Online Chess Kingdoms
Jaque al convencionalismo
¿Ajedrez? ¿Estrategia? Mucho de lo primero y una pizca de lo segundo. Un tablero nada convencional y las reglas de siempre para la primera incursión en PSP de un género con un público muy exigente. ¿Superará la prueba?
Hace ya muchos años (hablamos de los tiempos de los intel 286) apareció en PC un juego de ajedrez singular, Battle Chess, un programa que ofrecía partidas contra la máquina pero que las aderezaba con cierta animación y comicidad en cada movimiento. El juego era totalmente sólido, de hecho para los más jóvenes resultaba igual de duro que una partida en el archiconocido Chessmaster, pero su aire desenfadado no se ha prodigado en exceso en años sucesivos.
Tal vez considerado por los más puristas como poco serio, lo cierto es que eso de que una torre machaque a un peón con sus "manos" no ha triunfado, y mientras en PC la cosa ha ido avanzando hacia partidas online, bases de datos históricas, tutoriales para aprender y tableros minimalistas, en consolas (fundamentalmente portátiles) el género se ha venido repitiendo entrega tras entrega y máquina tras máquina.
De lo que se puede comprar actualmente, se salvan algunos pocos productos para la Game Boy Advance, tal vez el Kasparov y el omnipresente Chessmaster. Pero lo cierto es que con esta consola portátil por primera vez se ha contado con potencia suficiente para plantar cara a los cada vez más evolucionados simuladores ajedrecísticos de PC. Evidentemente, nada como contar con un "Deep blue" particular, pero también es evidente que la mayoría de los mortales no somos Karpov o Kasparov, y por tanto con un juego más modesto basta y sobra para esgrimir neuronas.
Programado por Leviatan y distribuido por Konami llega a la península un juego que aprovecha la sequía en PSP de juegos similares e incide en la vistosidad de los "combates", a rebufo de lo que en su día fue Battle Chess y tirando del mercado portátil donde el software de puzzle no se prodiga en exceso. Dicen que quien golpea primero golpea dos veces, y Konami ha apostado por un producto que además de recuperar viejas glorias se atreve a romper en parte las reglas de un juego tan antiguo como el ajedrez.
Así pues, Chess Kingdoms es básicamente un juego de estrategia y ajedrez combinados, mucho de esto y un poquito de aquello, pero que tiene un modo histórico en el que se enfrentan una serie de planetas por dominar el universo (argumento recurrente donde los haya). El jugador inicia el juego controlando una unidad y una ciudad. La ciudad produce concentraciones de maná y la unidad se mueve libremente por el mapa dividido en casillas cuadradas, limitando sus movimientos a una casilla en cualquier dirección por turno.
En cada nuevo turno la ciudad produce más maná, el cual abre la posibilidad de crear nuevas unidades o conjurar hechizos que protegen la base. El objetivo es multiplicar el número de unidades, tomar ciudades neutrales y enfrentarse a las unidades enemigas destruyéndolas y conquistando sus ciudades, así hasta borrar del mapa al enemigo. Cuando un ejército va a atacar a otro se inicia una partida de ajedrez clásica, el ganador es el que quedará sobre el tablero y el perdedor se queda sin una unidad. Pero nada de esto es complicado, al contrario, es de una sencillez extrema tal que parecerá que jugamos al parchís.
Gráficamente el juego presenta dos caras. Por un lado las cinemáticas estáticas que acompañan a cada acto y el tablero en 3D, ambos de gran calidad y agradecidos. Por otro el mapa de estrategia que sirve de excusa a todo el juego, tan parco que casi provoca cierta repulsa. Nada más lejos de la realidad, su acertado diseño ofrece a las claras un planteamiento igualmente sencillo y muy fácil de tomar.
Cuando se inicia una partida existe la posibilidad de tres vistas, la tradicional, la vista en 3D y con figuras diferentes para cada facción, y la vista combinada que no es más que la suma de las dos primeras. La visión tradicional no ofrece dudas, simple y llanamente un tablero en 2D como los que se pueden en decenas de títulos.
En cambio, la cámara 3D es mucho más vistosa. Los peones de cada ejército son figuras diferentes, al igual que alfiles, caballos, torres, reina y rey. Cuando comen lo hacen luchando, disparando rayos o lanzando conjuros. Además, el tablero está situado sobre una base que permite girar la cámara en múltiplos de 90 grados, por si la situación de las piezas generara confusión; y un chivato aparece en una esquina de la pantalla cuando con el cursos nos colocamos sobre una ficha, indicando la ficha tradicional de la que se trata y evitando mover una reina como si de un alfil se tratase.
Esta manera de aderezar los combates no aporta nada a la jugabilidad, muy en el fondo seguirá siendo un simple juego de ajedrez, pero al menos se aprovecha la capacidad de la PSP para algo más que algoritmos matemáticos y dibujos en 2D. Hay cuatro niveles de dificultad de los cuales sólo los dos últimos plantean un reto a los acostumbrados a lidiar con las piezas. Porque si se presiona lo suficiente a la máquina comete errores que le llevan a perder fichas tan importantes como la reina, y no hablamos de meros intercambios de piezas estratégicas como pudieran ser caballos o alfiles por peones.
Como es lógico, además del modo historia existe la posibilidad de ir directo al grano y jugar una partida rápida contra la máquina, contra un segundo jugador compartiendo la misma consola o a través de internet. De todas formas, no es quizá la PSP el mecanismo de juego más acertado para una partida online de estas características, la mayoría de sus usuarios también poseen un ordenador en casa, único lugar desde donde actualmente se puede disfrutar de conexión a la red, y en este caso el software de PC sigue siendo extremadamente superior.
Para los más atrevidos, además del aspecto gráfico existe la posibilidad de jugar un ajedrez "diferente", donde se han alterado las reglas y los programadores se han permitido ciertas licencias que se explican muy bien en el único tutorial de juego, ya que con este Chess Kingdom nadie va a aprender a mover ficha. En este modo especial de juego hay licencia para utilizar las piezas sin esperar turno, y la partida acaba cuando el contrario se queda sin, no cuando muere el rey. A cada pieza se le otorga un valor diferente y este valor hace aumentar una barra de movimiento... Un poco complicado de explicar pero muy fácil de jugar.
Evidentemente, el despliegue gráfico va acompañado de músicas de calidad. Desde melodías épicas a tintes new age pasando por electro suave, todo tiznado de un cierto ambiente futurista que además salpica también a los efectos de sonido. Por todos es sabido que la concentración en los movimientos hace que se pierdan de vista todos los elementos que decoran un juego así, pero justamente pasar inadvertidos es su mejor virtud.
Online Chess Kingdoms es sin duda uno de los tapados de este año en PSP. Bajo una apariencia de "otro juego de ajedrez" se esconde un producto que ofrece algo más, sea su modo estratégico o su acabado gráfico. El UMD está en cierto modo desaprovechado al no contener más tutoriales o reglas de juego o modos alternativos o partidas históricas, pero justamente el sentido de todo ello es que pretende ser diferente... y divertido.
El toque de estrategia no puede cautivar a quienes jueguen al ajedrez, es demasiado sencillo, pero si puede llegar a enganchar lo suficiente y a amenizar un poco más los recesos entre partidas. Porque no todo en este juego es "negras y blancas", y porque no sólo de ajedrez puro y duro se compone la oferta del catálogo de la consola desde ya mismo. En definitiva, un gran juego con una calidad más que aceptable y una inteligencia artificial suficiente para plantear retos al jugador medio, abstenerse puristas y expertos en la materia, para ellos el señor indiscutible sigue siendo el PC.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.