Outlast: Whistleblower
- PlataformaPC6.8PS46.8
- GéneroAventura, Acción
- DesarrolladorRed Barrels Games
- Lanzamiento07/05/2014
- TextoEspañol
- VocesEspañol
Outlast: Whistleblower
El primer gran DLC del fenomenal Outlast nos devuelve al psiquiátrico de la muerte Mount Massive que Red Barrels Studios tan bien supieron plasmar y llenaron de tensión y sobresaltos. PlayStation 4 y PC reciben esta precuela que cambia el prisma desde el que el jugador se adentra en los sustos y la oscuridad, con pocas novedades pero más horas de survival horror puro y duro.
Outlast fue una sorpresa del pasado otoño, un título de los que llamamos indies que demostró a las grandes superproducciones y grandes editoras cómo regresar de verdad a un género hoy casi olvidado. El manicomio de Mount Massive ha aterrorizado a cientos de miles de jugadores con su propuesta fresca y muy referencial a los survival horror de antaño, un notable descargable para PlayStation 4 y PC que nos ponía en la piel de un periodista que debe investigar los extraños acontecimientos de un centro absolutamente fuera de control -literalmente- y repleto de peligrosos y sanguinarios imprevisibles enfermos mentales. Ambiente sórdido y un viaje a través de las salas y pasillos que, sin ser difícil ni variado en ningún momento, lograba una atmósfera de tensión y nerviosismo como hacía tiempo que no vivíamos en videojuegos. Ahora llega su primera expansión o DLC, Whistleblower, un soplo que no es precisamente de aire fresco pero que amplía la experiencia.
Un nuevo punto de vista y unas horas antes de los acontecimientos del original. Esta vez llevamos al que da el chivatazo, al informante, al soplón del incidente del psiquiátrico, al más cuerdo de los internos, al consciente de la ida de manos absoluta y violentísima que se está gestando en Mount Massive. Se trata de Waylon Park, el informático con zapatillas deportivas y camiseta que envía el correo electrónico de socorro a Miles -protagonista de Outlast- al principio del juego y que resulta aquí ser un trabajador de la Murkoff Corporation. Un viaje en su trastocada memoria y un nuevo periplo a través de los pasillos y salas recónditas del manicomio para intentar recordar qué ocurrió exactamente, cómo se disparó el caos y la violencia más cruda en las instalaciones médicas, también qué secretos se esconden detrás del macabro experimento. Ciertamente, este Whistleblower es algo más sádico y atrevido que el título original, vuelve a hacer un especial gusto por lo visceral y lo macabro.
Manejar a Park recuerda en todo al control de Miles, no hay cambios entre las mecánicas de personaje y particular sistema de visión en la oscuridad súper frecuente desde la característica cámara de vídeo y su visión nocturna o infrarroja. Este DLC es continuista hasta decir basta, no sorprende en absoluto y solo busca ampliar y atar los cabos de historia que Outlast dejó sueltos. Su trama no falla, en absoluto, está muy bien hilada con la original y consigue mantener el interés del jugador con su esquema de recuerdos, cada vez más espeluznantes y esclarecedores. Pero no se puede decir que haya en general tantos sustos y momentos inolvidables de verdadera tensión y crueldad, esta expansión está claramente impulsada por las explicaciones dramáticas y no pretende tener el impacto que sí logra de primeras el desagradable viaje inicial de Miles.
Ya en los primeros compases se dejan ver las intenciones de Red Barrels Studios con Whistleblower, con un arranque muy volcado con la personalidad de Park, sus pasos algo más tranquilos e iluminados en los sótanos, las conexiones con el envío del mensaje de socorro al protagonista del primer juego... Son solo dos horas de tensión, aproximadamente, y de nuevo cuatro niveles de dificultad (Normal, Difícil, Pesadilla y Demente) que en general están por debajo de los estándares y vuelven a no hacer demasiado difícil llegar al final de la desarmada aventura. La cámara, sus pilas, el silencio y la oscuridad para mantenernos ocultos volverán a ser la única vía de escapatoria. Se echan de menos novedades puramente jugables que podrían haberse probado en la fórmula con este DLC. Mando en mano y salvando las perplejidades psíquicas del nuevo y descontrolado protagonista, resulta un verdadero más de lo mismo, eficaz otra vez, pero previsible y sin frescura.
El diseño de los entornos, la colocación de los enemigos y otros peligros, o los focos de luz sugerentes que agudizan aún más la atmósfera agobiante son aciertos que se repiten en Whistleblower y dejan claro qué aspectos fueron los mejores de Outlast. A cambio, también se repite la disposición de interés descendente que hace del tramo final algo menos impactante o espeluznante que el arranque. La poca variedad de situaciones sostiene esto. No obstante, hay en esta ampliación una gran idea que verdaderamente se ha amortizado, el canibal. Este enemigo concurrente está magníficamente diseñado y aparece para protagonizar los mejores momentos. Su presencia es notoria solo por el sonido que consigue desprender y acaba marcándolo, sus patrones de actuación algo más amplios que los del resto de enemigos y su aspecto es absolutamente macabro. Es lo que más recordaremos de esta expansión, pues por bastante de lo demás bien podría confundirse con el original que amplía.
En cuestión audiovisual, Whistleblower no es tampoco ninguna sorpresa. Ni debía pretender serlo, pues manteniendo los fantásticos estándares gráfico y sonoro que ya nos dejó Outlast iba a salir airoso de cualquier valoración dubitativa. El Unreal Engine 3 vuelve a comportarse y, aunque no a su mejor nivel sobre todo en materia de planos cercanos, consigue dibujar estampas bien resueltas técnicamente, que juegan con la luz, las animaciones rápidas, creíbles y agresivas, los efectos de superficies y detalles, etc. Es cierto que hay estancias de Mount Massive claramente mejor acabadas que otras, igual que enemigos con un modelado más sólido, animaciones más fluidas o habitaciones más llenas que otras. Hay desajustes visuales que no nos dejan hablar de un juego realmente puntero en materia gráfica, pero al menos sí que muy realista e infalible.
Sobre sonido, la gama de efectos y música estridente vuelven a marcar un apartado también notable al que solo cabe pedirle doblaje al castellano y algunos FX más para elementos reiterativos y frecuentes como la cámara o los gemidos de los internos. Los sustos se consiguen en gran medida gracias al espléndido trabajo sonoro, en cómo los efectos se solapan perfectamente con lo que vemos en pantalla, y en cómo el silencio más lúgubre es roto únicamente por gritos desgarrados de dolor, paranoia y sufrimiento. El doblaje original anglosajón está a muy buen nivel y ayuda a conseguir la atmósfera asfixiante y oscura que caracteriza a Outlast y a este primer DLC. Los subtítulos en castellano ayudarán a quien no domine el idioma, están perfectamente traducidos y adaptados, aunque hay algunos desajustes como textos en otro idioma, meros bugs que se pueden arreglar fácilmente y a buen seguro se corregirán.
Correcto
No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.