No Rules Get Phat
- PlataformaGBA3
- GéneroAcción
- DesarrolladorFlying Tiger
- Lanzamiento10/12/2001
- TextoEspañol
- VocesEspañol
Para romperse la crisma...
De la mano de TDK nos llega esta curiosa mezcla de deportes extremos (tan de moda), con un argumento tan dispar como la vestimenta de los personajes...
De la mano de TDK nos llega esta curiosa mezcla de deportes extremos (tan de moda), con un argumento tan dispar como la vestimenta de los personajes...
Parece que los deportes extremos no acaban nunca. En las consolas de 128 bits hemos vistos grandes exponentes de stakeboard, snowboard, bicicleta de montaña... pero la niña mimada de Nintendo sólo había recibido una entrega del aclamado Tony Hawk Pro Skating. Aunque dicho título y este "No Rules" sean bastantes dispares parten de un concepto similar: utilizar un patinete (suena raro, ¿verdad?).
Con un enfoque más plataformero y con escasez de piruetas, debemos de superar cinco largos mundos para inpedir la invasión de los Punkazz, que amenazan la tierra mientras Jack el Tuerto está zampándose un tazón de Cocoa Soul Puffies. O lo que es lo mismo, que a los desarrolladores se le ha ido bastante de las manos. Intentando encauzar las distintas fases en un hilo argumental, lo que consiguen es que los "cortes" entre los distintos niveles sean bastante dispares.
Haciendo uso de la licencia de ropa "skate", No Rules, TDK mezcla con poco acierto la jugabilidad de un plataformas y el atractivo de un personajillo de lo más "cool". Pero el intento se les queda a medias. El juego no acaba de enganchar. Y, aunque al principio parece bastante atractivo, con un look realmente acojedor, acaba desesperando, pues le faltan muchos aspectos por depurar, para entrar en la lista "must have" de estas Navidades.
Gráficos
En un primer instante sorprende bastante lo bien recreados que se encuentran los distintos niveles. La fase inicial recuerda bastante a un juego de los Simpsons que apareció en la N.E.S., en la que salía Bart montado en su monopatín. Saltamos un par de bancos, esquivamos a varios bichos radiactivos, y llegamos al primer edificio, perfectamente detallado. A continuación, una serie de rampas, en las que el juego coge velocidad sin relentización alguna.
Hasta ahí todo genial. Pero su virtud es su mayor defecto. Se repite una y otra vez el mismo planteamiento: edificios, rampas y bancos, sin cambiar un ápice. Además, los enemigos son muy simplones, y apenas hay 5 tipos diferentes, y la mayoría son monocromos. Lo único que salva el apartado, son las escenas entre fase y fase, en la que se nos explica un poco la historia. Con unos trazos bastante "grafiti", nuestro personaje y sus amigos nos narran la historia y los diferentes peligros que les acechan. Por lo demás, nada que destacar.
Sónido
De lo mejorcito de GameBoy Advance. Personalmente, recomiendo enchufar los cascos a la consola, pues las melodías son realmente excelentes. Mezclando varias melodias punk y hip hop, consiguen amenizar bastante el transcurso de las fases. No es que lleguen a la calidad de un reproductor MP3, pero, sin darte, cuenta, empiezas a tatarear las canciones como si las hubiera compueto The Offspring.
Además, cambia constantemente, y, aunque no vaya acorde con el escenario, en ningún momento se echan en falta momentos de tensión o la pesadez de que se repitan una y otra vez. Sin lugar a dudas, el mejor aspecto del juego. Es evidente que la compra del juego no viene dictada por su apartado sonoro, pero ayuda a subir un buen puñado de décimas la puntuación final. Desgraciadamente, los efectos sonoros son escasos, prácticamente nulos, aunque no se echan en falta en ningún momento.
Jugabilidad
Control impreciso, escasez de botones, escenarios incompletos... Parece que la inexperiencia de TDK en el mundo de las consolas se pasa factura. No han sabido depurar un control que en un principio resulta muy sencillo e intuitivo. Pero el uso de dos botones, salto y disparo, resulta insuficiente. Además, el scroll muchas veces no nos deja apreciar si hay enemigos más allá de la pantalla o si existe una plataforma en la que poder saltar.
Uno de los aspectos más raros del juego es que, entre zona y zona de un mismo nivel, el escenario se congela, y aparecen de ambos lados marcianitos verdes, que disparan con sus insignificantes pistolas. Tan sencillo como disparar y agachar, disparar y agachar... Y aunque combinemos skateboard con snowboard, prácticamente el control es idéntico. Y los escenarios presentas las mismas modificaciones, sólo que en el segundo caso, están helados.
Ni siquiera la inclusión de mini-juegos entre las fases mejora este apartado. Una de las fases más curiosas es en la que tenemos que matar a un marciano haciendo scratch. Con un estilo muy parecido al Dance Dance Revolution, pulsando el pad en la dirección correcta, conseguiremos derrotarlo. Pero a la tercera vez que se repite lo mismo, cansa, puesto que el nivel de dificultad es mínimo. Verdaderamente, una pena.
Además, el juego no incluye batería (con lo que vale, ya podría tenerla). Para continuar, hace uso de un engorroso sistema de códigos, que nos obliga a tener un papel y un lápiz a mano para apuntar un password aleatorio de 20 letras e ilegible. Desde luego, bastante incómodo, y no sería la primera vez que en la última fase se me perdiera el dichoso papelito...
Malo
La idea era buena pero se ha llevado a cabo de forma desastrosa. No te lo compres, está mal terminado.