Aunque tapada por otras compañías más conocidas, ChunSoft ha sido una desarrolladora clave dentro del género de los JRPG, popularizando desde el principio de los tiempos los títulos de mazmorras misteriosas a los que han recurrido casi todas las franquicias del género conocidas. Final Fantasy se ramificó en la subsaga Chocobo Dungeon, los Dragon Quest hicieron lo propio con -por ejemplo- DQYangus e incluso en la actualidad, juegos como .Hack se basan en la mecánica de entrar a mazmorras que se generan de forma aleatoria y obligan a ser exploradas, superar puzzles y llegar a un punto final.
Ampliar
Haciendo algo de memoria, sólo podríamos recordar que alguno de estos juegos haya llegado a Europa, encontrándose bastantes más en EEUU y cientos en Japón. En nuestro territorio el referente más claro es Pokémon Mazmorra Misteriosa, también desarrollado por ChunSoft y base del juego que nos ocupa, Shiren the Wanderer. O, para ser precisos, sucede a la inversa, ya que Shiren the Wanderer DS es un remake para la portátil de doble pantalla de Fushigi no Dungeon 2: Fuurai no Shiren para Super Nintendo. Los juegos de Pokémon vienen a ser un skin superpuesto sobre la jugabilidad de Shiren, por lo que los que los hayáis probado más o menos a podéis haceros una idea de por dónde van los tiros en este pequeño clásico de ChunSoft y que SEGA distribuye en nuestro país esta misma semana.
Ampliar
Ampliar
Jugabilidad El punto de partida y la historia en sí son bastantes sencillos: controlando a Shin, que va acompañado de su mascota Koppa, debemos avanzar por mazmorras y cuevas ubicadas en la Tierra del Cóndor Dorado. Poco más que pueda ser revelado sin soltar spoilers. Así, empezamos con un héroe en una pequeña ciudad llena de pueblerinos con los que podemos hablar y nuestro objetivo es avanzar hasta la primera mazmorra situada en el lateral derecho.
Ampliar
Ampliar
¿La base? La ya comentada con anterioridad. Nos moveremos por un escenario inicialmente oculto -al menos en el minimapa- que se genera aleatoriamente según entramos en él, lo cual hace de cada partida una experiencia única. Repartido por él encontramos diferentes objetos, también trampas o enemigos, a los que tenemos que abatir para seguir adelante. La particularidad para quien nunca haya probado un juego del género, es que no son combates en tiempo real ni por turnos rígidos, sino una mezcla de ambos. En el momento en el que un enemigo aparezca en el minimapa representado con un punto rojo, si nosotros damos un paso, el también lo hará. Una vez que el protagonista esté frente a él, podremos atacarle una vez, para luego ser atacados por el monstruo. Es decir, que pese a ser por turnos', ni mucho menos se acerca a la mecánica de un Final Fantasy clásico, por poner un ejemplo.
Ampliar
Ampliar
Pese a esto, seguimos teniendo los comandos habituales del género. Presionando un botón atacamos directamente, pero en pleno enfrentamiento también podemos usar un objeto para restaurar vitalidad o simplemente huir, todo de forma rápida y sencilla. Todo esto se hace en tiempo real, lo cual da un dinamismo enorme a las batallas, que se hacen especialmente divertidas según vamos recogiendo puntos de experiencia y, por tanto, subiendo nivel.
Ampliar
Como en todo RPG, nuestro protagonista puede aprender habilidades, equiparse armas, usar objetos y demás. Suena absurdo comentarlo, pero no está de más teniendo en cuenta que esto es de lo poco normal que vamos a encontrarnos. La primera particularidad de Shiren the Wanderer es que se nota que es un juego ideado para un sistema de 16bits, época en la que los videojuegos eran retos y no caminos de rosas.
Ampliar
Ampliar
¿Por qué decimos esto? Por su sistema de partidas guardadas. Si guardamos la partida en una mazmorra -algo muy útil, ciertamente- podremos continuar desde ese punto al encender la consola. El problema es que si morimos en el juego, volveremos a empezar desde nivel 1, siendo imposible cargar la partida. Lo mismo ocurre si apagamos la consola: perderemos todo y tocará empezar de 0.
Ampliar
Ampliar
Esto es un arma de doble filo, por que si bien supone un reto y eso nunca está de más, si que es cierto que es muy molesto y lo aleja enormemente de ser un título para todo el mundo. Los combates no son difíciles, pero algunos enemigos son muy poderosos si no tenemos la suerte apropiada para disponer del equipamiento adecuado y perderemos vida con facilidad. Más allá de este pequeñísimo handicap, todo lo demás está muy bien medido. Además de la historia principal podemos hacer pequeñas subquests por el escenario y visitar repetidas veces las mazmorras que, repetimos, se generan aleatoriamente y por tantos siempre son algo nuevo.
Ampliar
Todo esto estaba ya disponible en el original de SNES, aunque por supuesto se han añadido novedades jugables en este remake. Una de ellas es un incremento en el bestiario, encontrando ahora más variedad de monstruos a los que abatir, así como un incremento en los escenarios que nunca está de más.
Ampliar
Ampliar
Encontramos también pequeñas mejoras técnicas, desde gráficos algo más depurados o un mejor sonido, pasando por opciones Online que le vienen de perlas. La dificultad comentada anteriormente se reduce en este caso, ya que podemos pedirle a un segundo jugador que nos rescate tras morir para así no perder todo el progreso realizado. No está nada mal suponiendo que tengas al menos una persona que te eche un cable en estos casos. A nivel técnico es un juego decente, sin mayores alardes, un RPG de la vieja escuela, con sprites pequeñitos pero bien realizados, animaciones correctas y escenarios algo simplones, algo que desde luego es obligado si tenemos en cuenta que genera los mapeados continuamente y no son siempre los mismos. El tema de los FX y la BSO tampoco está nada mal.
Ampliar