NBA Live 14
- PlataformaPS44.5XBO4.5
- GéneroDeportes
- DesarrolladorEA Sports
- Lanzamiento29/11/2013
- TextoEspañol
NBA Live 14
El nuevo motor Ignite intenta mover en PlayStation 4 y Xbox One un partido de basket digno de la nextgen y capaz de encararse con el líder, NBA 2K14. EA Sports no encesta casi ninguno de sus balones con NBA Live 14, una producción tan estirada en desarrollo que ha agotado sus tiempos muertos y no funciona como debe ni en gráficos ni en manejo.
Han pasado cuatro años desde que EA Sports decidió lanzarse por última vez al baloncesto virtual, con un esperanzador NBA Live 10 al que sucedería NBA Live Elite 11, deshechado en seguida y antes de lanzarse por sus irregulares resultados gráficos y jugables. Se guardó en la nevera, ya se recuperaría en el futuro. A partir de ahí, una porción del equipo de la desarrolladora vancuverita de Electronic Arts centrada en deportes empezó a trabajar con tecnología de vanguardia y un nuevo engine como es Ignite, el motor gráfico que marcará a los títulos deportivos durante la generación que empieza, al menos durante sus primeros años. FIFA 14 en PlayStation 4 y Xbox One utiliza esta herramienta visual, y NBA Live 14 lo intenta aprovechar también, con peor resultado en todo pero su clara identidad.
Espera y pocos detalles desde el notable NBA Live 10 y el imbatible liderazgo de los formidables NBA 2K14. Nunca ha habido demasiadas expectativas en este regreso y de hecho ha sido siempre una producción bastante tapada por Electronic Arts. A priori para las máquinas actuales, finalmente EA Sports al decidirse por el motor Ignite empieza sus andanzas en las nuevas consolas. Adquiere grandes aciertos de su hermano mayor, FIFA, como variedad de modos o el sistema de defensa del balón con el stick derecho del mando, pero sin lugar a dudas tiene un gran camino por recorrer en entregas sucesivas. Éste no es el regreso por todo lo alto que los habituales al basket virtual podrían esperar y que NBA 2K necesita para romper su monopolio, merecido por otro lado.
EA Sports se ha quedado claramente atrás en la lucha por el basket con este juego, gráficamente por debajo de títulos de PS3 y 360 y a nivel jugable repleto de errores de concepción que lo hacen lento, poco preciso, repetitivo y sin ningún incentivo. Al contrario que FIFA 14 para PS4 y One, esta experiencia es totalmente eludible, también para los seguidores del deporte de las canastas que, probablemente, el año que viene encuentren en NBA Live 15 un mejor exponente, pues todo apunta a que la compañía no va a rendirse por este mal trago que no es más que la consecuencia de lo tarde que se le ha hecho a su equipo desarrollador reciclando material del cancelado NBA Live Elite 11. Multijugador, versión Ultimate Team y hasta un interesante Dinastía en singleplayer. Modos y propuestas no le faltan, pero falla la base, el realismo visual y la función divertida.
Ignite sin brillo
Empezando por el aspecto gráfico, solo algunas pocas estrellas de la NBA tienen un acabado de rostros y cuerpos coherente con su físico real. Muy pocos, nada que ver con lo que enseña FIFA en este sentido, mucho más generoso en el Personality +. Esto en un título deportivo es un problema de entrada muy grave, también con la poca identidad que se posa sobre estas estrellas incluso en tema de animaciones o movimientos característicos. Aquí casi todos los jugadores corren igual y no hay un buen paso fluido de una acción a otra, por lo que presentan un aspecto y encadenamiento de movimientos bastante robótico, inconsistente. Los rostros, que con el Ignite Engine ya se ha visto cómo son capaces de mostrarse, aquí no deslumbran, no son nada que no llevemos años viendo, y recordemos que se trata de un título exclusivo para máquinas de nueva generación. Lo mismo para las camisetas o los reflejos del parqué y pieles, poco brillantes. La iluminación parece no afectar, no incidir.
El peso y tamaño de jugadores corpulentos como Griffin o LeBron James y otros no importan en NBA Live 14. Esto no solo afecta a las sensaciones meramente percibidas por los ojos sino que también entorpece un gameplay creíble donde un defensa enorme no deja comodidad de tiros a canasta o pases a un atacante pequeño y viceversa. En el baloncesto son vitales movimientos como los tapones o marcajes a jugadores concretos, los tamaños aquí importan y NBA Live14 se olvida por completo de este aspecto para emular un partido profesional. Esto queda especialmente expuesto en los replays o últimos segundos de cada partido donde anotar un tanto es vital, no importa con quién nos topemos hasta la canasta rival.
Tampoco los pabellones –no demasiados en número- tienen un acabado digno. Ni el público, ni los efectos del parqué, ni los banquillos ni los LEDs publicitarios o marcadores centrales con pantallas low-res presentan un nivel de detalle a la altura de lo que cabría esperar. Los menús, en cambio, sí nos han parecido destacables y limpios, recogidos directamente de FIFA por lo que serán familiares a casi cualquier jugador y fomentan la navegación ágil. Eso sí, no hay tantas opciones de configuración y submenús, todo se queda en algo bastante más sencillo y menos completo.
En lo sonoro parece que sus creadores ya veían venir la calidad mediocre de un producto en realidad insuficiente. No hay un gran trabajo ni de comentaristas ni de efectos. Mike Breen, Jeff van Gundy y Jalen Rose encarnan las voces de la ESPN sobre el partido en el inglés original repitiendo una y otra vez las mismas frases y anotaciones verbales, expresiones o gemidos y sin nombrar a los jugadores para la versatilidad total. No está al nivel mínimo exigible, tampoco los FX, que sin deslucir se repiten mucho para los resbalones de las zapatillas o los botes de la pelota, también el abucheo, vitoreo o aplauso del público. La Banda Sonora, en cambio, sí presenta mejor selección de sonidos y temas insertados, muchos de ellos bastante actuales y pasando por diversos géneros del hip-hop, la electrónica, R&B y la música negra idónea para englobar la NBA. Al nivel de los últimos FIFA y de NBA 2K14 en materia de BSO.
Un mate a la diversión
Luego está la jugabiliad, la gran baza de todo título deportivo y donde de verdad se basa un factor clave en este tipo de juegos, que aguante durante meses como uno de nuestros favoritos. NBA Live 14 no lo será. Cada uno de sus partidos es extremadamente lento, parece que los jugadores solo se mueven al escuchar las órdenes que les damos desde los mandos, no hay timing ágil, no hay fluidez, no hay sensación natural… y por tanto no hay diversión. Las animaciones sin encadenar de forma orgánica generan un terreno de juego poblado de robóticos personajes que corren y se pasan la pelota muchos de ellos de forma similar. El stick derecho se ha guardado para los juegos con el balón y evitar el robo del adversario, algo que recuerda al manejo del dribbling en FIFA y aparentemente es idóneo, pero aquí tampoco es tan importante y una buena entrada no tiene defensa posible se hagan los malabares que se hagan con esto.
La escasa variedad de pases y tiros a canasta hace que se repitan muchísimo y muy pronto los mates más espectaculares, sin importar demasiado qué jugador los ejecute, o las intercepciones en tiros largos. Es muy difícil meter triples, exagerado. Hay muchos de esos comandos que tras varios partidos vemos que son tremendamente inútiles y casi siempre fallidos y algunos otros que son eficacia asegurada. Este resbalón de gameplay es inconcebible en un simulador deportivo de hoy, más aún uno que quiere estrenar las consolas de nueva generación y se enorgullece de cómo les saca partido. Tampoco la IA de nuestro equipo ayuda, irregular y siempre moviendo de un lado para otro a jugadores que nos vendrían mejor más cerca y que tienen demasiado grabado a fuego su rol en el partido, ya que no saldrán de ahí.
La pena es que NBA Live 14 tiene grandes ideas para el baloncesto en videojuegos y adapta otras enormes de su hermano FIFA, como el Ultimate Team. Es uno de los modos más jugados online en FIFA 14 y lo cierto es que lo que empezó siendo una curiosidad con cartas y sobres para enganchar aún más al jugador ahora tiene un peso crucial en la franquicia, estrenándose cómo no en NBA Live con bastante variedad de fichas de jugador y buenas diferencias entre éstas. Luego está Dinastía, una carrera desde la perspectiva de grandes nombres del deporte de las canastas hacia su estrellato, cargado de contenidos y documentos exclusivos para el fan pero también con picos de dificultad injustos determinados por sus fallos jugables e IA incoherente.
Otras opciones de juego se centran más en la gestión y recorrido de un equipo completo, un modo al estilo Carrera de FIFA donde también hay sesiones de entrenamiento y quedan claramente en evidencia los problemas de gameplay del producto, con dificultad aleatoria para las pruebas específicas y sin presión de otros jugadores. No hay demasiados campos que editar ni submenús al nivel de las grandes superproducciones del género hoy. NBA Live es bastante plano y básico también en configuración, no es lo que cabría esperar ni siquiera en su terreno online donde la gestión de partidas solo para dos usuarios enfrentados es menos equilibrada que en FIFA y la progresión de jugador está poco marcada. Todo ello sin salirnos de los modos habituales y más básicos.
Mediocre
Podía ser pero no ha sido y tras pasar unos breves minutos con él quedará archivado en la estantería para no jugarlo nunca más. No lo compres, no digas que no te lo advertimos.