas rutas comerciales es algo que muchos fans de los títulos anteriores apreciarán. Ahora puedes organizar rutas terrestres, y cuando tu negocio sea próspero, podrás embarcarte en nuevas expediciones por ultramar hasta otras ciudades del Atlántico y del Mediterráneo. Hay un editor de mapas disponible, para quien guste de diseñar sus propios niveles, y el modo multijugador por Internet ha desembarcado por fin en la saga, permitiendo partidas de hasta ocho jugadores.

Estrategia y trucos

La verdad es que poco puedo decir aquí sobre posibles estrategias o trucos, ya que cuando abras la caja del juego encontrarás El Legado, un manuscrito con todas las claves del juego muy útil para cualquiera que inicie una partida en el Imperio de los Mares. Allí dentro está toda la información que se necesita saber para empezar a comerciar con buen pie, establecerte en una ciudad o saber los precios de compra y venta mínimos y máximos que siempre tendrás que tener en cuenta.

Simplemente añadir algunos detalles más. Por ejemplo, tener en cuenta que las fábricas sólo son rentables a largo plazo, y siempre y cuando estén bien mantenidas y funcionando a pleno rendimiento. Ten esto en cuenta cuando vayas a construir una. Recomendar también la producción de herramientas por encima de otros bienes. Es un bien que no se ve mucho y además es necesario para que los maestros armeros puedan fabricar armas con las que equipar tus navíos, pero tienen otras muchas utilidades muy valiosas en el juego.

Por otra parte, es aconsejable guardar las rutas comerciales. Así, si tus barcos son hundidos o capturados, podrás seleccionar otro convoy de navíos para que haga esa misma ruta. Ten presente también que hay puertos como los de Colonia, Torum y Novgorod que sólo son accesibles mediante goletas y carabelas, ya que son puertos fluviales. Ten cuidado con las zonas de tormentas, como el triángulo sitaudo entre Malmo, Aalborg y Oslo, ya que tus convoyes sufrirán muchos daños. Por último, comentar que una zona muy rentable y de bajo riesgo es el Mar Báltico, y en el Mar del Norte, aunque sea más peligroso llegar hasta alí, puedes encontrar especias y vino a buen precio.

Realmente, podría hacer una lista de consejos tan larga como este análisis, pero creo que la parte de la gracia que tiene el juego es ir descubriendo estos detalles por cuenta propia.

Comparándolo con...

La comparación más obvia sería compararlo con Patrician II, ya que el título que ahora nos ocupa tiene muchas similitudes con éste. Sin embargo, quizás sería más conveniente compararlo con otro juego mucho más reciente como Port Royale, que fue distribuido por Friendware a finales de junio de este mismo año.

Port Royale es un juego que comparte muchas similitudes con Patrician III. No obstante, ambos juegos han salido de las manos de Ascaron. Sin embargo, también poseen elementos que los diferencian, siendo el periodo histórico y la localización las más evidentes. Mientras que en uno comerciamos o pirateamos En Europa durante el siglo XIV, en el otro tenemos que buscarnos la vida de igual manera por los mares del caribe, en pleno siglo XVII.

Cuando empezamos una partida nueva en ambos juegos, vemos que el número de ciudades disponibles para el comercio es muy inferior en Patrician III que en Port Royale. Sin embargo, este problema queda subsanado más adelante, cuando puedes montar expediciones a América o a las ciudades del Mediterràneo, por ejemplo. Podría decirse incluso que esto contribuye a hacer que la curva de aprendizaje sea un poco más suave en el juego de FX. Otra diferencia fundamental es que el engine PIII no está presente en Port Royale, ya que por falta de tiempo no pudo ser incluído. En Patrician III sí que está, y realmente luce muy bien.

En definitiva, es un juego que ha bebido de la misma fuente que Port Royale, pero añade muchos elementos nuevos que hacen que jugarlo sea un experiencia aun más agradable que la del título anterior. Además, y como siempre, Patrician III está totalmente traducido al castellano y se puede encontrar en quioscos, grandes almacenes y tiendas de videojuegos al precio habitual de 19,95 euros.

Lo que está bien

Lo que no está tan bien

Manual

El manual del juego es algo más amplio que de costumbre. No es de extrañar, teniendo en cuenta que el juego tiene muchísimos elementos a tener en cuenta. Consta de un total de 74 páginas a todo color, muy bien detalladas y con todos los elementos del juego explicados con abudantes fotos y esquemas. Si has visto ya manuales de otros juegos de FX Interactive, ya sabrás de lo que hablamos, puesto que éste sigue en la misma buena línea que los anteriores. Además, también está El Legado, que explica las claves a tener en cuenta y da algunos consejos que te irán muy bien para introducirte en el mundo del Imperio de los Mares.

Enlaces

FX Interactive

Requisitos del sistema

Mínimo

Pentium II 233 MHz, tarjeta de vídeo 8 MB, 64 MB de RAM, 600 MB de disco duro, CD-ROM, teclado, ratón, tarjeta de sonido.

Recomendados

PII 300 Mhz, tarjeta 3D 8 MB, 124 MB de RAM.

Equipo de pruebas

Pentium IV 2,2 Ghz, 512 MB de RAM, GeForce 4 Ti 4400 128 MB