En la piel de Jorge Lorenzo

Cuando la licencia de MotoGP cayó en manos de Capcom allá por el año 2007, todos nos frotamos las manos. Con el buen trabajo que habían hecho para PlayStation 2, sólo cabía esperar lo mejor para la nueva generación, y lo cierto es que cumplieron... hasta 2008. De esas primeras entregas se ocupó Milestone, un estudio italiano especialista en juegos de conducción como World Rally Championship o SBK, quizá la competencia más dura de MotoGP. El año pasado, por contra, firmó el trabajo otro grupo de desarrolladores, Monumental Games, que no logró estar a la altura de lo esperado, dejándonos un juego aceptable con demasiadas taras para lo que podría haber aspirado.

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La papeleta, por tanto, no era demasiado sencilla, pero parece que aunque lentos, el nuevo equipo de desarrollo de pasos sobre seguro. En vez de vendernos que MotoGP 10/11 es más y mejor, han ido directos a lo que de verdad han trabajado por encima del resto de los apartados, en el que es quizá el más importante de todos ellos, la simulación. Podríamos decir que esta entrega se aleja de ese indefinido limbo que no permitía considerarlo un arcade pero no satisfacía plenamente a los que buscaban más realismo. El objetivo es ser cada vez más fieles a las sensaciones de montarse en esos indomables caballos de dos ruedas y poco a poco lo van consiguiendo.

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En ese sentido, cabrían destacar por ejemplo los tiempos realizados, que suelen girar en torno a los reales en cada circuito. Es una buena muestra de por donde han ido las mejoras este año. Realmente, aun con las limitaciones obvias de un mando, conseguimos sentirnos totalmente al control de nuestro vehículo. Podemos controlar tanto el freno delantero como el trasero, con la dificultad que eso conlleva. El gas hay que soltarlo con toda la precisión que nos permita el gatillo analógico (aquí sale ganado Xbox 360), pues apretar a fondo el acelerador saliendo de una curva puede significar salirnos en la siguiente. Una inclinación adecuada de la moto es crucial, para no ir dando bandazos. Incluso hemos de acordarnos en la recta de agachar el cuerpo para ganar aerodinámica. Independientemente de si las físicas son buenas, malas o regulares, al menos han conseguido trasladarnos el sentirnos como un auténtico piloto.

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Lo que primero notaréis es que han equilibrado de forma más acertada lo que implica el peso de la propia moto a la hora de tomar una curva o volver a poner el vehículo recto. Será en los modos más difíciles, sin ayudas activadas, cuando se verá quién es capaz de adaptarse mejor y arrancar unas centésimas al reloj en cada curva. El contorl de la moto se llega a complicar con cada resalto del terreno, reflejando con mayor fidelidad las fuerzas que sufre el vehículo a causa del diseño del trazado. En general podemos decir que el comportamiento de nuestra montura satisfará en gran medida a los que reclamaban algo como MotoGP 08 en PC. Ahora bien, ha de quedar claro que aún queda trabajo por hacer, y si bien está caminando en la senda correcta, nos queda mucho para afirmar que han construido un auténtico simulador.

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Curiosamente, una de las características a destacar de esta entrega es la inclusión de ayudas para facilitar la vida a los novatos o menos hábiles, que de todos modos quieren disfrutar de un juego de motos sin salirse en cada giro. Elementos como el ABS, el control de estabilidad, las marcas sobre el suelo para indicarnos donde frenar o acelerar, o directamente frenado e inclinación automáticos para ayudar a tomar las curvas, permiten que cualquier tipo de público pueda aprovechar lo que ofrece MotoGP y, quién sabe, ir subiendo de nivel poco a poco. Sin duda hay un salto enorme entre el nivel fácil y el más complicado, pensado para los más valientes o los que se conforman con el orgullo de acabar la carrera sin asistencias, ganando o no.

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Por si fuera poco, no podemos olvidarnos de la opción de dar marcha atrás en el tiempo para evitar cometer un error, algo que fue introducido el año pasado. Es una opción disponible únicamente en los niveles más bajos, totalmente pensada para principiantes que no dejan de salirse del asfalto. Por otro lado, aparte de ajustar cuáles de estas pequeñas ventajas queremos activas o no, tenemos la oportunidad de afinar la puesta a punto de nuestra moto. Si somos capaces de analizar lo que nos pide tras dar unas vueltas en el entrenamiento, tendremos la oportunidad de cambiar elementos como la distribución de pesos o la relación de marchas, que seguro conocéis si no de esta franquicia, de juegos de conducción en general.

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En cuanto a modos de juego, no es que haya mucho que destacar, dado que volvemos a lo mismo de antaño. En total tenemos cinco, Campeonato, Contrarreloj, Desafío, Carrera y Multijugador en línea. Los dos primeros son evidentes, pero traen como novedad que de inicio podremos coger a cualquiera de los pilotos licenciados. Eso mismo ocurre con Desafío, que viene a sustituir al modo arcade de la anterior temporada y consiste principalmente en retos contrarreloj en los que debemos pasar por una serie de aros antes de que se acabe el tiempo.

Carrera sigue siendo la opción más interesante. Aquí tomamos el papel de un don nadie que quiere ser motorista y vamos gestionando no sólo su carrera, sino también su equipo. Según corremos, vamos ganado puntos de prestigio, que se consiguen no sólo llegando el primero a la meta, sino demostrando un impecable estilo de conducción. Eso implica que hemos de evitar las colisiones y accidentes, no abusar de la opción de volver atrás en el tiempo, no dejarse adelantar y seguir la línea de trazada óptima. Con estas directrices en mente, subiremos más rápido nuestro caché. A partir de ahí, tendremos la oportunidad de contratar nuevos técnicos, firmar contratos con patrocinadores o aceptar otras ofertas de contrato.

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Esta vez, además, no estaremos solos. Entre el bullicio y el trabajo en boxes, genialmente recreado, podrá aparecer un aliado para nuestra escudería. Sí, podremos tener un compañero, con el que jugaremos a pantalla partida. De este modo, ambos pueden conseguir puntos y colaborar en acrecentar los medios del equipo. La otra opción para jugar en compañía es el multijugador por Internet, donde de nuevo resalta el número 20, que es el máximo de participantes permitidos en una partida. Una cantidad muy reseñable.

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Gráficamente caemos en lo mismo de siempre. Visto en frío, MotoGP resulta decepcionante, con un nivel de detalle bastante escaso para los tiempos que corren, y que palidece ante otros grandes como Forza, Formula 1 o GT5. Claro que, si tenemos en cuenta la cantidad de motos que hay que gestionar y que es capaz de mantener una tasa de 60 fotogramas por segundo, quizá podríamos ser algo más permisivos con los fallos ¿Cuándo encontrarán las compañías desarrolladoras un equilibrio entre fluidez y vistosidad? La cámara seguramente recibirá algunas críticas por parte de gente que no termine de encontrar una perspectiva cómoda entre las tres disponibles, pues clava el esquema que mostró el año pasado.

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