Mr Driller
La invasión de los bloques subterráneos
El caos se apodera de la ciudad. Los bloques están invadiendo la superficie. Sólo hay un "hombre" que pueda salvarnos de la destrucción. ¡Llamad a Mr. Driller!
Como veis, la historia es una mera excusa para meternos en este curioso juego en el que controlamos a un pequeño personajillo que, armado únicamente con su taladrador, debe ir ahondando en los escenarios destruyendo los bloques y consiguiendo botellas de aire para no asfixiarse. Para romper más bloques de una sola vez, tenemos que unir varios del mismo color. Esto lo conseguiremos rompiendo los que sustenten a otros bloques para que estos caigan y entren en contacto con los de su mismo color. Entonces, si son cuatro los que se unen, desaparecen, aunque de todos modos aunque sean menos será bueno para nosotros porque al entrar en contacto estarán sujetos y no nos caerán sobre nuestra cabeza. Esta es una de las maneras de morir, la otra es quedarnos sin aire. Podremos atravesar los niveles a toda velocidad taladrando continuamente hacia abajo para llegar al final lo antes posible (esto es sólo conveniente en los primeros niveles), o bien adoptar una forma de actuar más estratégica colocando y uniendo los bloques de la mejor manera posible para conseguir todos los puntos que podamos y, sobre todo, el aire.
Según vayamos avanzando por los niveles que se crean aleatoriamente, la cosa se irá complicando ya que las cápsulas de aire estarán menos accesibles porque estarán rodeadas de bloques "X". Cada vez que rompamos uno de estos bloques se nos restará un 20% de oxígeno, así que nos conviene buscar otros métodos para sacar el oxígeno de ahí sin romper estos bloques. Por ejemplo, rompiendo los que tienen por debajo para que caigan los que no podemos romper y dejen libre el preciado tesoro, o uniendo varios de estos bloques "X" para que desaparezcan. Esto que pudiera sonar muy complicado, es sencillísimo en la práctica y nos adaptaremos a este estilo de juego enseguida, quedándonos enganchados irremediablemente hasta que consigamos acabarnos el juego. Podremos ver el final cuando consigamos bajar 5.000 pies (10 escasas fases), pero el juego nos animará a intentarlo de nuevo para conseguir una partida perfecta, es decir, llegando al final con todas las vidas, lo cual no es nada fácil.
m ú s i c a
Son unas cancioncillas muy animadas y pegadizas en general. Aquí sí que han dado en el clavo. Principalmente es lo que le da variedad a las distintas fases, ya que en cada nueva fase cambia la melodía. Las hay más lentas y más rápidas, otras que dan un ambiente de tensión... Se han esmerado bastante.
s o n i d o f x
Como suele ser habitual en los juegos de Game Boy, no hay mucha variedad, pero los que están cumplen perfectamente con su función. Son simples pitiditos y sonidillos que no llaman nada la atención pero están muy bien utilizados, sonando cada uno en el momento apropiado. El sonido del taladro, de los bloques y poco más son toda la ambientación aparte de la música.
j u g a b i l i d a d
c o n c l u s i ó n
Es un juego que recuerda a los clásicos arcades de puzzles tipo Tetris pero utilizando una fórmula distinta parecida a la que ya usaban otros juegos de los 80. Que no tiene nada de nuevo, vamos. Es sencillísimo de jugar, tiene muy pocas fases (aunque te costará un poco acabártelo) y sólo tiene dos tipos de bloques. Es un juego demasiado simple como para engancharte durante algún tiempo, aunque nunca estará de más retomarlo cuando ya te lo hayas acabado. Resumiendo: muy divertido muy adictivo, muy simpático, músicas muy interesantes... pero es muy corto y demasiado simple. Yo creo que no es demasiado pedir que le hubiesen puesto más modos de juego, más tipos de bloque o un modo multijugador.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.