Better, faster, stronger?...

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El baloncesto, deporte antiguo como pocos, y auténtico fenómeno de masas, sobre todo en los Estados Unidos, pero también con mucha aceptación en nuestro país. Evidentemente, un deporte tan popular y tan divertido no podía dejar pasar miles y miles de videojuegos vendidos a todos a los que más o menos les gusta este deporte. Muchas son las sagas que se han hecho míticas, y casi todas las casas creadoras de videojuegos han intentado con mejor o peor suerte coger una parte de este estupendo pastel.

Pero entre todas ellas, hay una que destaca sobre todas las demás, y estamos hablando como no de Electronic Arts. De hecho, esta casa siempre se caracterizó por traernos juegos deportivos de todas las clases y estilos. Desde el baloncesto, que hoy nos ha traído hasta este análisis, hasta el fútbol, pasando por hockey sobre hielo o football americano. Tanta repercusión tuvieron estos juegos, que con el tiempo, EA pasó a designar un departamento interno solo para la sección de juegos deportivos, que como todos sabéis, se llama EA Sports.

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Y año tras año, nos han ido obsequiando sin falta con un título de la saga NBA Live, en la que simplemente se le cambia el número que apellida al juego en cuestión. En este caso, nos toca la versión del 2002. Sin embargo, esta rapidez para sacar títulos al mercado, tiene su parte negativa. Estamos hablando de que apenas hay tiempo para mejorar muchos elementos, y al igual que a otras sagas de EA Sports, peca de incluir pocas novedades respecto de su antecesor. Sí se puede decir que entre las versiones de cada dos años se aprecian las diferencias, pero de año en año, la verdad es que no son lo suficientemente tangibles como para justificar su compra.

Sin embargo, este año las cosas son un poco diferentes, y algunas novedades si que hay. Y para presentarlas, Steve Francis, el nº 3 de los Huston Rockets, ha cedido su imagen a la portada del juego. Pero el gran enemigo de este juego, no es otro que su propia versión para la 128 bits de Sony. Y es que no podemos negarlo, por muy divertido que sea un juego, los gráficos siempre tiran mucho a la hora de disfrutar, y todo lo bueno que hay en este juego, lo tenemos también en su versión para PS2, solo que con un aspecto final mucho más depurado, así que no sería justo que ambos títulos llevaran la misma nota.

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Desde luego, estamos ante un juego muy divertido, y que a muchos les gustará independientemente de si les gusta o no el baloncesto. Las partidas con los amigos tienen la diversión garantizada y si no hubiera salido jamás un juego de baloncesto al mercado, estaríamos hablando de un imprescindible. Pero sin embargo, esto no es así, y todo ha de ser juzgado en su medida. Si comparamos este juego con la versión del 2001, las novedades se reducen a la actualización de las plantillas y (Incluido Pau Gasol, por supuesto), la inclusión de algunos extras, y algún que otro modo de juego nuevo. Pero a parte de eso, nada más. Si lo comparamos con la versión de PS2, el apartado gráfico desmonta totalmente la versión para PSOne, dejándola en ridículo, y aportando justo lo que le faltaba a esta versión del 2002.

Con lo que al final, llegamos a la conclusión de que este juego, por motivos quizás ajenos a él mismo, no es tan recomendable de lo que pudiera ser en principio.

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Estamos de acuerdo en que hay que hablar de novedades, pues siempre las hay. Más movimientos y nuevas habilidades adornarán los partidos que disputemos, por no hablar que todas las nuevas estrellas incluidas en la liga norteamericana estarán presentes, y con su rostro fielmente reflejado. Sin embargo, esto ya viene siendo lo habitual desde hace ya unos años, y por consiguiente, desde hace ya algunas entregas.

En líneas generales, hay que decir que a pesar de lo mencionado anteriormente, este juego da la sensación de parecerse en exceso al anterior, y a menos que no hayas visto ningún NBA Live, el apartado gráfico de esta versión no te sorprenderá en absoluto.

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Los mismos personajes, los mismos polígonos y por supuesto la misma resolución, están representados aquí para el tedio de los más expertos y los más seguidores de la saga. Por desgracia no hemos encontrado nada más que merezca la pena resaltar.

Por otro lado, el resto de los efectos, aunque son muy buenos y acompañan al juego de una manera excepcional, no aportan nada nuevo, pues son los mismos que tantas veces nos han acompañado. El ruido del balón botando y el de las zapatillas contra el parqué es lo que más nos cansaremos de oír, aunque no mucho, por lo bien hecho que está. El resto de sonidos, también igualan en calidad a estos últimos, tales como el pitido de los árbitros o el balón al estrellarse con el aro. Todos muy bien realizado, pero si has jugado a las anteriores entregas, no encontrarás nada nuevo; aunque este tampoco sea un apartado tan importante en un juego de baloncesto.

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En cuanto a las músicas, no hay mucho que decir; como siempre, EA ha incluido para la ocasión unas cuantas melodías muy buenas, pero evidentemente solo las oiremos en los menús del juego, y mientras seleccionamos las opciones. De todos modos, hay que reconocer que dan una muy buena sensación general, aunque no tengan presencia durante el juego en sí.

La gran ventaja de adaptar un juego real a un videojuego, es que las reglas ya están inventadas. Por el contrario, que resulte creíble y a la vez jugable y divertido, ya es más complicado. Aquí, tanto la física del balón y los jugadores, como la diversión, han sido cuidadas al máximo, combinando en el mismo juego, un realismo excepcional, y haciendo que resulte muy divertido jugar una y otra vez.

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Y para redondear un título ya de por si bueno, se han añadido algunos modos de juego extra que le alargan la vida un poco más. Por ejemplo, y aparte del típico modo de 5 contra 5, tenemos partidos 1 contra 1.

Sin embargo, no todo van a ser halagos. Sí que es verdad que resulta muy divertido jugarse una liga con tu equipo favorito, pero hay que reconocer que no resulta mucho más divertido que la versión 2001, y a menos que seas un fan enfervorizado de las plantillas actualizadas al milímetro, la jugabilidad tampoco va a sorprenderte demasiado. Los controles son los de toda la vida, sencillos y simples, ideales si empiezas tu andadura en el mundo de los juegos de baloncesto, pero idénticos a la versión anterior.

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En definitiva, nada nuevo en un apartado que está muy bien, pero que deberían ir renovando un poco. De todos modos, si te gusta jugar al baloncesto, aquí lo verás bien reflejado.

NBA Live evoluciona, se pasa a los 128 bits para ofrecer el máximo de su espectacularidad, pues el máximo de su diversión lleva ya muchos años ofreciéndolo. Aun así, si te encanta el baloncesto, no has jugado a ningún otro NBA Live y solo tienes tu querida PSOne al servicio de tu entretenimiento; no te lo pienses, este es tu juego, y ten por seguro que lo pasarás muy bien con él. Pero si no cumples los 3 requisitos anteriormente citados, hay otras alternativas de inversión para tu dinero navideño, dependiendo de qué requisito sea el que no cumples. De todos modos, y aun así, hay que reconocer, que el juego no está nada mal.

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