Odin Sphere: Leifthrasir
- PlataformaPSVPS3PS49
- GéneroAventura, Acción
- DesarrolladorVanillaWare
- Lanzamiento24/06/2016
- TextoEspañol
- VocesInglés
Odin Sphere: Leifthrasir, Análisis PS4
Remake que renueva al genial Odin Sphere de PS2 para hacerlo, simplemente, un juego imprescindible. Disponible para Playstation 4, Playstation 3 y PS Vita con textos traducidos al castellano.
Odin Sphere: Leifthrasir es, para decirlo de manera rápida y concisa, la última maravilla que sale de la factoría de Vanillaware. Creadores de auténticas fábulas que intentan fundir con éxito historias de cuento con videojuego, han vuelto a demostrar que en esto de los beat’em up en 2D son únicos en pleno siglo XXI. Leifthrasir es más que una revisión del título que ya tuvo muchos adeptos en Playstation 2; es un remake que parece un juego totalmente nuevo –salvo por la historia y el acabado artístico- y es probablemente el producto más redondo y completo de los últimos que han publicado estos genios japoneses. Y decir esto con Muramasa y Dragon’s Crown bien presente entre nosotros no es precisamente poca cosa.
Para quien no conociera la obra original, explicar que el título se basa en narrar los efectos devastadores de una gran guerra que se está dando en un mundo de hadas. La primera de las protagonistas es Gwendolyn, una valquiria hija del rey Odín que siempre ha vivido a la sombra de su hermana. Ésta muere en combate en los primeros combates y nuestra heroína intenta hacer todo lo posible para ganarse el amor que nunca le ha profesado el rey. Con un tono oscuro en más de una ocasión y varios giros argumentales, la trama va ganando en interés a medida que se desarrollan los acontecimientos.
Los personajes están llenos de matices, y como si de una obra de teatro se tratara, veremos situaciones y una puesta en escena de lo más atractiva, como cuando Gwendolyn habla con su propia conciencia, representada por un pájaro, con la que debate y muestra las dudas internas de la protagonista. Iremos conociendo nuevos personajes como Velvet, una hija no reconocida del Rey y que es santo de devoción del mismo por recordarle al único amor verdadero que ha tenido; Oswald, el comandante del ejército enemigo que también ganará protagonismo en cierto momento; Mercedes, una hada que tiene un peso específico en la trama de Gwendolyn y que luego pasa a ser protagonista; y Cornelius, el príncipe de Puka transformado en conejo. Todas sus historias están más o menos conectadas, sus acciones tienen repercusión en el desarrollo de la trama y aunque son “libros” independientes, acaban desembocando en un final común.
El desarrollo del juego probablemente podría haber ofrecido mucha más libertad, con acceso a los libros de cada uno de los personajes mucho antes y no en un formato lineal como sucede –sobre todo porque ansiamos jugar con Oswald o Velvet y eso tarda lo suyo en llegar- algo que a nivel narrativo, teniendo en cuenta las historias que nos cuentan, es bastante factible de realizar (salvo por algún detalle argumental). Pero esto no quita que el juego atrape de tal manera que no nos demos cuenta y llevemos 20 horas sin parar y, tras algunas sesiones más, terminemos la aventura rondando las 40. Y qué 40 horas más brutales, la verdad.
Nuestros protagonistas cuentan con un botón para atacar, otro para saltar y un botón superior para hacer movimientos evasivos. Lo que puede parecer algo excesivamente simple se convierte en un despliegue de posibilidades impresionante. Podremos atacar de distintas maneras según la dirección en la que apuntamos, y en esto incluimos algo que no estaba en el juego original como hacer launchers para seguir atacando desde el cielo, embestidas en el aire para empalar enemigos a media distancia, caídas poderosas al suelo y seguir combatiendo. Contamos con muchas opciones a las que se añade el botón de guardia, que se hace con el mismo ataque (cuadrado) y que permite bloquear pero también hacer instant-blocks para contragolpear enemigos.
Los combos se despliegan a una velocidad de vértigo, siempre y cuando sepamos esquivar con evasivas o bloqueos los ataques enemigos, y se multiplican gracias a los ataques especiales. A medida que encontramos unas piedras escondidas por los mundos que visitamos ganaremos nuevas habilidades que se pueden usar desde menú –muy RPG, pausando el combate- o con atajos con el botón de redonda y la dirección. Combinar los ataques con los especiales es sencillo, intuitivo y permite destrozar a decenas de enemigos con una propuesta que recuerda a veces a Viewtiful Joe por la armonía con la que tenemos que ir combinando y sucediendo los golpes. Lanzamos un barrido para superar el escudo enemigo, una vez golpeamos dos o tres veces, los levantamos con el launcher, seguimos con golpes, lanzamos un especial que los aturde y caen al suelo, desde el cielo los golpeamos cayendo en picado, los congelamos con una ventisca y acabamos con todos ellos. Una secuencia maravillosa que nos permite sumar más de 100 golpes, neutralizar mid-bosses durísimos y conseguir la ansiada puntuación S en esa fase.
El combate cambia de manera drástica con cada personaje que escogemos. Gwendolyn es la primera de ellas y nos muestra un abanico de posibilidades interesante, destacando por los ataques especiales que le permiten congelar enemigos, aturdirlos y golpear múltiples de ellos con varios proyectiles. Pero esto cambia radicalmente con Cornelius, un conejo que lleva consigo una espada y tiene una agilidad de ataques normales muy superior a la valquiria. Cpaz de moverse a gran velocidad, cuenta con un elenco de ataques que firmaría el propio Link: cortes en círculos mientras avanzamos, corte vertical con salto o el clásico caída desde arriba con la espada apuntando al suelo.
Podemos seguir con Velvet, la que mejor se desenvuelve en combos aéreos, capaz de golpear fácilmente más de 20 veces sin tocar el suelo y que cuenta con una especie de cadena que atrapa enemigos a media distancia para seguir combinando ataques cuando parece que el cuerpo del enemigo se nos escapa de nuestro rango. Oswald probablemente es el personaje más devastador de todos gracias a su modo Berserker con el que nos transformamos y despedazamos a una velocidad increíble a los monstruos. Con Mercedes, en cambio, cambiamos el sistema de combate cuerpo a cuerpo por un abanico de disparos a media y larga distancia con su ballesta como gran protagonista. La jugabilidad cambia, aunque es cierto que se repiten algunas localizaciones y enemigos mientras avanzamos y eso merma algo la experiencia a pesar de todo.
Las hordas de monstruos que nos acechan pueden defenderse, atacar desde el aire, disparar proyectiles, autoinmolarse o ser invisibles a nuestros ojos entre otras características. Cambian patrones según el lugar en el que estamos (no es lo mismo las hadas de un bosque que los fantasmas del inframundo) pero han perdido fuelle respecto a los personajes. Nos explicamos: el juego original era bastante difícil en muchos momentos, y aquí se mantiene la exigencia pero es cierto que en combates rasos con enemigos normales nuestro abanico de posibilidades es tan extenso que es mucho más letal que las opciones de ataque que tenía Odin Sphere en Playstation 2. No se convierte en un paseo, pero sí que hay cierta rebaja. Por otro lado, los combates contra jefes intermedios y contra jefes de área siguen siendo duros y complicados, además de variados por sus patrones cambiantes y ciertos elementos que van apareciendo en la zona, por lo que es importante ir siempre con el nivel adecuado. Lo mejor es no destripar lo que hacen algunos jefazos, pero solo basta decir que van a caballo entre la originalidad y el surrealismo absoluto.
Que estamos más en un Action RPG que en un hack and slash 2D también queda en evidencia por la gestión de nuestro equipo. Usar las botellas con hálito para recuperar vida, ataques tipo ciclones, brasas o veneno, detener la acción para combinar materiales para crear mediante la alquimia más de estos productos, y continuar luchando es tan importante como saber combinar ataques y especiales. Esto invita al jugador a explorar el mundo que nos rodea para conseguir nuevos tesoros, recolectar dinero matando enemigos y conseguir habilidades escondidas. El mundo es un sinfín de habitaciones tipo fases y en algunos casos algo laberíntico repartiéndose sobre todo con zonas circulares que permiten acceder a distintas puertas (en Muramasa el escenario nos obliga a movernos a distintos niveles de altura para cambiar entre las áreas, y aquí esto se recrea con espacios en círculo y varias salidas a las que poder ir). Buscaremos llaves para llegar a lugares cerrados o a jefes, compraremos mapas a los comerciantes para no perdernos detalles ni sorpresas y revisitaremos zonas para conseguir ese nivel de experiencia que nos falta. El juego invita a ello.
Excelente
Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.