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Naruto Shippuden: Kizuna Drive

Naruto Shippuden: Kizuna Drive

Strike Definitivo

El strike definitivo de Naruto debutaba en Japón hace un año sin pena ni gloria en el mercado, exactamente igual que muchos de los capítulos que el ninja ha protagonizado en portátiles hasta la fecha. Incombustible, el héroe de animación se aventura en esta ocasión a descubrir un argumento totalmente nuevo con algún que otro cambio de por medio para justificar su aparición. Anunciada su secuela, Kizuna Drive rezuma aires continuistas.

Cambia el tiempo, la sociedad, las tendencias, la forma de entender el mundo, pero no la extraña costumbre de algunas compañías japonesas a sobreexplotar una licencia que por determinados motivos goza de un amplio escaparate mundial. La animación japonesa se ha relacionado desde tiempos inmemoriales con la industria de los videojuegos como si se tratase de un binomio inseparable. Dos facciones tan distintas y a la vez tan íntimamente relacionadas sólo podrían haber dado como resultado algunos de los títulos más emblemáticos de la época reciente, en la que el cell shading se ha adueñado del estilo artístico. Cuesta pensar que existe alguien capaz de mejorar el trabajo realizado en PS2 con respecto a Dragon Ball; sucede algo parecido con Naruto y PlayStation Portable.

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Los capítulos que ha protagonizado en ninja en el catálogo de la portátil de Sony se cuentan a puñados, algunos anteriores a la época madura a la que alude Shippuden, otros centrados en narran los acontecimientos de mayor calado entre los aficionados. Naruto ha flirteado con un buen número de géneros que han navegado en distintas aguas: desde el beat ‘em up arraigado en viejas costumbres (enfrentamiento de dos personajes utilizando técnicas, combos y demás) a la aventura establecida en la típica base de realizar misiones. Cumplir objetivos mientras una interesante trama se desarrolla como trasfondo ha sido, en última instancia, el mayor reto al que se ha sometido el ninja en sus aventuras recientes, aunque no se puede decir que haya encontrado la tecla para destacar entre la competencia.

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Más bien sucede todo lo contrario, ya que de un tiempo a esta parte el efecto-Naruto se ha reducido drásticamente, tanto en ventas como en la importancia mediática que se otorga a las aventuras que protagoniza anualmente, tanto en PSP con en Nintendo DS. Kizuna Drive es la última adaptación de la popular serie animada, secuela espiritual de Akatsuki Rising, que curiosamente debutaba en el mercado español justamente hace un año. Aquella aventura fue denominada un punto de inflexión en el devenir del alocado héroe, no tanto por su calidad como por ofrecer un nuevo punto de vista al manido concepto que ha llevado por bandera la franquicia (y sus subsecuentes adaptaciones) desde que asomase la cabeza por primera vez en el catálogo de esta consola.

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Punto de inflexión
Kizuna Drive es un pupilo de la escuela creada por Akatsuki Rising. En tanto esto es así, el jugador controla a uno o varios personajes que han de cumplir una serie de misiones dentro de un mundo que se construye en base a los acontecimientos que tienen lugar dentro del marco argumental. Esto, en la práctica, se traduce en la necesidad de dominar una serie de técnicas de combate para soportar las embestidas de los enemigos que aparecen por doquier y en distintas áreas de las localizaciones que visitamos. En esencia, el sistema de juego no innova ni tampoco se preocupa por buscar una nueva de tuerca al estilo que habitualmente proponen los títulos de acción en tercera persona: batallas constantes, ausencia de exploración y un buen puñado de objetos secundarios que animan a sacar lo mejor de nuestra vena coleccionista -si es que existe tal cosa-.

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Antes de entrar en detalles con la mecánica de juego, es interesante fijar la atención en este ‘marco argumental' del que hablamos, dado que se trata de un punto crucial para entender el peso que este aspecto tiene en el desarrollo de Kizuna Drive. A diferencia de otros capítulos (aunque no es la primera vez que se sugiere este hecho), la última aparición de Naruto busca ofrecer una nueva perspectiva a la historia de Shippuden a través de la creación de un hecho aislado que desencadena en una auténtica tragedia. La extraña aparición de un ninja en la aldea natal de Naruto, unida a la destrucción de una zona poblada, provoca una batalla entre clanes para demostrar la inocencia de unos y la culpabilidad de otros. El estilo narrativo es exactamente el mismo que el que acostumbramos a ver en la serie, por lo que Kizuna Drive se mantiene fiel a los principios de la licencia.

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Lo hace tanto en concepto de argumento como de personajes, incluyendo a prácticamente todo luchador que ha aparecido en la serie animada y alguna que otra sorpresa en cuanto a nuevas incorporaciones se refiere. Se ha de celebrar que Robot Entertainment haya querido incluir una trama que no se limite única y exclusivamente a seguir los pasos de la serie original, con lo que se consigue un punto de originalidad. Esto deriva en un interés poco habitual por conocer qué sucede a continuación en la historia de Kizuna Drive, pese a que deja tras de sí el regusto amargo de no aprovechar el potencial que podría ofrecer este aspecto del UMD. De todas formas, el argumento no se aleja de los tópicos habituales de la animación japonesa, con su extraña obsesión por solucionar todo conflicto con un buen combate.

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Puede que este sea el motivo de la relativa poca importancia de las conversaciones, dejando el peso de la mecánica de juego a la jugabilidad. Comentábamos antes que Kizuna Drive sigue la perspectiva impuesta por Akatsuki Rising. Para demostrar su inocencia, Naruto y sus amigos se ven en la necesidad de realizar una serie de misiones en las que han de cumplir un objetivo específico, ya sea liberar a un personaje que se encuentra en una situación de peligro o refrescar sus habilidades en un encontronazo amistoso entre dos ninjas. La base de la mecánica no se preocupa por ir más allá de este concepto, con lo que se crea una pesada sensación de monotonía exasperante a medida que avanzan los capítulos. Hay tiempo suficiente para aburrirse con las 60 misiones a superar que propone la aventura.

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Este hecho contrasta con la escasa duración del modo principal, cuya historia (quizás ante la noción de ser completamente original) apenas consigue mantener cierta estabilidad durante las primeras cinco o seis horas de juego. Dependiendo del nivel de dificultad seleccionado la partida será asequible, muy asequible o un poco más difícil de lo habitual, dando a entender que esta obra se ha destinado a un público infantil o adolescente, que no necesariamente ha de contar con conocimientos acumulados en la franquicia. Traducido al castellano, esto quiere decir que básicamente tu experiencia importa poco o nada, como bien demuestra la constante aparición de tutoriales que explican cada punto del sistema de combate y de la mecánica de juego en general.

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La importancia de la amistad
Siendo los combates una consecución de ataques combinados sin mucho más donde rascar, Kizuna Drive otorga una importancia significativa a la presencia de personajes secundarios durante la realización de misiones. La campaña publicitaria del juego ya se ha encargado de subrayar este concepto, que efectivamente se torna como uno de los más relevantes dentro de la oferta que encontramos en el UMD. En esta ocasión Naruto no es el protagonista absoluto, el único que ofrece su punto de vista ni tampoco el más equilibrado de los luchadores que se dan cita en este título. Nada más lejos de la realidad, su papel es igual de importante que el del resto de la plantilla. Aunque no es imposible superar los combates sin la ayuda de sus compañeros, es evidente que la mecánica se ha construido para ser disfrutada en compañía.

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Podemos combinar nuestros ataques con los de tres compañeros para causar más daño o para librarnos de un molesto grupo de adversarios que nos hacen frente a la entrada de un pueblo, siendo su Inteligencia Artificial bastante limitada. Las técnicas combinadas son difíciles de ejecutar -algo incomprensible si se atiende a la naturaleza del juego-, todo lo contrario que los ataques a los que accedemos por defecto machando los botones de nuestra PSP. No hace falta pensar ni parar la partida para obtener el máximo beneficio de nuestros ataques, sino que basta con pulsar repetidamente la equis para conseguir demoledores combos con los que generalmente salimos bien parados de los combates. La mecánica se saborea cuando esos tres ‘compañeros' de los que hablamos son controlados por otros humanos, posibilitando así el uso de técnicas de apoyo, con lo que se enriquece la jugabilidad.

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Siguiendo la tendencia
A medida que avanzamos desbloqueamos objetos secundarios, nuevos personajes y técnicas, más misiones, etcétera. Todo bajo una capa visual que, al igual que el resto de apartados de Kizuna Drive, sigue la línea impuesta por Akatsuki Rising. Tan vistosa como colorida, aunque mucho menos original y fresca que hace cuatro o cinco años, cuando sorprendía por el dinamismo de los combates. A nivel gráfico Naruto siempre ha representado las dos caras de la moneda, con un diseño de personajes fantástico por un lado y con una misteriosa falta absoluta de definición en los fondos y exteriores que figuran en la aventura. Tampoco conviene ser excesivamente críticos con este aspecto, dado que cumple su papel sin molestarse por incluir cambios que merezcan una mención señalada en este texto.

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Se da el mismo caso que con el sonido, que incluye voces en inglés y japonés. El juego ha sido localizado al castellano en cuanto a los subtítulos se refiere, así como los menús, por lo que nadie debería tener problemas a la hora de entender la curiosa línea argumental que propone este capítulo. En cuanto a la calidad de la voz o de los sonidos que escuchamos a medida que combatimos, lo más acertado sería hablar de un paralelismo con el sistema de batalla: aunque en un principio brilla con luz propia poco a poco va perdiendo fulgor para acabar en una repetición constante de los mismos elementos. De nuevo se acentúa la necesitad de jugar con varios compañeros, más aún si tenemos en cuenta el tedio que sugiere el modo principal cuando se disfruta en solitario.

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Conclusión
Su antecesor quiso cambiar el planteamiento de la licencia ‘Naruto' en PlayStation Portable, donde ha demostrado tener cualidades suficientes para sorprender al público que por definición se debe entregar a esta clase de productos. Sin embargo, Kizuna Drive no acaba de eclosionar en cuanto a establecer una mecánica de juego que realmente encaje con las necesidades de los personajes y, por ende, también del propio argumento. Este capítulo hace de su argumento un pilar principal que se diluye a medida que transcurren las horas, llevando irremisiblemente al tedio por no saber explotar su potencial. Se echa en falta más creatividad, ganas de contar algo que realmente valga la pena vivir y no un simple capítulo de relleno. No sabemos si, a estas alturas, es mucho pedir en una adaptación de anime a videojuego. No lo parece, ciertamente.

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Cuenta este Naruto con virtudes evidentes. El combate se ha enfocado para el uso y disfrute del multijugador. Si tenemos un grupo de compañeros con los que jugar y, por casualidad, se han comprado una PSP y el correspondiente título, Kizuna Drive mejora su rendimiento en un 100%, explotando sus posibilidades. Curiosamente sólo se incluye el modo Ad-Hoc para poder disfrutar de esta modalidad, sin rastro de una Infraestructura que permita conectar con jugadores de cualquier parte del mundo. La portátil de Sony ha perdido finalmente el fuelle Online que tan buenos resultados ofreció a poco de llegar al mercado, aunque esto es otra historia. Kizuna Drive sencillamente se olvida del Online, pecado capital si tenemos en cuenta el target para el que ha sido diseñado el título.

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Entre esta amalgama de errores o problemas (algunos más importantes que otros), Kizuna Drive sabe aprovechar sus recursos en cuanto a ofrecer una plantilla ingente de luchadores, probablemente su punto más destacable, lo mismo que un apartado gráfico que cumple con su cometido al igual que lo hizo en entregas anteriores. El multijugador es una delicia cuando disponemos de amigos con los que disfrutar, pero no dejamos de lamentar la ausencia del modo Online, en lo que parece ser una tendencia que se repetirá de aquí al ocaso de la consola, a la vuelta de la esquina ahora que se ha anunciado oficialmente a su sucesora.

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Kizuna Drive ha sido creador para satisfacer a los acérrimos de Naruto, especialmente a aquellos que buscan reunirse para pasar un buen rato en compañía. Los demás harían bien en revisar sus anteriores adaptaciones, donde seguramente encontrarán más material para disfrutar en el modo solitario. La secuela del título, por cierto, aparecerá este mismo verano en Japón. Queda Naruto para rato, por suerte.

  • La importancia del multijugador ofrece nuevos aires a la mecánica. 
  • Se desenvuelve bien a nivel técnico, fiel a su estilo animado. 
  • Cantidad ingente de personajes secundarios a seleccionar. 
  • Un argumento original, exclusivo de este capítulo…
7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.