One Epic Game no es sólo un shooter auto-runner de scroll lateral más; tenemos ante nosotros una buenísima parodia de la cultura de los videojuegos . Tanto es así, que los jugadores que vengan de los clásicos de los ochenta y noventa disfrutarán de todas y cada una de las situaciones que nos iremos encontrando, a cada cual más extravagante. Quizás no se trate de un género con muchos seguidores y los títulos que han aparecido hasta el momento no sean muy populares, pero One Epic Game consigue que tanto los jugadores más casuales como los más veteranos se vean atraídos por su particular propuesta, llena de estereotipos de este mundillo al que tantas horas dedicamos.
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El perfecto anti-héroe
Controlamos a Alpha Dog, un héroe que tiene una misión muy importante: salvar la Tierra de un malvado científico, al que siguen hordas de zombies y aliens. El mundo se encuentra en un estado post-apocalíptico y el destino de la humanidad depende de nuestro fornido héroe. Como veis, todo el juego en sí mismo es una gran cliché de la industria. Y el sentido del humor –muy presente durante la aventura– no para de enfatizar este aspecto; el propio Alpha Dog se pregunta “¿por qué en todos los juegos de acción tienen que aparecer zombies?”, entre otras muchas frases célebres. Todos los niveles tienen la misma configuración , es decir, nuestro personaje se moverá de izquierda a derecha automáticamente, en los que deberemos saltar sobre todo tipo de plataformas evitando así caer en los continuos abismos. Además, tendremos que disparar continuamente contra grandes cantidades de enemigos , como zombies, alienígenas, soldados de la segunda guerra mundial... ¿Os suena? Los controles son tan sencillos como la propia propuesta de One Epic Game; para saltar sólo debemos tocar la esquina inferior izquierda de la pantalla y para disparar, la esquina opuesta de la misma, nada más. Resulta extremadamente accesible y nuestras órdenes táctiles son fielmente acatadas por nuestro personaje. Los primeros niveles no son más que una sucesión de plataformas y enemigos que debemos superar sin más; a medida que vayamos avanzando en la aventura, se introducirán desafíos como, por ejemplo, superar un nivel con una sola vida, lo que añadirá algo de variedad a un desarrollo demasiado repetitivo.
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Tenemos a nuestra disposición hasta siete armas diferentes ; desde una pistola hasta un lanza-misiles, pasando por un rifle láser, una escopeta o un lanza-llamas, que aparecerán a lo largo de los niveles de manera aleatoria. Ello nos obligará a afrontar las diferentes situaciones de varias maneras, según el arma que llevemos equipada en ese momento. A primera vista podría parecer que no debemos prestar atención al arsenal equipado en cada momento, pero cada arma tiene sus propias características y alcance, lo que nos obliga a preparar nuestra estrategia de ataque mientras no paramos de correr; no será lo mismo matar a tres zombies con tres disparos de escopeta que eliminarlos de golpe con un rifle láser. También encontraremos power-ups que nos permitirán aumentar nuestra velocidad o el útil jet-pack , con el que podremos mantenernos en el aire por unos segundos para evitar muchos de los peligros que nos encontraremos; eso sí, gracias a su uso limitado, debemos tener mucho cuidado con la zona de aterrizaje y no caer por cualquiera de los múltiples abismos de cada fase. Aunque One Epic Game presenta una particularidad que destaca sobre el resto de títulos del género; y es que no jugaremos una partida igual a la anterior , ya que cuenta con un configurador automático de niveles, con lo que, cada vez que iniciemos un nivel, tanto los patrones de ataque de los enemigos como la posición de las plataformas o elementos del escenario, serán diferentes.
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Así, viviremos todo tipo de experiencias y todas nuestras partidas serán únicas ; la variedad está más que asegurada y mantendremos el interés por el título durante mucho tiempo. Y es que su condición de partida rápida e impredecible ayuda mucho a que no dejemos de jugar una y otra vez en esos minutos vacíos de nuestro día a día. Para aumentar todavía más las opciones de juego, contamos con un modo carrera donde, literalmente, jugamos a una sucesión infinita de niveles desbloqueados en el modo historia; el objetivo, conseguir las mejores puntuaciones, aunque no podremos comparar nuestras marcas con otros jugadores al carecer de soporte para Game Center. El apartado gráfico nos muestra gráficos más propios de la era de los 16-bit , aunque pueden resultar suficientes para el espíritu del juego; quizás podríamos pedir una apartado técnico más depurado, con más animaciones, una mayor definición tanto de personajes como de escenarios –hay momentos de pixelación demasiado evidentes– y una presentación general más pulida. La banda sonora no pasa de aceptable y en ocasiones puede resultar algo tediosa y monótona , con temas rockeros algo cargantes. Los textos –sólo en inglés–, aunque no son para nada importantes para el casi inexistente guión del juego, contienen algún que otro error gramatical, lo que da una sensación de que, en general, falta algo por pulir.